Divine Mercy

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¿Que es la misericordia?

“La misericordia es la compasión que experimenta nuestro corazón ante la miseria de otro, sentimiento que nos obliga, en realidad, a socorrer, si podemos” [II-II, 30,1].
Implica dos cosas

Sentir dolor,

a partir de la encarnación puede sentir, dolor lo sintió una vez en su encarnacion y lo sigue sintiendo en cada eucaristía, en abandono.

Poner remedio.

No hay miseria más grande del hombre que la perdición eterna, Dios ha puesto remedio por medio de la encarnación.

­La promesa de la Divina misericordia.

El Domingo de la Divina Misericordia es quizás el mayor regalo de Dios para nuestro tiempo. La promesa de este día es nada menos que el perdón de todos los pecados y el castigo debido al pecado para cualquiera que se confiese y reciba a Jesús en la Sagrada Comunión en esta fiesta tan especial. Según Divine Mercy Productions, uno puede recibir el Sacramento de la Confesión, también conocido como Reconciliación, veinte días antes o después del Domingo de la Divina Misericordia.

Porque en estos momentos se ofrece la Divina Misericordia.

¿Por qué Jesús ofrecería a la humanidad un regalo tan magnánimo en este momento de la historia? Jesús le dijo a Santa Faustina que ella debía preparar al mundo para Su Segunda Venida y que Él derramaría Su Misericordia en gran abundancia antes de que Él venga nuevamente como el Juez Justo.

Razones para confiar en la misericordia.

Nadie se sienta seguro en esta vida, que es una continua tentación. No suceda que quien logró ser mejor se vuelva peor. Mi única esperanza, mi única confianza, mi única firmeza es la misericordia de Dios. (San Agustín).
Mi Misericordia es infinitamente mayor que todos los pecados que el hombre pueda cometer. Me entristece el hecho que alguien considere sus faltas mayores que mi perdón. Ese es el pecado que no será perdonado en este siglo, ni en otro (Mt 12,32). (Santa Catalina, Diálogos).

El mundo no recibe a los pecadores. A los pecadores no los recibe más que Jesucristo.

San Juan Crisóstomo: ¡Dios mío, ten misericordia de mí! ¿Misericordia pides? ¡Pues nada temas! Donde hay misericordia no hay investigaciones judiciales sobre la culpa, ni aparato de tribunales, ni necesidad de alegar razonadas excusas. ¡Grande es la tormenta de mis pecados, Dios mío! Pero, ¡mayor es la bonanza de tu misericordia!
Jesucristo, luego que apareció en el mundo, ¿a quién llama? ¡A los magos! ¿Y después de los magos? ¡Al publicano! Y después del publicano a la prostituta, ¿y después de la prostituta? ¡Al salteador! ¿Y después del salteador? Al perseguidor impío.
¿Vives como un infiel? Infieles eran los magos. ¿Eres usurero? Usurero era el publicano. ¿Eres impuro? Impura era la prostituta. ¿Eres homicida? Homicida era el salteador. ¿Eres impío? Impío era Pablo, porque primero fue blasfemo y luego apóstol; primero perseguidor, luego evangelista… No me digas: “soy blasfemo, soy sacrílego, soy impuro”. Pues, ¿no tienes ejemplo de todos los pecados perdonados por Dios?
¿Has pecado? Haz penitencia. ¿Has pecado mil veces? Haz penitencia mil veces. A tu lado se pondrá Satanás para desesperarte. No lo sigas, más bien recuerda estas cinco palabras: “Jesús recibe a los pecadores”, palabras que son un grito inefable del amor, una efusión inagotable de misericordia, y una promesa inquebrantable de perdón.

Que me vas a Regalar San Jerónimo

Confiemos en la misericordia Divina y seamos misericordiosos con nuestros hermanos

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