La Entrada Triunfal - Desde el Cielo

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Introducción

La tradición cristiana, especialmente en el occidente, celebra hoy el inició de lo que conocemos como la semana mayor. Esta es la semana más importante del calendario litúrgico. La semana que le da sentido a todo lo demás. La semana que le da sentido incluso a la Navidad.
La semana en que conmemoramos, recordamos y sobre todo celebramos los eventos que cambiaron nuestra historia y la historia de la humanidad para siempre.
Los eventos que fueron anticipados tan temprano como en el principio, el mismo día de la caída del hombre.
Genesis 3:15 NVI
15 Pondré enemistad entre tú y la mujer, y entre tu simiente y la de ella; su simiente te aplastará la cabeza, pero tú le morderás el talón.»
Eventos que fueron realmente anticipados desde antes de la fundación del mundo.
Revelation 13:8 NVI
8 A la bestia la adorarán todos los habitantes de la tierra, aquellos cuyos nombres no han sido escritos en el libro de la vida, el libro del Cordero que fue sacrificado desde la creación del mundo.
Eventos que sirvieron de esperanza y fundamento para la creación del pueblo de Israel. Pueblo de quien descendería aquel que sería el protagonista de estos eventos.
Genesis 12:2–3 NTV
2 Haré de ti una gran nación; te bendeciré y te haré famoso, y serás una bendición para otros. 3 Bendeciré a quienes te bendigan y maldeciré a quienes te traten con desprecio. Todas las familias de la tierra serán bendecidas por medio de ti».
Eventos que fueron anunciados por los profetas de la antiguedad.
Isaiah 53:5 RVR60
5 Mas él herido fue por nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga fuimos nosotros curados.
Finalmente, eventos cuyo protagonista fue públicamente identificado y señalado por el último profeta que existió.
John 1:29 NTV
29 Al día siguiente, Juan vio que Jesús se le acercaba y dijo: «¡Miren! ¡El cordero de Dios, que quita el pecado del mundo!
Esta semana recordamos, conmemoramos y celebramos los eventos que condujeron a nuestra redención, salvación y libertad. Eventos responsables de la nueva y abundante vida de la cual disfrutamos hoy.
Estos son los eventos que llevaron a Jesús de Nazaret, el Hijo de Dios, a la muerte en la cruz y a su resurrección.

La Entrada Triunfal

Esta semana inicia con la recordación de un evento muy significativo. Lo que tradicionalmente la iglesia ha denominado como la Entrada Triunfal de Jesús a Jerusalén.
No era la primera vez que Jesús entraba a la ciudad de Jerusalén en sus 33 años. Pero en esta ocasión fue muy diferente. Esta vez Jesús entró a la ciudad por última vez.
Pero su entrada no fue una ordinaria sino una extraordinaria.
Esta también había sido anunciada por los profetas.
Zechariah 9:9 NTV
9 ¡Alégrate, oh pueblo de Sión! ¡Grita de triunfo, oh pueblo de Jerusalén! Mira, tu rey viene hacia ti. Él es justo y victorioso, pero es humilde, montado en un burro: montado en la cría de una burra.
Justo y victorioso, pero humilde.
Manso y humilde corazón.
Un rey no convencional.
500 años pasaron desde que Zacarías profetizó la entrada del mesías prometido a los judíos a la ciudad de David. Sin embargo, la forma en que los judíos interpretaron esta profecía fue muy distinto a los planes de Dios.
Para los judíos el mesías entraría a la ciudad para devolver a Israel a su gloria pasada. A su gloria terrenal. A su gloria política, económica y social. A liberar a Israel de todos sus enemigos terrenales.
Pero los planes de Dios eran muy distintos y eran superiores.
Jesús, el Mesías entraría a la ciudad pero con una misión más gloriosa. Una que no solo impactaría al pueblo de Israel sino a todas las naciones de la tierra. Y no solo a todas las naciones de la tierra sino a toda la creación.

