¡YA NO SOMOS ENEMIGOS DE DIOS!

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PROPÓSITO: Reconocer la obra de Cristo en la cruz como el único medio para reconciliarnos con Dios. Y por tanto podemos confiar en la seguridad del evangelio.
PREPOSICIÓN: ¡YA NO SOMOS ENEMIGOS DE DIOS!
IDEA PRINCIPAL: La obra de Cristo, Reconciliación.
PASAJE BÍBLICO:
20y por medio de él RECONCILIAR consigo todas las cosas, así las que están en la tierra como las que están en los cielos, haciendo la paz mediante la sangre de su cruz.
21Y a vosotros también, que erais en otro tiempo extraños y enemigos en vuestra mente, haciendo malas obras, ahora os ha RECONCILIADO 22en su cuerpo de carne, por medio de la muerte, para presentaros santos y sin mancha e irreprensibles delante de él; 23si en verdad permanecéis fundados y firmes en la fe, y sin moveros de la esperanza del evangelio que habéis oído, el cual se predica en toda la creación que está debajo del cielo; del cual yo Pablo fui hecho ministro.
Reina Valera Revisada (1960) (Miami: Sociedades Bıblicas Unidas, 1998), Col 1:20–23.

INTRODUCCIÓN:

Qué verdad tan emocionante, ¡Ya no somos enemigos de Dios!
Entonces si lo éramos… Sí.
Y de qué manera lo éramos… Lo veremos a continuación.
Quizá ahora en la etapa de nuestra vida ya no nos sentimos en conflicto con Dios. No creo que sea enemigo de Dios, pero no lo soy. Y quienes si…
Al decir enemigo, opuesto, contrario:
Y, para superar este obstáculo, necesitábamos que alguien nos proveyese una reconciliación con el Dios ofendido.
El tema sobre el que va a girar este mensaje es sobre la reconciliación.
Reconciliación, restauración de la amistad... Solución de un conflicto
katallassein avanza un paso más y empieza a significar, especialmente, el cambio de la enemistad en amistad.
katallassein es, característicamente, la palabra que expresa la idea de haber vuelto a unir dos partes que han estado en conflicto.
Solamente Pablo es quien usa este grupo de palabras; y siempre referidas al restablecimiento de la relación entre el hombre y Dios.
Tomamos aquí el término en sentido teológico, como uno de los aspectos específicos de la obra de la redención.
Por eso añade Pablo en (2Cor. 5:20): «Reconciliaos con Dios». Como diciendo: «Dios ya se dio la vuelta hacia ti. Ahora te toca a ti darte la vuelta hacia Él».
La Biblia nos presenta diferentes cuadros de reconciliación, Jacob y Esaú, José y sus hermanos, en el NT una de las mejores es la de Filemón y Onésimo.

CONTENIDO:

A continuación...

