DOS CARACTERÍSTICAS DE UNA IGLESIA VERDADERA

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INTRODUCCIÓN

Buenos días amados hermanos, y amigos que hoy visitan esta preciosa congregación. Es para mi un honor poder estar con ustedes hoy, en una mañana tan especial como es la inauguración de la iglesia.
En muchas ocasiones, he tenido conversaciones con amigos, familiares y compañeros de trabajo que afirman creer en Dios pero no en la iglesia. Tienen la convicción de que Dios existe, y que es bueno, pero que la iglesia por su parte, los ha decepcionado. Tantos casos de corrupción, pecado oculto, escándalos, e incluso su influencia en la política ha dejado a muchas personas con la creencia de que la iglesia no es necesaria. Esto no es de sorprendernos, la misma Biblia nos advierte en Tito 1:16 “Profesan conocer a Dios, pero con los hechos lo niegan...”.
Ahora bien, esta perspectiva negativa sobre la iglesia no es algo exclusivo de los no creyentes. Lamentablemente, muchos cristianos, bien por experiencias negativas o de abuso espiritual; bien por pecados que no se han tratado bien en la iglesia; o simplemente por un mal entendimiento de lo que significa la iglesia, tiene una perspectiva negativa acerca de ésta. Algunos la ven como una institución burocrática, otros como un movimiento orgánico que no debe tener ningún tipo de estructura, y otros, incluso, hay creyentes que no estiman a la iglesia como una parte importante en sus vidas. Puede parecer sorprendente pero hay cristianos que no ven nada de malo en no asistir a la iglesia de manera regular, afirmando que su relación personal con Dios está bien, pues mantienen una vida devocional.
Estos cristianos, al igual que las personas que afirman creer en Dios pero no en la iglesia, estiman al cuerpo de Cristo como innecesario e irrelevante.
Pero, amados hermanos, y amigos, cuando leemos el Nuevo Testamento es evidente la importancia que tiene la iglesia para el Señor, tanto así que la iglesia local es el mayor destinatario común en el Nuevo Testamento:
El libro de Hechos nos muestra el nacimiento de la iglesia después del pentecostés.
Cartas paulinas: Romanos, 1 y 2 Corintios, Gálatas, Efesios, Filipenses, Colosenses, 1 y 2 Tesalonisenes.
Cartas como Hebreos y 2 Juan también son dirigidas iglesias locales.
Y por si fuera poco, el libro de Apocalipsis es dirigido a 7 iglesias ubicadas en Asia Menor.
Esto quiere decir que 13/27 libros del Nuevo Testamento está dirigidos a o hacen referencia a la iglesia del Señor. La iglesia es de vital importancia.
Siendo éste el caso, si eres creyente, déjame decirte que la iglesia local es vital para tu vida espiritual, y espero poder mostrar esto por medio de las Escrituras el día de hoy. Pero, si ésta es la primera vez que visitas una iglesia, o has ido a otras iglesias y has tenido una mala experiencia, es mi deseo que puedas ver cómo es una iglesia en verdad a través de la Palabra de Dios.
Les invito a que abran sus Biblias en la carta a los Colosenses 1.
Pero antes de adentrarnos en la Escritura, oremos para que sea el Espíritu del Señor quien nos guíe e instruya en esta mañana.
Oración.

