Éfeso: Ortodoxia sin Amor
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Introducción:
Introducción:
Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto: Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado. Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor. Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido. Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco. El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.
El formato de los mensajes a cada iglesia:
Una repetición de alguna descripción del Cristo glorioso en la visión de Juan en el capítulo 1 que resalta la característica de Cristo que les ayuda enfrentar el peligro específico.
Una detalle íntimo de la iglesia, con la frase “Yo conozco tus obras”, describiendo lo bueno y luego lo malo con la frase “pero tengo esto contra ti...”.
Sigue una advertencia y una invitación a cambiar. En cada una está el riesgo de perder lo que los hace una verdadera iglesia de Cristo.
Cuando alguien pregunta cuál es la verdadera iglesia, podemos por lo menos determinar por estas exhortaciones como debe ser una verdadera iglesia de Cristo.
Termina con la exhortación abierta a considerar el mensaje a la iglesia y una promesa al que venciere.
El primer mensaje a la primera iglesia enfatiza el primer peligro: la ortodoxia sin amor.
El ser ortodoxos (a diferencia de la religión ortodoxa) quiere decir que uno se aferra a la doctrina correcta, que está de acuerdo con las doctrinas primarias que enseña la Palabra de Dios, acerca de Dios, de Cristo, etc.
Habrán algunas diferencias en cosas secundarias y terciarias, pero las primarias son sólidamente claras en las Escrituras.
Es bueno ser ortodoxos en lo que creemos, pero como veremos, una iglesia no sobrevive y progresa con ortodoxia sola, sino que tiene que haber un equilibrio en lo que uno hace y su motivación.
Recuerdo con vergüenza un tiempo en que era alumno en la facultad bíblica, enseñando una clase de niños en la iglesia y activo en otras áreas, sin embargo, mi relación con el Señor, mi tiempo personal con Él, casi ni existía. Gracias a Dios, unos compañeros de trabajo cristianos me ayudaron a renovar mi comunión personal con el Señor y encontrar un mejor equilibrio entre el hacer el ministerio cristiano y ser un cristiano.
Cada creyente puede encontrar un mejor equilibrio entre hacer la vida cristiana y ser un cristiano, y así cumplir el propósito de Dios para Su iglesia al prestar atención a las diferentes partes de la carta a la iglesia de Éfeso.
La Aprobación de Cristo
La Aprobación de Cristo
El Cristo que habla, Ap. 2:1
Escribe al ángel de la iglesia en Efeso: El que tiene las siete estrellas en su diestra, el que anda en medio de los siete candeleros de oro, dice esto:
Su diestra indica Su poder y autoridad sobre la iglesia.
Su andar en medio indica Su presencia constante con la iglesia.
El dominio y la presencia de Cristo son la base por la que le deben escuchar, y por la que deben serle fiel. También es lo que los habilita a seguir fiel en su situación.
La iglesia al que habla, Ap. 2:2-3.
Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos; y has sufrido, y has tenido paciencia, y has trabajado arduamente por amor de mi nombre, y no has desmayado.
Los comienzos de la iglesia de Éfeso:
Aunque no era la ciudad capital, Éfeso era la ciudad más grande de la provincia romana en su tiempo. Fue una ciudad de puerto, por ende, un centro comercial, y el centro religioso de la región (similar a CABA y La Plata).
Allí se encontraban templos a varias deidades paganas, la principal siendo el templo de la diosa romana Diana (Artemisa de la mitología griega).
Hubieron algunos discípulos de Cristo ya en Éfeso cuando fue Pablo (Hch. 18:24, 26— Priscila y Aquila, Apollos— desde un comienzo hubo un enfoque en la doctrina correcta; Hch. 19:1— ciertos discípulos quienes no habían recibido el Espíritu Santo aún en este tiempo de transición).
Hechos 18:24, 26; 19:1 (RVR60)
Llegó entonces a Efeso un judío llamado Apolos, natural de Alejandría, varón elocuente, poderoso en las Escrituras… Y comenzó a hablar con denuedo en la sinagoga; pero cuando le oyeron Priscila y Aquila, le tomaron aparte y le expusieron más exactamente el camino de Dios… Pablo, después de recorrer las regiones superiores, vino a Efeso, y hallando a ciertos discípulos…
Pablo se concentró en instruir a estos discípulos, y a evangelizar y enseñar en la sinagoga (Hch. 19:8). Hizo esto por unos 3 meses.
Y entrando Pablo en la sinagoga, habló con denuedo por espacio de tres meses, discutiendo y persuadiendo acerca del reino de Dios.
Aunque muchos rechazaron el evangelio, muchos se convirtieron y dejaron sus prácticas paganas, Hch. 19:18-20.
