Mejores son Tus amores que el vino

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Según las Escrituras, existe un canto que es mejor que todos, que nadie puede aprender, sino ciertas personas que se relacionan con el Cordero de Dios. La razón es que ese canto es más que una letra con música; debe vivirse, debe llegar a ser una experiencia en nosotros. La Biblia misma nos da su nombre y ha dedicado un libro completo para describirlo: El Cantar de los Cantares. Este canto habla de la relación íntima de amor de Cristo con Su Esposa. Aquellos que lo conozcan y que lo vivan serán los que lleguen ha tener la experiencia de recibir lo mejor de Dios para el hombre.

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Una nueva visión – Mejores son Tus amores que el vino
Domingo 29 de Enero 2023 - Iglesias Bethel El Naranjo, Transmisión Bethel La Paz & Senda Antigua
LECCIÓN 04
ORACIÓN
“Háblanos Tus Palabras Cristo. Enséñanos a este hora. Queremos hacerte oír nuestra voz, haznos oír Tu voz, porque dulce es la voz tuya y hermosas Tus Palabras. Amén.”
—repaso de como mostrar interés por sus besos.
Verso 1:2 Mejores son tus amores que el vino
Significados del vino
1- El vino habla del amor
La segunda parte de Cantares 1:2 dice:
“ 2¡Oh, si él me besara con besos de su boca!
--(leer desde aquí)
Porque mejores son tus amores que el vino.”
En este libro, así como en otras escrituras de la Biblia, el amor y el vino están relacionados.
Miremos unos ejemplos:
Cantares 1:4 dice:
“4 Atráeme; en pos de ti correremos.
El rey me ha metido en sus cámaras;
Nos gozaremos y alegraremos en ti;
Nos acordaremos de tus amores más que del vino;
Con razón te aman.”
Cantares 4:10 dice:
“10 ¡Cuán hermosos son tus amores, hermana, esposa mía!
¡Cuánto mejores que el vino tus amores,
Y el olor de tus ungüentos que todas las especias aromáticas!”
Cantares 7:9 dice:
“9 Y tu paladar como el buen vino,
Que se entra a mi amado suavemente,
Y hace hablar los labios de los viejos.”
Cantares 8:2-3 dice:
“2 Yo te llevaría, te metería en casa de mi madre;
Tú me enseñarías,
Y yo te haría beber vino
Adobado del mosto de mis granadas.
3 Su izquierda esté debajo de mi cabeza,
Y su derecha me abrace.”
Es más, la palabra hebrea que se traduce como amor viene de una raíz que significa hervir; la palabra traducida como “vino” en el original, viene de una raíz que quiere decir efervescencia, o sea, es el mismo efecto que se produce al hervir algo.
Usando estas raíces podríamos decir el mismo verso de esta manera: “Porque tu hervir es mejor que el hervir de este mundo”.
Cantares 7:12 dice:
“12 Levantémonos de mañana a las viñas;
Veamos si brotan las vides, si están en cierne,
Si han florecido los granados;
Allí te daré mis amores.”
El verso anterior dice que la sulamita le da al Rey sus amores en las viñas.
Las viñas hablan del lugar de la relación íntima con Cristo, donde le damos nuestro amor a Él.
Otra similitud entre el vino y el amor es que así como el amor es el fruto del Espíritu, el vino es un producto que se obtiene del fruto de la vid.
2- El vino habla de gozo
Eclesiastés 10:19 dice:
“19Por el placer se hace el banquete, y el vino alegra a los vivos; y el dinero sirve para todo.” (para entender lo que dice: el dinero da todo esto).
Salmos 104:15 dice:
“15 Y el vino que alegra el corazón del hombre,
El aceite que hace brillar el rostro,
Y el pan que sustenta la vida del hombre.”
De las escrituras anteriores vemos que tanto el salmista como el mismo escritor del libro de Cantares relacionan el vino con el gozo.
El mensaje del vino
La Biblia vincula el amor, el gozo y la vida por medio del vino.
Entonces, al decirle al Rey: “Mejores son tus amores que el vino”, ella le está diciendo al Señor: “Tus amores, el vino divino, son mejores que el vino o el amor de este mundo”, o en otras palabras: “La relación íntima contigo, Señor, es mejor que el amor natural”.
