La renovación de nuestro Pacto con Dios

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Introducción

Esta mañana vamos a considerar uno de los pasajes más importantes y gloriosos la biblia Exodo 24.
Antes de leerlo, quisiera que cada uno de ustedes se respondiera con honestidad la siguientes preguntas:
¿Porque vine esta mañana en la iglesia?
¿Qué se supone que estoy haciendo aquí?
¿Sé con certeza de que se trata este servicio publico de adoración?
¿Cuales son mis expectativas en estas dos horas que aparte de tiempo?
Tu respuesta a estas preguntas, tiene mucho que ver con la motivación para venir a la iglesia el domingo, para estar temprano en el servicio de adoración y para estar aquí lleno de gozo y santa expectación.
Ahora te pregunto, ¿Cual fue tu repuesta?
Tal ves pensaste: “Vine a la iglesia para pasar un buen rato, para tener una buena experiencia espiritual de adoración”. Si esta es tu respuesta quizá salgas de este lugar desencantado si no tienes una experiencia religiosa y quizá pienses al final del día que no valió la pena sacar este tiempo para venir. Si este es tu pensamiento, estas poniendo al hombre como soberano en la adoración, crees que adorar se trata de tu experiencia de lo que te gusta, de tus deseos. Y si eres un líder en esta iglesia, es lógico que te preguntes como mejorar el servicio al cliente en la iglesia, tu deseo será que la gente regrese el próximo domingo. Al parecer este no era el afán de Jesus con la iglesia cuando la gente estaba desertando a causa de su palabra. Juan 6:67 “Entonces Jesús dijo a los doce discípulos: «¿Acaso también ustedes quieren irse?».”.
Tal vez pensaste: estoy aquí para recibir algo de motivación para toda la semana, necesito recargar baterías. Si piensas así, tu motivación para estar aquí será aprender algo nuevo que te motive, el mejor de los casos quieres ver a Cristo en el texto bíblico, sentirte al por tu pecado y experimentar quebrantamiento y pasión por renovar tu servicio al Señor. ¿Pero y que si no sientes nada, si nada en el servicio te hace sentir motivado? tal vez busques otra aventura en la siguiente iglesia o porque no quedarme en la casa para oír a un predicador que me guste y me haga sentir desafiado.
Alguno tal vez pensó: vine porque esta es una gran oportunidad de poner al servicio de Dios y de la iglesia mis dones espirituales. Dios puede obrar a travez de mí. Aunque suena bien y es un pensamiento correcto, de eso no se trata el servicio de Adoración.
Pensar de esta manera hará que nos sintamos desmotivaos para venir cada domingo a la iglesia, veremos este tiempo como algo meramente ordinario o eventualmente como algo tedioso. Tus pensamientos serán: Esto no fue una agradable expeincia para mi, no me inspiro, no encuentro como encajar en esta iglesia para servir con mis dones, el sermón no estuvo bueno, mis hijos no se entretuvieron y en cambio estaban muy distraídos, mejor no los hubiera traído, perdí mi tiempo.
Esta mañana tratare de mostrarte en Exodo 24 que la adoración no se trata de esto, se trata mas bien de la invitación amorosa de Dios para ti y tus hijos, a que nos encontremos con él en su santa morada celestial, su invitación es posible porque Él soberanamente nos ha llamado a ser participantes de un pacto, y de hecho, nuestro servicio de adoración es la renovación de nuestro pacto con Dios. Esta renovación del pacto, tiene su clímax con una comida de comunión pactual la mesa del Señor, donde contemplamos a Dios en la hermosura de su santidad.
Amados, cada vez que venimos un domingo a la iglesia, venimos para subir a la casa e Dios al monte de Sión. Es lo que aprenderemos de Exodo 24.... la palabra Subir se repite de hecho 7 veces en el texto y la séptima vez que se repite, es cuando el pueblo de Dios representado por Moisés, subiendo a la cumbre del monte y es cubierto por completo de la gloria de Dios en la morada de Dios.
Vamos a leer juntos la palabra in-errante de nuestro santo Dios.
