Apostolado

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Nuevo Diccionario de la Biblia (APÓSTOL)
APÓSTOL Persona que ha sido enviada con cierta autoridad para cumplir una misión. El término es de origen griego, derivado de apostello (enviar). Los traductores de la Septuaginta lo utilizaron en pasajes como
Nm. 16:28 “28 Y dijo Moisés: En esto conoceréis que Jehová me ha enviado para que hiciese todas estas cosas, y que no las hice de mi propia voluntad.”
“En esto conoceréis que Jehová me ha enviado”; e Is. 6:8 : “Después oí la voz del Señor, que decía: ¿A quién enviaré…?”
El Señor Jesús tomó la palabra y le dio un sentido especial cuando
“estableció doce, para que estuviesen con él, y para enviarlos a predicar, y que tuviesen autoridad…” (Mr. 3:14–15), “a los cuales también llamó a.” (Lc. 6:13
Luke 6:13 RVR60
13 Y cuando era de día, llamó a sus discípulos, y escogió a doce de ellos, a los cuales también llamó apóstoles:
El hecho de que Cristo utilizara un término del idioma griego, cuando el lenguaje usual de su tierra y época era el arameo, no tiene nada de particular, puesto que en la Galilea, donde él se crió, era común el uso de la lengua helena.Las listas de los nombres del grupo denominado “los doce” las encontramos en
Mt. 10:2–4 “2 Los nombres de los doce apóstoles son estos: primero Simón, llamado Pedro, y Andrés su hermano; Jacobo hijo de Zebedeo, y Juan su hermano; 3 Felipe, Bartolomé, Tomás, Mateo el publicano, Jacobo hijo de Alfeo, Lebeo, por sobrenombre Tadeo, 4 Simón el cananista, y Judas Iscariote, el que también le entregó.”
Mr. 3:16–19
“16 a Simón, a quien puso por sobrenombre Pedro; 17 a Jacobo hijo de Zebedeo, y a Juan hermano de Jacobo, a quienes apellidó Boanerges, esto es, Hijos del trueno; 18 a Andrés, Felipe, Bartolomé, Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Tadeo, Simón el cananista, 19 y Judas Iscariote, el que le entregó. Y vinieron a casa.” ;
Lc. 6:14–16 “14 a Simón, a quien también llamó Pedro, a Andrés su hermano, Jacobo y Juan, Felipe y Bartolomé, 15 Mateo, Tomás, Jacobo hijo de Alfeo, Simón llamado Zelote, 16 Judas hermano de Jacobo, y Judas Iscariote, que llegó a ser el traidor.” Hch. 1:13 “13 Y entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo, Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo, Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo.”
Eran •Pedro, •Jacobo, •Juan, •Andrés, •Felipe, •Tomás, •Bartolomé, •Mateo, •Jacobo hijo de Alfeo, •Simón el Zelote, •Judas hermano de Jacobo y •Judas Iscariote. Muerto Judas, los a. quisieron completar el número de doce. Ese número tiene especial significación para los judíos. Y en el caso específico de los a., el Señor Jesús les había dicho que los que le habían seguido se sentarían “sobre doce tronos para juzgar a las doce tribus de Israel”
(Mt. 19:28 “28 Y Jesús les dijo: De cierto os digo que en la regeneración, cuando el Hijo del Hombre se siente en el trono de su gloria, vosotros que me habéis seguido también os sentaréis sobre doce tronos, para juzgar a las doce tribus de Israel.”
Para llenar la vacante dejada por el Iscariote se quería a uno de los hombres que había estado junto con ellos “todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía” para que fuera “hecho testigo … de su resurrección”
(Hch. 1:21–22 “21 Es necesario, pues, que de estos hombres que han estado juntos con nosotros todo el tiempo que el Señor Jesús entraba y salía entre nosotros, 22 comenzando desde el bautismo de Juan hasta el día en que de entre nosotros fue recibido arriba, uno sea hecho testigo con nosotros, de su resurrección.”
Así que escogieron a •Matías para ello.
En Ap. 21:14 “14 Y el muro de la ciudad tenía doce cimientos, y sobre ellos los doce nombres de los doce apóstoles del Cordero.”
aparecen escritos sobre los cimientos de la Nueva Jerusalén “los doce nombres de los doce a. del Cordero”.
