Opción binaria

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A o B

Hoy está de moda hablar de opciones intermedias, de encontrar el “gris” a las cosas, de evitar los extremos. En círculos seculares, cada vez más personas deciden identificarse como “no-binarios”.
Es interesante notar que Jesús se desmarca de esto y decide plantear una opción radicalmente binaria. La oferta de Jesús es todo o nada, sí o no, vida o muerte.
El Sermón del monte es el discurso más icónico de Jesús, esta serie de enseñanzas ha sido llamada la carta magna del Reino de los cielos. La ética y la moral cristianas se encuentrar prescritas en este sermón que ocupa 3 capítulos del evangelio de Mateo (5-7).
Jesús concluye este sermón en el capítulo 7 con cuatro párrafos radicales, en cada uno de estos párrafos, Jesús realiza una invitación a vivir la vida enseñada por él en todo el sermón del monte.
Hoy nos vamos a enfocar simplemente en el segundo párrafo, este párrafo es un mandato radical de parte de Jesús para sus discípulos, es decir para nosotros. En este párrafo, Jesús nos plantea una opción absolutamente binaria: Sí o no.
Matthew 7:13–14 NVI
»Entren por la puerta estrecha. Porque es ancha la puerta y espacioso el camino que conduce a la destrucción, y muchos entran por ella. Pero estrecha es la puerta y angosto el camino que conduce a la vida, y son pocos los que la encuentran.

La opción radical de Jesús: vida o muerte

Jesús no deja espacio para interpretaciones intermedias, su planteamiento es tajante, o vas por el camino de la vida o vas por el camino de la muerte.
Estos dos breves versículos están llenos de una riqueza que hoy vamos a descubrir juntos.

¡Entren por la puerta estrecha!

El verbo entren es un verbo imperativo. Es una orden de parte de Jesús a sus seguidores.
Jesús no está realizando una simple invitación o una sugerencia. Jesús está dando un mandato a aquellos que serán sus discípulos. Para ser un seguidor de Jesús, DEBES entrar por la puerta estrecha.

Jesús repite las órdenes que dio a Israel en el AT

Esta opción binaria no es una novedad de parte de Dios, el Antiguo Testamento tiene varios ejemplos de momentos en los que Dios dio una orden similar a los Israelitas:
Deuteronomy 30:19 NVI
»Hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ti, de que te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida, para que vivan tú y tus descendientes.
De cara al ingreso a la tierra prometida, Dios dio la misma elección a los Israelitas que hoy da a sus discípulos. ¿Elegirás la vida o la muerte? ¿La tierra prometida o el desierto? ¿El reino de Dios o la esclavitud de Egipto?
Jeremiah 21:8 NVI
»Y a este pueblo adviértele que así dice el Señor: “Pongo delante de ustedes el camino de la vida y el camino de la muerte.
En este caso, Dios estaba emitiendo un juicio contra la desobediencia de Judá. Ahora Dios les dio la opción de escoger entre la vida, que era la rendición ante los babilonios; o la muerte, que era tratar de salvarse en sus propias fuerzas.
Estos son simplemente dos ejemplos de las muchas veces en las que Dios dio órdenes similares a Israel.
El punto es que Dios no es un Dios de medias tintas, con Él es todo o nada, obediencia o desobediencia, entrega o renuncia, vida o muerte.

La primera opción: Destrucción

Jesús plantea en primer lugar la opción de la destrucción. Volvamos a leer el versículo 13 y veamos lo que nos enseña:
¡Entren! a través de la puerta estrecha. Porque ancha es la puerta y espacioso el camino que lleva hacia la destrucción, y muchos son los que entran por ella.
Mt. 7:13
Quiero que notes que la puerta es el acceso al camino que lleva a un destino final.
La primera puerta es ancha, esta puerta es fácil de encontrar y no es complicado pasar a través de ella.
Una vez que atraviesas esta puerta, hallarás un camino espacioso. El camino espacioso no quiere decir necesariamente “fácil”, sino que quiere decir amplio.
La puerta ancha y el camino espacioso se refiere a la vida que es autodeterminada. Es amplio no porque es fácil, sino porque todo vale y depende de las ideas, deseos, y metas personales.
El destino de este camino es la destrucción.
Este es el camino más transitado por la humanidad.
¿Por qué es el camino más transitado? Esto es bastante evidente, porque es el camino de la autosuficiencia y la autocomplacencia. Es el camino de “mi verdad”. Es el camino del “orgullo”. Es un camino de multiples opciones donde todas son válidas.
Pero ¿cuál es el resultado? El resultado final es la destrucción. Esta palabra destrucción es el vocablo Bíblico que se refiere a la perdición eterna. En otras palabras, es el camino al infierno.
Salomón nos advierte acerca de este camino en Prov. 14:12
Proverbs 14:12 NVI
Hay caminos que al hombre le parecen rectos, pero que acaban por ser caminos de muerte.