Éxodo 24 (NBLA)
Entonces Dios dijo a Moisés: «Sube hacia el Señor, tú y Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel, y adorarán desde lejos. »Sin embargo, Moisés se acercará solo al Señor. Ellos no se acercarán, ni el pueblo subirá con él». Moisés vino y contó al pueblo todas las palabras del Señor y todas las ordenanzas. Todo el pueblo respondió a una voz, y dijo: «Haremos todas las palabras que el Señor ha dicho». Moisés escribió todas las palabras del Señor. Levantándose muy de mañana, edificó un altar al pie del monte, con doce columnas por las doce tribus de Israel. Y envió jóvenes israelitas, que ofrecieron holocaustos y sacrificaron novillos como ofrendas de paz al Señor. Moisés tomó la mitad de la sangre y la puso en vasijas, y la otra mitad de la sangre la roció sobre el altar. Luego tomó el libro del pacto y lo leyó a oídos del pueblo, y ellos dijeron: «Todo lo que el Señor ha dicho haremos y obedeceremos». Entonces Moisés tomó la sangre y la roció sobre el pueblo, y dijo: «Esta es la sangre del pacto que el Señor ha hecho con ustedes, según todas estas palabras». Y subió Moisés con Aarón, Nadab y Abiú, y setenta de los ancianos de Israel; y vieron al Dios de Israel. Debajo de Sus pies había como un embaldosado de zafiro, tan claro como el mismo cielo. Pero Él no extendió Su mano contra los príncipes de los israelitas. Ellos vieron a Dios, y comieron y bebieron. Y el Señor dijo a Moisés: «Sube hasta Mí, al monte, y espera allí, y te daré las tablas de piedra con la ley y los mandamientos que he escrito para instrucción de ellos». Moisés se levantó con Josué su ayudante, y subió Moisés al monte de Dios, y dijo a los ancianos: «Espérennos aquí hasta que volvamos a ustedes. Aarón y Hur estarán con ustedes. El que tenga algún asunto legal, acuda a ellos» Entonces Moisés subió al monte, y la nube cubrió el monte. Y la gloria del Señor reposó sobre el monte Sinaí, y la nube lo cubrió por seis días. Al séptimo día, Dios llamó a Moisés de en medio de la nube. A los ojos de los israelitas la apariencia de la gloria del Señor era como un fuego consumidor sobre la cumbre del monte. Moisés entró en medio de la nube, y subió al monte. Moisés estuvo en el monte cuarenta días y cuarenta noches.
Aquí tenemos el primer servicio publico de adoración en las escrituras.
El pueblo de Israel había sido liberado de la esclavitud en Egipto para servir, para adorar a Jehová en el desierto Exodo 7:16 “»Y dile: “El Señor, el Dios de los hebreos, me ha enviado a ti, diciendo: ‘Deja ir a Mi pueblo para que me sirva en el desierto..”
Este es el clímax del libro del Exodo. Israel esta siendo llamado por Dios a la adoración.
Noten la Invitación. Sube hacia el Señor, esta es una invitación a encontrarse con Dios en su morada celestial.
Tenemos en nuestro texto:
Un invitación para venir a Él
una motivación para acudir confiados
La comunión gloriosa que se experimenta como resultado de venir a Él.

1. La invitación que Dios nos hace para venir a Él.

Dios dice a Moisés que suba para encontrarse con él, de esto se trata principalmente el servicio de adoración.
Solo podemos venir a la morada del único y santo Dios por medio de un representante, esto en razón de que somos pecadores. Aquí aprendemos el principio de representación federal.
Los ancianos de Israel, sus representantes, pueden acercarse solo hasta la mitad del Monte. Moisés el mediador si podrá subir hasta la cima del monte. El pueblo estará a la orilla del monte. Solo de esta manera todos podrán venir para adorar en la casa de Dios y tener comunión.
La comunión es posible por el mediador que Dios escoge- Moisés. El como mediador sube y luego baja del monte Vs. 3, posiblemente lo hace varias veces en este servicio de adoración.
Moisés como mediador, caminó entre el Cielo y la tierra, mediando entre el santo Dios y su pueblo pecador.
Hoy venimos a la casa de Dios, hoy podemos subir a Sión para tener comunión con Dios, solo por medio del único mediador al que anticipaba Moisés 1 Timoteo 2:5 “Porque hay un solo Dios, y también un solo Mediador entre Dios y los hombres, Cristo Jesús hombre,”
Al inicio de nuestro servicio de adoración, somos invitados a venir a Dios y esto solo es posible por la mediación de Cristo. Quién bajo del cielo, y subió al cielo para abrirnos un camino a la casa de Dios.
