Los periodistas de las Buenas Noticias

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INTRODUCCIÓN: El pasado mes de febrero visité Venezuela. No había estado en mi tierra natal por varios años y me dio gusto reencontrarme con mis hijos, familiares y amigos de toda la vida. Una de las personas que visité, de hecho me alojé en su casa, fue a mi comadre Carlha León, junto a su marido y sus hijos Gerardo y Andrés, los cuales son también mis dos hijos.

Carlha León es una periodista ejemplar, la considero un valuarte del periodismo venezolano. Fuimos compañeros en Radio Caracas Televisión y amigos desde que nos conocimos, una amistad que trascendió a la hermandad que hemos mantenido por los últimos 20 años.

Lo curioso es que ella y yo éramos permanentes buscadores y difusores de malas noticias, al punto que puedo decir que la mayoría de las veces desayunábamos en la cercanía de la morgue, siempre buscando un crimen, un asalto, algo que nos pusiera a vibrar en el noticiero que, como saben, son las noticias que más atraen a lectores y televidentes. No puedo decir que sentíamos alegría por la desgracia de los demás, sin embargo, necesitábamos las tragedias, para cumplir con el trabajo informativo que nos había sido asignado como reporteros de la fuente policial.

En esta visita, concedí varias entrevistas a medios, los colegas que escribieron la nota o difundieron la entrevista radial, destacaron que yo había sido un periodista policial, uno de ellos, en un programa radial me preguntó sobre el cambio de reportero de sucesos criminales a Pastor en Milwaukee. Quiero compartir mi respuesta con ustedes: “Yo no he dejado de ser reportero, solo he cambiado la perspectiva de la noticia. En el pasado fui portador de notas cargadas con la tragedia humana, hoy reporto las Buenas Noticias de Jesucristo”.

Comparto esto para que frente al texto hoy, en Isaías 12: 1-6, descubramos juntos una verdad maravillosa. Dios desea que cada uno de sus hijos sea: Periodista de Buenas Noticias

1. La Buena Noticia: Dios nos salvó y nos sostiene. Is. 12:1-3

Como en toda noticia hay una fuente, una persona que da a conocer la información y, en el texto, es Dios quien declara: 1 En aquel día dirás:

¿Qué debemos decir? (1) "¡Te alabaré, oh Dios! Aunque te enojaste contra mí, tu ira se apartó, y me has consolado.

El Señor desea que mostremos gratitud con alabanza: Alabar a Dios agradecidos por lo que ha hecho por nosotros, unidos como una gran coral, cantando en voz alta y melodiosa, la razón de nuestra alegría.

Dios estaba enojado con nosotros, pero su molestia la retiró y, en lugar del castigo merecido, nos dio su consuelo.

¿Qué razón tenía Dios para estar enojado con nosotros? El mismo profeta Isaías lo explica: "Todos nosotros nos descarriamos como ovejas; cada cual se apartó por su camino." (Isaías 53:6) ¿Acaso que Dios es cómplice de nuestros pecados? NO. Tal vez, Dios se apiadó de nosotros por nuestros rezos y suplicas de perdón. NO. Dios hizo algo grande, que es la razón de nuestra esperanza, y es lo que sigue al pasaje de Isaías 53: "Dios cargó en él (En Cristo) el pecado de todos nosotros." (Isaías 53:6)

La buena noticia comienza con sostener a viva voz que, por causa del pecado, merecíamos el castigo y la muerte, pero Dios descargó su ira en Cristo y él cargó la culpa de todos los pecados del mundo. Por eso alabamos a Dios con gratitud, no por lo que hayamos hecho, sino por lo que hizo él por nosotros.

(2) Isaías reitera el concepto de la salvación por gracia de Dios, cuando escribe de parte del Señor: 2 ¡He aquí, Dios es mi salvación! Confiaré y no temeré, porque Dios es mi fortaleza y mi canción; él es mi salvación."

Las palabras comienzan con una frase que muestra la emoción de lo que va a escribir, frase que también a nosotros nos llena de emoción por la buena noticia que damos a conocer: 2 ¡He aquí, Dios es mi salvación! Para expresar en nuestra forma de lenguaje común, podemos decir, 2 ¡Oigan todos, Dios me salvó!

(3) Como Isaías podemos cantar, llenos de alegría, que Dios no solo nos ha salvado, sino que además: Dios es mi fortaleza, mi canción y mi salvación. Dios ha hecho la obra total por nosotros, por su acción de amor hemos sido salvados. El cambió nuestros pecados para darnos perdón y vida eterna. No necesitamos recibir nada, hacer nada, Dios nos ha justificado, santificado, nos da la mente de Cristo y su compañía amorosa.

Con todas estas bendiciones, Dios es mi fortaleza, así que no hay razón para tener temor, eso nos hace diferente a los incrédulos, a los que confían en su propia sabiduría, pero necesitan usar drogas y alcohol para sentirse poderosos; a los que leen libros de autoayuda para estimular su mente pero están espiritualmente muertos; a los que buscan religiones donde puedan pagar o hacer algo en un intento por comprar su tranquilidad espiritual; a los que confían en su fuerza física para mostrar valentía.

Nuestra tranquilidad está en confiar que el poder viene del cielo y “Somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó” (Rom. 8:37). Damos la buena noticia a todos de que esa alegría es para todos los que creen.

