Una Iglesia unida

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Unidad: La evidencia de que la Iglesia vive de acuerdo al evangelio que se predica se ve en la medida de qué tan unida esta esa iglesia. Pablo describe aquello que nos debe unir como iglesia; y también describe cómo esa unidad se manifiesta dentro de la iglesia. Propósito: • Animar a la iglesia a enfocarse en la unidad entre los miembros, durante este 3er año de aniversario. • Explicar que la unidad es "sinérgica", obra del Espíritu (unidad del Espíritu), pero también una responsabilidad de ellos (esforzándose por preservar) Aplicación: • Identificar aquellas actitudes que están provocando separación entre ellos, y cambiarlas por las expuestas en el pasaje • Inculcar a los jóvenes esa unidad, en mayor medida por los tiempos que se viven y vivirán.

Notes
Transcript
Handout
Ephesians 4:1–6 NBLA
Yo, pues, prisionero del Señor, les ruego que ustedes vivan de una manera digna de la vocación con que han sido llamados. Que vivan con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándose unos a otros en amor, esforzándose por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz. Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también ustedes fueron llamados en una misma esperanza de su vocación; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos.
Todos estamos de acuerdo en que las separaciones han deshonrado la causa de Cristo. Por ejemplo, la Convención Bautista del Sur en Estados Unidos se formó de una división en el siglo XIX debido a un desacuerdo relacionado con la trata de esclavos. (Coalición por el evangelio)
Pero eso pasó hace dos siglos. De las primeras separaciones, los primeros fueron los husitas, liderados por Jan Hus, quienes sentaron el precedente del protestantismo en la región de Bohemia en el siglo XV. Posteriormente, en 1517, fue Lutero quien volvió a impulsar una Reforma de la Iglesia de Roma, y de allí surgió el luteranismo, mismo que le siguió el nacimiento de otras ramas protestantes con ligeras diferencias entre sí: Es el caso del anglicanismo, iniciado por Enrique VIII; el calvinismo, que recoge las ideas de Juan Calvino; y el anabaptismo.
(Ver imágen)
¿Cómo es que teniendo tantas diferencias entre nosotros puede haber unidad en la Iglesia?
Pablo en Efesios 4.1-16 nos responde esta pregunta; y es mi intención el día de hoy: Tras celebrar un aniversario como iglesia, quiero animarlos como la iglesia a enfocarse en la unidad entre los miembros, durante este 3er año de aniversario. Que en este nuevo ciclo que están comenzando, lo que caracterice a la iglesia de Tetipac, no solo entre las demás iglesias, sino que también en Tetipac, la gente no creyente pueda decir como decían de los hermanos de tesalónica:
1 Thessalonians 1:8–10 NBLA
Porque saliendo de ustedes, la palabra del Señor se ha escuchado, no solo en Macedonia y Acaya, sino que también por todas partes la fe de ustedes en Dios se ha divulgado, de modo que nosotros no tenemos necesidad de decir nada. Pues ellos mismos cuentan acerca de nosotros, de la acogida que tuvimos por parte de ustedes, y de cómo se convirtieron de los ídolos a Dios para servir al Dios vivo y verdadero, y esperar de los cielos a Su Hijo, al cual resucitó de entre los muertos, es decir, a Jesús, quien nos libra de la ira venidera.
Que Tetipac, Taxco, y los alrededores puedan decir de esta iglesia: “Esta iglesia puede tener sus diferencias, pero SIEMPRE SE MANTIENEN UNIDOS, sin importar lo que sufren.
Por razones de tiempo no vamos a estudiar todo el pasaje; podríamos dejarlo para después y estudiar toda la carta a los Efesios. Pero hoy no haremos eso. Únicamente nos enfocaremos en los versículos Ef. 4.1-6, pues en esta parte Pablo les deja escrito a los efesios dos enseñanzas:
Lo que nos une como Iglesia de Cristo (Ef. 4.4-6)
Lo que demuestra la unidad como iglesia de Cristo (Ef. 4.1-3)
Quizá te parezca extraño que vamos a ver primero los v. 4-6, y posteriormente los v.1-3. Pero el día de hoy vamos a estudiarlos de esta manera, para que podamos apreciar mejor la enseñanza. Veamos, entonces, nuestra primera enseñanza.