Como mediador, Moisés sube y luego baja con la palabra de Dios “Los 10 mandamientos y sus aplicaciones” es todo lo que hemos considerado desde Exodo 20-23, aquí tenemos el inicio del Canon bíblico. Israel está siendo invitado a adorara Dios, solo podrá por la obra de un mediador, y solo podrá adorar, honrando y obedeciendo la palabra escrita de Dios.
Jesus nuestro mediador, cuando descendió del cielo, vino proclamando la palabra de Dios y nos dijo:
Mateo 7:21–23 NBLA
»No todo el que me dice: “Señor, Señor”, entrará en el reino de los cielos, sino el que hace la voluntad de Mi Padre que está en los cielos. »Muchos me dirán en aquel día: “Señor, Señor, ¿no profetizamos en Tu nombre, y en Tu nombre echamos fuera demonios, y en Tu nombre hicimos muchos milagros?”. »Entonces les declararé: “Jamás los conocí; apártense de Mí, los que practican la iniquidad”.
Dios cada domingo nos está invitando a su morada celestial para que la adoremos, y podemos acudir a esta invitación porque tenemos un mediador y tenemos su palabra (El libro del pacto). Si no tuviéramos esto, no tendríamos como pecadores ninguna garantía para venir a encontrarnos con Dios.
Es lo que hacemos cada domingo, somos invitados por Dios a su casa y su palabra es el corazón de nuestra adoración, su palabra es leída, cantada, predicada y vista en los sacramentos y nosotros respondemos a ella en gratitud y obediencia.
Si Dios nos ha dado a Cristo y nos ha dado su palabra escrita y la preservado para nosotros, ¿No responderemos como lo hizo isrtael a su llamado?
Éxodo 24:3 (NBLA)
.....Todo el pueblo respondió a una voz, y dijo: «Haremos todas las palabras que el Señor ha dicho».

2. La motivación para acudir confiados a la invitación que Dios nos hace para venir a El.

Vs. 4 Moisés se levantó temprano y edifico un altar al pie del monte, podemos suponer que lo hizo según la instrucción del Señor en Exodo 20… Con piedra no labrada y sin escaleras para no descubrir su desnudez. Luego levanta 12 columnas.
Tenemos aquí dos representaciones visibles a los ojos del Pueblo, un altar que representaba la precencia Dios y las 12 columnas que representaba a Israel.
Sobre el altar los jóvenes de Israel ofrecieron holocaustos (Se quemaron por completo) y ofrendas de paz (se ofrecia en el altar la sangre del sacrificio una parte del animal y el resto era para comer).
Una vez hechos los sacrificios… Moisés lee las palabras del pacto (los 10 mandamientos y las leyes casuísticas) e Israel confirma su intención de obedecer a Dios nuevamente. De esta manera ellos aceptan el pacto y el llamado que Dios les ha hecho. CONVERSACIÓN
Luego una parte de la sangre de los sacrificios que fue puesta en tazones, es derramada sobre el pueblo y Moisés declara solemnemente: Exodo 24:8Esta es la sangre del pacto que el Señor ha hecho con ustedes, según todas estas palabras».
Los sacrificios ERAN el fundamento de la invitación de Dios para su pueblo. Ellos pueden venir confiados a Dios, por que la ira de Dios será propiciada por un sacrificio expiatorio. Dios siendo santo ha hecho provisión para que la comunión con su pueblo pecador sea posible.
La paga del pecado es la muerte, Dios ofrecerá un sacrificio sustitutivo para satisfacer las demandas de su justicia, de manera que su pueblo pecador sea limpio para acercarse a Él en la hermosura de la santidad.
Las palabras de la ley son una norma de vida ahora para el pueblo redimido que ha sido llamado a una relación intima con Dios.
Leer el Libro del pacto o la palabra de Dios, era una parte vital de la adoración de Israel en el monte Sinaí.
La lectura de la Sagrada Escritura es uno de los principales elementos del servicio de adoración a Dios. Las palabras del pacto que Moisés leyó a la gente identificaba las 2 partes del pacto (Dios e Israel) y proclamaba las promesas, las estipulaciones, y las sanciones del pacto.
Una vez leído el Libro del Pacto, los israelitas respondieron haciendo un voto de obediencia Exodo 24:7 «Todo lo que el Señor ha dicho haremos y obedeceremos».”
La respuesta del pueblo es una respuesta obvia a la gracia de Dios expresada por medio de la ratificación del pacto de gracia.
