34. El Hijo del hombre, nuestra pascua

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SERMÓN DOMINICAL
SERIE: EVANGELIO DE MARCOS
TÍTULO DEL SERMÓN: EL HIJO DEL HOMBRE, NUESTRA PASCUA
EXPOSITOR: ALEJANDRO CUETO GOENAGA
FECHA: AGOSTO 6 DE 2023
Marcos 14:12-26
Introducción
12El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, cuando se sacrificaba el cordero de la Pascua, los discípulos le preguntaron a Jesús: «¿Dónde quieres que vayamos y hagamos los preparativos para que comas la Pascua?». 13Él envió a dos de Sus discípulos, diciéndoles: «Vayan a la ciudad, y allí les saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; síganlo; 14y donde él entre, digan al dueño de la casa: “El Maestro dice: ‘¿Dónde está Mi habitación en la que pueda comer la Pascua con Mis discípulos?’”. 15Y él les mostrará un gran aposento alto, amueblado y preparado; hagan los preparativos para nosotros allí». 16Salieron, pues, los discípulos y llegaron a la ciudad, y encontraron todo tal como Él les había dicho; y prepararon la Pascua. 17Al atardecer llegó Jesús con los doce discípulos. 18Y estando sentados a la mesa comiendo, Jesús dijo: «En verdad les digo que uno de ustedes me entregará; el que come conmigo». 19Ellos comenzaron a entristecerse y a decir uno por uno: «¿Acaso soy yo?». 20«Es uno de los doce», les respondió, «el que moja el pan en el mismo plato que Yo. 21Porque el Hijo del Hombre se va tal y como está escrito de Él; pero ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Mejor le fuera a ese hombre no haber nacido». 22Mientras comían, tomó pan, y habiéndolo bendecido lo partió, se lo dio a ellos, y dijo: «Tomen, esto es Mi cuerpo». 23Y tomando una copa, después de dar gracias, se la dio a ellos, y todos bebieron de ella. 24Y les dijo: «Esto es Mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchos. 25En verdad les digo, que ya no beberé más del fruto de la vid hasta aquel día cuando lo beba nuevo en el reino de Dios». 26Después de cantar un himno, salieron para el monte de los Olivos.
En 1906, Albert Schweitzer publicó su innovadora obra La Búsqueda del Jesús Histórico. Él creía que Jesús se veía a sí mismo como un profeta escatológico del primer siglo que creía que su ministerio marcaría el final apocalíptico de la historia. Por desgracia, Jesús se equivocó. Las cosas se le fueron de las manos, y en el proceso fue brutalmente asesinado. Schweitzer escribió:
Hay silencio alrededor. Aparece el Bautista y grita: “Arrepiéntanse, porque el reino de los Cielos está cerca”. Poco después llega Jesús y, sabiendo que es el Hijo del Hombre que viene, se aferra a la rueda del mundo para ponerla en movimiento en esa última revolución que ha de poner fin a toda la historia ordinaria. La rueda se niega a girar, y Él se lanza sobre ella. Entonces, la rueda gira y lo aplasta. En lugar de traer las condiciones escatológicas, Él las ha destruido. La rueda sigue rodando, y el cuerpo destrozado del único Hombre inconmensurablemente grande, que fue lo suficientemente fuerte como para pensar en sí mismo como el gobernante espiritual de la humanidad y para doblar la historia a su propósito, está colgando de ella todavía. Esa es su victoria y su reinado. (Beilby y Eddy, Historical, 20)
Esta perspectiva, todavía popular entre algunos eruditos liberales y escépticos, fracasa con una lectura justa y honesta de los Evangelios. Allí vemos a nuestro Salvador en control total hasta el último detalle mientras se dirige a la cruz para morir por los pecados del mundo (Jn 1:29). En efecto, será aplastado, no por la “rueda del mundo”, sino por la voluntad de su Padre (Is 53:10), una voluntad que nuestro Señor comprendió y abrazó.