I. DOS CARACTERÍSTICAS DE LA IGLESIA - Colosenses 1:1-8

Acompáñeme, ahora sí, en esta lectura de Colosenses 1:1-8, éste será nuestro texto base, aunque iremos leyendo algunas otras partes de la carta.
Colosenses 1:1–8 (NBLA)
“Pablo , apóstol de Jesucristo por la voluntad de Dios, y el hermano Timoteo, a los santos y fieles hermanos en Cristo que están en Colosas: Gracia a ustedes y paz de parte de Dios nuestro Padre. Damos gracias a Dios, el Padre de nuestro Señor Jesucristo, orando siempre por ustedes, pues hemos oído de su fe en Cristo Jesús y del amor que tienen por todos los santos, a causa de la esperanza reservada para ustedes en los cielos. De esta esperanza ustedes oyeron antes en la palabra de verdad, el evangelio que ha llegado hasta ustedes. Así como en todo el mundo está dando fruto constantemente y creciendo, así lo ha estado haciendo también en ustedes, desde el día que oyeron y comprendieron la gracia de Dios en verdad. Así ustedes lo aprendieron de Epafras, nuestro amado consiervo, quien es fiel servidor de Cristo de parte nuestra, el cual también nos informó acerca del amor de ustedes en el Espíritu.”
La iglesia en Colosas no fue fundada por el Apóstol, de hecho, Pablo nunca visitó Colosas, no los conocía personalmente. La iglesia fue fundada por Epafras, quien probablemente se había convertido bajo el ministerio de Pablo en Éfeso. Esto es interesante porque a pesar de no haberlos conocido personalmente, hay dos características que destaca de ellos, y que eran conocidas por todos: su fe en el Señor; y su amor por todos los santos.
Esto es fundamental, una iglesia es definida por lo que cree y lo que vive. De hecho, la palabra iglesia, proviene del griego ekklesia, que significa asamblea o congregación, y era una palabra usada en el mundo grecorromano para describir a un grupo de ciudadanos que eran convocados para reunirse y tratar asuntos civiles. En el sentido bíblico, una ekklesia es también una asamblea, pero no es una asamblea cualquiera, quienes pertenecen a esta congregación o a esta reunión, son personas que son ciudadanos del reino de Dios. Si continuamos leyendo el capítulo 1, se describe precisamente el estatus de aquellos que conforman la iglesia en Colosenses 1:13 “el cual nos ha librado de la potestad de las tinieblas, y trasladado al reino de su amado Hijo”, de esta manera, los que han sido liberados del reino del mundo, y han nacido de nuevo, siendo justificados por el sacrificio de Cristo, son los que conforman la iglesia. En otras palabras, la ekklesia en el sentido bíblico es la asamblea o congregación de los que han sido salvados por Cristo.
Es importante que entendamos qué es la iglesia, y cómo se supone que debe verse la iglesia, ya que de lo contrario no podremos hacer vida de iglesia. Lo que Pablo afirma acerca de los colosenses son dos características fundamentales en toda congregación, la fe en Cristo y el amor por los santos.

