Un nuevo comienzo.

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Dios nos da un nuevo comienzo que debemos aprovechar con sabiduría.

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Leer Fil 3:8-14
En estos versículos, Pablo menciona los tres tiempos de la vida: pasado, futuro, y presente:
Olvidando o dejando lo que queda atras (pasado); extendiéndome a lo que está delante (futuro); y prosigo hacia la meta (presente).
El primer día de Enero marca un nuevo comienzo en cuanto a calendario se refiere. Para muchos, también es un nuevo comienzo en cuanto a metas, proyectos, trabajo, y estilo de vida, etc.
Por medio del Diluvio, Dios le dio un nuevo comienzo a la humanidad; por medio del Éxodo, le dio un nuevo comienzo a los hijos de Jacob; por medio del decreto de Ciro, le dio un nuevo comienzo a la tribu de Judá; y, por medio de Cristo, nos dio, a los que hemos creído en Él, un nuevo comienzo.
El comienzo del nuevo año es un nuevo comienzo. Todos tenemos la necesidad de un nuevo comienzo.
Un nuevo comienzo nos permite...

La oportunidad de reflexionar sobre el pasado.

Cuando Pablo dice “olvidando lo que queda atrás” no se refiere a borrarlo de la mente, sino a no “estacionarse en el pasado”, a “no vivir en el pasado”.

El pasado es un buen maestro.

El pasado está para darnos lecciones y hacernos almacenar una enorme cantidad de recuerdos de todo tipo, porque la vida se trata de una búsqueda de lo bueno, de lo mejor, y no de una burbuja aislada de la realidad.
Por esa razón, debemos apreciar el pasado como lo que es, un maestro que nos enseña y a la vez nos incita a salir adelante y ser cada vez mejores personas. (Psicología y Mente)
Si olvidas el pasado, nunca aprenderás de él.
Como dijo Baruch Spinoza (1632-1677), el filósofo holandés, “Si no quieres repetir el pasado, estúdialo.

El pasado es un capítulo terminado.

El pasado es como el capítulo de un libro; un libro cuyo capítulo 2022 se terminó de escribir ayer a las 12:00 PM. ¡Ya no se le puede añadir nada!
Ah! pero podemos abrir el libro, revisar ese capítulo recién concluido, remontándonos a Enero 1, 2022, y ver que hicimos en los últimos 365 días; que hicimos bien, que logramos, que hicimos mal, que no hicimos, y por qué no lo logramos.
En varias ocasiones, el apóstol Pablo se vio obligado a mencionar el suyo, como una defensa de su nueva manera de vivir y pensar.
A los judíos que lo acusaban (Hch 21), Pablo, con el permiso del comandante, les habló sobre su pasado, relatando su anterior apego a la religión, su participación en la muerte de Esteban, y lo que le sucedió en el camino a Damasco (Hch 22:1-21).
A los filipenses, especialmente a los de origen judío, les escribió sobre su pasado:
Philippians 3:5–8 NBLA
circuncidado a los ocho días de nacer, del linaje de Israel, de la tribu de Benjamín, hebreo de hebreos; en cuanto a la ley, fariseo; en cuanto al celo, perseguidor de la iglesia; en cuanto a la justicia de la ley, hallado irreprensible. Pero todo lo que para mí era ganancia, lo he estimado como pérdida por amor de Cristo. Y aún más, yo estimo como pérdida todas las cosas en vista del incomparable valor de conocer a Cristo Jesús, mi Señor. Por Él lo he perdido todo, y lo considero como basura a fin de ganar a Cristo,
Pero el pasado no debe verse simplemente como una historia que contar, sino como una lección que aprender, para no cometer los mismos errores.

La oportunidad de enmendar errores.

El pasado nos confronta.

En esas noches de desvelo, en las cuales los recuerdos de los errores que cometimos martillan nuestra conciencia, el Espíritu nos confronta con nuestro pasado; no para traer sentimientos de culpabilidad, porque esos errores ya han sido perdonados, sino para desarrollar en nosotros un compromiso a evitarlos en el presente.