“Jesús no es un héroe trágico atrapado en acontecimientos que escapan a su control. No hay ningún indicio de desesperación, miedo, ira o inutilidad por su parte. Jesús no se acobarda ni retrocede cuando se traman complots contra Él. Muestra, como a lo largo de todo el Evangelio, una libertad y autoridad soberanas para seguir un curso que ha elegido libremente de acuerdo con el plan de Dios” (Edwards, Mark, 419).
Nuestro Rey sabe exactamente adónde va y lo que va a suceder. La gracia soberana utilizará incluso la maldad humana para cumplir sus propósitos de salvación. Nuestro Señor se asegurará de que todo vaya según el plan. Y esto es lo que vemos en este texto que acabamos de leer, el Hijo del hombre está a cargo de todos los detalles de la pascua y es lo que quiero que veamos en el día de hoy en nuestro sermón dominical titulado: El Hijo del hombre, nuestra pascua.
Y lo primero que vemos en nuestro texto es:
La instrucción para la preparación de la pascua (vv12-16)
12El primer día de la fiesta de los panes sin levadura, cuando se sacrificaba el cordero de la Pascua, los discípulos le preguntaron a Jesús: «¿Dónde quieres que vayamos y hagamos los preparativos para que comas la Pascua?». 13Él envió a dos de Sus discípulos, diciéndoles: «Vayan a la ciudad, y allí les saldrá al encuentro un hombre que lleva un cántaro de agua; síganlo; 14y donde él entre, digan al dueño de la casa: “El Maestro dice: ‘¿Dónde está Mi habitación en la que pueda comer la Pascua con Mis discípulos?’”. 15Y él les mostrará un gran aposento alto, amueblado y preparado; hagan los preparativos para nosotros allí». 16Salieron, pues, los discípulos y llegaron a la ciudad, y encontraron todo tal como Él les había dicho; y prepararon la Pascua.
Recordemos que estamos en la última semana de la pasión de Cristo y ya nos encontramos situados en el día jueves o el 14 de Nisán como bien los estudiosos afirman. En este día se sacrificaba el cordero de la pascua como lo dice Marcos. Es necesario recordar lo que se celebra en la pascua. Este evento nacional de Israel era uno de los eventos más importantes de su historia, pues 1.500 años aproximadamente antes fueron libertados de la esclavitud de Egipto.
La palabra pascua significa algo así como pasar de largo. Y esto fue lo que pasó después de las 9 plagas que Dios mandó a Egipto, la última, la décima era que todos los primogénitos morirían aún el de Faraón, sin embargo, a través de Moisés Dios le dijo a Su pueblo que todo aquél que sacrificaría un cordero inocente y sin defecto y rociara la sangre sobre los dinteles de sus puertas, entonces la sombra de muerte no pasaría por dichas casas y no moriría ningún primogénito del pueblo de Dios.
Esta fue la institución de la pascua hecha por el Señor el cual apartaban al cordero sin mancha el día 10 para matarlo y comerlo el día 14 de Nisán. Cristo se presenta como ese Cordero sin mancha el domingo en su entrada triunfal y ahora estamos a jueves, cuatro días después dando las instrucciones para la pascua y tomarla ese mismo día. En dicha pascua había unos elementos el cual son importantes mencionar:
El pan sin levadura, las cuatro copas en el cual se depositaba el fruto de la vid y en el recorrido de la celebración se iban tomando en la medida que dicho evento religioso y de recordatorio iba avanzando. También había hierbas amargas donde mojaban el pan sin levadura el cual los utensilios utilizados eran para capacidad de 3 o 4 personas. Es decir, que una mesa donde habían 12 como en este caso se necesitaba por lo menos 3 o 4 utensilios con estas hierbas. Y obviamente no podía faltar el cordero pascual que era sacrificado y comido totalmente en el día de la pascua.
Estos datos son muy importantes para tenerlo en cuenta según nuestro texto y por ello es importante que retengamos en nuestras mentes algunos detalles de la celebración.