II. La fe en el Señor Jesucristo

En primer lugar, encontramos la fe en Cristo Jesús. Éste es el fundamento de la iglesia, una iglesia no es verdadera a menos que crea lo correcto acerca del Señor. Hay muchas organizaciones religiosas que claman ser iglesias, en mi propia experiencia he tenido muchas conversaciones con mormones y Testigos de Jehová, que afirman ser el pueblo verdadero de Dios, sin embargo, ambas organizaciones tienen en común un equivocado entendimiento de quién es Jesús. A los Colosenses estaban intentando engañarlos haciéndoles creer que su fe en Jesús no era suficiente, o que Jesús no era quien creían que era. La persona de Jesús es central en esta discusión, siempre lo ha sido.
Si leemos Mateo 16:13-18 “Viniendo Jesús a la región de Cesarea de Filipo, preguntó a sus discípulos, diciendo: ¿Quién dicen los hombres que es el Hijo del Hombre? Ellos dijeron: Unos, Juan el Bautista; otros, Elías; y otros, Jeremías, o alguno de los profetas. El les dijo: Y vosotros, ¿quién decís que soy yo? Respondiendo Simón Pedro, dijo: Tú eres el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Entonces le respondió Jesús: Bienaventurado eres, Simón, hijo de Jonás, porque no te lo reveló carne ni sangre, sino mi Padre que está en los cielos. Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.”. El Señor mismo afirmó que la roca sobre la cuál edificaría su iglesia sería la confesión de que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente. Contrario a lo que la iglesia católico romana piensa, el fundamento de la iglesia no es el Apóstol Pedro, sino Jesús.
Ahora bien, de la misma forma que ocurre en nuestros días, también en la iglesia en Colosas se estaba intentando infiltrar una enseñanza incorrecta acerca de la deidad del Señor. Por esto Pablo les escribe diciendo en Colosenses 2:4 “Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas.” Así hay muchas religiones que pretenden ser cristianas pero que realmente no lo son, mucha organizaciones que se llaman a sí mismas iglesia del Señor, pero no lo son porque su creencia acerca de Jesús es incorrecta.
La primera característica de una iglesia verdadera es una fe bíblica en Jesús. Usted se preguntará, ¿y cómo sabemos si una creencia acerca de Jesús es correcta o no? El apóstol Pablo lo dejó bien claro en esta misma carta. Lea conmigo Colosenses 1:13-20.
Colosenses 1:13–20 (NBLA)
“Porque Él nos libró del dominio de las tinieblas y nos trasladó al reino de Su Hijo amado, en quien tenemos redención: el perdón de los pecados. Él es la imagen del Dios invisible, el primogénito de toda creación. Porque en Él fueron creadas todas las cosas, tanto en los cielos como en la tierra, visibles e invisibles; ya sean tronos o dominios o poderes o autoridades; todo ha sido creado por medio de Él y para Él. Y Él es antes de todas las cosas, y en Él todas las cosas permanecen. Él es también la cabeza del cuerpo que es la iglesia. Él es el principio, el primogénito de entre los muertos, a fin de que Él tenga en todo la primacía. Porque agradó al Padre que en Él habitara toda la plenitud, y por medio de Él reconciliar todas las cosas consigo, habiendo hecho la paz por medio de la sangre de Su cruz, por medio de Él, repito, ya sean las que están en la tierra o las que están en los cielos.”
Este pasaje constituye una de las mejores descripciones cristológicas de toda la Escritura. En esta Pablo afirma que:
Cristo es suficiente para concedernos la redención y el perdón de nuestros pecados para siempre (v.14): No hace falta añadir nada más, la obra de Jesús en la cruz es suficiente. Cuando usted habla con mormones, Testigos de Jehová y católicos romanos, se dará cuenta que el sacrificio de Jesús no es suficiente para ellos, siempre debe haber alguna obra que el hombre deba realizar, o algún sacramento que el hombre deba guardar con el fin de alcanzar la salvación. Pero no es esto lo que enseña la Escritura, Cristo y solo Cristo es suficiente para conceder el perdón de los pecados, solo Cristo puede redimirnos.
Cristo es Dios (v. 15-19): Esto es fundamental, la fe en Cristo nos lleva a afirmar que Cristo es Dios, no es un ser angelical, ni un ser creado por Dios, es Dios mismo encarnado. Jesús es la imagen visible de Dios, no es creado a imagen de Dios como el hombre, es la imagen de Dios mismo. Ahora bien, algunos usan la frase “primogénito de toda la creación” como argumento para demostrar que Jesús fue creado, pero la palabra primogénito no hace referencia a un orden cronológico sino a un orden de importancia. Cuando Esaú vendió su primogenitura a Jacob no le dio un certificado que decía “yo nací primero”, no, lo que le vendió fue el derecho de ser el heredero de su padre, de esta misma forma, Cristo es el Heredero del Padre. Más adelante, Pablo dice que Cristo es el primogénito de entre los muertos, de nuevo, no tiene sentido decir que Cristo fue el primer hombre que murió, sino que Pablo aclara “para que en todo tenga preeminencia”. Jesús es Creador, y solo Dios es Creador (v.16-17). Cristo es Dios, Colosenses 2:9 “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad”.
Cristo es la cabeza de la iglesia (v.18): Él es la máxima autoridad de la iglesia, la iglesia es suya, Él la compró con su sangre, y Él la gobierna con su Palabra. Si vemos las organizaciones religiosas, todas tienen a un profeta o sacerdote como su máximo gobernante. El Papa para los católicos romanos, los mormones tienen a José Smith, y así todas las organizaciones religiosas tienen un profeta que está a la cabeza de su organización. Pero no es así en la iglesia del Señor, por eso cada iglesia local es autónoma, porque no necesitamos un Papa que la dirija, sino que cada iglesia local gobernada por Cristo a través de su Palabra es independiente de otra iglesia. Y no tenemos mucho tiempo para profundizar en esto, pero sea suficiente con decir que Cristo gobierna cada iglesia local por su Palabra, a través de la iglesia misma, siendo dirigida por los pastores. Pero Cristo es la cabeza.
Cristo nos reconcilia con el Padre (v.20): Finalmente, solo Cristo nos puede reconciliar con Dios. En 1 Timoteo 2:5 “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre”. El hombre en su condición natural pecaminosa, está en enemistad con Dios, es un enemigo de Dios. La iglesia debe proclamar esto a las naciones, el hombre natural es creado por Dios, pero no es hijo de Dios, es su enemigo. Solo por medio de Cristo podemos ser reconciliados, Romanos 5:1 “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo”. Amado amigo que hoy visitas esta iglesia, déjame decirte una cosa, venir a la iglesia no salva a nadie, hacer cosas buenas no compensa el pecado que tú y yo hemos cometido. Tú y yo somos culpables de ofender a Dios con nuestro pecado, cualquier mentira, cualquier mala palabra, mal pensamiento, envidia, orgullo, vanidad, resentimiento, falta de perdón y el egoísmo solo por mencionar algunos, nos separan de Dios, nos ponen en enemistad con él. Y no hay nada que podamos hacer para ser reconciliados a menos que vengamos a Cristo. Solo en Jesús podemos tener una relación restaurada con Dios. No intentes ganarte a Dios por tus obras, no podrás, ven a Jesús y Él te reconciliará con Dios por medio su obra en la cruz. Tal como dice Pablo en este texto Colosenses 1:20 “y por medio de él reconciliar consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz”.
De manera que la fe en Jesús que caracteriza a una iglesia verdadera, es una fe que proclama que Jesús es Dios, es suficiente para concedernos la redención y el perdón, es la cabeza de la iglesia, y es el único mediador entre Dios y los hombres. Éste es el fundamento, esto es lo que Jesús dijo a Pedro en Mateo 16:18 “Y yo también te digo, que tú eres Pedro, y sobre esta roca edificaré mi iglesia; y las puertas del Hades no prevalecerán contra ella.”
La roca no es Pedro, sino la declaración de quién es Jesús.