Esto es mucho más importante de lo que pueda parecer a simple vista.
Si el ser humano no bebe del vino celestial, si no participa del amor divino, beberá del vino terrenal y del amor de este mundo, que está cargado de lujuria y concupiscencia.
Creo hermanos que básicamente ningún ser humano podrá conquistar la lujuria sin desarrollar esa relación íntima con el Señor.
¿Por qué digo esto?
El matrimonio, así como los diferentes aspectos de la vida natural, revela verdades espirituales de la relación entre el ser humano y Dios.
El impulso que mueve al ser humano a desear una relación física de amor, fue puesto por el Señor como una sombra de algo espiritual: El deseo y el amor que Él siente para con Su esposa, la Iglesia.
Meditemos un momento en el siguiente punto: El hombre está dispuesto a hacer locuras y hasta dar su vida para saciar la necesidad física producida por esos impulsos irresistibles.
El amor e impulso terrenal son una figura tan clara del amor divino, que también revelan esta actitud en Dios.
Cristo estuvo dispuesto a ir a la cruz y a morir a causa de Su amor por nosotros.
Volviendo a la pregunta anterior, si no nos saciamos con la relación verdadera, de la cual los impulsos naturales son una sombra, vamos a caer en pecado.
Porque el impulso natural es tan fuerte y irresistible, que necesitamos conquistarlo al saciarnos con el amor divino.
Eclesiastés 7:26 dice:
“26Y he hallado más amarga que la muerte a la mujer cuyo corazón es lazos y redes, y sus manos ligaduras. El que agrada a Dios escapará de ella; mas el pecador quedará en ella preso.”
Este verso demuestra que lo que estoy diciéndoles no son mis propias ideas, sino que es una ley de la palabra de Dios: El que agrada a Dios, el que desarrolla la intimidad divina, será librado de la inmoralidad.
Este verso declara que si no agradamos al Señor, tarde o temprano vamos a caer.
El vino celestial no solo es participar del amor de Dios, sino del gozo del Señor.
Salmos 16:11 dice:
“11 Me mostrarás la senda de la vida;
En tu presencia hay plenitud de gozo;
Delicias a tu diestra para siempre.”
En la presencia de Dios está la plenitud de gozo.
Por eso, mejor es el gozo del Señor, el estar en Su presencia, que el gozo del mundo.
El gozo que experimentamos al estar en Su presencia es mucho más sublime y alegre que cualquier gozo terrenal.
Las personas que vieron a los discípulos de Hechos 2 pensaron que estaban ebrios, porque los vieron actuar como que habían bebido vino; en efecto, así era.
Ellos habían participado del vino celestial, del gozo que trae la presencia de Dios.
Verso 1:3 – El olor de sus suaves ungüentos
Cantares 1:3 dice:
“ 3A más del olor de tus suaves ungüentos,
Tu nombre es como ungüento derramado;
Por eso las doncellas te aman.”
Simbología
Las tres palabras principales de este versículo son: Olor, ungüento y nombre.
La palabra olor, además de significar fragancia, está relacionada con un ministerio de Dios o hacia Dios.
Miremos Génesis 8:21:
“21Y percibió Jehová olor grato; y dijo Jehová en su corazón: No volveré más a maldecir la tierra por causa del hombre; porque el intento del corazón del hombre es malo desde su juventud; ni volveré más a destruir todo ser viviente, como he hecho.”
Y Juan 12:3:
“3Entonces María tomó una libra de perfume de nardo puro, de mucho precio, y ungió los pies de Jesús, y los enjugó con sus cabellos; y la casa se llenó del olor del perfume.”
La palabra ungüento también se traduce como unción, como en Isaías 10:27 donde dice: “27Acontecerá en aquel tiempo que su carga será quitada de tu hombro, y su yugo de tu cerviz, y el yugo se pudrirá a causa de la unción.” o aceite, relacionado con el aceite de la unción, como dice en Éxodo 25:6: “6aceite para el alumbrado, especias para el aceite de la unción y para el incienso aromático,”, y en Éxodo 29:7: “7Luego tomarás el aceite de la unción, y lo derramarás sobre su cabeza, y le ungirás.”.
Finalmente, el concepto de la palabra nombre incluye el carácter de la persona.