Los discípulos le preguntan a Jesús «¿Dónde quieres que vayamos y hagamos los preparativos para que comas la Pascua?»
Y es donde él le da ciertas instrucciones para preparar la pascua:
Envía a dos de sus discípulos. El evangelio de Lucas nos revela que estos dos discípulos fueron Pedro y Juan (Lc 22:8).
Les dice que habrá un hombre con un cántaro de agua que saldrá al encuentro de ellos. Esto es extraño porque las que acostumbraban a cargar los cántaros eran las mujeres ya que los hombres cuando se necesitaba una mayor cantidad de agua tomaban pieles para cargar mayor cantidad.
Jesús le dicen que lo sigan y donde este hombre entre díganle al dueño de la casa que el Maestro pregunta ¿dónde está la habitación en la que pueda comer la Pascua con mis discípulos? Entonces el dueño de la casa les mostrará un gran aposento alto, amueblado y preparado.
Cuando les muestre todo esto, entonces preparen la pascua allí.
Hermanos por segunda vez en esta misma semana Jesús le da instrucciones a los discípulos que solo un hombre que controla todo el universo puede dar. Detrás de todo esto solo podemos ver el poder y el control de Dios ante todos los detalles para cumplir el propósito que Él mismo ha decretado desde antes de la fundación del mundo. Los hombres y mujeres hacen cosas y si bien pueden ser con motivaciones correctas o incorrectas, al final están haciendo lo que el Dios todo poderoso ha decretado desde antes de la fundación del mundo.
Pedro, Juan, el hombre del cántaro a quien Jesús no identifica y el dueño de la casa están siendo esos hilos que Dios está usando en la responsabilidad de cada uno para tejer la historia de la Redención.
Pero no me puedo dejar de imaginar la cara de estos discípulos conforme a los que dice el v16: 16Salieron, pues, los discípulos y llegaron a la ciudad, y encontraron todo tal como Él les había dicho; y prepararon la Pascua.
Es importante anotar que este es el tercer año de ministerio de nuestro Señor el cual está a horas de culminar en una cruz, sin embargo y diferente a veces anteriores, esta vez, Jesús está tomando no la pascua con su familia terrenal sino que lo está preparando para celebrar la pascua con sus discípulos y esto ya que era extraño para la época porque la pascua se celebraba por casa y si una familia era muy pequeña se juntaba con el vecino más cercano.
Pero Jesús y sus discípulos estaban rompiendo los esquemas al celebrarla juntos sin sus familias terrenales. También es importante anotar que la están celebrando en privado, en un aposento alto, donde la algarabía del pueblo no estaba a flor de piel y en momentos donde el ministerio de Jesús estaba siendo perseguido procurando matarle.
Así que hermanos, si Jesús estaba al control de cada detalle de esta celebración el cual lo llevaría a su muerte vicaria para aplacar así la ira de Dios sobre nosotros, cuánto más está a cargo de tu vida y cada detalle del que de ella emana cumpliendo así los propósitos eternos de Dios para cada uno de nosotros. Él está a cargo de la preparación de la pascua, Él está a cargo de cada detalle del universo completo.
Ya las cosas preparadas, ahora sí van y se sientan a la mesa pero en medio de la celebración pasa algo y es esto los que nos lleva a nuestro segundo encabezado:
La Advertencia al traidor en medio de la pascua (vv17-21)
17Al atardecer llegó Jesús con los doce discípulos. 18Y estando sentados a la mesa comiendo, Jesús dijo: «En verdad les digo que uno de ustedes me entregará; el que come conmigo». 19Ellos comenzaron a entristecerse y a decir uno por uno: «¿Acaso soy yo?». 20«Es uno de los doce», les respondió, «el que moja el pan en el mismo plato que Yo. 21Porque el Hijo del Hombre se va tal y como está escrito de Él; pero ¡ay de aquel hombre por quien el Hijo del Hombre es entregado! Mejor le fuera a ese hombre no haber nacido».