Lo que nos une como iglesia de Cristo (v.4-6)

Ephesians 4:4–6 NBLA
Hay un solo cuerpo y un solo Espíritu, así como también ustedes fueron llamados en una misma esperanza de su vocación; un solo Señor, una sola fe, un solo bautismo, un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos.
Así como mencioné en la introducción, la iglesia del Señor a lo largo de la historia ha sufrido ramificaciones; algunas por cuestiones morales, pero en general por aspectos doctrinales de menor categoría. Es decir, ninguna de ellas ha sido de relevancia mayor, pues aún se mantiene unida. Y eso es precisamente lo que Pablo les recuerda a los efesios, a saber, no importa cuántas diferencias podamos tener como individuos, siempre hay algo que nos une como cuerpo de Cristo.
Lo vemos el día de hoy. Nos encontramos en una celebración muy hermosa del aniversario de una iglesia local, y nos encontramos miembros de otras congregaciones (aunque no por mucho tiempo, pues muy pronto seremos todos de una congregación). Y esto quizá pueda ser desapercibida o tan impactante para nosotros, pero los efesios vivían en otra condición.
Ephesians 2:11–16 NBLA
Por tanto, recuerden que en otro tiempo, ustedes los gentiles en la carne, que son llamados «Incircuncisión» por la tal llamada «Circuncisión», hecha en la carne por manos humanas, recuerden que en ese tiempo ustedes estaban separados de Cristo, excluidos de la ciudadanía de Israel, extraños a los pactos de la promesa, sin tener esperanza y sin Dios en el mundo. Pero ahora en Cristo Jesús, ustedes, que en otro tiempo estaban lejos, han sido acercados por la sangre de Cristo. Porque Él mismo es nuestra paz, y de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, poniendo fin a la enemistad en Su carne, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en Él mismo de los dos un nuevo hombre, estableciendo así la paz, y para reconciliar con Dios a los dos en un cuerpo por medio de la cruz, habiendo dado muerte en ella a la enemistad.
Los cristianos del primer siglo sufrían una profunda discriminación, por no ser parte de los judíos.
Efesios 1. Las labores de la iglesia 4:1–16

En las distintas iglesias había notables diferencias internas que se debían a una interpretación parcial de la demanda del evangelio más que a razones geográficas o idiomáticas. La carencia de unidad no era resultado tanto de presiones externas como del énfasis de querer “completar” la obra de la gracia (Galacia y Roma), o de pretender diferenciar a unos hermanos de otros (Efeso y Colosas). Los filipenses, por su lado, tenían luchas en varios frentes, sobre todo en cuanto a jactancia.

Tenemos el caso de la mujer samaritana, la cual se cuestiona de cómo Jesús le pide agua, "Porque los judíos no tienen tratos con los samaritano “ (Jn. 4.9). O también el caso de Cornelio, en Hechos 10, un centurión, quien a pesar de ser “piadoso y temeroso de Dios”, aún así Pedro se expresa con desprecio al llegar a su casa: Hch 10.28
Acts 10:28 NBLA
Entonces Pedro les dijo: «Ustedes saben que no es lícito para un judío asociarse con un extranjero o visitarlo, pero Dios me ha mostrado que a ningún hombre debo llamar impuro o inmundo.
Acts 10:28 RVR60
Y les dijo: Vosotros sabéis cuán abominable es para un varón judío juntarse o acercarse a un extranjero; pero a mí me ha mostrado Dios que a ningún hombre llame común o inmundo;
De modo que, ser gentil en los tiempos de Pablo no era cosa sencilla. Era sinónimo de ser despreciable, abominable, sin dignidad, sin valor. Pero, como Pablo dijo en Efesios 2.14-15Él mismo es nuestra paz, y de ambos pueblos hizo uno, derribando la pared intermedia de separación, poniendo fin a la enemistad en Su carne, la ley de los mandamientos expresados en ordenanzas, para crear en Él mismo de los dos un nuevo hombre, estableciendo así la paz.
Así que, ya no hay dos pueblos, judíos ni gentiles. Ahora son un solo cuerpo en Cristo. Lo mismo tu y yo; no somos diferentes iglesias, somos una sola iglesia, un solo cuerpo, un solo pueblo.
Pero ¿qué es aquello que nos une?
Pablo engloba tres aspectos importantes.

