La historia que inspiró la historia

Metamorfosis  •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
0 ratings
· 2 views
Notes
Transcript

Necesidad de expresión

¿Por qué si sabemos que quienes nos aman, nos aman, necesitamos que nos lo digan?
Entre seres humanos:
Necesitamos expresarnos porque no conocemos lo interno sino lo externo.
Para con Dios:
Él conoce lo externo pero también lo interno.
¿Por qué deberíamos expresarnos ante él? Conozcamos la naturaleza de un sentimiento:
La expresión es una manifestación de un sentimiento presente, no pasado.
La expresión es una manifestación de algo real que está vivo. Todo sentimiento vivo busca liberación de manera natural.
Las expresiones crean ambientes. ¿Ha estado en una reunión en la que todos parecen no querer estar ahí? Me ha tocado en algunas conferencias. ¿Ha participado en reuniones donde la energía y camaradería de la gente lo llena de ánimo?
¿Qué pasaría si empezáramos a ser intencionales con nuestras manifestaciones en aras a potenciar un ambiente que nos haga vibrar a todos?

Estoy hablando de adoración

Todo lo que hacemos en cada reunión es rendirle culto a Jesús. A eso venimos.
Cantamos
Escuchamos un mensaje
Aprendemos
Damos
Pero cada parte surge de una primera que le da base a todas las demás: nos congrega Dios. Más allá de lo que él ha hecho en favor de nosotros, es quién él es.
Le rendimos culto porque él es Dios y nosotros sus criaturas.
He estado hablando de lo importante que es la forma en que nos expresamos durante el culto porque...
Al adorar manifiesto mi presente adoración.
Al adorar manifiesto un sentimiento real y vivo que solo se satisface cuando expreso lo que hay dentro de mí.
Al adorar creo un ambiente donde nos conectamos como un solo cuerpo, entregándonos al Señor y Padre.
Dos textos Bíblicos nos pueden ayudar en estas manifestaciones de adoración ante Dios.

Adoración real

¿Cómo debe ser la adoración? ¿Tienes el estilo correcto?
Juan 4:23–24 NVI
23 Pero se acerca la hora, y ha llegado ya, en que los verdaderos adoradores rendirán culto al Padre en espíritu y en verdad, porque así quiere el Padre que sean los que le adoren. 24 Dios es espíritu, y quienes lo adoran deben hacerlo en espíritu y en verdad.
Así entendemos:
La adoración trasciende lo material. No la puedes encajar en el raciocinio humano o limitar a una forma única, porque lo espiritual trasciende lo natural.
Es el Padre quien determina si tu adoración fue verdadera o no. No importa cuánto, qué o cómo cantes; tampoco se trata únicamente de lo que sientes. Se trata de lo que el Padre apruebe. Hay adoradores que no adoran como el Padre quiere y si su adoración no agrada al Padre, ¿se estarán agradando a sí mismos?

Adoración es amor manifestado

Le preguntaron a Jesús sobre el mandamiento más importante, en otras palabras, cómo agradamos a Dios verdaderamente. Así respondió.
Marcos 12:28–30 NVI
28 Uno de los maestros de la ley se acercó y los oyó discutiendo. Al ver lo bien que Jesús les había contestado, le preguntó: —De todos los mandamientos, ¿cuál es el más importante? 29 —El más importante es: “Oye, Israel. El Señor nuestro Dios es el único Señor—contestó Jesús—. 30 Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.”
Jesús explica cómo se debe amar a Dios. La adoración es amor manifiesto. Él nos da cuatro maneras inseparables:
Amar con el corazón: esto es, la VOLUNTAD. La adoración debe nacer desde mi voluntad, no de la presión de grupo, no es un acto solamente; es una acción que surge de una voluntad personal.
Amar a Dios con el alma: esto es, las EMOCIONES. Se trata de las fuerzas vivas que brotan de nosotros. La adoración integra las emociones, por eso sentimos y expresamos.
Amar a Dios con la mente: esto es, el INTELECTO. No adoramos sin cerebro, no apagamos la mente, no perdemos el control; adoramos entendiéndonos ante Dios y reconociéndolo como más grande, sabio y poderoso.
Amar a Dios con las fuerzas: esto es, el CUERPO. Nuestras fuerzas físicas, movimientos corporales y todas nuestras destrezas adoran a Dios.
Ama a Dios, pero ámalo con todo. La adoración es amor manifiesto, usa todo lo que eres para mostrar tu amor.

Adoración es amar lo que Dios ama

Cuando adoramos llegamos a conocer tanto a Dios que aprendemos a amar con él ama y entonces empezamos a amar lo que él ama.
No solo es que tocamos su corazón sino que su corazón nos toca y entonces pasa algo increíble: el amor a Dios nos lleva al amos al prójimo.
Marcos 12:30–31 NVI
30 Ama al Señor tu Dios con todo tu corazón, con toda tu alma, con toda tu mente y con todas tus fuerzas.” 31 El segundo es: “Ama a tu prójimo como a ti mismo.” No hay otro mandamiento más importante que éstos.
Puedes amar a otros cuando manifiestas tu amor/adoración a Dios. Dicho de otro modo:
Si tu adoración no te lleva a amar a otros, no estás amando a Dios.
Jesús dijo:
Juan 3:16 NVI
16 »Porque tanto amó Dios al mundo, que dio a su Hijo unigénito, para que todo el que cree en él no se pierda, sino que tenga vida eterna.
El termómetro para medir si tu adoración es verdadera es que amas a los demás, no que te alejas de ellos.
Amas tanto a otros que no puedes contenerte de invitarlos a caminar con Jesús.