LA SANIDAD DIVINA #12

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LA SANIDAD DIVINA

Maestro: Rodolfo Solorzano.
Objetivos:
Al finalizar esta lección el estudiante logrará:
Conocer los principios bíblicos de la sanidad divina.
Agradecer a Dios por su obra salvadora y sanadora.
Versículos clave:
Marcos 16:15 Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.
Declaración de fe: Creemos que es una virtud que emana del Sacrificio de Cristo. Practicada por Jesús en
su ministerio y ordenada por Él mismo a todos sus discípulos.
INTRODUCCIÓN
La sanidad del cuerpo es una bendición de Dios, como un privilegio adicional a la salvación. El propósito de
la obra expiatoria de Cristo es para que los creyentes sean salvos y sanos. Dios ha provisto todo, solo resta
que tengamos fe en Él, para recibir sanidad. Aquí se estudia la base bíblica, lo que es la sanidad, el propósito,
razones, y polémica respecto de la sanidad divina.
I. LO QUE ES SANIDAD DIVINA
“Sanidad” viene del idioma griego iáma 1 Corintios 12:9, 28,30. El verbo “sanar”, viene de iáomai” y se
usa en el sentido de ser curado de una dolencia física Mateo 8:8. Ser curado de dolencia espiritual Mateo
13:15; Juan 12:40; Hechos 28:27. como restauración espiritual Hebreos 12:13. Además de iáma” e
“iáomai” en el Nuevo Testamento, se usa las palabra “therapeía” que significa sanidad, y “therapeúo” que
significa curar, sanar.
II. PROPÓSITO DE LA SANIDAD DIVINA
Desde que la primera pareja pecó, surgió la enfermedad. Satanás no solo separó al hombre de la comunión
con Dios, también hizo que sufriera todo tipo de males. El deseo de Dios, es restaurar al hombre a la
comunión con él, y disfrutar de salud espiritual y física; para esto, Jesucristo dio su vida para destruir la obra
de Satanás. “Para esto apareció el Hijo de Dios, para deshacer las obras del diablo” 1 Juan 3:8. Se cumple
de esa manera la profecía del profeta Isaías que dice: “Ciertamente llevó él nuestras enfermedades, y sufrió
nuestros dolores; y nosotros le tuvimos por azotado, por herido de Dios y abatido. Más él herido fue por
nuestras rebeliones, molido por nuestros pecados; el castigo de nuestra paz fue sobre él, y por su llaga
fuimos nosotros curados” Isaías 53:4,5.
El ministerio de la sanidad divina es prominente en las Escrituras. Cristo inició su ministerio declarando que
uno de los propósitos por los cuales había sido ungido por el Espíritu Santo era para “sanar a los
quebrantados de corazón” (que incluye los enfermos del cuerpo), “dar vista a los ciegos”, y “poner en
libertad a los oprimidos” Lucas 4:18. La palabra “oprimido” se refiere directamente a los enfermos del
cuerpo, tal como se ve en Hechos 10:38: “Cómo Dios ungió con el Espíritu Santo y con poder a Jesús de
Nazaret, y cómo éste anduvo haciendo bienes y sanando a todos los oprimidos del diablo”.
III. EJEMPLOS DE SANIDAD DIVINA
A. En el ministerio de Jesús.
El ministerio de Cristo se inició realizando una serie de sanidades milagrosas:
“Cuando llegó la noche, luego que el sol se puso, le trajeron todos los que tenían enfermedades, y a los
endemoniados” Marcos 1:32-34. Según el evangelio de Lucas 6:17, inmediatamente después de la elección
de los Doce, una gran multitud de personas vino a Jesús para oírle y “y para ser sanados de sus
enfermedades”. En el versículo 19 dice: “Y toda la gente procuraba tocarle, porque poder salía de él y sanaba
a todos.