El pacto DE GRACIA ES RATIFICADO AQUI, por medio de la sangre de estos sacrificios, EL PACTO ES TANTO el medio como el fin DE la relación intima y salvífica de Dios con su pueblo.
La sangre de estos animales, estaba anticipando el derramamiento de sangre del ultimo y suficiente sacrificio del hijo unigénito de Dios.
Hebreos 10:4 NBLA
Porque es imposible que la sangre de toros y de machos cabríos quite los pecados.
Jesus dice:
Lucas 22:20 (NBLA)
De la misma manera tomó la copa después de haber cenado, diciendo: «Esta copa es el nuevo pacto en Mi sangre, que es derramada por ustedes.
La sangre de Jesus, que fue derramada para limpiar nuestros pecados, debe ser nuestra motivación para venir confiados a la casa de Dios.
Israel de manera tipológica, fue rociada con la sangre de los animales sacrificados.
Hebreos 9:22 NBLA
Y según la ley, casi todo ha de ser purificado con sangre, y sin derramamiento de sangre no hay perdón.
Esta sangre derramada sobre ellos estaba asegurando el perdón de sus pecados por la sangre del mesías que Dios había prometido. Al tiempo esta sangre los estaba llamando a consagrarse al Dios que les estaba llamando por gracia.
Es lo que señala también el bautismo. Es un lavamiento que señala que somos unidos a Cristo como resultado del derramamiento de su sangre y por nuestra unión con Cristo, se nos llama a consagrar nuestras vidas a él.
Por este sacrificio, ahora Israel puede acercarse a Dios por medio de sus representantes federales en vs. 9, el cielo se abre para recibirles, ellos entran para adorar a Dios en su morada celestial y no mueren:
Éxodo 24:11 NBLA
Pero Él no extendió Su mano contra los príncipes de los israelitas. Ellos vieron a Dios, y comieron y bebieron.
En lugar de muerte, son llamados a consagrarse a Dios, y tienen ahora comunión en El. Ven a Dios y comen y beben con él. Este es el climax de la adoración.
Ellos experimentaron una visión gloriosa de Dios. El límite entre los reinos visible e invisible, se eliminó temporal y parcialmente.
Ellos vieron a Jehová en su trono glorioso, en su templo celestial. La expansión, que es la cortina que separa los dos reinos, se corrió y vieron a Dios en su reino de gloria. Comieron y bebieron en su presencia.
Esta comida sagrada representa el compañerismo y la comunión entre Dios y los adoradores.
Esto nos lleva a nuestro 3 punto:

3. la comunión gloriosa que se experimenta como resultado de venir a su morada celestial.

Israel esta disfrutando del cielo en el monte Sinaí por medio de su mediador. Aunque ven a Dios, no lo describen, es probable que hayan visto una manifestación anticipada del hijo, pero lo notable que es tanta su gloria que solo se postran y describen el piso. Luego tienen una cena de comunión, se sientan a la mesa de Dios como sus hijos amados.
La sangre del pacto, los ha unido en una relación de amor y comunión gloriosa con el santo Dios.
Esta comida fue el punto culminante del servicio de adoración.
Antes de que Israel partiera del monte santo de Dios, construyeron el tabernáculo según el modelo que se les mostró en el monte.
Hebreos 8:5 NBLA
los cuales sirven a lo que es copia y sombra de las cosas celestiales, tal como Moisés fue advertido por Dios cuando estaba a punto de erigir el tabernáculo. Pues, dice Él: «Haz todas las cosas conforme al modelo que te fue mostrado en el monte».
Y la misma gloria divina que apareció en la cima de la montaña, reposó sobre el tabernáculo y llenó el santuario.
Cuando los israelitas partieron del Sinaí, se llevaron una réplica del monte santo. El tabernáculo era una copia y una sombra de este monte santo de Dios.
La adoración de Israel en el tabernáculo fue una extensión y perpetuación de su adoración en el monte Sinaí. Su adoración en el monte santo se repitió en su adoración continua en el tabernáculo de reunión y luego en el templo de Salomón.
A PARTIR DEL SINAÍ - Los servicios de adoración debían ser una renovación del pacto que Dios estableció con ellos en el monte Sinaí.
El DE LA HISTORIA ES cuando Moisés ascendió al lugar santísimo en la cima de la montaña. Moisés era el sumo sacerdote del monte santo, y solo a él se le permitió entrar en el lugar santÍsimo POR 40 DÍAS.