El pasado nos impulsa.

Aparte de la misericordia de Dios, el éxito del apóstol Pablo consistió en el hecho de que él aprendió de su pasado y enmendó los errores que cometió:
1 Timothy 1:12–13 NBLA
Doy gracias a Cristo Jesús nuestro Señor, que me ha fortalecido, porque me tuvo por fiel, poniéndome en el ministerio, aun habiendo sido yo antes blasfemo, perseguidor y agresor. Sin embargo, se me mostró misericordia porque lo hice por ignorancia en mi incredulidad.
El nuevo Saulo (Pablo) dejó de blasfemar, perseguir, y agredir.
Debemos ver el pasado como un maestro, del cual podemos aprender; no como un amo que nos obliga a seguir haciendo los mismos errores.
Tomando de la cita mencionada anteriormente:
El pasado es, un maestro que nos enseña y nos incita a salir adelante y ser cada vez mejores personas.” (Psicología y Mente)
Para ser mejores personas es necesario que corrijamos nuestros errores del pasado.
El que no aprende del pasado, está condenado a seguir cometiendo los mismos errores.
Usa el ayer para tener un mejor hoy.
Si seguimos haciendo lo mismo de antes, obtendremos los mismos resultados.
Si queremos ver resultados diferentes, tenemos que corregir aquello que nos hizo fracasar en el pasado.

La oportunidad para escribir un nuevo capítulo.

Tu futuro depende de lo que hagas con tu pasado.

Deberíamos usar el pasado como trampolín y no como sofá.” Harold MacMillan (1894-1986)
O sea que no debe ser para que nos acomodemos y estanquemos en él, sino para ser impulsados por él.
En lo pasado está la historia del futuro.” Juan Donoso Cortés (1809-1853)

Tu vida espiritual depende de lo que hagas con tu pasado.

El pasado es solamente el prólogo de un nuevo capítulo en el libro de tu vida.
Nicodemo comenzó a escribir su nuevo capítulo la noche cuando vino a preguntar a Jesús sobre los milagros que Jesús hacía.
John 3:1–2 NBLA
Había un hombre de los fariseos, llamado Nicodemo, prominente entre los judíos. Este vino a Jesús de noche y le dijo: «Rabí, sabemos que has venido de Dios como maestro, porque nadie puede hacer las señales que Tú haces si Dios no está con él»
Tres capítulos más adelante en el libro de la vida de Nicodemo (o sea tres años más tarde), le encontramos como un hombre lleno de valor suficiente para hacer pública su fe en Jesús, a pesar de saber que tal declaración seguramente le haría perder su posición y el respeto de sus colegas.
John 19:39–40 NBLA
Y Nicodemo, el que antes había venido a Jesús de noche, vino también, trayendo una mezcla de mirra y áloe como de treinta y tres kilos. Entonces tomaron el cuerpo de Jesús, y lo envolvieron en telas de lino con las especias aromáticas, como es costumbre sepultar entre los judíos.
El último capítulo en la vida incrédula y fariseica de Saulo se cerró también con su encuentro con Jesús en el camino a Damasco:
Acts 9:3–6 NBLA
Y mientras viajaba, al acercarse a Damasco, de repente resplandeció a su alrededor una luz del cielo. Al caer a tierra, oyó una voz que le decía: «Saulo, Saulo, ¿por qué me persigues?». «¿Quién eres, Señor?», preguntó Saulo. El Señor respondió: «Yo soy Jesús a quien tú persigues; levántate, entra en la ciudad, y se te dirá lo que debes hacer».
En ese momento, se cerró el capítulo del perseguidor. Y a partir de ese momento, Saulo, como un hombre totalmente diferente, comenzó a escribir un nuevo capítulo, el de apóstol de Jesucristo.
Si te aferras a tu pasado, fracasarás y sufrirás, pero si aprendes de él, prosperás y triunfarás.
2023 es un nuevo comienzo para mi vida, para tu vida, y para tu iglesia.
¡No dejes que en el cap. 2023 cometas los mismos errores del cap. 2022!
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