¿Por qué usa parábolas?

René D. Quiñones
Pregúntale a Jesús  •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
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El propósito de la serie

Nos gusta escuchar predicaciones y las clases de historias o frases de Jesús, y que lo presenten bien explicado y detallado.
Sin embargo, Jesús era una figura controversial para su época. Casi todo el mundo en los Evangelios le hacen preguntas a Jesús, o lo acusan de diferentes maneras
Este mes hablaremos de las preguntas que le hacían a Jesús

Las historias de Jesús

Jesús tenía diferentes maneras de enseñar. Él podía dar un discurso, o usar algún objeto cercano para demostrar alguna verdad.
Pero la gente conocía a Jesús como un cuentista.
Utilizaba historias de la vida cotidiana que dentro de ellas revelaban un sinnúmero de cosas.
Cuando Jesús estaba con los discípulos, decía todo en arroz y habichuelas, pero trataba a la gente de forma diferente.
Matthew 13:10 NTV
10 Sus discípulos vinieron y le preguntaron: —¿Por qué usas parábolas cuando hablas con la gente?
Ya esto era algo notable.
¿Por qué Jesús trata a la gente de manera diferente? ¿No puede decir las cosas tal y como son? ¿Tiene que tener un doble libreto?
¿Las historias son para simplificar Su mensaje, o para esconder la verdad?
Matthew 13:11 NTV
11 —A ustedes se les permite entender los secretos del reino del cielo —les contestó—, pero a otros no.
Hay cosas que Jesús nos quiere enseñar a los que le siguen, pero el mundo no puede entender.
La palabra griega original es literalmente “misterio,” que quiere decir algo que se ha ocultado pero que ahora está siendo revelado a los del grupo.
¿Alguna vez te ha pasado que quieres explicar una gran verdad sobre Jesús, pero no sabes cómo explicarlo, o ya sabes que la otra persona no lo podrá entender?
“Si fulano fuera cristiano, lo entendería.”
Matthew 13:12 NTV
12 A los que escuchan mis enseñanzas se les dará más comprensión, y tendrán conocimiento en abundancia; pero a los que no escuchan se les quitará aun lo poco que entiendan.
Mientras más escuches, estudies Su palabra, y obedezcas a Jesús, lo entenderás aun más. Pero eso significa que no lo puedes soltar.
Lo mismo pasa cuando faltabas un día de clase, y de repente ya están por otro tema y todo el mundo entiende menos tú.
¿Escuchas a Jesús?
Los que no escuchan a Jesús, se confunden aun más. El que no obedece a Jesús, se le puede olvidar cómo escuchar a Jesús.
Si no escuchas a alguien, es porque estás lejos de esa persona.

Falsos Jesús

Matthew 13:13 NTV
13 Por eso uso estas parábolas: Pues ellos miran, pero en realidad no ven. Oyen, pero en realidad no escuchan ni entienden.
Uno de los problemas más grande que tiene el mundo es que quieren que Jesús sea como ellos quieren que sea.
La gente exige cosas de Jesús para que le hagan caso.
Ese problema nos puede causar un problema a nosotros, y es que tratamos de encajar a Jesús según los gustos de la gente para que “les caiga bien.”
Finalmente, tratamos de presentar a Jesús, pero ese modelo ya no es Jesús. Estamos tomando un muñeco ficticio, llamándolo Jesús, pero no es el verdadero Jesús.
Tenemos que presentar al Jesús puro, tal y como es; porque si no lo hacemos, la gente verá a “Jesús,” pero no es el verdadero. Escucharán algo que se parece a Jesús, pero no es el Jesús verdadero.

Corazones duros y blandos

Matthew 13:14–15 NTV
14 »De esa forma, se cumple la profecía de Isaías que dice: “Cuando ustedes oigan lo que digo, no entenderán. Cuando vean lo que hago, no comprenderán. 15 Pues el corazón de este pueblo está endurecido, y sus oídos no pueden oír, y han cerrado los ojos, así que sus ojos no pueden ver, y sus oídos no pueden oír, y sus corazones no pueden entender, y no pueden volver a mí para que yo los sane”.
El problema que Jesús enfrentaba es el mismo de nosotros hoy en día: No es que la gente necesita escuchar de Jesús por primera vez; es que han tenido demasiados malos ejemplos de Jesús.
Si el corazón del pueblo está endurecido, es porque antes era blando.
La gente no ama como deben amar. la gente no se alegra como deben alegrarse, ni siquiera saben llorar como se supone.
Jesús no era el único maestro que enseñaba la verdad. Los fariseos ya estaban enseñando por todas partes. Ellos tenían casi un monopolio de la educación religiosa. El problema es que ellos eran malos ejemplos de cómo la gente tenía que obedecer a Dios.
Una cosa es que una novia te rompa el corazón, pero peor es que todos los que te rodean y prometen cuidar tu corazón te lo rompan.
La peor frase que podemos oír: “Y eso que es cristiano.”

Jesús te bendice

Matthew 13:16 NTV
16 »Pero benditos son los ojos de ustedes, porque ven; y sus oídos, porque oyen.
No pierdan la fe: ustedes conocen a Jesús.
Jesús te bendice porque lo obedeces.
A pesar de tu pasado, las buenas y malas experiencias, Jesús llegó a tu vida, y ablandó tu endurecido corazón.
John 13:34–35 NVI
34 »Este mandamiento nuevo les doy: que se amen los unos a los otros. Así como yo los he amado, también ustedes deben amarse los unos a los otros. 35 De este modo todos sabrán que son mis discípulos, si se aman los unos a los otros.
Ahora puedes amar como debes amar. Ahora puedes alegrarte como nadie más puede. Ahora puedes llorar ante la peor tragedia de todas que te puedas imaginar, pero ahora lloras con esperanza.
Matthew 13:17 NTV
17 Les digo la verdad, muchos profetas y muchas personas justas anhelaron ver lo que ustedes ven, pero no lo vieron; y anhelaron oír lo que ustedes oyen, pero no lo oyeron.
Alguien quizás puede imaginar que a mí me encantaría vivir en el Antiguo Testamento, pero no es cierto.
Hay una belleza incomparable en el Antiguo Testamento, pero esa belleza es el deseo para que Jesús aparezca. Es como esperar a alguien que amas regresar de otro país, y lo estás esperando en el aeropuerto para verlo finalmente.
Todos los autores del Antiguo Testamento deseaban vivir en este lado de la Biblia. Ellos querían escuchar la voz de aquel que puede ablandar nuestros corazones.
Sabes que amas a Jesús cuando lees los Evangelios y dices “encontré todo lo que necesito, y más. Aquí está la clave.” Cuando digas eso, sabrás que escuchas a Jesús, obedeces a Jesús, y Él ha ablandado tu corazón.
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