Y muchos de los que habían creído venían, confesando y dando cuenta de sus hechos. Asimismo muchos de los que habían practicado la magia trajeron los libros y los quemaron delante de todos; y hecha la cuenta de su precio, hallaron que era cincuenta mil piezas de plata. Así crecía y prevalecía poderosamente la palabra del Señor.
Hubo un gran alboroto porque todas las conversiones empezar a afectar las ganancias de los artífices quienes creaban las estatuillas de la diosa Diana para vender, y se les acusó de desacreditar el culto a la diosa pagana Hch. 19:24, 27.
Hechos de los Apóstoles 19:24, 27 (RVR60)
Porque un platero llamado Demetrio, que hacía de plata templecillos de Diana, daba no poca ganancia a los artífices… “Y no solamente hay peligro de que este nuestro negocio venga a desacreditarse, sino también que el templo de la gran diosa Diana sea estimado en nada, y comience a ser destruida la majestad de aquella a quien venera toda Asia, y el mundo entero”.
El templo a la diosa Diana era considerado una de las siete maravillas del mundo antiguo. Era de suma importancia para el comercio y vivienda de la ciudad.
Llevaron a Pablo al teatro para juzgarle, un lugar al que puedes ir hoy (Hch. 19:29). La multitud es apaciguada por las autoridades.
Y la ciudad se llenó de confusión, y a una se lanzaron al teatro, arrebatando a Gayo y a Aristarco, macedonios, compañeros de Pablo.
Pablo emprende seguir con sus viajes y en el próximo capítulo exhorta a los líderes de la iglesia de Éfeso. Les encomienda la tarea de guiar y cuidar la iglesias, protegiéndola de la falsa enseñanza que es tan predominante en su ciudad, Hch. 20:28-31.
Hechos 20:28–31 (RVR60)
Por tanto, mirad por vosotros, y por todo el rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre. Porque yo sé que después de mi partida entrarán en medio de vosotros lobos rapaces, que no perdonarán al rebaño. Y de vosotros mismos se levantarán hombres que hablen cosas perversas para arrastrar tras sí a los discípulos. Por tanto, velad…
La fidelidad doctrinal de la iglesia de Éfeso:
Unos años después, Pablo manda Timoteo a Éfeso con el propósito específico de corregir falsa doctrina, 1 Tim. 1:3-4.
1 Timoteo 1:3–4 (RVR60)
Como te rogué que te quedases en Efeso, cuando fui a Macedonia, para que mandases a algunos que no enseñen diferente doctrina, ni presten atención a fábulas y genealogías interminables, que acarrean disputas más bien que edificación de Dios que es por fe, así te encargo ahora.
Aparentemente, como había advertido Pablo al exhortar a los líderes en Hechos, falsos maestros se habían levantado de entre ellos, 1 Tim. 1:6-7; 6:20-21.
1 Timoteo 1:6–7; 6:20-21 (RVR60)
de las cuales cosas desviándose algunos, se apartaron a vana palabrería, queriendo ser doctores de la ley, sin entender ni lo que hablan ni lo que afirman… Oh Timoteo, guarda lo que se te ha encomendado, evitando las profanas pláticas sobre cosas vanas, y los argumentos de la falsamente llamada ciencia, la cual profesando algunos, se desviaron de la fe…
Para el tiempo que Pablo escribe su segunda carta a Timoteo, le encarga a enseñar hombres fieles que se aferran a la sana enseñanza, 2 Tim. 2:2 y que sigan predicando fielmente la Palabra de Dios, 2 Tim. 4:2.
2 Timoteo 2:2; 4:2 (RVR60)
Lo que has oído de mí ante muchos testigos, esto encarga a hombres fieles que sean idóneos para enseñar también a otros… que prediques la palabra; que instes a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con toda paciencia y doctrina.
Al adelantarnos unos 30 años, vemos que la iglesia de Éfeso ha podido permanecer fiel en cumplir su cargo de proteger la iglesia contra la falsa doctrina.
Cristo resalta el hecho que la iglesia de Éfeso ha sido fiel en Su servicio a Él a pesar de la dificultad y aún persecución que experimentaron en esa ciudad con tan gran influencia pagana. Han trabajado arduamente en probar, discernir, y proteger la iglesia de los que enseñan falsa doctrina.
También menciona que aborrecen las obras de los nicolaítas (no dice “aborrecen los nicolaítas”, sino “las obras de los nicolaítas”), Ap. 2:6. Luego en el capítulo 3, mencionará este grupo otra vez con algo más de detalle, entonces esperaremos hasta ese entonces para descubrir un poco más sobre ellos. Por ahora, sólo hace falta saber que eran un grupo que enseñaba falsa doctrina que la iglesia de Éfeso había apropiadamente rehusado entrada.
Pero tienes esto, que aborreces las obras de los nicolaítas, las cuales yo también aborrezco.
