Los cielos son abiertos en el Sacramento del Bautismo

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INTRODUCCIÓN: En una ocasión, un hermano se acercó para decirme:

- Pastor, mi vecino asiste a una iglesia distinta a la nuestra. Él insiste en que nosotros estamos equivocados porque bautizamos a los niños. Dice que la Biblia enseña que Jesús fue bautizado cuando estaba grande. También señala otro punto, dice que erramos por hacerlo en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo. Me tiene confundido. No sé como responderle, porque habla muy rápido y, conoce, más los versículos bíblicos que yo.

Lo que me dijo este hermano, me dio pie para enseñarle, lo que deseo compartir con ustedes en este día, que nuestro Calendario Litúrgico reserva para celebrar: “El Domingo del Bautismo de nuestro Señor”.

Esta pregunta también me permitió animarlo a leer la Escritura porque, su escaso conocimiento bíblico no era culpa del vecino, sino de él y de muchos, que no dedican tiempo para repasar los principios doctrinales fundados en la Palabra de Dios. Además debí aclarar que conocer la Biblia es poder repetir versículos de memoria, que es bueno conocerlos, sino interpretarla correctamente, dado a que la Palabra de Dios se explica sola. Los pasajes más oscuros que necesitan una explicación pueden y deben ser explicados por otros pasajes más claros de la Escritura

Hoy, con la ayuda de Dios, vamos a recordar lo que narra el Espíritu Santo en el evangelio de Lucas, sobre el Día en que fue bautizado Cristo por San Juan Bautista, y las aplicaciones que este pasaje nos deja a todos nosotros, para afirmar la verdad:

“Los cielos son abiertos en el Sacramento del Bautismo”

1. PARA ESCUCHAR NUESTRAS ORACIONES. Lucas 3:21

Antes de desarrollar el texto, debo contestar a la falsa enseñanza de algunas iglesias con doctrinas equivocadas, en las que predican que no se deben bautizar niños, argumentando que Cristo fue bautizado cuando fue adulto.

La respuesta es muy sencilla: La práctica de bautizar fue iniciada por Juan Bautista, quien era mayor que Jesús por algunos meses, así que es absurdo pensar que un niño de seis meses bautice a otro bebé. Muchos años antes de que Cristo naciera, Dios había dado a Abraham una norma que debía ser obedecida: "A los ocho días de nacido será circuncidado todo varón de entre ustedes..." (Génesis 17:12).

El evangelio registra que San José, padre terrenal de Cristo, cumplió con el mandato de Dios. "Cuando se cumplieron los ocho días para circuncidar al niño, llamaron su nombre Jesús..." (Lucas 2:21). Por esta razón Cristo no fue bautizado cuando era bebé, pero el bebé Jesús si fue circuncidado.

Ahora vamos al texto de Lucas 3, para saber qué ocurrió el día en que nuestro Salvador fue bautizado: 21 Aconteció que, en el tiempo en que todo el pueblo era bautizado, también Jesús fue bautizado. Y mientras oraba, el cielo fue abierto.

Debemos destacar que Juan predicaba y aplicaba el bautismo con un propósito: "Arrepentimiento para perdón de pecados." (Marcos 1:4) Se presenta un aparente problema: Cristo no tenía pecado, así que no necesitaba el bautismo. ¿Por qué se hizo bautizar? El Señor responde: "Entonces Jesús vino a Juan, para ser bautizado. Pero Juan procuraba impedírselo diciendo: —Yo necesito ser bautizado por ti, ¿y tú vienes a mí? Pero Jesús le respondió: —Permítelo por ahora, porque así nos conviene cumplir toda justicia" (Mateo 3:13-15)

Jesús es Dios, Dios se hizo hombre para cumplir perfectamente toda la Ley, en nuestro lugar. Cristo no tenía pecados, pero Dios cargó en Él, el pecado de todos nosotros. Aquí vemos al Señor “cumplir toda justicia”.

Tampoco Cristo necesitaba orar, pero lo hizo para enseñarnos, con su ejemplo, a que nosotros lo hiciéramos. Cuando el Señor oró en su bautismo, ocurrió algo maravilloso: el cielo fue abierto. Cuando oramos, los cielos se abren para nosotros, porque Dios está pendiente de las peticiones y acciones de gracias de cada uno de sus hijos. Yo creo, así lo enseño, que en el momento en que la Iglesia ora, a los presentes, hay que agregar a uno en los registros de asistencia: A Dios que está presente, escuchando a su pueblo.

Creemos, así lo enseñamos, que al orar por un niño que es traído para ser bautizado, los cielos se abren para derramar bendición y vida eterna, protección y cuidado, para un nuevo miembro que es anexado, por la gracia de Dios en Cristo, a la Familia de la fe que es la Iglesia.

2. PARA DARNOS EL ESPÍRITU SANTO. Lucas 3:22ª

El día en que Cristo fue bautizado hubo otro acontecimiento grandioso: 22a y el Espíritu Santo descendió sobre él en forma corporal, como paloma.

