Jesús Sana en el Día de Reposo

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Introducción

¿Qué mensaje tiene Dios para nosotros en este primer día del año?
No buscamos una nueva revelación.
No buscamos un mensaje nuevo.
No buscamos un mensaje pasajero.
Solo necesitamos abrir este libro - la palabra de Dios y recibir el mensaje que Dios tiene para nosotros el día de hoy.
El día de hoy vamos a ver lo que sucedió en un día de reposo, en una sinagoga en Israel hace 2,000 años. Veremos:
La grave condición del hombre
El gran poder de Dios
La grave condición de los fariseos

I. La grave condición del hombre

Marcos escribe:
Marcos 3:1 NBLA
Otra vez entró Jesús en una sinagoga; y había allí un hombre que tenía una mano seca.
Estando Jesús en una sinagoga, seguramente en la región de Galilea, en un día de reposo se presenta a un hombre “que tenía una mano seca”.
Marcos enfoca el lente de la cámara sobre este pobre hombre.
No sabemos si la condición del hombre se debe a una condición de nacimiento o si es el resultado de un accidente.
Lucas nos da un detalle adicional acerca de la condición del hombre:
Lucas 6:6 NBLA
Y en otro día de reposo entró en la sinagoga y enseñaba; y había allí un hombre que tenía la mano derecha seca.
Era la mano derecha que había sido afectada.
Este pequeño detalle nos ayuda a ver la gran necesidad de este hombre.
Vivimos en un país donde hay mayor conciencia acerca de personas con alguna discapacidad o capacidades diferentes.
Existen leyes que exigen que los lugares públicos sean accesibles para sillas de ruedas.
En algunos lugares ofrecen audífonos especiales o interpretación en lenguaje de señas para aquellos que no pueden escuchar.
Existen prótesis robóticas (manos) para aquellos que han perdido sus dedos o la mano.
Pero, nada de esto existía en el mundo antiguo.
Es más, muchas de estas oportunidades no existen en muchos países de Latinoamérica, a pesar que vivimos en pleno siglo 21.
La situación del hombre en la sinagoga es muy sería.
Se entiende que era un hombre adulto.
Un hombre adulto tenía la responsabilidad de sostener la economía del hogar.
Debía salir a trabajar para poder solventar los gastos del hogar.
¿Qué esperanza podría tener un hombre con su mano derecha seca?
No tenía el uso de sus dos manos.
No podría tener un trabajo manual.
No podría ser albañil, carpintero, pescador, panadero, etc.
Sus oportunidades laborales eran prácticamente nulas.
Aparte de esto su condición estaba asociado con el estigma de ser una persona incapacitada.
Las mujeres estériles sentían vergüenza al no poder procrear un hijo.
Muchos enfermos eran vistos como sospechosos, como que su pecado era la causa de su enfermedad (p.ej., el que había nacido ciego).
Así que muchos en Israel podrían haber considerado a este hombre un gran pecador y que por esta causa es que Dios había permitido que tuviera una mano seca.
Pero, tal vez una de las cosas más dolorosas era el no poder visitar el templo de Dios en Jerusalén.
La Biblia da una orden muy estricta acerca de los que no podían acercarse a la casa de Dios:
Levítico 21:18 NBLA
”Porque ninguno que tenga defecto se acercará: ni ciego, ni cojo, ni uno que tenga el rostro desfigurado, o extremidad deformada,
En este contexto Dios estaba excluyendo del sacerdocio a cualquier descendiente de Aarón con una deformidad física.
Si los sacerdotes con capacidades especiales no podrían ministrar en el templo de Dios, mucho menos la población general.
No había esperanza para los israelitas con capacidades especiales - de poder estar en el templo de Dios y poder ofrecer un sacrificio.
Así que la condición de este pobre hombre era muy triste.
Seguramente vivía en la pobreza al no poder tener un trabajo.
Seguramente vivía con aislado de los demás quienes lo miraban como una persona bajo la maldición de Dios.
Seguramente vivía sintiéndose alejado de Dios al no poder entrar a los atrios del templo del Dios de Israel.