Esta aprobación de Cristo en lo que están haciendo bien nos resalta la necesidad de aprender de la Palabra de Dios lo que es correcto, y de tomar el tiempo y poner el esfuerzo en poder distinguir entre lo verdadero y falso.
Esto viene con la madurez espiritual, al seguir creciendo en el Señor.
Todo cristiano, mediante su propia dieta de la Palabra de Dios debe de poder llegar hacer eso, no tiene que depender de su pastor o líder para decirles lo que está bien o mal, Heb. 5:12, 14.
Hebreos 5:12, 14 (RVR60)
Porque debiendo ser ya maestros, después de tanto tiempo, tenéis necesidad de que se os vuelva a enseñar cuáles son los primeros rudimentos de las palabras de Dios; y habéis llegado a ser tales que tenéis necesidad de leche, y no de alimento sólido… pero el alimento sólido es para los que han alcanzado madurez, para los que por el uso tienen los sentidos ejercitados en el discernimiento del bien y del mal.
Ilustración: La Aprobación de Cristo- la aprobación de un padre a su hijo reafirma la acción positiva para que lo siga haciendo.
Aplicación: La Aprobación de Cristo
Es bueno aprender lo que la Biblia enseña. Aferrarse a la sana doctrina es importantísimo, a pesar de la dificultad y presión que ejerce nuestra cultura y sociedad pecaminosa.
Cada uno de nosotros debemos trabajar arduamente para poder reconocer falsedades cuando las escuchamos y distinguir entre buenos y falsos maestros.
Con una dieta regular personal en la Palabra de Dios, uno va aprendiendo.
Con un discipulado se puede ir aprendiendo un poco mas de forma sistemática.
Con buenos libros uno va aprendiendo también acerca que lo que enseña la Biblia acerca de diferentes temas y también como aplicarlo a la vida.
La Acusación de Cristo
La Acusación de Cristo
Pero tengo contra ti, que has dejado tu primer amor.
La acusación de Cristo a la iglesia de Éfeso no fue por su infidelidad en cumplir su tarea, sino por su indiferencia.
Era todo cabeza sin corazón, acción sin amor, haciendo todo lo correcto sin el motivo correcto.
La sana doctrina es de suma importancia, sin embargo, lo que más caracteriza al creyente como hijo de Dios es amor, Jn. 13:35.
En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.
Se estaban olvidando de algo esencial, 1 Cor. 13:1-3.
Victoriosos en Cristo: Estudio Expositivo de Apocalipsis Acusación (v. 4)
es posible servir, sacrificarse y sufrir por su nombre ¡y con todo no amar de verdad a Jesucristo! Los creyentes efesios estaban tan atareados manteniendo su separación que descuidaban la adoración. El trabajo no es sustituto para el amor; y tampoco la pureza es un sustituto de la pasión. La iglesia debe tener ambas cosas para agradar al Señor Jesucristo.
La acusación de Cristo resalta el hecho que habían olvidado el más grande mandamiento.
Todo mandamiento de Dios es guardado cuando practicamos el verdadero amor, Mat. 22:37-40.
Jesús le dijo: Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con toda tu mente. Este es el primero y grande mandamiento. Y el segundo es semejante: Amarás a tu prójimo como a ti mismo. De estos dos mandamientos depende toda la ley y los profetas.
El verdadero amor hacia Dios resulta en el verdadero amor hacia otros, 1 Jn. 4:7-8.
1 Juan 4:7–8 (RVR60)
Amados, amémonos unos a otros; porque el amor es de Dios. Todo aquel que ama, es nacido de Dios, y conoce a Dios. El que no ama, no ha conocido a Dios; porque Dios es amor.
La iglesia de Éfeso había estado tan enfocando en proteger y guardar lo correcto que no se guardaron de pecar por omisión, ignorando algo sumamente importante.
Juan Sachez, 7 Amenazas:
“No es difícil abandonar el amor. Esto no sucede de golpe. Considera a una cristiana nueva. Con gran entusiasmo, ella devora la Biblia y se lee con avidez dos o tres libros cristianos a la semana. Pero, a medida que su conocimiento aumenta, también aumenta su orgullo. Antes de darse cuenta, siente que ha crecido más que la mayoría de los cristianos a su alrededor. Nuestra cristiana piensa para sí misma que, a diferencia de ella, los demás son perezosos en la lectura de la Biblia; a diferencia de ella, estos no toman en serio su pecado; a diferencia de ella, están demasiado arraigados a este mundo. A medida que aumenta el orgullo espiritual, también aumenta nuestra disposición a juzgar pecaminosamente a los demás. Y, a medida que aumenta nuestra disposición a juzgar pecaminosamente a los demás, nuestro amor por ellos se torna cada vez más frío”.