Una sola iglesia

Ef. 4.4Hay un solo cuerpo”.
Ef 2.19Así pues, ustedes ya no son extraños ni extranjeros, sino que son conciudadanos de los santos y son de la familia de Dios.”
Ef. 3.6los gentiles son coherederos y miembros del mismo cuerpo.”
Ef 4.13hasta que todos lleguemos a la unidad de la fe… a la condición de un hombre maduro.”
1 Co 12.13Pues por un mismo Espíritu todos fuimos bautizados en un solo cuerpo, ya judíos o griegos, ya esclavos o libres.”
Como podemos ver, en la mente de Pablo, todos nosotros somos considerados como un solo organismo.
Quiero que antes de irte a dormir el día de hoy te pares frente al espejo, y observes la complejidad de tu cuerpo, y pienses en cómo es que tu cuerpo funciona. Pensemos en algo simple como comer.
Nuestras manos, con cinco dedos cada una, sostienen la comida para que esta no se caiga. Es decir, las palmas funcionan como recipientes, y los dedos hacen presión para cerrar y asegurar la comida, así como unas pinzas. Luego, los brazos, Que funcionan como palancas para llevar lo que las manos-pinzas tienen a la boca, una cavidad por la cual se ingresa al interior del cuerpo. Luego, los dientes frontales, como tijeras, cortan la comida para que únicamente entre lo que proporcionalmente cabe en la cavidad bucal. Las muelas, como prensas, desgarran y trituran la comida hasta dejarla como una pasta. Ahí es donde entra la lengua, la cual junto con la saliva, después de haber asimilado todos los sabores posibles (porque el acto de comer también es un acto placentero) por una contracción, catapulta la masa hacia el esófago. El esófago es un tubo que se dilata y contrae para trasladar la masa al estómago, el cual desintegra la comida con el ácido que en él se encuentra y proporciona un ambiente sumamente ácido, necesario para que la pepsina descomponga las proteínas. La elevada acidez del estómago también actúa como una barrera contra las infecciones, pues elimina la mayor parte de las bacterias.
Y hasta ahí voy a dejarle, porque no es clase de anatomía ni de nutrición. Lo que trato de decir es que, así como cada órgano del sistema digestivo tienen una función, no dejan de estar unidos entre sí. Cada parte del cuerpo tiene un responsabilidad, y cuando éstas partes hacen su función (como dice Pablo en Ef. 4.16) “conforme al funcionamiento adecuado de cada miembro, produce el crecimiento del cuerpo para su propia edificación en amor.” (énfasis mío).
¿Así es como la iglesia en Tetipac es conocida?
¿Está esta misma unidad de un cuerpo en todos ustedes, hermanos de Tetipac? ¿O estoy hablando cosas que jamás habías escuchado?