Ya es de tarde, recuerden que comerán la pascua, ya todo está listo para comenzar, están comiendo. En la tradición judía iban comiendo el pan sin levadura y podían expresar ciertas cosas en medio del recordatorio de la liberación de Egipto. Por ejemplo: podían mojar el pan sin levadura y el jefe de la casa podía decir unas palabras como: este pan nos recuerda la aflicción que padeció nuestro pueblo cuando Egipto los esclavizó. Esta copa (recuerden que eran 4) representa la sangre derramada de los primogénitos para la liberación de nuestro pueblo.
Pero lo primero que el Señor dice no es recordar el pasado sino más bien hablar del presente que lo llevará a un futuro en la cruz: «En verdad les digo que uno de ustedes me entregará; el que come conmigo». Sumando lo que dicen otros evangelios en este momento es desgarrador mirar como Juan lo dice: se conmovió en espíritu, y declaró y dijo: De cierto, de cierto os digo, que uno de vosotros me va a entregar.
A veces imaginamos un Jesús sin emociones pero estas palabras del apóstol Juan nos muestra que Jesús se conmovió al declarar estas palabras, recuerden que Él es un pastor compasivo y al decir esto estaba hablando de Judas. Todos aquí sabemos que era Judas quien lo traicionaría, pero ene se momento solo dos personas lo sabían: Judas y el Dios encarnado omnisciente que está a cargo de Su propia historia de Redención.
Esto, evidentemente ocasionó que cada uno de los discípulos, en vez de cuestionar quien era más bien se hicieron un autoexamen: 19Ellos comenzaron a entristecerse y a decir uno por uno: «¿Acaso soy yo?». Con tristeza en el corazón se hacen el autoexamen.
Algunos tratan de defender a Judas diciendo que traicionó a Jesús para obligarle a revelar su poder y establecer el reino judío. Otros dicen que Judas no fue nada más que un siervo que obedientemente cumplió la palabra de Dios. Judas no fue ni un mártir ni un autómata.
Fue un ser humano responsable que tomó sus propias decisiones, pero que, al hacerlo cumplió la palabra de Dios. No debemos hacerlo ni un héroe (“Después de todo, ¡alguien tenía que traicionar a Jesús!”) ni una víctima impotente de una predestinación despiadada. Judas se perdió por la misma razón que se pierden millones hoy: No se arrepintió de sus pecados ni creyó en Jesucristo (Juan 6:64–71; 13:10–11). Si nunca has nacido de nuevo, un día desearás no haber nacido.
Judas estaba sentado en el lugar de honor, cerca de nuestro Señor, mientras que Juan estaba reclinado a su derecha (Juan 13:23). Cuando Jesús dio a Judas el pan mojado en la salsa de hierbas, fue un acto de gracia del anfitrión para un invitado especial. Ni siquiera esto rompió el corazón de Judas, porque después de que tomó el bocado, Satanás tomó posesión de él.
Judas salió del aposento alto para ir a hacer los arreglos finales para el arresto del Señor Jesús. Pero ni siquiera entonces los discípulos supieron la verdad sobre Judas (Juan 13:27–30); y no sabrían la verdad sino hasta que lo encontraran más tarde en el huerto de Getsemaní.
Judas estaba tan cerca de nuestro Señor para comer el pan con él mojado pero tan lejos en su corazón para despreciarlo tanto que terminó vendiéndole a los fariseos. Jesús no estaba recordando en medio de la pascua la liberación de Egipto, no, Él estaba anunciando una realidad que si bien era dolorosa, era necesaria para la liberación total del pecado. Uno de los doce, uno que moja el pan conmigo. Judas estaba cerca, recuerden lo que dije al inicio sobre que podrían ser tres o cuatro personas por utensilio. Judas estaba cerca. Tan cerca pero tan lejos. La traición vino de adentro no de afuera, la traición vino de la casa no de los vecinos.