Perfecta obediencia

La perfecta obediencia de Jesús a su Padre lo llevó a la perfecta obediencia de Su Palabra, cumpliendo al pie de la letra la profecía.
Jesús procuró que el pueblo judío no tuviese excusa para reconocer que Él era el verdadero mesías prometido. Algunos lo comprendieron en aquel momento, otros lo comprenderán al final de los tiempos.
Entrar a la ciudad, montado en un pollino. Ver a los discípulos quitarse sus mantos para colocarlos encima del pollino para que Jesús se sentara sobre ellos.
Ver al pueblo reconocer que este era un potencial mesías.
Ver al pueblo tender sus mantos en el camino para que este Jesús de Nazaret cabalgara sobre ellos. Ver a otros cortar ramas de arboles y también tenderlos en el camino para que el majestuoso corcel del Rey no cabalgara sobre el polvo de la tierra.
Y mientras Jesús entra a la ciudad ver a la multitud gritar una expresión profética y mesiánica:
¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito aquel que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!
Expresión que primero salió de los labios o de la pluma del Salmista.
Psalm 118:26 NTV
26 Bendigan al que viene en el nombre del Señor. Desde la casa del Señor, los bendecimos.
Expresión que significa: ¡Alaben a Dios por el Hijo de David! ¡Alaben a Dios por habernos enviado finalmente al Mesías!
Todas estas, expresiones de honra y honor. Todas expresiones de emoción y esperanza de que el mesías finalmente había llegado. De que finalmente el pueblo sería liberado de la opresión y el dominio de Roma.
Sin embargo, la emoción y la algarabía duró muy poco. Todo cambió cuando Jesús, en aquel mismo día, se dirigió directo al templo y comenzó a volcar las mesas de aquellos que estaban usando la Ley de Dios para lucrase, oprimiendo al pobre y poniéndole un precio para llegar a Dios.
Aquel que pronto pagaría el más alto precio para tender un puente entre Dios y los hombres, para que pudiésemos hacer la paz con Dios, no resistió ver en lo que habían convertido a la casa de Dios, en una cueva de ladrones.
Y aquel vuelco de mesas le costaría la vida.
Aquella emoción rápidamente se convirtió en decepción y aquella decepción desembocó en ira y aquella ira en odio y aquel odio en muerte.
Pensábamos que este Jesús era el Hijo de David, aquel que vendría en el nombre del Señor, pero nos equivocamos, se decían. Este es otro impostor. Hemos vuelto a ser engañados.

Otra perspectiva - La del Cielo

Esta fue la perspectiva terrenal de la entrada triunfal, desde los ojos del mundo. Una entrada triunfal que se tornó en una entrada de decepción.
Una entrada triunfal que se tornó en una entrada fatula. Una entrada triunfal que se tornó en una entrada fallida. Una entrada triunfal que se tornó en una entrada fracasada. Una entrada triunfal que se tornó en una entrada de derrota.
Sin embargo, hubo otra perspectiva de la entrada triunfal. La perspectiva del Cielo. Y esta fue muy distinta a la terrenal.