Ilustración: La Acusación de Cristo- La pérdida de amor en un matrimonio por volverse demasiado rutinario.
Aplicación: La Acusación de Cristo
¿Que tal tu? ¿Has perdido tu primer amor? ¿Es tu amor a Cristo tan feroz como cuando primero lo conociste como Tu Salvador, o ya no te apasiona tanto? ¿Cuando escuchas algo tan fundamental como la muerte de Cristo en la cruz en tu lugar, agradeces, o menosprecias diciendo “¿Esto otra vez?, ¡ya lo sé!”?
¿Has dejado de buscar a Dios en tu vida personal? ¿Oras sólo para la comida? ¿Lees la Biblia sólo en la iglesia? ¿Cuando lees la Biblia en casa, lo haces para completar el día del plan, o de en serio buscas la voluntad, fuerza, y guía del Señor para tu vida?
Al perder nuestro primer amor a Dios, afecta también como miramos a los demás. Su faltas y debilidades se hacen más perturbadores en nuestros ojos, hay menos compasión y gracia en nuestro trato. Tu amistad y acercamiento a ellos es basado no en tu deber de amar y animar a otros, sino tu agrado y afinidad con ellos, entonces si no te agradan, no pierdes tu tiempo con ellos. Los llamas tóxicos porque no te agradan y te alejas, ignorando que lo más tóxico es tu falta de amor hacia ellos.
La Amonestación de Cristo
La Amonestación de Cristo
Apocalipsis 2:5,7 (RVR60)
Recuerda, por tanto, de dónde has caído, y arrepiéntete, y haz las primeras obras; pues si no, vendré pronto a ti, y quitaré tu candelero de su lugar, si no te hubieres arrepentido… Al que venciere, le daré a comer del árbol de la vida, el cual está en medio del paraíso de Dios.
Las opciones:
Cristo les da un ultimátum, cambiar de rumbo o perder la luz de ser una verdadera iglesia.
Cristo es el que lleva las estrellas en Su diestra (tiene dominio sobre ellas), y está en medio de las iglesias (Está con ellas).
Si le son infiel y no cambian su actitud, afectará su rumbo y perderán todo lo que lo hacen una iglesia de Cristo, serán un edificio llena de gente pero vacía en su eficacia para la obra de Señor, alejándose de Él cada vez más.
El verdadero seguidor de Cristo vencerá y experimentará la presencia del Señor por siempre, 1 Jn. 5:4-5.
Porque todo lo que es nacido de Dios vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al mundo, nuestra fe. ¿Quién es el que vence al mundo, sino el que cree que Jesús es el Hijo de Dios?
El retorno triplico:
RECUERDA: Debían recordar el celo inicial que tuvieron al ser convertidos (que incluso los llevó a desechar sus libros de magia y idolatría en la cara de su sociedad pagana). Recordar de dónde Dios nos salvó nos trae una pasión por Él. Esencialmente, cuando nos damos cuenta de la inmensa gracia de Dios en la vida al perdonarnos y hacernos sus hijos, no podemos ignorar lo inmenso de nuestro pecado cuando le despreciamos o desobedecemos.
ARREPIENTA: Debemos estar de acuerdo con Dios acerca de nuestro pecado. Aún al saber que uno está haciendo lo que debe hacer, no quita del hecho que la motivación detrás de la acción es de suma importancia a Dios. La acción vacía de amor no agrada al Señor. Debemos entender y lamentar por ese pecado de omisión.
REPITA: Volver a empezar con las primeras obras. Debemos amar al Señor como inicialmente lo amamos luego de nuestra conversión. Debemos amar a otros y compartirles de Su amor como hacíamos al principio. Debemos practicar la devoción a Su voluntad para nuestras vidas, buscando con diligencia en Su Palabra.
Pablo anima a Timoteo, uno que sabía quién era Jesús, 2 Tim. 2:8.
Acuérdate de Jesucristo, del linaje de David, resucitado de los muertos conforme a mi evangelio,
Ilustración: La Amonestación de Cristo- Entrenamiento de baloncesto… siempre de volviendo a lo básico, a lo fundamental.
Aplicación: La Amonestación de Cristo
Recuerda la gracia de Dios cuando te convertiste a Él.
Ponte de acuerdo con Dios que la acción religiosa sin el amor piadoso es vacío y pecaminoso.
Vuelve a amar a Dios con todo tu corazón y mente y fuerzas, a buscar de Él sinceramente cada día en oración y Su Palabra, a esforzarte a vivir para Él diariamente.
Vuelve a amar a otros al compartir las buenas nuevas apasionadamente con ellos, mostrarles el amor de Dios, a esforzarte aún sacrificialmente por el bien de otros sin esperar nada a cambio, y animar a otros con lo que has aprendido del Señor en tu vida.