Por ejemplo, Nabal era un necio o insensato; Jacob un suplantador, etc.
Por esa razón aparecen tantos nombres de Dios en la escritura.
Estos son datos para que aprendamos cómo es Su carácter.
Importancia del buen nombre
Al sustituir las palabras de este pasaje por su significado espiritual leemos así: “A más del ministerio (olor) [que brota] de tu unción (ungüento), tu carácter (nombre) es como unción derramada”.
En otras palabras, el rey no solo tiene un ministerio ungido, sino que su carácter también es ungido.
Estas dos cosas no solo son diferentes, sino importantes.
Actualmente en la iglesia no es muy importante el carácter de un ministro.
Lo que le importa a las personas es recibir alguna bendición espiritual: Una sanidad o un desmayo espiritual, por ejemplo.
Debemos entender que alguien puede administrar con la unción del Señor, pero eso no significa que su vida o caminata tienen la bendición y aprobación del Señor.
Para un creyente, especialmente un ministro, lo primordial no debe ser si predica con unción (aunque sí es algo importante).
Lo importante debe ser si cuando lo buscamos día tras día la presencia de Dios y su unción descienden sobre nuestra vida.
Si Él lo hace, es que está complacido con nuestro carácter y nuestro nombre.
De lo contrario, aunque tengamos un ministerio de sanidad, o de liberación, o demos prédicas que sacudan a la gente, algo anda mal con nosotros.
Si queremos ser como Cristo, además de tener un ministerio con la unción, nuestro nombre (o sea nuestro carácter) debe ser como ungüento derramado (o sea como unción derramada).
Eclesiastés 10:1 dice de la versión Biblia de las Américas:
“Las moscas muertas hacen que el ungüento del perfumista dé mal olor;
un poco de insensatez pesa más que la sabiduría y el honor.”
Este escrito de Salomón nos explica que pueden haber pequeños detalles de nuestra vida que provocan un olor desagradable de nuestro ungüento para el Señor.
Algunos de los olores que pueden excluirnos de Su presencia y bendición son los siguientes:
1- El olor a quemado producido por una vida inmoral, como lo dice Proverbios 6:27-29:
“27 ¿Tomará el hombre fuego en su seno
Sin que sus vestidos ardan?
28 ¿Andará el hombre sobre brasas
Sin que sus pies se quemen?
29 Así es el que se llega a la mujer de su prójimo;
No quedará impune ninguno que la tocare.”
2- El olor de la carne, que es resultado de una vida que no es cambiada o transformada por el Señor, como lo dice Jeremías 48:11:
“11Quieto estuvo Moab desde su juventud, y sobre su sedimento ha estado reposado, y no fue vaciado de vasija en vasija, ni nunca estuvo en cautiverio; por tanto, quedó su sabor en él, y su olor no se ha cambiado.”
3- El olor desagradable del orgullo y la arrogancia, como lo dice Isaías 3:16, 24:
“16Asimismo dice Jehová: Por cuanto las hijas de Sion se ensoberbecen, y andan con cuello erguido y con ojos desvergonzados; cuando andan van danzando, y haciendo son con los pies;
24Y en lugar de los perfumes aromáticos vendrá hediondez; y cuerda en lugar de cinturón, y cabeza rapada en lugar de la compostura del cabello; en lugar de ropa de gala ceñimiento de cilicio, y quemadura en vez de hermosura.”
4- El mal olor de ofrecer sacrificios a ídolos, como lo dice Ezequiel 16:19:
“19Mi pan también, que yo te había dado, la flor de la harina, el aceite y la miel, con que yo te mantuve, pusiste delante de ellas para olor agradable; y fue así, dice Jehová el Señor.”
5- De llagas sin curar, como lo dice Salmos 38:5:
“5 Hieden y supuran mis llagas,
A causa de mi locura.”
6- Y de la muerte espiritual, como lo dice Isaías 34:3:
“3Y los muertos de ellas serán arrojados, y de sus cadáveres se levantará hedor; y los montes se disolverán por la sangre de ellos.”
Eclesiastés 7:1 (versión Biblia de las Américas) dice:
“Mejor es el buen nombre que el buen ungüento,
--(leer hasta aquí)
y el día de la muerte que el día del nacimiento.”