Cuando Jesús envió a los Doce, “les dio poder y autoridad sobre todos los demonios, y para sanar
enfermedades. Y los envió a predicar el reino de Dios, y a sanar a los enfermos” Lucas 9:1,2. En el versículo
6 dice: Pasaba por todas las aldeas, anunciando el evangelio y sanando por todas partes”.
La sanidad de los enfermos fue parte de la gran comisión: “Sobre los enfermos pondrán sus manos, y
sanarán” Marcos 16:18. Este ministerio fue ejercido por la iglesia primitiva. Ejemplo: Sanidad de un cojo,
Hechos 3:1-10; 14:8; sanidad de un paralítico, Hechos 8:7; 9:33; un enfermo de disentería sanado, Hechos
28:8.
B. En el ministerio de Pedro.
En el ministerio del apóstol Pedro Dios obraba sanidades: “Tanto que sacaban los enfermos a las calles, y los
ponían en camas y lechos, para que al pasar Pedro, a lo menos su sombra cayese sobre alguno de ellos. Y aun
de las ciudades vecinas muchos venían a Jerusalén, trayendo enfermos y atormentados de espíritus inmundos;
y todos eran sanados”, Hechos 5:15,16.
C. En el ministerio de Pablo.
De la misma manera el ministerio del apóstol Pablo fue saturado de milagros y sanidades. “Y hacía Dios
milagros extraordinarios por mano de Pablo, de tal manera que aún se llevaban a los enfermos los paños o
delantales de ellos, y los espíritus malos salían”, Hechos 19:11,12.
D. En el ministerio de la iglesia primitiva.
Cuando Felipe diácono de la Iglesia en Jerusalén, llegó a Samaria, Dios hizo por medio de él señales y
prodigios. “Y la gente, unánime, escuchaba atentamente las cosas que decía Felipe, oyendo y viendo las
señales que hacía. Porque de muchos que tenían espíritus inmundos, salían éstos dando grandes voces; y
muchos paralíticos y cojos eran sanados” Hechos 8:6.7.
SEGUNDA PARTE DEL ESTUDIO BÍBLICO
IV. RAZONES PARA CREER QUE DIOS SANA EN EL TIEMPO ACTUAL
A. Primera razón, la sanidad se encuentra en la Biblia, y la Biblia, que es inspirada por el Espíritu Santo,
es para nosotros hoy. El mismo Jesucristo revelado en las Escrituras como Sanador es el mismo Señor
al que servimos hoy. “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” Hebreos 13:8.
B. Segunda razón, la sanidad divina se encuentra dentro de la obra expiatoria de Cristo. La enseñanza
bíblica sobre la sanidad es paralela a su enseñanza sobre la salvación. En la salvación se incluye la
sanidad de nuestra vida en todos sus aspectos, y toda ella brota de la expiación. Todos los dones
buenos y perfectos que proceden de lo alto son consecuencia de la obra expiatoria de Cristo, tal como
se registra en Isaías 53.
C. Tercera razón, la sanidad divina se encuentra en la convergencia entre las enseñanzas de la Biblia
sobre la salvación y sobre la naturaleza de la humanidad. Así como un ser humano no es una
desarticulada asociación del cuerpo, alma y espíritu, y es una unidad muy real, la salvación deberá
tener aplicación a todas las facetas de la existencia humana. El evangelio entero es para la persona
entera.
D. Cuarta razón, es la creencia de que se debe comprender la salvación en última instancia como una
restauración del mundo caído. Dios está opuesto al sufrimiento humano, porque el sufrimiento no es
consecuencia de su voluntad, sino de la caída.
Se debe entender la redención como el plan de Dios para restaurar a toda la creación, y en especial a la
humanidad.
V. POLÉMICA RESPECTO A LA SANIDAD DIVINA.
A. Por qué no todos sanan?
Porque algunos están enfermos debido a los efectos del pecado. En 1 Corintios 11:29-30 dice:
“Porque el que come y bebe indignamente, sin discernir el cuerpo del Señor, juicio come y bebe
para sí. Por lo cual hay muchos enfermos y debilitados entre vosotros, y muchos duermen”.