III. El amor por todos los santos

Pero hay una segunda característica que Pablo menciona de esta iglesia, una segunda característica que ha escuchado de estos creyentes y que confirman su verdadera participación en la iglesia del Señor: El amor por todos los santos.
No es la única vez que Pablo hace referencia a la fe en Cristo y el amor por los hermanos juntos, también a la iglesia en Éfeso en Efesios 1:15 “Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos”; a Filemón también en su carta en Filemón 1:5 “porque oigo del amor y de la fe que tienes hacia el Señor Jesús, y para con todos los santos”.
Es importante destacar la frase “todos los santos”, no solo aquellos que me caen bien, no solo aquellos con quienes tengo algún tipo de afinidad, no solo aquellos con quienes tengo algo en común o que viven más cerca de mí, o no solo aquellos de quienes puedo obtener algo, sino a todos los santos. Amados hermanos, la vida cristiana no es una vida en soledad. Muchas personas tiene la idea equivocada de que la vida cristiana es únicamente una relación personal con Dios y nada más, pero no es correcto, la vida cristiana no solo es tu relación personal con Dios. Sí, la salvación es algo individual y personal, pero la vida cristiana después de ser salvos, es una vida en comunidad. Lamentablemente, muchos “cristianos” han sido influenciados por el individualismo del mundo, y buscan una espiritualidad personal que no incluya a otros. Pero eso no es la vida cristiana, eso no es una iglesia.
Tito 2:14 “quien se dio a sí mismo por nosotros para redimirnos de toda iniquidad y purificar para sí un pueblo propio, celoso de buenas obras.” Un pueblo es lo que el Señor quiere.
De hecho, es imposible vivir la vida cristiana sin la iglesia. Escucha bien, es imposible vivir la vida cristiana sin la iglesia, porque la vida cristiana es una vida en comunidad. No sé si alguna vez lo ha investigado o leído, pero ¿sabes cuántas veces aparece la expresión “los unos a los otros” en el Nuevo Testamento? ¿No lo sabe? Yo tampoco, pero estudiando para este sermón, encontré 20 mandatos que incluyen la expresión “unos a otros”. Por razones de tiempo, no vamos ver solo algunos de ellos:
Gálatas 6:2 “Sobrellevad los unos las cargas de los otros, y cumplid así la ley de Cristo.”
Efesios 4:2 “con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor,”
Colosenses 3:9 “No mintáis los unos a los otros, habiéndoos despojado del viejo hombre con sus hechos,”
1 Tesalonicenses 5:11 “Por lo cual, animaos unos a otros, y edificaos unos a otros, así como lo hacéis.”
Hebreos 3:13 “antes exhortaos los unos a los otros cada día, entre tanto que se dice: Hoy; para que ninguno de vosotros se endurezca por el engaño del pecado.”
Hebreos 10:24-25 “Y considerémonos unos a otros para estimularnos al amor y a las buenas obras; no dejando de congregarnos, como algunos tienen por costumbre, sino exhortándonos; y tanto más, cuanto veis que aquel día se acerca.”
Santiago 5:16 “Confesaos vuestras ofensas unos a otros, y orad unos por otros, para que seáis sanados. La oración eficaz del justo puede mucho.”
¿Cómo podemos cumplir la ley de Cristo sino sobrellevamos las cargas los unos de los otros? ¿Cómo podemos exhortarnos para que no nuestros corazones no se endurezcan por el pecado, si ni siquiera hablamos de nuestras luchas? ¿Cómo podemos luchar con el pecado si no confesamos nuestros pecados unos a otros? Ahora bien, esto no quiere decir que debemos levantarnos un domingo aquí y decir cómo hemos pecado, lo que implica es que la relación entre los creyentes debe ser de tal intimidad que podamos abrir nuestro corazón con algún hermano de confianza y poder expresar nuestras luchas. La vida cristiana es una vida en comunidad.
La fe en Cristo y el amor por los santos son características que deben ser claramente visibles en una iglesia verdadera. La fe en Cristo nos conduce sin lugar a dudas a un amor entrañable por su pueblo. Si no amas al pueblo de Dios, ¿cómo puedes estar seguro de que amas a Dios? 1 Juan 4:20 “Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. Pues el que no ama a su hermano a quien ha visto, ¿cómo puede amar a Dios a quien no ha visto?”.
Hermano, ¿amas a la iglesia? Y no me refiero a este nuevo local, la iglesia es la asamblea de los creyentes, son las personas reunidas en el nombre del Señor. Te repito la pregunta, ¿amas a estas personas? ¿procuras su bienestar? ¿les sirves? ¿tenéis conversaciones espirituales? ¿se recuerdan el evangelio los unos a los otros?
Quiero mostrarte algo que puede sorprender a muchos cristianos: la unión de los creyentes es un vínculo mucho mayor que el vínculo de sangre. Cuando Jesús oró por sus discípulos en Juan 17, oró también por la iglesia y oró pidiendo que la misma unidad que hay entre el Padre y el Hijo sea la unidad que hay entre los creyentes. Juan 17:20-21 “Mas no ruego solamente por éstos, sino también por los que han de creer en mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste.” La misma unidad que hay entre el Padre y el Hijo es la misma unidad que debe haber entre los creyentes, somos un cuerpo, y un cuerpo no puede dividirse en partes, porque deja de funcionar. El cuerpo está unido de una manera tan esencial que si usted saca algún órgano, es muy probable que todo el cuerpo colapse.
Mire como el Señor habla de que es esta unidad la que dará testimonio al mundo: “para que el mundo crea que tú me enviaste”. Juan 13:35 “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros.”
¿Sabe por qué? Porque solo el evangelio puede producir el tipo de amor sobrenatural que hay en la iglesia, un amor que no depende de la afinidad, sino de la sangre de Cristo. Un amor que nos lleva a interesarnos por el bienestar de los unos y los otros, un amor que nos lleva a sacrificarnos y servirnos los unos a los otros. Un amor que nos impulsa a llevar las cargas los unos de los otros. El mundo dice, ya yo tengo suficiente con mis problemas, pero el amor cristiano no piensa así. Esto es la iglesia, la congregación de quienes proclaman a Cristo el Señor, y se aman con el amor del Señor los unos a los otros.

