La historia incomprendida

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Tiranía de la “o”, genialidad de la “y”

Anécdota: galleta y helado

Anécdota con Matías: le ofrecí dos opciones, comer una galleta o comer helado. Su respuesta fue: galleta y helado. Él, en su inocencia cambio la tiranía de la “o” por la genialidad de la “y”.
Muy a menudo disminuimos las opciones entre tal o cual, pero hoy vamos a aprender que ese no es un principio aplicable al conocimiento de Dios, en cambio debemos ampliar las opciones y decir, ¿por qué no tal y cual?

Conocer a Dios, una cuestión de “y”

Mateo 18:4 NTV
4 Así que el que se vuelva tan humilde como este pequeño, es el más importante en el reino del cielo.
Las palabras de Jesús son muy interesantes, por un lado nos invitan a la humildad, pero una humildad desde la óptica de un niño.
No nos dice que seamos inmaduros en nuestras decisiones o comportamientos sino que recuperemos la esencia de una virtud que los adultos no sabemos tener: la humildad.
El reino de los cielos nos demanda humildad para:
Sorprendernos
Aceptarlo
Aprender
Para conocer a Dios necesitamos la óptica humilde de un niño. Eso significa cambiar las “o” tiranas por las “y” geniales.

Jesús nos enseña sobre las “y”

Lo que hace Jesús es darnos una lección de cómo conocer a Dios.
Lucas 12:23–24 NVI
23 La vida tiene más valor que la comida, y el cuerpo más que la ropa. 24 Fíjense en los cuervos: no siembran ni cosechan, ni tienen almacén ni granero; sin embargo, Dios los alimenta. ¡Cuánto más valen ustedes que las aves!
Lucas 12:27–28 NVI
27 »Fíjense cómo crecen los lirios. No trabajan ni hilan; sin embargo, les digo que ni siquiera Salomón, con todo su esplendor, se vestía como uno de ellos. 28 Si así viste Dios a la hierba que hoy está en el campo y mañana es arrojada al horno, ¡cuánto más hará por ustedes, gente de poca fe!
Sé de qué está hablando Jesús y en qué consiste su mensaje, pero deseo que por un momento nos centremos en su método más que en su contenido.
Jesús quiere que conozcan una cualidad del Padre.
Jesús sabe que si conocen al Padre como se los quiere mostrar aquí, va a conseguir que disminuya el afán y la ansiedad.
O sea que, al conocer al Padre, el ser humano es cambiado, transformado, mejorado.
Entonces, para que conozcan al Padre, les dice: “fíjense”, “miren”, “observen”.
Vean las aves, vean los lirios. Seguramente no podrán ver esa cualidad de Dios con sus propios ojos pero podrán ver las aves y los lirios y entonces podrán ver a Dios.
Jesús les está diciendo que aprendan a ver. Y que si se fijan bien, podrán conocer a Dios.

También en los Salmos

Ya el salmista lo había dicho:
Salmo 19:1–4 NTV
1 Los cielos proclaman la gloria de Dios y el firmamento despliega la destreza de sus manos. 2 Día tras día no cesan de hablar; noche tras noche lo dan a conocer. 3 Hablan sin sonidos ni palabras; su voz jamás se oye. 4 Sin embargo, su mensaje se ha difundido por toda la tierra y sus palabras, por todo el mundo. Dios preparó un hogar para el sol en los cielos,
¿Ya ves de dónde surge el método de Jesús?
Cuando nos fijamos bien, podemos conocer a Dios más allá de las reducciones a las que estamos acostumbrados.
Si tenemos humildad suficiente para ver a Dios más allá de la reducción religiosa, podremos conocerle.

Necesitas conocer a Dios

Conocer a Dios es un requisito para ser transformado.
No te puedes transformar a ti mismo, debes ser transformado. Eso es algo que solo Dios puede hacer. Así que necesitas conocer a Dios para ser transformado.
Si no estás cambiando, seguramente es porque no estás conociendo a Dios.
¿Cómo puedes conocer a Dios?
Ten la humildad de un niño
Fíjate al tu alrededor
Conoce a la persona (Jesús)
Abraza el misterio

Conoce a Dios a través de Jesús

Jesús se unió a los caminantes que iban desesperanzados porque el que creían que era el mesías había muerto en la cruz. En el camino los escuchó, les preguntó, les enseñó, se quedó con ellos y compartió con ellos. Entonces sus ojos fueron abiertos, pudieron ver a Dios.
Juan 14:9 NVI
9 —¡Pero, Felipe! ¿Tanto tiempo llevo ya entre ustedes, y todavía no me conoces? El que me ha visto a mí, ha visto al Padre. ¿Cómo puedes decirme: “Muéstranos al Padre”?
Si queremos ser cambiados, debemos conocer a Dios, para conocer a Dios tenemos que ver a Jesús.

Conoce a Dios a través del misterio

Job 12:22 NVI
22 Pone al descubierto los más oscuros abismos y saca a la luz las sombras más profundas.
Si empiezas a ver, no solo lo que pasa a tu alrededor sino lo que lees en la Biblia con ojos de misterio, empezarás a perder el orgullo de saberlo todo.
Es necesario cambiar las “o” por las “y” en el conocimiento de Dios.
¿Has notado que cada vez que vemos hacia el universo quedamos invadidos de misterio?
¿Has notado que cada vez que vemos el microscopio para conocer la biología del ser humano quedamos invadidos de misterio?
Hay mucho del cielo en la tierra. Jesús dijo: el reino de los cielos se ha acercado.
Tal vez el reino de los cielos está en las partes de la tierra en donde no has buscado o donde has creído que no está.
Si Dios es del tamaño en que lo concibes, ¿es demasiado pequeño? ¿Será que los milagros dejaron de ser parte natural de la vida del cristiano porque ya no creemos? Pero, ¿si creyéramos?
Si creemos que Dios es más grande, que Dios puede sanar, que Dios puede cambiar una vida, que Dios puede cambiar un corazón endurecido...
La mujer del flujo de sangre se acercó con fe y por eso fue sanada. Si no hubiera creído que era posible, ni siquiera se hubiera acercado y hubiera muerto sin su milagro.
Si creyéramos que Dios es sobrenatural, cada vez que le adoramos y le rendimos culto quedaríamos maravillados de su inmensidad.
Tu mundo, el de tu cabeza, el que es tan grande para ti, es pequeño ante la inmensidad de Dios. ¿Entonces de qué tamaño son tus dudas, tus inquietudes, tus problemas?
Vuélvete a sorprender con la grandeza de Dios, para que puedas conocerlo y al conocerlo seas transformado.