(4) Dios no es mezquino en sus bendiciones, tiene una promesa adicional: 3 Con regocijo sacarán agua de los manantiales de la salvación. Estas palabras las dice Dios a un pueblo que vivía en una zona desértica, en la que el agua no abundaba, así que sabían el valor del preciado líquido. Con la ayuda del Espíritu Santo, nosotros podemos entender el significado espiritual, teniendo en mente las palabras de Jesús: “Quien beba del agua que yo doy, nunca tendrá sed”. La buena noticia es que hemos tomado del agua de vida que Cristo nos ha dado, el manantial de Dios que el Señor nos ha otorgado y que corre en nuestro interior y salta para vida eterna.

Esta oferta la hacemos publica, la compartimos con los que tienen corazones desérticos, que requieren con urgencia el agua que convertirá su vida en tierra fértil para gloria del Señor.

2. Comunicamos lo que Dios quiere hacer con todos. Is. 12: 4-6.

El texto destaca de nuevo el contenido del mensaje y la forma de darlo:

(1) 4 En aquel día dirán: "¡Alaben y den gracias a Dios! ¡Invoquen su nombre!

El texto original hebreo, lo mismo que en el versículo 1, usa una sola palabra אוֹדְךָ (yâda’), que significa “acción de gracias y alabanza”, así que me permití hacer esa traducción literalmente para explicar que el deseo de Dios es que en todas nuestras acciones, en nuestro testimonio, comencemos por expresar nuestra alabanza y gratitud al Señor, nuestro enfoque está siempre en Dios. ¿Cómo? ¡Invocando su nombre!

(2) ¿Qué debemos decir? 4… Den a conocer entre los pueblos sus hazañas; Compartir lo que él ha hecho en todos los tiempos y esto tiene que ver con la historia que Dios escribió de antemano para salvar a la humanidad y, en nuestro caso 4… Dando a conocer a todas las personas lo que Dios ha hecho por nosotros; No se necesita ser un teólogo para decir a otros que éramos ciegos y en Cristo tenemos luz. Que estábamos perdidos y Cristo vino a buscarnos para darnos su perdón. Cada vida, cada hecho que nos ocurre, toda provisión que recibimos, viene del cielo para nosotros.

(3) Nunca debemos olvidar: 4… recuerden que grande es su nombre. La semana pasada, durante un estudio bíblico en un hogar, hablamos del II Mandamiento: “No usar el nombre de Dios en vano”.

Usar el nombre de Dios en vano es invocarlo para cosas banales, muy común entre nosotros los latinos, de hecho, no es raro usar el nombre de Dios para denominar almacenes, tiendas, etc. En casos mas graves jurar falsamente, afirmar cosas que son mentiras y nombramos a Dios para revestir de verdad a lo falso.

Esta ofensa grave al Señor incluye a los brujos, santeros, hechiceros que afirman trabajar en nombre de Dios y hasta tienen imágenes de Cristo, para disimular que en realidad sirven y adoran al padre de mentira, al homicida, a Satanás.

Para nosotros el uso del Nombre de Dios, es una motivación al recuerdo positivo: 4… recordar que grande es el nombre de Dios, lo que tiene que ver con dos aspectos:

(A) Tenemos un lugar para reunirnos, alabarlo, darle gracias y proclamar su Palabra, sin decir que adoramos el lugar, creemos que el edificio donde ser reúne la Iglesia, fue separado, dedicado para su Gloria, Honra y Alabanza.

(B) Invocar su Nombre incluye creer que es Dios Sabio, Todopoderoso, Santo, Justo, amoroso.

(4) Tenemos razones para ser los periodistas del Señor: 5… Sea esto conocido en toda la tierra. Isaías anima al pueblo a dar las buenas noticias, con 700 años de anticipación de la obra de redención de Dios en Cristo. El que creó todo en seis días, enviaría uno que rescataría a la humanidad del pecado y la maldad, daría su Espíritu Santo para santificarnos. Lo que Isaías vio, nosotros lo sabemos y hemos vivido, con mayor diligencia cantamos Salmos de gratitud, y salimos a dar a conocer en todo la tierra las obras magnificas que Él, por gracia, ha hecho por nosotros y por todos.

(5) No hay tiempo que perder, gocémonos en nuestra función de ser los periodistas del Señor. Digamos a viva voz, por todas partes que: 6… El Santo de Israel es grande en medio de ti. La buena noticia para todos, la maravillosa noticia que debemos difundir es que cada uno de nosotros ha sido hecho templo, morada del Dios Vivo y Verdadero. Que nos reunimos en la Iglesia para servirnos de Él, quien actúa en nosotros por sus Medios de Gracia, que nos habla por Su Palabra, nos da el perdón de los pecados, nos hizo hijos suyos. Lo maravilloso es que nadie merece este honor, sin merecerlo, el nos da todas estas bendiciones por su amor y gracia y nosotros le servimos dando a conocer estas buenas noticias.

CONCLUSIÓN

Comencé a hablarles de mi gran amiga Carlha León, deseo contarles que en una ocasión ella y yo tuvimos un serio problema que rompió nuestra amistad, una noche llegó a casa su marido y me dijo: “Carlha está fuera, desea hacer las paces, ha llorado mucho, quiero que se arreglen”. Esa noche fue perdón entre ambos, reconciliación entre ambos, hasta el día de hoy.

Esto que sucedió fue una buena noticia que no olvido, pero la mejor noticia es que un día, Dios envió a su Hijo para reconciliar al mundo entero a través de él, un mediador justo, santo y prefecto, capaz no solo de restaurar la relación que estaba rota por el pecado, también vino a llevarnos de su mano para que heredemos el Reino de los cielos.

Esta es una noticia que no podemos callar, y no la callamos, por el contrario aquí estamos dándola a conocer, como lo que somos: Periodistas de las Buenas Noticias. Amén.

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