Después de Jesucristo, la iglesia está edificada “sobre el fundamento de los a. y profetas, siendo la principal piedra del ángulo Jesucristo mismo” (Ef. 2:20). Por eso los creyentes “perseveraban en la doctrina de los a.” (Hch. 2:42).Los Evangelios son muy específicos al decir una y otra vez “los doce”, para hablar del grupo primigenio de escogidos por el Señor Jesús (Mt. 11:1; 20:17; 26:14, 20, 47; Mr. 4:10; 6:7; 10:32; Lc. 8:1; 18:31; Jn. 6:67, 70). Lucas lo repite en Hch. 6:2. Pablo hace referencia también a “los doce” (1 Co. 15:5). Aunque esa palabra adquirió esa significación que alude a ese grupo especial, no se usa en todos los casos con esa acepción. Como una especie de título se aplica a otras personas que no eran del grupo primigenio, como es el caso de “los a. Bernabé y Saulo” (Hch. 14:14). Tito, de quien Pablo dice que “es mi compañero y colaborador para con vosotros; y en cuanto a nuestros hermanos, son mensajeros (apóstoles) de las iglesias, y gloria de Cristo” (2 Co. 8:23). Pablo dice que en un viaje a Jerusalén conoció a “Jacobo, el hermano del Señor”, pero que no vio a “ningún otro de los a.” (Gá. 1:19). Ese •Jacobo es, entonces, llamado a. sin haber pertenecido “a los doce”. De la misma manera, •Epafrodito, senviado por los filipenses con una ofrenda para Pablo, es llamado “vuestro mensajero (apóstol), y ministrador de mis necesidades” (Fil. 2:25). Andrónico y Junias, parientes de Pablo y convertidos antes que él eran “muy estimados entre los a.” (Ro. 16:7). Pablo dice a los tesalonicenses: “podíamos seros carga como a. de Cristo” (1 Ts. 2:6).
Por la narración que hace del incidente de Filipos que compartió con Silas (1 Ts. 2:1–4), y siendo éste firmante de la carta (1 Ts. 1:1), parece que también se aplicaba el término a. a este compañero de Pablo. De manera que individuos investidos por las iglesias con una misión especial eran también llamados a., sin hacer referencia necesariamente a “los doce”.Muchas personas, al ver el tratamiento de respeto y consideración que incluía el tratamiento de a. trataron de utilizar el título o aparentar el oficio. Pero se esperaba de un a. que hiciera señales
(Hch. 2:43 “43 Y sobrevino temor a toda persona; y muchas maravillas y señales eran hechas por los apóstoles.” 2 Co. 12:12) y se comprobó que eran “falsos a.”
(2 Co. 11:13; Ap. 2:2 “2 Yo conozco tus obras, y tu arduo trabajo y paciencia; y que no puedes soportar a los malos, y has probado a los que se dicen ser apóstoles, y no lo son, y los has hallado mentirosos;”
Cuando la designación de Matías, Pedro usó las palabras “ministerio y apostolado”
(Hch. 1:25 “25 para que tome la parte de este ministerio y apostolado, de que cayó Judas por transgresión, para irse a su propio lugar.”
Más tarde, Pablo se llama a sí mismo a. al comienzo de todas sus cartas, con excepción de Fil., 2 Ts. y Flm. Algunos habían puesto en duda el derecho de Pablo de llamarse a., cosa que tuvo que aclarar a los corintios y a los gálatas
(1 Co. 9 “1 ¿No soy apóstol? ¿No soy libre? ¿No he visto a Jesús el Señor nuestro? ¿No sois vosotros mi obra en el Señor?
2 Si para otros no soy apóstol, para vosotros ciertamente lo soy; porque el sello de mi apostolado sois vosotros en el Señor.
2 Co. 11 “1 ¡Ojalá me toleraseis un poco de locura! Sí, toleradme. 2 Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo.
Sin embargo, su defensa no quiere decir que se consideraba como “uno de los doce”, porque él mismo dice, hablando de la resurrección de Cristo, “que apareció a Cefas, y después a los doce. Después … a más de quinientos hermanos … después … a Jacobo; después a todos los a.; y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí”
(1 Co. 15:5–8 “5 y que apareció a Cefas, y después a los doce. 6 Después apareció a más de quinientos hermanos a la vez, de los cuales muchos viven aún, y otros ya duermen. 7 Después apareció a Jacobo; después a todos los apóstoles; 8 y al último de todos, como a un abortivo, me apareció a mí.”
.La expresión “después a todos los a.” parece sugerir que se refiere a un grupo mayor que “los doce”, pues éstos ya habían sido mencionados. Si recordamos que el término a., no era exclusivo de “los doce”, entendemos con mayor facilidad la defensa que hace Pablo, que aclara que él había sido “llamado a ser a.” directamente por el Señor Jesús, “por quien [había recibido] la gracia y el apostolado”
(Ro. 1:1 “1 Pablo, siervo de Jesucristo, llamado a ser apóstol, apartado para el evangelio de Dios,” 5 “5 y por quien recibimos la gracia y el apostolado, para la obediencia a la fe en todas las naciones por amor de su nombre;”
Por lo cual, aunque él se consideraba indigno “de ser llamado a.”