Amigo que estás en este lugar, sabes una cosa: todos los creyentes que están en este lugar no son mejores que Judas. Ninguno es mejor que otro en este lugar, aún amigo mío, ninguno es mejor que tú. Yo no soy mejor que tú. Sin embargo si hay una diferencia abismal y esa diferencia se llama Cristo. La diferencia entre Judas y los otros once era ese hombre que estaba sentado al frente de ellos.
La diferencia entre tu y yo es precisamente ese mismo Hijo del hombre que vino a rescatar a muchos con Su muerte expiatoria a través del derramamiento de sangre cumpliendo toda justicia de nuestro Padre en los cielos. Amigo tu hoy eres como este judas pero no porque llevarás a Cristo a la cruz porque eso ocurrió una sola vez y para siempre sino porque sigues traicionando a nuestro Señor con tu vida licenciosa y con falta de arrepentimiento.
Pero lo bello que tienes a tu mano amigo mío es que para Judas ya no hay tiempo pero para ti sí y lo sé porque estás aún entre nosotros, así que te ruego que te arrepientas de tus pecados y vayas a Cristo con un corazón contrito y humillado en necesidad de un Salvador para tu alma. Sino lo haces amigo, créeme, créeme, de verdad: es mejor que no hubieses nacido.
Judas se fue después de esto nos dice Juan, pero yo te ruego que no te vayas sino que escuches la voz de Dios el cual te llama al arrepentimiento para que corras a Él, quien es el Único digno de ser alabado y exaltado para la gloria y honra de Su santo Nombre.
En esta parte del texto Jesús plasma que el hombre es responsable. Dios en Su decreto está hilando cada cosa de la historia de la redención pero el hombre es responsable de cada acto que comete y Judas responderá delante del tribunal de Dios por lo que hizo este hijo de perdición como lo dice la Escritura. Amigo, ruego al Señor que este no sea tu mismo caso y que más bien el Señor te traiga a sus pies arrepintiéndote de tus pecados.
Luego que Jesús da esta advertencia entonces de manera asombrosa cambia todo el acontecimiento de celebración de la pascua. Si hemos prestado atención a todo el sermón he dicho varias cosas que se preparan y se hacen en la pascua pero ahora el Hijo del hombre dará un giro de 180 grados a lo que por más de 1.500 años se ha hecho. Esto nos lleva a nuestro tercer encabezado:
Institución de la nueva pascua (vv 22-25)
22Mientras comían, tomó pan, y habiéndolo bendecido lo partió, se lo dio a ellos, y dijo: «Tomen, esto es Mi cuerpo». 23Y tomando una copa, después de dar gracias, se la dio a ellos, y todos bebieron de ella. 24Y les dijo: «Esto es Mi sangre del nuevo pacto, que es derramada por muchos. 25En verdad les digo, que ya no beberé más del fruto de la vid hasta aquel día cuando lo beba nuevo en el reino de Dios».
Muchos han llamado a esta porción del texto como la última cena, pero si nosotros le hacemos una exégesis sencilla al texto y lo comparamos con lo que la nación de Israel ha estado celebrando durante los 1.500 años anteriores esta más que la última debería ser la primera cena. Mis hermanos, Jesús no mejoró la pascua, Jesús no la reemplazó, Jesús instituyó la nueva pascua.
La pascua que hasta aquí se había celebrado era un recordatorio de lo que Dios hizo en Egipto y la liberación que el pueblo de Israel obtuvo providencialmente, sin embargo, Jesús está poniéndolos al frente de una realidad más profunda y es la esclavitud del pecado y la única forma de ser librados de tal mal es mirar por medio de la fe a Jesús y Su obra salvífica la cual es suficiente.
Esto es lo que Jesús está describiendo al tomar el pan y la copa. Esto es mi cuerpo y esta es mi sangre. Coman y beban. Jesús no está diciendo que ese es su cuerpo y sangre literalmente porque no podría estar en cuerpo y sangre diciendo que otro elemento es el cuerpo y la sangre, sino que representa su cuerpo y sangre que sería derramada por los pecados de muchos.