1. LA CAUSA DE LA RECONCILIACIÓN

Responde al ¿Por qué necesitábamos ser reconciliados?
El motivo, la razón… ¿Qué causo esta enemistad, esta diferencia?
Extraños:
Enemigos en nuestra mente:
Nuestra actitud
Haciendo malas obras:
Nuestra aptitud, no hay mérito.
Todo esto, recordemos. En otro tiempo
Debido a que éramos extraños de Dios, desconocíamos su manera de pensar y éramos "enemigos en nuestra mente". El pecado arruinó nuestra manera de pensar respecto a Dios. Una forma equivocada de pensar nos conduce a pecar, lo que pervierte y destruye nuestros pensamientos acerca de El. Cuando no estábamos en armonía con Dios nuestra condición natural era de hostilidad a sus normas.
Si queremos profundizar en el pensamiento pervertido de los incrédulos.
Romanos 1:21–32 (RVR60): 21 Pues habiendo conocido a Dios, no le glorificaron como a Dios, ni le dieron gracias, sino que se envanecieron en sus razonamientos, y su necio corazón fue entenebrecido. 22 Profesando ser sabios, se hicieron necios, 23 y cambiaron la gloria del Dios incorruptible en semejanza de imagen de hombre corruptible, de aves, de cuadrúpedos y de reptiles.
24 Por lo cual también Dios los entregó a la inmundicia, en las concupiscencias de sus corazones, de modo que deshonraron entre sí sus propios cuerpos, 25 ya que cambiaron la verdad de Dios por la mentira, honrando y dando culto a las criaturas antes que al Creador, el cual es bendito por los siglos. Amén.
26 Por esto Dios los entregó a pasiones vergonzosas; pues aun sus mujeres cambiaron el uso natural por el que es contra naturaleza, 27 y de igual modo también los hombres, dejando el uso natural de la mujer, se encendieron en su lascivia unos con otros, cometiendo hechos vergonzosos hombres con hombres, y recibiendo en sí mismos la retribución debida a su extravío.
28 Y como ellos no aprobaron tener en cuenta a Dios, Dios los entregó a una mente reprobada, para hacer cosas que no convienen; 29 estando atestados de toda injusticia, fornicación, perversidad, avaricia, maldad; llenos de envidia, homicidios, contiendas, engaños y malignidades; 30 murmuradores, detractores, aborrecedores de Dios, injuriosos, soberbios, altivos, inventores de males, desobedientes a los padres, 31 necios, desleales, sin afecto natural, implacables, sin misericordia; 32 quienes habiendo entendido el juicio de Dios, que los que practican tales cosas son dignos de muerte, no sólo las hacen, sino que también se complacen con los que las practican.
(Un atestado es un instrumento oficial en que una autoridad o sus delegados hacen constar como ciertos unos determinados hechos.)
Ahora podemos responder ¿Por qué necesitábamos ser reconciliados?
Mi pecado es el problema.
Nuestros pecados hicieron separación entre Dios y el hombre.
Quebraron por completo la relación.
El pecado nos separa de Dios ( cf. Is. 59:1–2)
Isaías 59:1–2 (RVR60): 1 He aquí que no se ha acortado la mano de Jehová para salvar, ni se ha agravado su oído para oír; 2 pero vuestras iniquidades han hecho división entre vosotros y vuestro Dios, y vuestros pecados han hecho ocultar de vosotros su rostro para no oír.
Y el pago de nuestro pecado, lo sabemos es la muerte.
En este punto era necesario un mediador, porqué no existía la forma en que podamos reconciliar nuestra relación con Dios.

2. EL MEDIADOR DE LA RECONCILIACIÓN

Responde ¿Quién?
Rom 5:8 “Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros.”
Dios nos demostró su amor, al enviar a Jesús
JESUS RECONCILIO TODAS LAS COSAS
LAS DE LA TIERRA
LAS DE LOS CIELO
El modo de reconciliarnos:
Rom 5:1 “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;”
JESUS NOS DIO LA PAZ MEDIANTE LA CRUZ
EN SU CUERPO DE CARNE
POR MEDIO DE LA MUERTE
La muerte de Cristo abre un camino para que todos puedan venir a Dios. Puso a un lado al pecado que nos impedía disfrutar de una relación correcta con nuestro Creador. Esto no significa que todos han sido salvos, sino que el camino ha sido abierto para todo aquel que confíe en Cristo para ser salvo. Podemos tener paz con Dios y reconciliarnos al aceptar a Cristo, que murió en nuestro lugar.
Para responder a la acusación de que Jesús fue solo un espíritu y no un verdadero ser humano, Pablo explicó que el cuerpo físico de Jesús en realidad había muerto. Que Jesús sufrió la muerte como humano para que nosotros pudiéramos estar seguros de que había muerto en nuestro lugar. Jesús enfrentó la muerte como Dios para que nosotros estuviéramos seguros de que su sacrificio era completo y de que El verdaderamente había quitado nuestro pecado.
Solo hay un medio y Cristo es suficiente
1Tim 2:5 “Porque hay un solo Dios, y un solo mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre,”
Rom 5:1 “Justificados, pues, por la fe, tenemos paz para con Dios por medio de nuestro Señor Jesucristo;”
Rom 5:11 “Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.