II. El gran poder de Dios

Hermanos, pero el Dios-encarnado había llegado a esta sinagoga.
Algo iba suceder.
El Mesías ha nacido.
El gran sanador ha venido.
El salvador de las naciones está habitando en medio de su pueblo.
Marcos describe la tensión que se sintió ese día en la sinagoga:
Marcos 3:2–4 NBLA
Y lo observaban para ver si lo sanaba en el día de reposo, para poder acusar a Jesús. Y Jesús le dijo* al hombre que tenía la mano seca: «Levántate y ponte aquí en medio». Entonces Jesús dijo* a los otros: «¿Es lícito en el día de reposo hacer bien o hacer mal, salvar una vida o matar?». Pero ellos guardaban silencio.
Jesús, el Dios encarnado, el que conoce el corazón del ser humano, sabe lo que la gente está pensando.
Muy bien conoce la mentalidad / el concepto religioso que los fariseos sentían en cuanto al día de reposo.
Los fariseos habían adoptado diferentes actividades que eran prohibidas en el día de reposo.
Era prohibido encender una chispa.
Era prohibido cargar una hoya de agua.
Era prohibido sanar / curar a un enfermo excepto si se trataba de un caso de vida o muerte.
Por tanto, si una persona caía a un pozo, pero no corría peligro su vida, tenían el deber de dejar a la persona en el pozo y sacarla hasta el otro día.
Ellos ya saben como ha actuado Jesús en el pasado:
Marcos 1:27 NBLA
Y todos se asombraron de tal manera que discutían entre sí, diciendo: «¿Qué es esto? ¡Una enseñanza nueva con autoridad! Él manda aun a los espíritus inmundos y le obedecen»
Marcos 1:34 NBLA
Y sanó a muchos que estaban enfermos de diversas enfermedades, y expulsó muchos demonios; y no dejaba hablar a los demonios, porque ellos sabían quién era Él.
Marcos 1:39 NBLA
Y fue por toda Galilea, predicando en sus sinagogas y expulsando demonios.
Ellos ya conocen la compasión de Jesús.
Conocen su amor por los desamparados, por los enfermos, por los afligidos…saben que Jesús va a hacer algo por este pobre hombre.
Solo están a la expectativa para ver que es lo que van a hacer.
Conociendo Jesús sus pensamientos les hace una pregunta donde confronta directamente sus falsas ideas religiosas en cuanto al día de reposo:
Marcos 3:4 NBLA
Entonces Jesús dijo* a los otros: «¿Es lícito en el día de reposo hacer bien o hacer mal, salvar una vida o matar?». Pero ellos guardaban silencio.
Les pregunta si se puede hacer bien o mal en día de reposo.
Hacer el bien sería sanar a una persona, quitar su aflicción, aliviar su carga, vendar su herida.
Matar no significa quitar la vida, sino simplemente no hacer nada y dejar a la persona con su enfermedad, su aflicción, su carga, su herida.
Jesús sabía que ellos solo aceptarían ayudar a una persona cuya vida corre peligro - no porque Dios lo había ordenado en su palabra sino en base a sus propios mandamientos religiosos.
Pero, notemos que quedan sin palabras ante la pregunta de Jesús.
No pueden responder.
No tienen palabras para responder ante el verbo encarnado.
El Dios encarnado va a hacer su santa voluntad en la vida de este hombre que ha estado sufriendo.
Marcos 3:5 NBLA
Y mirando con enojo a los que lo rodeaban, y entristecido por la dureza de sus corazones, le dijo* al hombre: «Extiende tu mano». Y él la extendió, y su mano quedó sana.
Jesús da la orden - Extiende tu mano; y lo sana de manera instantánea.
El creador del universo, el que lo formó en el vientre de su madre ha restaurado la mano de este pobre hombre.
Dios ha recreado los ligamentos, los huesos, los músculos, los nervios.
Dios ha restaurado completamente la mano de este hombre.
Imaginemos el gozo de este hombre.
Por fin podría conseguir un trabajo para poder sostener su hogar / su propia vida.
Por fin sería libre de las miradas de la gente, de la gente señalando su discapacidad, de las miradas que lo juzgaban preguntando que podría haber hecho este hombre para estar en esta condición.
Por fin, podría entrar a los atrios de la casa de Dios como dice el Salmo 100.
Salmo 100:4–5 NBLA
Entren por Sus puertas con acción de gracias, Y a Sus atrios con alabanza. Denle gracias, bendigan Su nombre. Porque el Señor es bueno; Para siempre es Su misericordia, Y Su fidelidad por todas las generaciones.
Su vida jamás sería igual.
Este hombre había tenido un encuentro con el dador de la vida.