IV. El ministerio de la iglesia

De manera que, la doctrina de Cristo y el amor de Cristo por los unos y los otros son dos características esenciales en toda iglesia verdadera.
Pero ahora bien, ¿cuál es el ministerio de la iglesia? ¿cuál es la función de la iglesia? Pablo en Colosenses 3:16 “La palabra de Cristo more en abundancia en vosotros, enseñándoos y exhortándoos unos a otros en toda sabiduría, cantando con gracia en vuestros corazones al Señor con salmos e himnos y cánticos espirituales.”
La tarea a la que la iglesia debe dedicarse es el ministerio de la Palabra. La predicación, enseñanza y edificación de los creyentes por medio de la palabra de Dios es la tarea principal, no solo de los pastores, sino de la iglesia. Evidentemente, el ministerio pastoral es esencialmente la predicación y enseñanza, pero no es una tarea solo de los pastores, sino de todos los creyentes en la iglesia. Debemos enseñarnos y exhortarnos unos a otros con la Palabra, debemos animarnos, consolarnos, desafiarnos y corregirnos mutuamente con la Biblia, con el objetivo de que cada día más adoremos al Señor con nuestras vidas.
La existe para formar adorares de Dios por medio de la instrucción bíblica.
Este era el ministerio de Pablo, mire lo que dice en Colosenses 1:28 “a quien anunciamos, amonestando a todo hombre, y enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo Jesús a todo hombre”.
Fíjense que el ministerio de Pablo es el mismo que la iglesia debía llevar a cabo, edificarse unos a otros en la Palabra de Dios.
Esto incluye, por supuesto, anunciar el evangelio a los no creyentes, por eso Pablo dice: “a quien anunciamos, amonestando a todo hombre”.
Aplicación para Iglesia Bíblica de Valdemoro:
Habrá desafíos y problemas, pero manteneros firmes y fieles al Señor, y creced en el amor los unos por los otros.
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