(1 Co. 15:9 “9 Porque yo soy el más pequeño de los apóstoles, que no soy digno de ser llamado apóstol, porque perseguí a la iglesia de Dios.”
no por ello era “en nada … inferior a aquellos grandes a.”, cosa que dice dos veces en una misma carta
(2 Co. 11:5; 12:11 sobre todo teniendo en cuenta que “las señales de a. habían sido hechas entre” los corintios
(2 Co. 12:12
2 Corinthians 12:12 RVR60
12 Con todo, las señales de apóstol han sido hechas entre vosotros en toda paciencia, por señales, prodigios y milagros.
2 Corinthians 12:11 RVR60
11 Me he hecho un necio al gloriarme; vosotros me obligasteis a ello, pues yo debía ser alabado por vosotros; porque en nada he sido menos que aquellos grandes apóstoles, aunque nada soy.
2 Corinthians 11 RVR60
1 ¡Ojalá me toleraseis un poco de locura! Sí, toleradme. 2 Porque os celo con celo de Dios; pues os he desposado con un solo esposo, para presentaros como una virgen pura a Cristo. 3 Pero temo que como la serpiente con su astucia engañó a Eva, vuestros sentidos sean de alguna manera extraviados de la sincera fidelidad a Cristo. 4 Porque si viene alguno predicando a otro Jesús que el que os hemos predicado, o si recibís otro espíritu que el que habéis recibido, u otro evangelio que el que habéis aceptado, bien lo toleráis; 5 y pienso que en nada he sido inferior a aquellos grandes apóstoles. 6 Pues aunque sea tosco en la palabra, no lo soy en el conocimiento; en todo y por todo os lo hemos demostrado. 7 ¿Pequé yo humillándome a mí mismo, para que vosotros fueseis enaltecidos, por cuanto os he predicado el evangelio de Dios de balde? 8 He despojado a otras iglesias, recibiendo salario para serviros a vosotros. 9 Y cuando estaba entre vosotros y tuve necesidad, a ninguno fui carga, pues lo que me faltaba, lo suplieron los hermanos que vinieron de Macedonia, y en todo me guardé y me guardaré de seros gravoso. 10 Por la verdad de Cristo que está en mí, que no se me impedirá esta mi gloria en las regiones de Acaya. 11 ¿Por qué? ¿Porque no os amo? Dios lo sabe. 12 Mas lo que hago, lo haré aún, para quitar la ocasión a aquellos que la desean, a fin de que en aquello en que se glorían, sean hallados semejantes a nosotros. 13 Porque éstos son falsos apóstoles, obreros fraudulentos, que se disfrazan como apóstoles de Cristo. 14 Y no es maravilla, porque el mismo Satanás se disfraza como ángel de luz. 15 Así que, no es extraño si también sus ministros se disfrazan como ministros de justicia; cuyo fin será conforme a sus obras. 16 Otra vez digo: Que nadie me tenga por loco; o de otra manera, recibidme como a loco, para que yo también me gloríe un poquito. 17 Lo que hablo, no lo hablo según el Señor, sino como en locura, con esta confianza de gloriarme. 18 Puesto que muchos se glorían según la carne, también yo me gloriaré; 19 porque de buena gana toleráis a los necios, siendo vosotros cuerdos. 20 Pues toleráis si alguno os esclaviza, si alguno os devora, si alguno toma lo vuestro, si alguno se enaltece, si alguno os da de bofetadas. 21 Para vergüenza mía lo digo, para eso fuimos demasiado débiles. Pero en lo que otro tenga osadía (hablo con locura), también yo tengo osadía. 22 ¿Son hebreos? Yo también. ¿Son israelitas? Yo también. ¿Son descendientes de Abraham? También yo. 23 ¿Son ministros de Cristo? (Como si estuviera loco hablo.) Yo más; en trabajos más abundante; en azotes sin número; en cárceles más; en peligros de muerte muchas veces. 24 De los judíos cinco veces he recibido cuarenta azotes menos uno. 25 Tres veces he sido azotado con varas; una vez apedreado; tres veces he padecido naufragio; una noche y un día he estado como náufrago en alta mar; 26 en caminos muchas veces; en peligros de ríos, peligros de ladrones, peligros de los de mi nación, peligros de los gentiles, peligros en la ciudad, peligros en el desierto, peligros en el mar, peligros entre falsos hermanos; 27 en trabajo y fatiga, en muchos desvelos, en hambre y sed, en muchos ayunos, en frío y en desnudez; 28 y además de otras cosas, lo que sobre mí se agolpa cada día, la preocupación por todas las iglesias. 29 ¿Quién enferma, y yo no enfermo? ¿A quién se le hace tropezar, y yo no me indigno? 30 Si es necesario gloriarse, me gloriaré en lo que es de mi debilidad. 31 El Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, quien es bendito por los siglos, sabe que no miento. 32 En Damasco, el gobernador de la provincia del rey Aretas guardaba la ciudad de los damascenos para prenderme; 33 y fui descolgado del muro en un canasto por una ventana, y escapé de sus manos.
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