III. La grave condición de los fariseos

Uno podría imaginar que todos se iban a regocijar con el hombre que ha sido sanado.
Ha sucedido un milagro entre ellos.
Lo menos que podríamos esperar es el asombro de la gente.
Pero, en lugar de asombro vemos que salen los fariseos de la sinagoga.
Marcos 3:6 NBLA
Pero cuando los fariseos salieron, enseguida comenzaron a tramar con los herodianos en contra de Jesús, para ver cómo lo podrían destruir.
Han salido de la sinagoga indignados por lo que acaba de suceder.
Han salido mortificados al ver lo que acaba de hacer Jesús.
A ellos no les interesa que un hombre ha recuperado su salud.
No les interesa que el hombre ya no sería visto con verguenza y sospecha.
No les interesa que por fin este hombre podría ir al templo de Dios.
Ellos lo único que sentían contra Jesús era odio, despecho, y comenzaron a sentir un vivo deseo de destruir a Jesús.
Tal vez las palabras de Jesús retumban en sus oídos - porque ellos no estuvieron de acuerdo con que Jesús sanara en día de reposo, pero si estaban dispuestos a violar el sábado en tramar contra Jesús para ver como lo podrían destuir.
Su odio por Jesús, por su compasión, por su obra de sanidad, era tanta que los tenía cegados.
En lugar de salir de la sinagoga agradecidos por haber sido testigos de un gran milagro, salen ofendidos buscando como destruir al hacedor de milagros.
¿Cuál es el mensaje de Dios para nosotros para este año mediante este pasaje?
Es posible que queremos identificarnos con el hombre que recibió la sanidad.
Todos queremos ser este hombre que recibió misericordia y bondad de parte de Jesús.
Todos queremos ser el hombre que encontró en Jesús la fuente de vida y restauración.
Pero, consideremos que Dios quiere usar esta historia no para que nos identifiquemos con el que fue sanado sino con los fariseos.
Los fariseos eran los religiosos.
Los fariseos eran los que pretendían guardar la ley de Dios.
Los fariseos creían que eran los puros, los apartados, los santificados.
Eran los que conocían la ley de Dios y debían ser los primeros en reconocer al Mesías.
Ellos debían haber salido a recibir al Mesías y darle gloria y alabanza.
Ellos debían haber reconocido a Jesús por quien decía ser - el salvador de las naciones.
Pero, en lugar de reconocerlo veamos lo que dice Marcos:
Marcos 3:5 NBLA
Y mirando con enojo a los que lo rodeaban, y entristecido por la dureza de sus corazones, le dijo* al hombre: «Extiende tu mano». Y él la extendió, y su mano quedó sana.
El gran peligro de aquellos que dicen conocer la ley de Dios, de guardar los mandamientos de Dios, de estar en el templo adorando a Dios, etc., es el endurecimiento de su corazón.
Amados hermanos, el corazón de los fariseos se endureció a tal punto que al ver el gran poder de Dios no pudieron reconocer al Mesías ni darle gloria.
Su corazón endurecido los tenía ciegos ante el milagro que estaban mirando.
Esta es la lección para nosotros - rogar a Dios que nuestro corazón no se endurezca.
Rogar a Dios que pueda enternecer nuestro corazón a su presencia.
Rogar a Dios que pueda nuestro corazón ser sensible a su Espíritu que redarguye cuando pecamos.
Rogar a Dios que pueda nuestro corazón ser sensible ante el sufrimiento humano, ante una humanidad perdida.
Rogar a Dios que nuestro corazón pueda anhelar servir a Dios, adorar a Dios, estar con él continuamente.
Rogar a Dios que podamos decir como David:
Salmo 51:10–12 NBLA
Crea en mí, oh Dios, un corazón limpio, Y renueva un espíritu recto dentro de mí. No me eches de Tu presencia, Y no quites de mí Tu Santo Espíritu. Restitúyeme el gozo de Tu salvación, Y sostenme con un espíritu de poder.
Rogar a Dios que podamos decir como Pedro:
Juan 6:68 NBLA
Simón Pedro le respondió: «Señor, ¿a quién iremos? Tú tienes palabras de vida eterna.
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