Y al hablar de la sangre no menciona que esto es un pacto mejorado, esto es un pacto un poco más real. No amados hermanos, Jesús está diciendo que esto es un Nuevo Pacto, es el pacto que Cristo hizo unilateralmente para salvar pecadores como tu y como yo.
¿Qué, entonces, logró Jesús con su muerte? En la cruz Jesús cumplió el antiguo pacto y estableció un nuevo pacto (Hebreos 9 y 10). El antiguo pacto fue ratificado por la sangre de sacrificios de animales, pero el nuevo pacto fue ratificado por la sangre del Hijo de Dios. El nuevo pacto en su sangre haría lo que los sacrificios del antiguo pacto no podían hacer: quitar los pecados y limpiar el corazón y la conciencia del creyente. No somos salvos de nuestros pecados por el hecho de participar en una ceremonia religiosa, sino por confiar en Jesucristo como nuestro Salvador.
El mandamiento de nuestro Señor fue: “Haced esto en memoria de mí” (1 Corintios 11:24–25). La palabra que se traduce “memoria” quiere decir mucho más que en memoria de, porque se puede hacer algo en memoria de una persona muerta; ¡pero Jesús está vivo!
La palabra lleva la idea de una participación presente en un evento pasado. Debido a que Jesús está vivo, al celebrar la Cena del Señor, por fe tenemos comunión con él (1 Corintios 10:16–17). Esta no es una experiencia mágica producida por el pan y la copa. Es una experiencia espiritual que viene mediante nuestro discernimiento de Cristo y el significado de la Cena (1 Corintios 11:27–34).
Hace un rato les decía el tema de las cuatro copas. La cena del Señor incluía cuatro puntos en los que el celebrante, con una copa de vino en la mano, se levantaba y explicaba el significado de la fiesta. Las cuatro copas de vino representaban las cuatro promesas hechas por Dios en Éxodo 6:6–7. Estas promesas eran el rescate de Egipto, la liberación de la esclavitud, la redención por el poder de Dios y la renovación de la relación con Dios. La tercera copa llegaba en el momento en que la comida se había consumido casi por completo. Esta tercera copa es la del versículo 23.
Jesús no tomó la cuarta copa: 25En verdad les digo, que ya no beberé más del fruto de la vid hasta aquel día cuando lo beba nuevo en el reino de Dios».
Amados hermanos esto es realmente hermoso y debe tomar más fuerza, ánimo y entusiasmo su esperanzador retorno. Jesús no se tomó la cuarta copa porque aún la consumación total no se ha dado y es la esperanza que debemos tener, la cuarta copa la tomará con nosotros cuando estemos en gloria con Él.
La beberá con su pueblo redimido en el Reino de Dios, esto es esperanzador, esto debe traer ánimo a nuestras almas, esto debe sensibilizarnos a la realidad de nuestro presente que no importa lo que cada uno de nosotros podamos estar padeciendo, si tu eres un hijo o una hija de Dios, Cristo está aguardando para tomarse la copa de la consumación junto a nosotros.
Amados, nuestro Señor no se tomó esa cuarta copa y lo que hizo fue beber la copa de la ira del Padre sobre Él para que tú y yo podamos tomarnos esa copa del fruto de la vid eternamente y para siempre, nuestra eternidad después de este tiempo comenzará con una cena, Él se sentará a la mesa con nosotros y nosotros estaremos con Él, que bella esperanza que nuestro bendito, santo, bueno, dulce y sacrificial Señor Jesucristo hizo todo esto por nosotros y lo contemplamos por medio de la fe que Él nos ha dado a y través de Su santo espíritu.
Amados hermanos, Cristo rompió todo el esquema de la celebración de la pascua hasta el punto de que, si vemos bien todo, faltó un elemento el cual no podía faltar en la pascua y es el cordero.