Una misma esperanza

Ef. 4.4También ustedes fueron llamados en una misma esperanza de su vocación.” En este punto quiero ser específico, pues pareciera que podemos tener en común muchas cosas, pero la esperanza no es algo que nos identifique como Cuerpo de Cristo. Me refiero a que tenemos una tasa de depresión muy alto en el mundo evangélico.
Según la Organización Mundial de la Salud, la depresión es “un desorden mental común, caracterizado por una persistente tristeza o pérdida de interés en las actividades que normalmente disfrutarías, acompañada por una incapacidad de realizar actividades diarias, por al menos dos semanas”…
An estimated 3.8% of the population experience depression, including 5% of adults (4% among men and 6% among women), and 5.7% of adults older than 60 years. Approximately 280 million people in the world have depression (1). Depression is about 50% more common among women than among men. Worldwide, more than 10% of pregnant women and women who have just given birth experience depression (2). More than 700 000 people die due to suicide every year. Suicide is the fourth leading cause of death in 15–29-year-olds.
Lo que esto demuestra es que como cristianos no hay un entendimiento de nuestra esperanza, de lo que como cristianos tenemos para aferrarnos y seguir adelante.
¿Qué te motiva a ti a seguir adelante? ¿Cuál es, o en dónde depositas tu esperanza?
Es de notar que Pablo dice “una esperanza”, en singular. Como cristianos tenemos “una sola esperanza” a la cual hemos sido llamados, y se trata de la gloria. Es esta esperanza la que nos da la fuerza para enfrentar las dificultades (Ro. 8.18; 2 Co. 4.7-10,14), las diferencias entre los hermanos (1 Jn 3.2), los ataques del mundo (Jn 16.33, 17.14-16) y de Satanás (Apo. 12.9-11). Y, específicamente los últimos dos enemigos que mencioné, el mundo y satanás, como cristianos debemos tener un claro entendimiento de lo que en el mundo se está viviendo, pero no desde la perspectiva del mundo, sino con una cosmovisión bíblica. Leamos Apocalipsis 12.9-11
Revelation 12:9–11 NBLA
Y fue arrojado el gran dragón, la serpiente antigua que se llama Diablo y Satanás, el cual engaña al mundo entero. Fue arrojado a la tierra y sus ángeles fueron arrojados con él. Entonces oí una gran voz en el cielo, que decía: «Ahora ha venido la salvación, el poder y el reino de nuestro Dios y la autoridad de Su Cristo, porque el acusador de nuestros hermanos, el que los acusa delante de nuestro Dios día y noche, ha sido arrojado. »Ellos lo vencieron por medio de la sangre del Cordero y por la palabra del testimonio de ellos, y no amaron sus vidas, llegando hasta sufrir la muerte.
Apocalipsis, contrario a la creencia popular entre los cristianos y el mundo, es un libro esperanzador, pues nos presenta a Cristo como el Cordero, el Rey Victorioso, el Juez del universo que viene a juzgar al pecado y a aquellos que lo rechazaron, mientras reivindica a Sus escogidos, a Su Iglesia. Claro, esto no sucederá sin que hayamos sufrido un poco de tiempo, sin que sea probada nuestra fe. Pero, ¡al final ganamos! No importa cuanto pueda crecer la maldad en Tetipac, ¡AL FINAL GANAMOS, HERMANOS! No importa cuanta aflicción y persecución puedas sufrir y padecer a causa de los malos… (grita con fe) ¡AL FINAL GANAMOS!
¿Es esta tu esperanza?

Un Dios (trinidad)