Apocalipsis 19

Revelation 19 NTV
1 Después de esto, oí algo en el cielo que parecía las voces de una inmensa multitud que gritaba: «¡Alabado sea el Señor! La salvación, la gloria y el poder le pertenecen a nuestro Dios. 2 Sus juicios son verdaderos y justos. Él ha castigado a la gran prostituta que corrompió a la tierra con su inmoralidad. Él ha vengado la muerte de sus siervos». 3 Y otra vez, sus voces resonaron: «¡Alabado sea el Señor! ¡El humo de esa ciudad subirá por siempre jamás!». 4 Entonces los veinticuatro ancianos y los cuatro seres vivientes se postraron y adoraron a Dios, que estaba sentado en el trono. Exclamaron: «¡Amén! ¡Alabado sea el Señor!». 5 Y del trono salió una voz que dijo: «Alaben a nuestro Dios todos sus siervos y todos los que le temen, desde el más insignificante hasta el más importante». 6 Entonces volví a oír algo que parecía el grito de una inmensa multitud o el rugido de enormes olas del mar o el estruendo de un potente trueno, que decían: «¡Alabado sea el Señor! Pues el Señor nuestro Dios, el Todopoderoso, reina. 7 Alegrémonos y llenémonos de gozo y démosle honor a él, porque el tiempo ha llegado para la boda del Cordero, y su novia se ha preparado. 8 A ella se le ha concedido vestirse del lino blanco y puro de la más alta calidad». Pues el lino de la más alta calidad representa las buenas acciones del pueblo santo de Dios. 9 Y el ángel me dijo: «Escribe esto: benditos son los que están invitados a la cena de la boda del Cordero —y añadió—. Estas son palabras verdaderas que provienen de Dios». 10 Entonces me postré a sus pies para adorarlo, pero me dijo: «No, no me adores a mí. Yo soy un siervo de Dios, como tú y tus hermanos que dan testimonio de su fe en Jesús. Adora sólo a Dios, porque la esencia de la profecía es dar un claro testimonio de Jesús». 11 Entonces vi el cielo abierto, y había allí un caballo blanco. Su jinete se llamaba Fiel y Verdadero, porque juzga con rectitud y hace una guerra justa. 12 Sus ojos eran como llamas de fuego, y llevaba muchas coronas en la cabeza. Tenía escrito un nombre que nadie entendía excepto él mismo. 13 Llevaba puesta una túnica bañada de sangre, y su título era «la Palabra de Dios». 14 Los ejércitos del cielo vestidos del lino blanco y puro de la más alta calidad lo seguían en caballos blancos. 15 De su boca salía una espada afilada para derribar a las naciones. Él las gobernará con vara de hierro y desatará el furor de la ira de Dios, el Todopoderoso, como el jugo que corre del lagar. 16 En la túnica, a la altura del muslo, estaba escrito el título: «Rey de reyes y Señor de señores». 17 Después vi a un ángel parado en el sol que les gritaba a los buitres que volaban en lo alto de los cielos: «¡Vengan! Reúnanse para el gran banquete que Dios ha preparado. 18 Vengan y coman la carne de los reyes, los generales y los fuertes guerreros; la de los caballos y sus jinetes y la de toda la humanidad, tanto esclavos como libres, tanto pequeños como grandes». 19 Después vi a la bestia y a los reyes del mundo y sus ejércitos, todos reunidos para luchar contra el que está sentado en el caballo y contra su ejército. 20 Y la bestia fue capturada, y junto con ella, el falso profeta que hacía grandes milagros en nombre de la bestia; milagros que engañaban a todos los que habían aceptado la marca de la bestia y adorado a su estatua. Tanto la bestia como el falso profeta fueron lanzados vivos al lago de fuego que arde con azufre. 21 Todo su ejército fue aniquilado por la espada afilada que salía de la boca del que montaba el caballo blanco. Y todos los buitres devoraron los cuerpos muertos hasta hartarse.
No. Ya lo sé. Esta no es la historia de la entrada triunfal que recordamos hoy. Pero creo que esta es la historia de la verdadera entrada triunfal.
Creo que la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén apuntó a esta entrada triunfal; a su entrada triunfal última.
Jesús supo lo que implicaría entrar a Jerusalén montado sobre un pollino. Él sabía que culminaría en su muerte. Pero aún así lo hizo porque tenía esta otra perspectiva en mente. Tenía la perspectiva de su entrada triunfal en el día final. Porque Jesús vivió en este mundo pero siempre con la perspectiva del Cielo.
Por eso el autor de la carta a los Hebreos dice:
Hebreos 12:2 (NVI)
2 Fijemos la mirada en Jesús, el iniciador y perfeccionador de nuestra fe, quien por el gozo que le esperaba, soportó la cruz, menospreciando la vergüenza que ella significaba, y ahora está sentado a la derecha del trono de Dios.
Jesús entró a Jerusalén por última vez pero con la perspectiva de que un día haría su entrada triunfal a este mundo como el Rey y Soberano del Universo. Como aquel que vendría, pero ya no para morir sino para vencer a todos sus enemigos de una vez y por todas, incluyendo a Satanás y sus huestes de maldad.

Cánticos de alabanza, boda y adoración

Apocalipsis 19 es aún parte de la sexta visión que comenzó en el capítulo 17. Es la visión de lo que ocurrirá en el día final. La victoria final del Cordero sobre todos sus enemigos.
Es un cántico de alabanza y adoración al Rey.
Es un cántico de celebración a causa de la caída y la derrota de sus enemigos.
Es la entrada triunfal del Rey del Universo a este mundo para finalmente casarse con su novia, su Pueblo, su Iglesia para siempre.

Contrastes - La Adoración

Al igual que en la entrada triunfal en el capítulo 19 hay una gran multitud que adora a Jesús. Estos le adoran no porque tengan la esperanza de que algún día los librará de la opresión de un imperio terrenal, sino porque ya han sido librados del imperio del pecado y de la muerte.
Ya han sido librados de la gran prostituta y Él ha vengado la muerte de los mártires, de aquellos que derramaron su sangre a causa de su fe.
(Es interesante que en este capítulo es donde único aparece la palabra Aleluya en todo el NT. Palabra que significa Alabado sea el Señor.)
Estos que le adoran son su Pueblo, su Iglesia, representados por los 24 ancianos. Junto con los cuatro seres vivientes que representan a todas la huestes angelicales.
Ese día el Cielo y la Tierra serán uno.
Como diría el cantante TobyMac en su canción City on Our Knees:
El amor caerá sobre la tierra como una ola rompiente
Esta noche es la noche
Para los pecadores y los santos
Dos mundos chocan en una hermosa exhibición
Todo es amor esta noche
Cruzemos la línea
Naveguemos a través del mar
A una ciudad con un rey
A una ciudad de rodillas
Esta multitud adora a Jesús no con la esperanza de que se siente en el trono de un imperio terrenal sino porque Él ya se ha sentado en el trono celestial.
Estos le alaban porque su entrada anuncia la tan esperada boda del Cordero. Le alaban con emoción y entusiasmo porque ha llegado el día de la boda. El día en que el Cordero tome a su Novia y se case con ella para vivir juntos por la eternidad.
La novia ya está lista, no por sus méritos, sino por los méritos del Esposo. Porque Él mismo la ha preparado. Porque su muerte en la cruz; su sangre derramada la santificó y la purificó.
Estos alaban a Dios porque no pueden creer, no pueden aguantarse de la emoción al saber que han sido invitados a la boda. Ellos saben que no son dignos. Ellos no se lo esperaban. Pero han conocido y experimentado la irresistible sublime gracia, la inagotable misericordia y el eterno amor de Dios.