Cuando Moisés subió al monte, la nube lo cubrió, y la gloria del Señor se asentó sobre el monte Sinaí. Durante seis días la nube cubrió la montaña, y al séptimo día el Señor llamó a Moisés desde dentro de la nube. Para los israelitas, la gloria del Señor parecía un fuego consumidor en la cima de la montaña. Entonces Moisés entró en la nube mientras subía a la montaña. Y estuvo en el monte cuarenta días y cuarenta noches. (vv. 15–18)
Moisés se había estado acercando más y más a Dios desde que comenzó el éxodo. Se encontró con Dios en la zarza ardiente. Habló con Dios en la montaña y escuchó su voz desde la nube gloriosa. Con el resto de los líderes de Israel, vio a Dios y compartió una comida de pacto con él. Él era el mediador, el hombre que representaba al pueblo ante Dios, y ahora Dios lo estaba invitando a entrar en su gloria.
Esta es también la historia de nuestra propia salvación:
Dios nos llama a adorarle, hablándonos por su Palabra.
ENTIENDO QUE ESTAMOS Separados de Dios por nuestro pecado. Dios provee un sacrificio de expiación a través de la sangre de su pacto.
Ahora en Cristo podemos tener comunión con Dios. Podemos sentarnos a festejar en su banquete.
¿cómo termina la historia? Termina con nuestra entrada en la gloria. Esta es la meta de nuestra salvación: no solo ver a Dios y sentarnos con él, sino participar de su gloria. Lo que le sucedió a Moisés nos sucederá a nosotros: Dios descenderá y nos levantará a la gloria.
Lo que le sucedió a Moisés es un cuadro de lo que le sucederá a todos los que se acercan a Dios por medio de la fe en Jesucristo. La gloria es nuestro destino.
Apocalipsis 1:7a NBLA
El viene con las nubes, y todo ojo lo verá, aun los que lo traspasaron; y todas las tribus de la tierra harán lamentación por Él. Sí. Amén.
1 Tesalonicenses 4:17 NBLA
Entonces nosotros, los que estemos vivos y que permanezcamos, seremos arrebatados juntamente con ellos en las nubes al encuentro del Señor en el aire, y así estaremos con el Señor siempre.
1 Corintios 2:9, 10
1 Corintios 2:10 NBLA
Pero Dios nos las reveló por medio del Espíritu, porque el Espíritu todo lo escudriña, aun las profundidades de Dios.
No te anima esto, venir a la morada de Dios, a las puertas de Sión, a la iglesia, esta reunión es un anticipo a esta gloria.

Conclusión:

Hermanos, en este primer servicio de adoración se establece el patrón para lo que hacemos en la iglesia, se establece el proposito por el cual venimos esta mañana a un servicio de adoración.
llamado a la adoración, "Sube…hacia el Señor"
la lectura de la palabra de Dios,
una profesión publica de fe
un lavamiento
una comida sacramental de comunión
En este servicio de adoración esta contenida la gran promesa de Dios para su pueblo: "Yo seré tu Dios. ustedes serán mi pueblo”
Esta gran asamblea de Israel en el monte y la adoración que tuvo lugar allí por mediación de Moisés fueron una sombra de la verdadera adoración que ofreció el gran sumo sacerdote, Jesucristo, y de la adoración de su iglesia, que unida a él, hoy adora en Cristo en los lugares celestiales, y lo hace en Espíritu y en verdad.
El Señor Jesucristo, el sumo sacerdote del nuevo pacto, es “ministro del santuario, y de aquel verdadero tabernáculo que levantó el Señor, y no el hombre.”
Hebreos 8:2 NBLA
como ministro del santuario y del tabernáculo verdadero, que el Señor erigió, no el hombre.
Él no sirve en un santuario terrenal sino en el celestial, el primer y último lugar santísimo. Él no ascendió a una montaña terrenal, sino a una celestial. Y con su sangre, nos ha abierto “el camino nuevo y vivo” para entrar en ese lugar santo y acercarnos al glorioso trono de Dios colocado en lo alto y hacerlo con confianza.
Hebreos 10:19–22 NBLA
Entonces, hermanos, puesto que tenemos confianza para entrar al Lugar Santísimo por la sangre de Jesús, por un camino nuevo y vivo que Él inauguró para nosotros por medio del velo, es decir, Su carne, y puesto que tenemos un gran Sacerdote sobre la casa de Dios, acerquémonos con corazón sincero, en plena certidumbre de fe, teniendo nuestro corazón purificado de mala conciencia y nuestro cuerpo lavado con agua pura.