Pero hay aún una tercera cosa que nos une; o mejor dicho, hay aún una tercera Persona que nos une, Dios. Notemos cómo lo expresa Pablo; Ef. 4.4-6 “Hay … un solo Espíritu, … un solo Señor, … un solo Dios y Padre de todos, que está sobre todos, por todos y en todos.” Aquí está manifestada la Trinidad, la incomprensible pero certísima Trinidad. Así como la Trinidad, el Padre, el Hijo y el Espíritu trabajan en nuestra salvación, así mismo el Padre, el Hijo y el Espíritu fomentan y provocan la unidad en la iglesia. Recuerda la oración de Jesús en Juan 17, cuando pidió al Padre
John 17:20–22 NBLA
»Pero no ruego solo por estos, sino también por los que han de creer en Mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno. Como Tú, oh Padre, estás en Mí y Yo en Ti, que también ellos estén en Nosotros, para que el mundo crea que Tú me enviaste. »La gloria que me diste les he dado, para que sean uno, así como Nosotros somos uno:
Y luego añade,
John 17:23 NBLA
Yo en ellos, y Tú en Mí, para que sean perfeccionados en unidad, para que el mundo sepa que Tú me enviaste, y que los amaste tal como me has amado a Mí.
Hermanos, en la medida en que haya unidad entre ustedes, entre nosotros, será la medida en la que el mundo conocerá de Cristo. Pero si hay celos, rencores, amargura, chismes, murmuraciones entre nosotros, aquello que Jesús oró no se llevará acabo. Si tú y yo no vivimos en unidad, estamos echando a la basura la oración de Jesús a Su Padre. Claro, esta unidad es gracias a la obra de Dios, pues como dice Efesios 3.10la infinita sabiduría de Dios puede ser dada a conocer ahora por medio de la iglesia”. Es una obra divina que personas sin ninguna similitud puedan convivir y relacionarse llamándose “hermanos”. Pero también es una responsabilidad nuestra preservar esa unidad que el Espíritu ha formado en la Iglesia.
Lo que nos lleva a la segunda enseñanza que veremos hoy. Ya vimos el qué nos une como Iglesia de Cristo, pero ahora es necesario que veamos el cómo esa unidad se demuestra en la práctica.

Lo que demuestra la unidad como iglesia de Cristo (v.1-3)

Ephesians 4:1–3 NBLA
Yo, pues, prisionero del Señor, les ruego que ustedes vivan de una manera digna de la vocación con que han sido llamados. Que vivan con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándose unos a otros en amor, esforzándose por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.
Los pingüinos emperador son animales realmente sorprendentes. Estas aves viven en la fría Antártica, un lugar donde es imposible la vida, y donde los pingüinos tienen sobrevivir durante el tiempo de invierno, cuando la temperatura desciende a más de -30°C. Los pingüinos realizan un viaje de meses para poder ir al océano y conseguir comida para ellos y para sus crías.
Para mantener el calor entre ellos, los pingüinos se reúnen en un grupo para mantener el calor entre ellos y soportar el frío extremo del invierno. Lo que me llama la atención de esta práctica que tienen los pingüinos emperador es que se van turnando. Los que están más adentro del grupo,un poco más calientes, se van moviendo después de un tiempo, hacia la parte exterior del círculo. Hacen esto para que los que están en los extremos, tengan también espacio en la parte más cálida del grupo.
Es realmente sorprendente cómo estos animales tienen este instinto para sobrevivir, pero también el instinto de comunidad para poder soportar el frío crudo del invierno. No sé si éstos animales razonen, pero es impactante, mis hermanos. Con esa imagen en nuestras mentes, hermanos, vamos a ver estos primeros tres versos de Efesios 4.
Ef. 4.1 “Yo, pues, prisionero del Señor, les ruego que ustedes vivan de una manera digna de la vocación con que han sido llamados.” Pablo les recuerda a los efesios que a causa del evangelio, él se encontraba encarcelado. Un comentarista explica este recordatorio de la prisión de Pablo, y dice que
Pablo fue fiel a su cargo, como lo demuestra el hecho de su prisión misma, consecuencia de su lealtad. Por tanto, él es el más calificado para instar a los lectores a ser igualmente fieles, esto es, a “vivir vidas dignas de su vocación (William Hendriksen, Comentario al Nuevo Testamento: Efesios, 198–199.)
Hermanos, sino entendemos nuestra “posición en Cristo” (Ef. 1.4), jamás podremos “vivir de una manera digna de la vocación con que hemos sido llamados” (Ef. 4.1). Esto quiere decir que, si dices que eres cristiano y deseas que la gente te conozca como cristiano, vive como cristiano. De nada servirá decir que somos cristianos cuando nuestro comportamiento no lo demuestra. De nada servirá que celebremos aniversario tras aniversario, si lo que nos caracteriza como Iglesia no es la unidad. Los efesios cometieron ese error, y perdieron de vista lo importante.
Pablo había visitado Éfeso por primera ocasión en el 50 d.C. aprox., durante su segundo viaje misionero. Después, en su tercer viaje, alrededor del 53 d.C., ministró en la ciudad durante tres años (hasta el 56 d.C.). Cuando Pablo escribió la carta, él se encontraba en Roma, en su primer encarcelamiento, alrededor del 60-62 d.C.; por lo que, la Iglesia de Éfeso, para el tiempo en que leyó la carta ya tenía de 3 a 4 años (casi la misma edad que Tetipac). Después de un par de años, Timoteo es enviado a pastorear la iglesia de Éfeso para que corrigiera algunos errores doctrinales y prácticos en la iglesia. Treinta años después aprox., Juan escribe el Apocalipsis, y la primera iglesia que es confrontada por dejar “el primer amor” es Éfeso.
Repito. De nada servirá cumplir años como iglesia, si lo que caracteriza a la Iglesia de Cristo no es lo mismo que nos caracteriza como iglesia en Tetipac.
¿Qué nos caracteriza como Iglesia de Cristo?
Vamos a ver tres áreas que Pablo enseña en Efesios 4.1-3.