La segunda opción: vida

En segundo lugar, Jesús plantea el camino de la vida. Leamos nuevamente el pasaje.
Entren través de la puerta estrecha... ¡Qué estrecha es la puerta y angosto el camino que lleva hacia la vida!, y pocos son los que la hallan.
Mateo 7:13a-14
La puerta por la que Jesús nos ordena entrar es la puerta estrecha que lleva al camino angosto.

La opción del camino de la vida tiene algunas características

¡Qué estrecha es la puerta y angosto el camino!
La mayoría de nuestras traducciones en español dicen “porque” o “pero”. Esta es una opción que se toma para hacer la traducción fluida. Sin embargo, en el griego la conjunción es en este caso una conjunción de énfasis. Jesús está afirmando que la puerta y el camino a la vida son efectivamente estrechos.
Es necesario aclarar que La palabra “angosto” en griego tiene una alusión a persecusión y dificultad.
Una vez que se atraviesa la puerta estrecha, uno se hallará en un camino angosto, un camino que tendrá entre sus elementos un grado de oposición y persecución.
Entonces, este texto dice que el camino del discipulado es “estrecho”, restrictivo, porque es el camino de la persecución y la oposición, un tema central en Mateo.
- D. A. Carson
El destino de este camino es la vida.
Es el camino menos transitado por la humanidad.
Este es el camino del discipulado, es el camino de la obediencia a Cristo. Entrar por la puerta estrecha es escoger este camino, es decidir ser discípulo de Jesús y aceptar su señorío sobre nuestras vidas.
Es un camino poco transitado porque requiere esfuerzo, es un camino que conlleva renuncia y transformación. Ser discípulo de Cristo es dejar de lado el yo y depender de Él. Este camino no busca la autosuficiencia ni la autocomplacencia, sino que busca depender de Cristo y agradarle a él. Es el camino que no dice “me gusta”, “quisiera”, “yo opino”; sino que dice “a él le grada”, “él desea”, “él opina”.
Es un camino con dificualtades, pero cuya recompensa es la vida eterna, el reino de los cielos.

Conclusión

Jesús nos plantea dos opciones radicales: o elegimos la vida o elegimos la muerte.
Estas dos opciones empizan con una decisión, ingresar por la puerta al camino que nos llevará a destino.
Pero, esa decisión no es definitiva, es la decisión de transitar un camino largo hasta llegar a la meta final.
Eso significa que cada día tenemos una nueva oportunidad de escoger el camino de la vida.
El camino hacia la muerte es amplio y muy fácil de hallar.
El camino hacia la vida es estrecho, es díficil de hallar y difícil de transitar.
Pero, el resultado de los dos caminos es diametralmente opuesto.
Es necesario mencionar que el sello del discípulo es la oposición que recibirá del mundo. Si tu fe nunca fue puesta a prueba, difícilmente puedes afirmar ser un discipulo de Cristo. En un mundo que cada vez tiene más “celebridades cristianas”, es importante recordar que la verdadera fe del discípulo de Cristo será aquella puesta a prueba por la oposición del mundo. Es ante la oposición del mundo cuando la iglesia podrá ver de qué está realmente hecha.
A esto se refiere Santiago cuando afirma que la fe sin obras es muerta. El desafío de Santiago 2 es este: “dado que no puedo observar la honestidad de tu corazón, lo único que tengo para evaluar son tus actos. Mi única manera de afirmar que eres un verdadero discípulo de Cristo es ver que tus obras reflejen el Señorío de Cristo, de otra manera, no tengo ninguna evidencia de que tu fe sea real.”
El discípulo de Cristo es aquel que entra por la puerta estrecha y recorre el camino angosto, cuando su fe es puesta a prueba persevera, y al final alcanza la meta de la eternidad con Dios.
Hoy es el momento de que escojas el camino correcto, el camino que lleva hacia la vida eterna. Lo primero que debes hacer es pasar por la puerta, aceptar a Cristo como el Señor y salvador de tu vida. No esperes más.
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