3. EL RESULTADO DE LA RECONCILIACIÓN

Responde ¿Para qué?
El próposito… Ahora que el mediador ha hecho la paz entre Dios y el hombre cual es mi identidad.
SANTOS
SIN MANCHA(INTACHABLES) LIBRE DE CULPA IRREPRENSIBLES SIN FALTA
Cuando el juez de una corte declara al defendido "inocente", es porque ha sido absuelto de todos los cargos. Legalmente, es como si la persona nunca hubiera sido acusada. Cuando Dios perdona nuestros pecados, nuestros antecedentes son limpiados. Desde su perspectiva, es como si nunca hubiéramos pecado. Esta es la solución de Dios, y está a disposición suya. No importa qué es lo que haya hecho o cómo haya sido, el perdón de Dios es para usted.
Miqueas 7:18-19 “¿Qué Dios como tú, que perdona la maldad, y olvida el pecado del remanente de su heredad? No retuvo para siempre su enojo, porque se deleita en misericordia. El volverá a tener misericordia de nosotros; sepultará nuestras iniquidades, y echará en lo profundo del mar todos nuestros pecados.”
Ahora en Cristo, gozo de una nueva identidad...
11Por tanto, acordaos de que en otro tiempo vosotros, los gentiles en cuanto a la carne, erais llamados incircuncisión por la llamada circuncisión hecha con mano en la carne. 12En aquel tiempo estabais sin Cristo, alejados de la ciudadanía de Israel y ajenos a los pactos de la promesa, sin esperanza y sin Dios en el mundo. 13Pero ahora en Cristo Jesús, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hechos cercanos por la sangre de Cristo. 14Porque él es nuestra paz, que de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, 15aboliendo en su carne las enemistades, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en sí mismo de los dos un solo y nuevo hombre, haciendo la paz, 16y mediante la cruz reconciliar con Dios a ambos en un solo cuerpo, matando en ella las enemistades. 17Y vino y anunció las buenas nuevas de paz a vosotros que estabais lejos, y a los que estaban cerca; 18porque por medio de él los unos y los otros tenemos entrada por un mismo Espíritu al Padre. 19Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios,
Reina Valera Revisada (1960) (Miami: Sociedades Bıblicas Unidas, 1998), Ef 2:11–19. ́
El resultado es que estamos reconciliados con Dios.
Ya no hay enemistad, ya no hay separación.
8Mas Dios muestra su amor para con nosotros, en que siendo aún pecadores, Cristo murió por nosotros. 9Pues mucho más, estando ya justificados en su sangre, por él seremos salvos de la ira. 10Porque si siendo enemigos, fuimos reconciliados con Dios por la muerte de su Hijo, mucho más, estando reconciliados, seremos salvos por su vida. 11Y no sólo esto, sino que también nos gloriamos en Dios por el Señor nuestro Jesucristo, por quien hemos recibido ahora la reconciliación.
Reina Valera Revisada (1960) (Miami: Sociedades Bıblicas Unidas, 1998), Ro 5:8–11. ́

CONCLUSIÓN:

(I) Primero y principal, Pablo ve la obra de Jesucristo fundamentalmente como una obra de reconciliación. A través de lo que Cristo hizo, la perdida relación entre el hombre y Dios es restablecida. El hombre fue creado para tener amistad y compañerismo con Dios. El hombre, por su desobediencia y rebeldía, acabó siendo enemigo de Dios. La obra de Jesús quitó la enemistad y restauró la relación amistosa que siempre debía haber existido, pero que fue rota por el pecado del hombre.
(II) Notemos que Pablo jamás habla de Dios como siendo reconciliado con el hombre, sino que siempre es el hombre el reconciliado con Dios. En el más significativo de todos los pasajes, 2Co_5:18-20, se refiere tres veces a Dios reconciliando al hombre con él. Era el hombre, y no Dios, quien necesitaba ser reconciliado. Nada había disminuido el amor de Dios; nada había tornado ese amor en odio; nada había desvanecido el anhelo de su corazón. El hombre pecaría, pero Dios todavía le amaba. No era Dios quien necesitaba ser apaciguado, era el hombre quien precisaba ser movido a la entrega, a la penitencia y al amor.
(lll) Aquí estamos frente a una verdad ineludible: el efecto de la Cruz -al menos en esta esfera del pensamiento de Pablo- recaía sobre el hombre, y no sobre Dios. El efecto de la cruz no cambió el corazón de Dios, sino el del hombre. Era el hombre quien necesitaba ser reconciliado con Dios, y no al revés. Va totalmente en contra del pensamiento paulino, imaginar a Jesucristo como el pacificador de un Dios airado, o pensar que la ira de Dios se volvió amor, o su juicio se transformó en misericordia, a causa de algo que Jesús hiciese.
Cuando miramos este asunto como Pablo lo mira, descubrimos que fue el pecado del hombre lo convertido en penitencia; la rebeldía, en rendición; la enemistad, en amor, por el amor sacrificial de Jesucristo en la cruz. La cruz fue el precio de operar este cambio en los corazones de los hombres.
(IV) Una cosa queda por decir. Si todo esto es así -y así es el ministerio de la iglesia es un ministerio de reconciliación, tal como el mismo Pablo dice (2Co_5:19-20). La función del predicador no es llevar a los hombres la ira de Dios, sino proclamarles el ofrecimiento de su amor. El mensaje del predicador debe ser siempre: mira esa cruz y ve cuánto te ama Dios. ¿Puedes volver la espalda a semejante amor? La mismísima esencia del cristianismo es la restauración de una relación perdida. La misión del cristianismo es volver a los hombres a Dios, cuyo amor ellos desdeñaron, pero que, a pesar de eso, sigue todavía esperando que vuelvan al hogar. La tarea el predicador es quebrantar el corazón de los hombres a la vista del corazón quebrantado de Dios.
El proposito final de todo:
NO SE ALEJEN DE LA SEGURIDAD QUE RECIBIERON CUANDO OYERON LAS BUENAS NUEVAS
La forma de ser libres del pecado es confiar que Cristo lo quite de en medio. Debemos permanecer "fundados y firmes" en la verdad del evangelio, poniendo nuestra confianza solo en Jesús para que perdone nuestros pecados, nos presente justos delante de Dios y nos dé el poder suficiente para vivir como El quiere que lo hagamos.
EL PPROPOSITO ES QUE SE MANTENGAN FIRMES Y BIEN CIMENTADOS, SIN ABANDONAR LA ESPERANZA QUE OFRECE EL EVANGELIO
MANTENERSE FIRMES EN LA VERDAD
NO ALEJARSE DE LA SEGURIDAD QUE RECIBIERON
HAY QUIENES VAN A QUERER CONFUNDIR ENGAÑAR, QUE CRISTO NO ES SUFICIENTE.
Col 2:4 Y esto lo digo para que nadie os engañe con palabras persuasivas.
Col 2:6 Por tanto, de la manera que habéis recibido al Señor Jesucristo, andad en él;
Col 2:7 arraigados y sobreedificados en él, y confirmados en la fe, así como habéis sido enseñados, abundando en acciones de gracias.
Col 2:8 Mirad que nadie os engañe por medio de filosofías y huecas sutilezas, según las tradiciones de los hombres, conforme a los rudimentos del mundo, y no según Cristo.
Col 2:10 y vosotros estáis completos en él, que es la cabeza de todo principado y potestad.
Nadie es lo suficientemente bueno para salvarse a sí mismo. Si queremos vivir por la eternidad con Cristo, debemos depender totalmente de la gracia de Dios. Esto es cierto, seamos homicidas o sinceros ciudadanos laboriosos. Todos hemos pecado una y otra vez, y cualquier pecado es suficiente para que nos motive a venir a Jesucristo para nuestra salvación y vida eterna. Aparte de Cristo, no hay forma de que nuestros pecados sean perdonados o quitados.
El ministerio de la reconciliación:
17De modo que si alguno está en Cristo, nueva criatura es; las cosas viejas pasaron; he aquí todas son hechas nuevas. 18Y todo esto proviene de Dios, quien nos reconcilió consigo mismo por Cristo, y nos dio el ministerio de la reconciliación; 19que Dios estaba en Cristo reconciliando consigo al mundo, no tomándoles en cuenta a los hombres sus pecados, y nos encargó a nosotros la palabra de la reconciliación. 20Así que, somos embajadores en nombre de Cristo, como si Dios rogase por medio de nosotros; os rogamos en nombre de Cristo: Reconciliaos con Dios. 21Al que no conoció pecado, por nosotros lo hizo pecado, para que nosotros fuésemos hechos justicia de Dios en él.
Reina Valera Revisada (1960) (Miami: Sociedades Bıblicas Unidas, 1998), 2 Co 5:17–21. ́
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