Cosas Que Dañan la Iglesia de Cristo

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Cosas Que Dañan la Obra del Señor

 En este pequeño estudio, veremos tres errores cometidos por los hermanos que dañan a la iglesia de nuestro Señor Jesucristo.  Primero, los cristianos que permiten a los hermanos a promover falsa ideas y doctrinas entre la congregación.  Segundo, los cristianos que condonan o toleran los pecados de otros hermanos, y tercero, los cristianos que rehúsan disciplinar a los que practican el pecado.

Una cosa que perjudica la obra es los cristianos que permiten que los demás hermanos enseñen ideas o doctrinas erróneas.  Tal vez, las ideas de algunos cristianos parezcan inocentes, pero todas las doctrinas falsas hacen daño.  Las falsas enseñanzas y mentiras destruyen las almas del

hombre.  Pablo  habló acerca de la doctrina de dos falsos maestros.   2 Ti.17a― “Y su palabra carcomerá como gangrena; de los cuales son Himeneo y Fileto.”  Las falsas enseñanza carcoma el ama poco a poco como un cáncer.

La gangrena es una enfermedad que existe cuando una parte del cuerpo está inflamado y después empieza a corromper.  Y si un remedio no es aplicado pronto, entonces la enfermedad  extiende,  y ataca otras partes y  por fin carcome los huesos. (Lexicón de Thayer).  Muchas personas están engañadas por escuchar las suaves palabras de los hombres y no se dan cuenta que están propagando doctrinas venenosas.

Pablo dice: “Porque tales personas no sirven a nuestro Señor Jesucristo, sino a sus propios vientres, y con suaves palabras y lisonjas engañan los corazones de los ingenuos”(Ro.16:18). 

Hay algunas personas engañadas y otras que prefieren la decepción más que la verdad (2 Ti.4:3,4).  Los Israelitas, también,  tenían esta mentalidad  (Isa 30:9,10).  Lo que es muy triste es que el falso maestro y los que le siguen van a ser perdidos (Mt.15:13,14).  Noten que el guía ciego y el seguidor ciego cayeron en el hoyo (Los dos son ciegos espiritualmente).

El maestro y su discípulo fueron perdidos (Mt. 23:15).  Nuestra enseñanza tiene gran influencia sobre los oidores (1 Ti.4:16).  El tipo de enseñanza que una iglesia recibe puede edificarla o destruirla.  Como cristianos debemos exigir y aceptar nada menos que sermones basados en las escrituras.  Debemos insistir que los maestros respaldan sus palabras con la palabra de Dios.  

Ahora bien, otro cosa que perjudica la obra es cristianos quienes condonan el pecados del otro cristiano.  A menudo, los cristianos tratan de condonar o defender los pecados de otro cristiano en nombre de “amor”.  Ellos dicen: “Si les amamos a otros, no debemos condenarlos por sus pecados”.  Creen que el “amor” involucra la aceptación de los que violan la ley de Dios.  Entre las pastas de la Biblia no se encuentra esta idea.

La Biblia enseña que debemos tolerar las faltas del otro, pero nunca enseña que debemos aceptar y condonar los pecados de los cristianos que no quieren arrepentirse.  Por condonar el pecador, estamos, en realidad, ayudando en destruir su alma.  La Biblia dice: “El alma que pecare, esa morirá . . .” (Ez.18:20). También dice: “. . .el pago de pecado es muerte. . .” (Ro.6:23b).  Por animar y aceptar a un hermano o una hermana que vive en pecado, estamos animándolos en seguir a violar la ley de Dios  (Ef.5:11; 1 Ti.5:20).  Por ejemplo, si aceptamos a los cristianos divorciados (sin la causa bíblica) y casados otra vez, entonces los animamos en seguir violando la ley del Señor.  Otro ejemplo, si aceptamos a los hermanos que viven en la unión libre, estamos promoviendo el pecado en ellos y en la iglesia.  Si toleramos algunas practicas pecaminosas de un hermano en la iglesia,  entonces  en poco tiempo, el pecado extenderá a todo la congregación.  Pablo dice: “. . . ¿No sabéis que un poco de levadura leuda toda la masa?” (1 Co.5:6).

Si un hermano me ama — verdaderamente me ama — entonces tratará de convencerme a dejar el pecado (y arrepentirme).  No debemos condonar o tolerar el pecado, sino debemos reprenderlo.  Dice Ezequiel: “Si el justo se apartare de su justicia e hiciere maldad, y pusiere yo tropiezo delante de él, él morirá, porque tú no le amonestaste; en su pecado morirá, y sus justicias que había hecho no vendrán en memoria; pero su sangre demandaré de tu mano. 21Pero si al justo amonestares para que no peque, y no pecare, de cierto vivirá, porque fue amonestado; y tú habrás librado tu alma” (Ez.3:21,22).  ¿Qué quiere decir la frase “su sangre demandaré de tu mano”?  En Hechos 20:26,27,  Pablo fue inocente de la sangre de todos, ¿Por qué?  Porque él predicó todo el plan de Dios y no sólo una parte.