2. Porque Dios esté tratando de enseñarnos algo, como hizo con Pablo. “Para que la grandeza de las
revelaciones no me exaltase desmedidamente, me fue dado un aguijón en mi carne, un mensajero
de Satanás que me abofetee, para que no me enaltezca sobremanera” 2 Corintios 12:7. En estos
casos, se necesita buscar que el Señor nos dé capacidad para comprender.
3. Muchos no reciben la sanidad inmediatamente, porque Dios tiene su tiempo para actuar.
En este caso debemos recordar las palabras del Señor que debíamos orar siempre, sin desmayar
Lucas18:1.
El creyente no debe abandonar la esperanza, porque Dios tiene un momento para la sanidad
de sus hijos.
4. La falta de fe también puede ser un impedimento a la recepción de la sanidad. En 1 Juan 5:4 dice:
“Porque todo lo que es nacido de Dios, vence al mundo; y esta es la victoria que ha vencido al
mundo, nuestra fe”. El apóstol Santiago agrega: “Y la oración de fe salvará al enfermo, y el
Señor lo levantará” Santiago 5:15. Después que hayamos examinado nuestro corazón, y no
parezca haber indicación alguna de una razón para no ser sanados, se debe descansar en las
promesas de Dios.
B. ¿Por qué eran sanados todos los creyentes en el tiempo de Jesús, pero no lo son todos los
creyente de hoy?
1. Algunos pasajes de los evangelios hablan que Jesús sanaba a todos los enfermos, pero en otros
pasajes sugiere que no todos eran sanados. En el evangelio de Juan 5:3.5,13, dice que había
muchos enfermos, pero solo uno sanó.
2. En 2 Corintios 12: 7-10; y Gálatas 4:13, leemos que Pablo luchó con algún tipo de enfermedad, y
por medio de la misma, llegó a predicar el evangelio a los Gálatas. Dios usó una enfermedad para
llevar a su siervo a un lugar concreto, a un pueblo concreto, y con el propósito concreto de que
anunciase el evangelio.
3. Pablo recomienda a Timoteo que beba un poco de vino porque tiene un problema estomacal. “Ya
no bebas agua, sino usa de un poco de vino por causa de tu estómago y de tus frecuentes
enfermedades” 1 Timoteo 5:23. Esto es lo que podríamos llamar un relato histórico que sirve
como ilustración. Es decir, que este texto funciona como precedente histórico, para justificar el
uso de medicinas durante los tiempos de enfermedad, cuando no hayamos experimentado una
sanidad divina.
C. Se debiera considerar la sanidad divina más como excepción, que como regla.
Algunos hablan hoy de la sanidad divina como algo excepcional e inesperado.
En cambio, la Iglesia primitiva no creía que la sanidad divina, fuera un acto totalmente inesperado de
Dios. Al contrario, oraban por los enfermos, esperando que se recuperaran. En Santiago 5:14y 15, no
deja dudas en cuanto a esto. En este pasaje se afirma que “la oración de fe salvará al enfermo”. La
voluntad normativa de Dios consiste en sanar a los enfermos a partir de la base de la obra de Cristo, y
por medio de la fe del creyente en Él.
CONCLUSIÓN
La doctrina de la sanidad divina no es una doctrina secundaria sino, al contrario, parte integral del mensaje
de la Biblia entera. Cuando están dañados el bienestar y la salud de los humanos, Dios está activamente
envuelto en la obra de restauración, y los cristianos tienen la responsabilidad de compartir este ministerio. El
Señor Jesucristo nos ha llamado a predicarle el evangelio completo a la persona completa, hasta que Él
vuelva de nuevo. Esto comprende la sanidad sobrenatural del cuerpo, tanto como la del alma.
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