Contrastes - La Cabalgadura

Mientras Jesús hace su entrada triunfal a Jerusalén en un pollino su entrada triunfal última será en un caballo blanco.
No un pollino, símbolo de carga y trabaja sino un caballo blanco, símbolo de poderío, victoria y majestad.
Ya no vendrá manso y humilde, vulnerable, presa de sus enemigos.
Ahora viene poderoso, victorioso, deslumbrante, intimidante, aterrorizante .
Y no cabalga solo. Le sigue un ejercito incontable.
Sus ojos, como llamas de fuego, coronas en su cabeza, un nombre eterno y misterioso.
Sin embargo, vestido con la señal de lo que lo llevó a la victoria: una túnica bañada en sangre.
Porque su humildad y su mansedumbre fue su victoria. Su obediencia y su rendición a su Padre. Su vida sacrificada por muchos.
Esta es la paradoja del Reino de Dios. El débil es el fuerte. Los últimos son los primeros. Los pequeños son los grandes.

Contrastes - Su Arma

Mientras Jesús hace su entrada triunfal a Jerusalén desarmado, indefenso, inofensivo, como profetizó Isaías…
Isaiah 53:7 NTV
7 Fue oprimido y tratado con crueldad, sin embargo no dijo ni una sola palabra. Como cordero fue llevado al matadero. Y como oveja en silencio ante sus trasquiladores, no abrió su boca.
…en su entrada triunfal última vendrá muy bien armado, pero su arma no es convencional. No es una espada que tiene que blandir. No es un arco que tiene que tensar. No es una lanza que tiene que lanzar.
Su arma sale de su boca y está muy afilada. Su arma es su lengua, su Palabra, su Voz. Él solo abre su boca y con su palabra hiere a las naciones.
Aquel, que como dice Juan, en el principio creó todas las cosas por medio de su Palabra, es el mismo que al final de la historia, con esa misma Palabra hará justicia y restaurará toda su creación.
Su nombre es EL Verbo de Dios, su arma es la Palabra de Dios.

Contrastes - Su Nombre

Mientras la entrada triunfal a Jerusalén terminó con Jesús en la cruz y con un título de mofa sobre su cabeza: Jesús, Rey de Los Judíos, en su entrada triunfal última mostrará su verdadero título.
Ese título no provocará mofa, sino asombro y terror: Jesús, Rey de Reyes y Señor de Señores.

Contrastes - Su Victoria

Mientras que la entrada triunfal a Jerusalén culminó con su muerte en la cruz, con la aparente victoria de sus enemigos, su entrada triunfal última culminará con la derrota de todos sus enemigos y con la destrucción final de la bestia y del falso profeta que engañan al mundo.
Desde los ojos del mundo, la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén fue un intento fallido, un fracaso, una derrota. Sin embargo, desde los ojos del Cielo esta fue un anticipo de la verdadera entrada triunfal de la cual un día todo ojo será testigo, ante quien toda rodilla se doblará.

Llamado

Ese Jesús, que es manso y humilde, pero a la misma vez majestuoso y poderoso, te está llamando hoy.
Él te está llamando para que te rindas a Él de una vez y por todas.
Hoy es el día de salvación.
Ese Jesús hoy te dice: Para de luchar. Para de sufrir. Para de confiar en tu propia prudencia. Ríndete a Él. Entrega tus armas.
Deja que su amor te inunde en este día. Recibe su libertad. Recibe su invitación a su boda.
Únete al coro de esa multitud que hoy clama: ¡Aleluya! La salvación y la gloria y el poder pertenecen a nuestro Dios.
Ríndete ante ese Jesús que sigue predicando la misma predicación con la que comenzó su ministerio hace 2,000 años:
Marcos 1:15 (NTV)
15 «¡Por fin ha llegado el tiempo prometido por Dios!... ¡El reino de Dios está cerca! ¡Arrepiéntanse de sus pecados y crean la Buena Noticia!».
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