Una vida en santidad (v.1, cf. 1.4)

En primer lugar, dice Pablo en Ef. 4.1 les ruego que ustedes vivan de una manera digna de la vocación con que han sido llamados.” Ahora bien, la palabra “andar” que se usa aquí no significa simplemente caminar. Cuando leamos en la Biblia la palabra “andar” debemos entenderla como “vida cotidiana”. Es decir, lo que Pablo está diciendo en Efesios 4.1 es “les exhorto a su vida cotidiana esté a la altura de las responsabilidades que su nueva relación con Dios demanda.” No es aceptable un término medio, o tonos grises en la vida cristiana. Como dijera el buen Ben Parker (tío de Peter Parker, Spiderman):
Un gran poder conlleva una gran responsabilidad.
Lo mismo aplica para el cristiano. Un gran llamado conlleva una enorme responsabilidad.
¿A qué nos llamó Dios?
Ephesians 1:4 NBLA
Porque Dios nos escogió en Cristo antes de la fundación del mundo, para que fuéramos santos y sin mancha delante de Él. En amor
Si no tienes una vida marcada o caracterizada por la santidad, mi hermano, no estás viviendo a la altura que se espera que vivas. Si tu corazón no aborrece más el pecado, y anhela la obediencia, entonces no estás viviendo de acuerdo al propósito por el cual fuiste creado. Por lo tanto, estás desperdiciando tu vida.
Pero no confundamos la santidad con la vida devota que la iglesia católica han enseñado equivocadamente. Vivir en santidad tiene que ver con vivir de acuerdo a como Jesús vivió; pensar como Jesús pensó; actuar como Jesús actuó; trabajar igual a como Jesús trabajó; obedecer igual a como Jesús lo hizo; orar así como Jesús oró; pagar impuestos así como Jesús pagó impuestos. Vivir en santidad es parecerse a Jesús. Va más allá de no hacer lo que está mal; tiene que ver con hacer aquello que es correcto, bueno y que glorifica a Cristo.
¿Cómo estás viviendo, hermano?
¿Es tu vida un reflejo de la vida que Jesús tuvo?
¿La gente puede leer la Biblia y observar que es un espejo de lo que tu vives, piensas, hablas y haces cotidianamente?

Una vida de paciencia mutua (v.2)