Pero lo que Cristo les está mostrando a ellos es que ya no hay necesidad de más corderos limpios y sin defectos porque por una sola vez y para siempre el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo estaba frente a ellos y que sería crucificado unas horas después para el rescate de muchos. Es impresionante saber que Cristo en años anteriores comió del cordero que sacrificaban si creemos que cumplió la ley perfectamente.
Pero ahora estaba poniéndose como Cordero, ese que quita el pecado del mundo como el sustituto perfecto para que los hombres fueran libertados de la condenación delante del tribunal de Dios sometiéndose al vituperio y al escarnio en el tribunal de los hombres. Solo en Cristo tenemos redención. Amigos, solo en Cristo puedes tener salvación. Este es el verdadero Cordero, el único Cordero, el necesitado Cordero que puede librar nuestras almas de la condenación eterna.
Así que hermanos, hace dos mil años, este Cordero fue a la cruz como substituto tuyo y mío y hoy podemos estar confiados en ese sacrificio absolutamente completo, no faltó nada. Él se sentó a la mesa como Cordero para que nosotros estemos con Él en la eternidad disfrutando de la mesa. Pero mientras tanto que estamos allá, en el presente, cuando tomes la Cena del Señor hazlo con la reverencia de la cual es digna.
El Señor Jesús no estuvo con su familia, en esta primera cena estuvo con sus discípulos, con su familia eterna y por eso es que no podemos tomar la cena a solas, debemos tomar la mesa del Señor en comunidad con los que Él ha salvado. Amados entendamos que el Señor no la tomó con Su madre y sus hermanos sino con sus discípulos, así que mira esto con cuidado, toma la cena todas las semanas con la disposición correcta y con las personas correctas, con tus hermanos, es una celebración en la que recordamos la muerte y la resurrección de nuestro Señor pero también es un anticipo para recordar a nuestras almas que algún día estaremos sentados a la mesa con Cristo en virtud únicamente de Su obra perfecta en Su vida y muerte vicaria el cual fue aceptada y sellada por el Padre en la resurrección.
Conclusión
Finalmente, una de las cosas que me impacta de este texto es el versículo 26:26Después de cantar un himno, salieron para el monte de los Olivos. Jesús acaba de anunciar al traidor, su muerte a la luz de la institución de la cena y ahora canta a pesar de que todo esto ocurrirá en pocas horas. El Cordero canta antes de ser degollado. Los corderos animales lloran cuando van al matadero, este Cordero eterno cantó a pesar de que sabía que sería crucificado.
Por el puro gozo delante de Él fue a la cruz. Amados si nuestro Señor cantó en el momento más oscuro de su ministerio cuanto más debemos cantar nosotros en el momento más oscuro la cual es la muerte sabiendo que dicha muerte fue vencida y que solo es un paso a la real vida. Que el Señor nos ayude a ser más como nuestro Señor amados hermanos.
Amados la obra de Cristo es digna de ser cantada y debemos hacerlo con amor, con pasión, pero también con esperanza que si nuestro Redentor cantó unas horas antes de su sacrificio cuanto más debemos cantar hoy por Su gloria eterna.
Tal vez Albert Schweitzer creyó que Jesús había fracasado pero lo que Jesús anuncio fue una victoria a través de Su muerte y esto para los inconversos es una locura, pero a nosotros el Señor nos abrió el entendimiento para poder contemplar que el aguijón de la muerte solo dio paso a la victoria eterna de Cristo. Alabado sea el gran Rey Jesucristo amados hermanos. Amén.
Oremos y cantamos.
Cena del Señor
Escuela de niños: hoy sus hijos estuvieron aprendiendo sobre el tema de la iglesia en cuánto a los apóstoles se trata.
Conferencia Anual Contracultura.
Viaje a Fieles
Orar por Rodolfo y Juan Camilo quienes estarán enseñando la próxima semana
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