El buen nombre es mejor que el buen ungüento; en otras palabras, para el Señor es mejor el carácter correcto que la buena unción.
De Génesis 27:27 aprendemos que si nos acercamos al Padre con el olor de las vestiduras del Primogénito en nosotros, Él va a bendecirnos.
Miren como dice Génesis 27:27:
“27Y Jacob se acercó, y le besó; y olió Isaac el olor de sus vestidos, y le bendijo, diciendo:
Mira, el olor de mi hijo,
Como el olor del campo que Jehová ha bendecido;”
Notemos el final del verso en Cantares 1:3:
“ 3A más del olor de tus suaves ungüentos,
Tu nombre es como ungüento derramado;
Por eso las doncellas te aman.”
Dice que por eso, las doncellas o vírgenes aman al rey.
Si somos librados de otros amores o deseos falsos, vamos a amar el ministerio y el carácter de Aquel cuyo nombre es como ungüento derramado.
--el verso Cantares 1:4 ya lo hemos visto en nuestra primera lección, recuerdan?
Cantares 1:4:
“4 Atráeme; en pos de ti correremos.
El rey me ha metido en sus cámaras;
Nos gozaremos y alegraremos en ti;
Nos acordaremos de tus amores más que del vino;
Con razón te aman.”
Verso 1:5 – Sujeción y Disciplina
El descuido de nuestra viña
El conflicto de las dos naturalezas
Cantares 1:5 dice:
“5 Morena soy, oh hijas de Jerusalén, pero codiciable
Como las tiendas de Cedar,
Como las cortinas de Salomón.”
Después de estar en las cámaras reales, es interesante lo que la amada del Rey expresa: “Soy morena, pero codiciable”.
La palabra “morena” quiere decir literalmente “negra”.
La raíz hebrea de dicha palabra se utiliza en el siguiente pasaje:
Job 30:30 dice:
“30 Mi piel se ha ennegrecido y se me cae,
Y mis huesos arden de calor.”
En este contexto es obvio que la negrura no expresa algo deseable.
En lo espiritual la meta no es ser negros o morenos, sino ser emblanquecidos y purificados.
Esto se confirma al descubrir por qué razón ella es morena.
Cantares 1:6 dice:
“6 No reparéis en que soy morena,
Porque el sol me miró.
Los hijos de mi madre se airaron contra mí;
Me pusieron a guardar las viñas;
Y mi viña, que era mía, no guardé.”
Ella era morena debido al sol.
El pasaje que acabamos de leer en Cantares 1:6, el sol no habla de Cristo, sino de lo que el mismo Salomón explica en el libro de Eclesiastés 1:3:
“3¿Qué provecho tiene el hombre de todo su trabajo con que se afana debajo del sol?”
En este contexto, el sol se relaciona con el trabajo o el afán diario, obras no guiadas por el Espíritu Santo.
Por eso él repite mucho en este libro: Todo es vanidad.
Las obras de la carne, el poner los ojos en este mundo y en esta vida, es vanidad de vanidades.
De manera que ella dice que es morena, pero codiciable.
Ambos conceptos son tan opuestos como lo son las tiendas de Cedar y las cortinas de Salomón.
Cedar es un hijo de Ismael (como lo dice Génesis 25:13: “13estos, pues, son los nombres de los hijos de Ismael, nombrados en el orden de su nacimiento: El primogénito de Ismael, Nebaiot; luego Cedar, Adbeel, Mibsam,”).
El Salmo 120:5-7 relaciona las tiendas o moradas de Cedar con pleitos y guerras:
“5 ¡Ay de mí, que moro en Mesec,
Y habito entre las tiendas de Cedar!
6 Mucho tiempo ha morado mi alma
Con los que aborrecen la paz.
7 Yo soy pacífico;
Mas ellos, así que hablo, me hacen guerra.”
Por otro lado, las cortinas o tiendas de Salomón nos hablan de paz, pues Salomón quiere decir pacífico.
Así que aquí hay dos parejas de conceptos opuestos: Morena pero codiciable, y con guerras pero apacible.
¿Por qué?
Porque el creyente posee dos naturalezas que son completamente opuestas: la naturaleza de Ismael, la carne, y la naturaleza del Rey Salomón, Cristo.
CORO: Tu Nombre es como ungüento derramado – G.
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