En segundo lugar, Pablo dice en Ef 4.2les exhorto a … que vivan con toda humildad y mansedumbre, con paciencia, soportándose unos a otros en amor.” Y esta parte cómo nos cuesta trabajo. Somos tan severos con la gente que nos rodea que, cuando no hacen lo que esperamos que hagan, levantamos la voz en contra ellos, los miramos con desprecio, o bien, los ignoramos. Pero lo que el versículo no está diciendo es que debemos vivir con paciencia. Lo que está diciendo es que debemos vivir una vida en “humildad”.
¿Por qué Pablo menciona la palabra “humildad”?
La razón está en que ésta es y debe ser la cualidad principal del cristiano. Contrario a lo que satanás experimentó en el cielo, anhelando ser como el Altísimo, queriendo ocupar un lugar importante y glorioso, Cristo, el Altísimo, “aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que se despojó a Sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres.” (Fil 2.6-7). El orgullo, contrario a la humildad, es el único pecado que te hace creer que no es pecado. El orgullo llega a tu corazón, y te hace creer que no está. Te hace pensar que no eres tan malo, tan pecador. Es el pecado que impide que confiemos en el evangelio, porque el evangelio es el único que destruye el orgullo del corazón y lo convence que no tiene remedio, ni se puede salvar a sí mismo. Así que, si tú estás aquí el día de hoy creyendo que no eres tan mala persona como “los malos”, vengo a decirte que la Biblia dice que eres peor, pues estás en viviendo una mentira. Debes reconocer que necesitas de un Salvador, alguien que te salve, pues tu no puedes salir de esa vida miserable.
Y solo reconociendo que eres despreciable ante Dios, y que tus mejores actos son abominables ante Dios, que te mantiene humilde, entendiendo quién eres en realidad. Y ahí, en esa condición humilde es que puedes ver, con”mansedumbre” a los demás, es decir, con benevolencia. Solo alguien que entiende que está en una miseria ve con respeto y paciencia a otra persona en la misma miseria. Por eso hago mucho énfasis en que la unidad entre los miembros de la iglesia está directamente proporcional a la comprensión de que todos estamos en un proceso de santificación, y que tal proceso culminará hasta que lleguemos a la gloria. Por lo tanto, tengo paciencia para con mis hermanos, porque sé que ellos están en el mismo proceso que yo. Como Paul David Tripp escribió en su libro “Instrumentos en manos del Redentor”,
Somos personas necesitadas de transformación ayudando a otras personas necesitadas de transformación.
¿Y cómo lograremos eso?

Una vida esforzada por mantener la unidad (v.3)

En tercer lugar, debemos “esforzándose por preservar la unidad del Espíritu en el vínculo de la paz.” (Ef. 4.3) Hermanos, la unidad en la Iglesia es "sinérgica". Es decir, es a través y únicamente posible por obra del Espíritu (unidad del Espíritu), pero también una responsabilidad de nosotros como miembros de la iglesia. Notemos que Pablo exhorta que debemos esforzándose por preservar la unidad del Espíritu.
La palabra que Pablo utiliza aquí significa literalmente usar velocidad, es decir, hacer esfuerzo, ser pronto o ferviente. Se usaba en para describir a una persona entusiasmada o esmerada en realizar algo. Denota un esfuerzo entusiasta.
En mi cumpleaños pasado me dieron un regalo muy elaborado, que cuando lo vi me sorprendí, al punto de casi llorar. Me encantan los libros, y disfruto tanto que me regalen libros. Pero esta persona que me dio el regalo, no solo me dio un libro. Ella sabía que me encanta también el Señor de los Anillos, por lo que hizo hasta lo imposible para conseguirme una playera con algo acerca del Señor de los anillos. Y entre otras cosas maravillosas que me regaló ese día, lo que más me impactó fue en dónde tenía guardado todo el kit. Había hecho una caja de cartón (la hizo; no la compró) con todo y su tapa, y en al frente hizo diseño de Stitch, un animalito de disney. Realmente ella tuvo mucho esmero en hacer cada uno de los detalles del regalo.
Bueno, ese mismo esmero que tuvo para formar todo el regalo, es el esmero que Pablo nos exhorta que tengamos para “preservar la unidad” en la Iglesia. Nota que nosotros no iniciamos la unidad, solo la mantenemos a flote. Depende de nosotros mantener aquello que el Señor logró en la cruz. Depende de ti y de mí que la unidad en la Iglesia se mantenga y sea evidente.
¿Qué estás haciendo para fomentar la unidad?
¿Te esmeras en mantenerla? ¿O eres de los primeros en romperla?
Joven que me escuchas, ¿eres parte de la unidad en tu familia? ¿O tu rebeldía y apatía provoca división?
Hermanos, ¿tus comentarios y pláticas fomentan la unidad en las reuniones de la iglesia? ¿O eres de las personas que crea rivalidad y discusiones?
¿Eres de las personas que les gusta hablar de los demás a sus espaldas? ¿O sabes guardar secretos y tu corazón de comentarios?
Hermanos, recuerda que es tu responsabilidad mantener la unidad en la Iglesia, pero si sigues viviendo en pecado, si sigues con rencor y amargura, no va a haber verdadera unidad; y vas a ser parte de que toda la iglesia desobedezca al mandato de Dios: “Mantengas la unidad”.