Nos hacemos participantes de los pecados de otras personas, cuando condonamos sus pecados.  Por favor, lean los siguiente versículos:

2 Juan.10, 11― Si alguno viene a vosotros, y no trae esta doctrina, no lo recibáis en casa, ni le digáis: ¡Bienvenido! 11Porque el que le dice: ¡Bienvenido! participa en sus malas obras”.

1 Timoteo 5:22― No impongas con ligereza las manos a ninguno, ni participes en pecados ajenos. Consérvate puro”.

Apocalipsis 18:4 “Y oí otra voz del cielo, que decía: Salid de ella, pueblo mío, para que no seáis partícipes de sus pecados, ni recibáis parte de sus plagas”.

Finalmente, otra cosa que perjudica la obra del Señor es cristianos que rehúsan obedecer el mandamiento de Dios acerca de la disciplina.  (Hay dos tipos de disciplina — instructiva y correctiva).  La disciplina instructiva quiere decir enseñar y explicar los mandamientos de Dios para que otros entiendan.

También, debemos  instruir a los que violan la ley de Dios. Pablo

escribió:  “Este testimonio es verdadero; por tanto, repréndelos duramente, para que sean sanos en la fe” (Tito 1:13).  En el país, las leyes civiles son para proteger al pueblo.  Primero, las autoridades civiles tienen que hacer saber al pueblo la ley (enseñarlo bien).  Cuando violamos la civil, violamos los derechos de los demás.  Por ejemplo, los que beben el alcohol y conducen los carros ponen en peligro la vida de todos.  Además, los que roban violan los derecho del otro.

En la casa, tenemos nuestras reglas y normas.  Enseñamos a nuestros hijos estas reglas.  Cuando un niño desobedece a sus padres, entonces toda la familia sufre.  Por ejemplo, los Padres instruyen a su niño: “¡No juegue en la calle!”  Pero el niño no les hace caso; por eso, el está herido por un carro.  ¿Quién sufre? ¡Todos!  Los Padres exigen: “Hijo, ¡No salgas en el carro!” El muchacho sale y tiene accidente — toda la familia sufre.

En una familia o país donde la gente desprecia las reglas y las leyes, el caos existe.  Podemos tener muchas leyes, pero si las autoridades no las imponen a la fuerza, entonces desorden reina.  Una ley que no está impuesta a la fuerza, tiene muy poca o ningún valor.   Muchas personas obedece la ley, porque entienden las consecuencias de no obedecerla.   En el Antiguo Testamento, Dios dio su ley al pueblo y los que la desobedecían, sufrían las consecuencias.  Dios dijo: “No matarás”.  Si ellos mataran, fueron matados. Dios dijo: “No cometerás adulterio” si lo cometieran, fueron ejecutados (la pena de muerte Dt.22).  ¿Qué pasa con los que violan la ley hoy en día?  Romanos 13:4 dice: “Porque es servidor de Dios para tu bien. Pero si haces lo malo, teme; porque no en vano lleva la espada, pues es servidor de Dios, vengador para castigar al que hace lo malo”.  ¿Qué pasa con los niños que violan las reglas del hogar?  Hebreos12:9 “Por otra parte, tuvimos a nuestros padres terrenales que nos disciplinaban, y los venerábamos. ¿Por qué no obedeceremos mucho mejor al Padre de los espíritus, y viviremos?” Proverbios 3:12― “Porque Jehová al que ama castiga, Como el padre al hijo a quien quiere”. Proverbios 13:24― “El que detiene el castigo, a su hijo aborrece; Mas el que lo ama, desde temprano lo corrige”.

En la Biblia, el Señor le da a la iglesia la responsabilidad de tratar con los miembros que violan constantemente la ley de Dios.  No quiere decir que debemos actuar como la policía con pito nuevo, buscando razones para condenar a nuestros hermanos.  Sin embargo, cuando un hermano o una hermana  insiste en violar la ley Dios, entonces tenemos la responsabilidad de practicar la disciplina bíblica.  (Es una ley de Dios como el bautismo o la cena del Señor.)  Si no enfrentamos a los cristianos rebeldes, ellos tomarán  posesión de la iglesia. 

Para ilustrar este principio, considere el siguiente fabula: Un día bastante frió en el oriente, un hombre permitió a un camello poner su cabeza en la ventana para calentarla.  En poco tiempo, el camello estaba sentado en la casa.  El hombre estaba bien incómodo por el animal y demandó que él saliera.  El camello le dijo al hombre, “Si no te gusta, tú salgas”. 

Así es con el pecado, si comprometer nuestras convicciones y permitirlo en la iglesia, entonces tomará el control y nos bota afuera.

Las prácticas pecaminosas tienen que ser paradas al momento que pongan su nariz en nuestra ventana.  Mucha maldad es permitida en la iglesia en el nombre de “amor”, pero si amamos a la iglesia, atacaremos el pecado. 

Los cristianos tiene que separarse de los hermanos que persisten en el pecado (2 Ts.3:6, 15).  Esto no es algo opcional, sino un mandamiento de Dios.  Tampoco, podemos votar si queremos obedecer este mandamiento, porque son leyes de Dios (Mt. 18:15-17; 1 Co.5:13; 1 Ti.6:3-5). —tm

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