Creemos que Cristo es Dios, entonces Jesús tampoco necesitaba que el Espíritu Santo descendiera sobre Él. ¿Por qué entonces bajó el Espíritu Santo? Porque Dios estaba confirmando que Jesús era el Cristo, su Ungido, el que había venido para rescatar a la humanidad perdida para darle salvación. Esa fue la señal que Dios le había dado a San Juan Bautista: ".. el que me envió a bautizar en agua me dijo: "Aquel sobre quien veas descender el Espíritu y posar sobre él, éste es el que bautiza en el Espíritu Santo." Yo le he visto y he dado testimonio de que éste es el Hijo de Dios." (Juan 1: 32-34) Sencillamente, San Juan Bautista no tenía que seguir esperando a otro, Dios había cumplido su promesa: El Mesías, El Cristo estaba frente a él siendo bautizado.

Esta porción bíblica tiene aplicaciones para nosotros. Cuando fuimos bautizados, cuando una persona niño o adulto es bautizado, los cielos se abren para escuchar nuestras oraciones, pero además Dios nos sella con su marca indeleble: el Espíritu Santo, quien deja la marca de Dios en nuestros corazones, un sello de redención, el anticipo de nuestra herencia con los santos.

¿Qué pasa en el Sacramento del Bautismo hoy día? El Espíritu Santo, no el pastor, el bautizado o los padrinos, nos da la fe para pasar de “extranjeros y advenedizos, a formar parte del pueblo, de la familia de Dios”. En el domingo en que administro la Santa Comunión, me gusta que los adultos con hijos, pasen al altar con ellos. La razón es poder dar la bendición de Dios a los niños. Así que los toco, hago la señal de la cruz y digo a los pequeños: “Que el pacto que hizo Dios contigo, en el sacramento del bautismo, te fortalezca y te guarde en fe hasta la vida eterna”.

Yo creo y enseño que un niño cuando es bautizado es hecho, por el Espíritu Santo, hijo de Dios, templo de Dios. En este acto comparto con el niño y con sus padres la verdad del puro evangelio. Oro para que este pequeño siga creciendo en estatura, pero también en la fe que da vida eterna, una fe que le fue y nos fue regalada por Dios, por medio del Espíritu Santo, que usa el Sacramento del Bautismo, como medio de gracia, para dar el perdón, la salvación y la vida eterna.

3. PARA QUE OIGAMOS LA VOZ DE DIOS. Lucas 3:22b

Los cielos no fueron cerrados después que el Señor oró y recibió el Espíritu Santo el día en que fue bautizado. Por el contrario, continuaron abiertos. La voz del Padre se escuchó, a veces pienso que Dios lo hizo para disipar cualquier duda en San Juan Bautista. Dios dijo desde el cielo: 22b…"Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia."

Dios Padre señaló a su Hijo como Eterno y Divino, como digno de adoración. El Padre está complacido porque Cristo, Su Ungido, el Mesías, el Salvador, cumpliría la misión que lo trajo a la tierra: ¿Cuál es esta misión? “Buscar y salvar a los perdidos”. “Destruir las obras del diablo”. “Ofrecer su vida en rescate por toda la humanidad”. “El Cordero de Dios que quita los pecados del mundo”. “El Salvador que ha nacido en la ciudad de David”. “La encarnación de las buenas noticias de gozo”.

En el Sacramento del Bautismo somos los beneficiarios de todas estas buenas noticias, no hay una gota de ley ni de condena, todo es bueno, y bueno en gran manera.

Esta voz que se escuchó del cielo ese día, hace dos mil años atrás, la seguimos escuchando, porque en el Bautismo repetimos la voz de Dios escrita, por revelación verbal, en la Santa Palabra: "Por tanto, id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándoles en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo," (Mateo 28:19)

Sobre este punto, no hay una enseñanza más corta ni más precisa que la que aprendimos en el Catecismo: ¿Qué es el Bautismo? El Bautismo no es solamente agua, sino que es el agua comprendida en el mandato divino y ligada con la Palabra de Dios. ¿Qué palabra de Dios es ésta? Es la palabra de nuestro Señor Jesucristo escrita en el último capítulo del Evangelio según San Mateo: “Id y haced discípulos a todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo”.

CONCLUSIÓN:

El texto del evangelio según San Lucas es la cachetada que propina Dios a quienes enseñan falsas doctrinas o menosprecian el bautismo. Para los que niegan a los niños la medicina que sana el pecado y da vida eterna. Para quienes lo han reducido a un acto social o interesado para iniciar compadrazgos humanos sin compromiso de fe

La presencia del Hijo de Dios, en su bautismo. El descenso del Espíritu Santo en forma corporal. La voz del Padre desde el cielo confirmando quien era Cristo, sumado al mandato de Jesús en mateo 28:19, muestra que es correcto creer en la Santa Trinidad, porque es una doctrina bíblica.

Además tenemos la alegría de saber que los cielos, de la misma manera que fueron abiertos el Día del Bautismo del Señor, por medio de Cristo, se abren para nosotros en el Sacramento del Bautismo, permanecen abiertos para siempre, para escuchar nuestras oraciones, recibir la fe, la marca del Espíritu Santo que nos convierte de las tinieblas a la luz, que nos santifica y también escuchar la voz del Padre por medio de Su Santa Palabra. Amén

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