Hoy como iglesia, no adoramos a Dios en un santuario terrenal o en una montaña terrenal que se puede ver o tocar. Adoramos en el verdadero monte celestial, que actualmente está velado por la expansión, la cortina que Cristo pasó más allá cuando ascendió al cielo.
El Libro de Hebreos aclara esto cuando contrasta nuestra adoración con la adoración de Israel en el monte Sinaí.
Hebreos 12:18–24 NBLA
Porque ustedes no se han acercado a un monte que se puede tocar, ni a fuego ardiente, ni a tinieblas, ni a oscuridad, ni a torbellino, ni a sonido de trompeta, ni a ruido de palabras tal, que los que oyeron rogaron que no se les hablara más. Porque ellos no podían soportar el mandato: «Si aun una bestia toca el monte, será apedreada». Tan terrible era el espectáculo, que Moisés dijo: «Estoy aterrado y temblando». Ustedes, en cambio, se han acercado al monte Sión y a la ciudad del Dios vivo, la Jerusalén celestial, y a miríadas de ángeles, a la asamblea general e iglesia de los primogénitos que están inscritos en los cielos, y a Dios, el Juez de todos, y a los espíritus de los justos hechos ya perfectos, y a Jesús, el mediador del nuevo pacto, y a la sangre rociada que habla mejor que la sangre de Abel.
No nos acercamos a un monte que se puede ver o tocar. Nos acercamos al monte de Sión, al monte celestial de Dios. Ahí es donde hemos venido hoy para adorar. En este lugar, Cristo esta sentado a la diestra de Dios. Este lugar tan comun a tus ojos, esta lleno de la gloria del Espíritu de Dios, hemos venido para ador al Dios Trino con reverencia y asombro.
Hebreos 12:28–29 NBLA
Por lo cual, puesto que recibimos un reino que es inconmovible, demostremos gratitud, mediante la cual ofrezcamos a Dios un servicio aceptable con temor y reverencia; porque nuestro Dios es fuego consumidor.
¡¿Hay algo mejor que estar aqui hoy? ¿habrá algo mejor que hacer? Cada semana, Dios no ha provisto un día en el que podemos subir juntos a su santa morada celestial, para adorarle, para contemplarle en la hermosura de su santidad. En este lugar hemos venido a oírle y consagrar nuestras vida a él en gozosa obediencia.
Salmo 95:6–7 NBLA
Vengan, adoremos y postrémonos; Doblemos la rodilla ante el Señor nuestro Hacedor. Porque Él es nuestro Dios, Y nosotros el pueblo de Su prado y las ovejas de Su mano. Si ustedes oyen hoy Su voz,
Salmo 84 NBLA
Para el director del coro; sobre Gitit. Salmo de los hijos de Coré. ¡Cuán preciosas son Tus moradas, Oh Señor de los ejércitos! Anhela mi alma, y aun desea con ansias los atrios del Señor; Mi corazón y mi carne cantan con gozo al Dios vivo. Aun el gorrión ha hallado casa, Y la golondrina nido para sí donde poner sus polluelos: ¡Tus altares, oh Señor de los ejércitos, Rey mío y Dios mío! ¡Cuán bienaventurados son los que moran en Tu casa! Continuamente te alaban. (Selah) ¡Cuán bienaventurado es el hombre cuyo poder está en Ti, En cuyo corazón están los caminos a Sión! Pasando por el valle de Baca lo convierten en manantial, También las lluvias tempranas lo cubren de bendiciones. Van de poder en poder, Cada uno de ellos comparece ante Dios en Sión. ¡Oh Señor, Dios de los ejércitos, oye mi oración; Escucha, oh Dios de Jacob! (Selah) Mira, oh Dios, escudo nuestro, Y contempla el rostro de Tu ungido. Porque mejor es un día en Tus atrios que mil fuera de ellos. Prefiero estar en el umbral de la casa de mi Dios Que morar en las tiendas de impiedad. Porque sol y escudo es el Señor Dios; Gracia y gloria da el Señor; Nada bueno niega a los que andan en integridad. Oh Señor de los ejércitos, ¡Cuán bienaventurado es el hombre que en Ti confía!
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