Aplicación

Identifica aquellas actitudes estás teniendo que están provocando separación entre tu familia, comunidad, y mayormente la iglesia.
¿Eres Impaciente con tus hijos, con los hermanos de la iglesia, o con la gente en la calle?
¿Ves con desprecio a los demás?
¿Crees que no eres orgulloso, y aún vives guardando rencor?
Ya que las identificaste, pídele perdón al Señor porque has estado dañando a Su Esposa con esas actitudes, y esmérate en cambiarlas.
Inculca a los jóvenes esa unidad, en mayor medida por los tiempos que se viven y vivirán.
Un mal que los jóvenes están viviendo es la apatía. No quieren involucrarse en los aspectos espirituales. Muchas veces son porque no son, a su parecer, importantes y relevantes. Pero también, esa apatía en los jóvenes se debe a que ven en sus padres y en la gente que asiste a la iglesia que no viven como un cristiano debe vivir.
Joven, si esta es tu manera de pensar, estás en un grave peligro. La Biblia dice que el mayor bien del ser humano es vivir para Dios, y dedicarse a glorificarlo con todo lo que eres y haces. Pero tu apatía es solo un reflejo de que sigues viviendo para ti, y no para Dios; y eso es estar en enemistad contra Dios.
Si Dios no perdonó a Sus enemigos de los pueblos cananeos, y mandó que exterminaran a todos, ¿qué esperas que Dios hará contigo?
¿Aún crees que no estás en peligro?
Y esto también es para ti, amigo y amiga que me escuchas y que estás sin Cristo. La Biblia dice que si no estás con Cristo, estás en Su contra, y Él viene pronto para destruir a todos sus enemigos, aplastarlos así como se aplasta a un insecto despreciable.
Casi todos los hombres que escuchan hablar acerca del infierno, se engañan a sí mismos pensando que escaparán de él. (Jonathan Edwards)
La Santidad de Dios Capítulo Nueve: Dios en las Manos de Pecadores Airados

¡Oh pecador! Considera el terrible peligro en el que te encuentras: es un gran horno de ira, un inmenso abismo sin fondo, lleno del fuego de la ira sobre el cual tú cuelgas sostenido por la mano de Dios, cuya ira es provocada y encendida por ti, tanto como por los que ya están condenados en el infierno. Tú cuelgas de un delgado hilo, con las llamas de la ira divina ardiendo al alrededor y listas para arder y quemarla en cualquier momento. Y tú no tienes interés en ningún mediador, y nada de que sostenerte para salvarte, nada que te libre de las llamas de la ira, nada de ti mismo, nada que tú hayas hecho jamás, nada que puedas hacer, para inducir a Dios a que te libre por un momento

¿Y no te interesa un Salvador?
Ven a Cristo. Solo Estando unido a Él y a Su Iglesia es que podrás escapar del justo castigo por todos tus pecados. Solo creyendo y confiando en Cristo podrás librar tu alma del horno. Solo creyendo en el evangelio podrás disfrutar de todas las bendiciones que Dios tiene para aquellos que confían en Él. Solo viniendo a Cristo, en arrepentimiento y fe, es que podrás “vivir de una manera digna de la vocación con que has sido llamado.”
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