"Días de fiesta, meses, estaciones y años"

Parece que el mundo religioso está en competencia con el mundo secular por llenar el calendario con días especiales, meses, estaciones y años. Sólo para mencionar unos, tenemos el "día de todos los santos", "miércoles de ceniza", "viernes santo", "domingo de resurrección", "domingo de ramos", "Pentecostés", y otros días especiales de representaciones variadas de María, madre de Jesús. Luego están los meses especiales, los años de jubileo, y así ad infinitum. La Iglesia católica romana tiene el 30 de marzo como el día de la resurrección mientras que la Iglesia ortoodoxa griega celebra este monumental evento el 27 de abril. Por supuesto estas fechas varían año con año. Los grupos protestantes generalmente aceptan las fechas establecidas por la Iglesia romana para la "Navidad" y la "Semana Santa".

La celebración de los eventos de la crucifixión y la resurrección en días específicos fue decidida en el Concilio de Nicea el año 325 de nuestra era. La resurrección habría de observarse el primer domingo después de la luna llena, siguiendo el equinoccio de primavera (c. 21 de marzo). Aparte de la celebración de la crucifixión en la comunión dominical, no existe en las Escrituras del Nuevo Testamento alguna fecha anual para la observancia de estos eventos. La celebración de la Pascua más bien tiene antecedentes judíos o paganos.

Los expertos en computación de la actualidad han supuestamente establecido las verdaderas fechas de los eventos de la crucifixión por medio de estudios históricos y astronómicos.

Las fechas reportadas son las siguientes:

2 de abril - Domingo de ramos

3 de abril - Purificación del templo

6 de abril - Jueves, Seder (Pascua), establecimiento de la Cena del Señor.

7 de abril - Viernes, la crucifixión

9 de abril - Domingo de resurrección

18 de mayo - Asunción

28 de mayo del año 30 d. de Cristo - Domingo, Pentecostés y el nacimiento de la iglesia.

Ya sea que estas fechas sean exactas o no, no hay ninguna diferencia para nuestra fe cristiana. Nosotros celebramos la crucifixión de Jesucristo, su sepultura, su resurrección y la promesa que él vendrá a llevarnos al lugar que ha preparado para nosotros. Esto lo hacemos por medio de la participación de la comunión de la Cena del Señor (Mateo 26.17-30; Marcos 14.22-26; Lucas 22.13-20; 1 Corintios 10.14-17; 11.23-31).

Haríamos bien en escuchar al Espíritu Santo que habla por medio de Pablo a los cristianos de Galacia: "¡Ustedes siguen guardando los días de fiesta, meses, estaciones y años! Temo por ustedes, que tal vez me haya estado esforzando en vano" (Gálatas 4.10-11, N.V.I.). ¿Qué pensará el Espíritu Santo de nuestras festividades, celebraciones, etc.? El apóstol cree que ha perdido su tiempo con aquellos que todavía observan tales cosas.

A los cristianos de Colosas se les aseguró que no debían temer a los que trataban de imponerles las prácticas de observancias sobre asuntos de comida y bebida en ciertos días. Por eso el apóstol también dice en Colosenses 2.16-17: "Así que nadie los juzgue a ustedes por lo que comen o beben, o con respecto a días de fiesta religiosa, de luna nueva o de reposo. Todo esto es una sombra de las cosas que están por venir; la realidad se halla en Cristo" (N.V.I.).

¡Así que vamos a buscar la realidad y no la sombra!

- Harris Lee Goodwin

La Voz Eterna, Marzo-Abril 1997