Es Hora de Multiplicarnos

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Un reto

Quiero comenzar aclarando que la base de lo que les voy a enseñar hoy fue producida por el Rev. Domingo Pérez, pastor de la Alianza de Camuy.
Hoy nos estamos uniendo, en un mismo sentir, a toda la Alianza a nivel nacional para celebrar el Día de Plantación de Iglesias.
En la Alianza nos hemos puesto como meta plantar una iglesia por semana por los próximos dos años.
Eso son por lo menos 100 nuevas iglesias en los próximos dos años.
¿Será esta una meta muy ambiciosa?
¿Será posible animarnos como iglesia de tal forma que anhelemos ser parte de este esfuerzo? ¿Y no solo que lo anhelemos sino que trabajemos por ello?
Actualmente hay cerca de 2,000 iglesia de la Alianza en EU. O sea, que si solo el 5% de las iglesias decide involucrarse en este esfuerzo, podemos cumplir con la meta sin problema.
Mi deseo en este día es retarnos como iglesia a formar parte de este esfuerzo.
Retarnos a que veamos la plantación de iglesias como una estrategia real para multiplicarnos, para extendernos, para salir de las cuatro paredes, para encarnar el evangelio, para avanzar el Reino de Dios, para hacer discípulos y para alcanzar al perdido.
Para cumplir con la misión que nuestro Señor nos encomendó cuando nos dijo:
Marcos 16:15 (NBLA)
15...«Vayan por todo el mundo y prediquen el evangelio a toda criatura.
Matthew 28:19 NBLA
19»Vayan, pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
2,000 años después la misión de Dios no ha cambiado y su estrategia tampoco.
Su misión sigue siendo que toda etnia; que todo pueblo; que toda nación, tenga acceso al evangelio y Su estrategia sigue siendo la plantación de iglesias locales.
Evidentemente plantar iglesias no es parte nuestra cultura como iglesia local. En nuestros 54 años nunca hemos plantado una iglesia.
Sin embargo plantar iglesias es parte de nuestro ADN. ¿Y por qué lo digo? (Esto puede sonar simplista, pero no lo es.)
Porque La Cumbre inició como una plantación. Hoy estamos aquí, 54 años más tarde, porque un grupo de personas respondió a un llamado de Dios de establecer un punto de predicación y de presencia del evangelio en este lugar.
Hoy damos gracias por el esfuerzo y el sacrificio de ese grupo de personas. Hoy damos gracias por el riesgo de fe que tomaron, cuyo fruto estamos disfrutando hoy.
La pregunta que debemos hacernos hoy, como iglesia, no es cuántos años más vamos a permanecer aquí, sino qué legado vamos a dejar como iglesia a las próximas generaciones.

Pablo entendió la Misión

Hechos de los Apóstoles 16:1–12 (NBLA)
16 Pablo llegó también a Derbe y a Listra. Y estaba allí cierto discípulo llamado Timoteo, hijo de una mujer judía creyente, pero de padre griego,
2del cual hablaban elogiosamente los hermanos que estaban en Listra y en Iconio.
(Pregunto. ¿Tendremos discípulos entre nosotros de los cuales hablemos elogiosamente?)
3 Pablo quiso que este fuera con él, y lo tomó y lo circuncidó por causa de los judíos que había en aquellas regiones, porque todos sabían que su padre era griego.
4Según pasaban por las ciudades, entregaban los acuerdos tomados por los apóstoles y los ancianos que estaban en Jerusalén, para que los observaran.
5Así que las iglesias eran confirmadas en la fe, y diariamente crecían en número.
(¿Qué significa que las iglesias crecían diariamente en número? ¿Crecían llenando más asientos en un edificio o crecían esparciéndose por todas las regiones?)
6Pasaron por la región de Frigia y Galacia, habiendo sido impedidos por el Espíritu Santo de hablar la palabra en Asia.
7Cuando llegaron a Misia, intentaron ir a Bitinia, pero el Espíritu de Jesús no se lo permitió.
8Entonces pasando por Misia, descendieron a Troas.
9Por la noche se le mostró a Pablo una visión: un hombre de Macedonia estaba de pie, suplicándole: «Pasa a Macedonia y ayúdanos»
(¿Podríamos afirmar como iglesia local que estamos siendo literalmente guiados por el Espíritu Santo para llevar a cabo la misión de Dios? ¿Sentimos cuando el Espíritu nos dice literalmente, por aquí sí o por aquí no?)
10 Cuando tuvo la visión, enseguida procuramos ir a Macedonia, persuadidos de que Dios nos había llamado para anunciarles el evangelio.
(¿Somos persuadidos constantemente por Dios para anunciar el evangelio?)
11 Así que, saliendo de Troas, navegamos con rumbo directo a Samotracia, y al día siguiente a Neápolis.
12De allí fuimos a Filipos, que es una ciudad principal de la provincia de Macedonia, una colonia romana; en esta ciudad nos quedamos por varios días.
Pablo y los demás apóstoles comprendieron la misión de expandir el evangelio aquí, allá y en todo lugar y estos gastaron sus vidas para llevarla a cabo.

Objeciones

Es muy común que escuchemos objeciones con relación a la plantación de iglesias y estas pueden ser muy variadas.
Algunas pueden ser:
Llenemos las iglesias que tenemos antes de comenzar a plantar otras.
Tenemos demasiadas iglesias en P.R. y con espacio suficiente para toda la gente que no asiste a ninguna.
Una iglesia nueva va a tomar personas de iglesias que ya están luchando por sobrevivir y debilitarlas aún más.
Necesitamos mejores iglesias, no más iglesias.
En este día me gustaría atender estas objeciones:
¿Qué nos lleva a estos pensamientos?
¿Porqué están errados?
¿Porqué es tan importante y hasta un asunto de obediencia plantar nuevas iglesias?

Queremos ser fieles a la Palabra de Dios

En primer lugar plantar iglesias es bíblico.
Prácticamente todos los grandes desafíos evangelísticos del Nuevo Testamento, envuelven llamados a plantar iglesias, no solo a compartir la fe.
La meta de los apóstoles cuando llegaban a un lugar era predicar el evangelio y plantar iglesias. Esa siempre era la estrategia. Una cosa estaba atada a la otra.
Cuando analizamos La Gran Comisión vemos que este es un llamado a bautizar y a incorporar a los nuevos creyentes a una comunidad de fe con responsabilidades y límites.
Vaya conmigo a Hechos capítulo 2, verso 41 para que veamos la respuesta de la iglesia naciente a la Gran Comisión.
Hechos de los Apóstoles 2:41–47 (NBLA)
Entonces los que habían recibido su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como 3,000 almas.
(¿En dónde los apóstoles metieron a esas 3,000 personas? ¿En edificios? Los primeros creyentes no tenían edificios. De hecho, se les conocían como Los Del Camino. No se les conocía como Los Del Templo.)
Y se dedicaban continuamente a las enseñanzas de los apóstoles, a la comunión, al partimiento del pan y a la oración.
(¿A qué se dedicaban? ¿A qué dedicaban la mayor parte de su tiempo? ¿A hacer cultos, eventos, actividades y campañas? ¿A desarrollar grandes e innovadores ministerios? No. Se dedicaban a aprender juntos, a vivir juntos, a comer juntos y a orar juntos. Y como resultado de esto...)
Sobrevino temor a toda persona; y muchos prodigios y señales se hacían por los apóstoles.
Todos los que habían creído estaban juntos y tenían todas las cosas en común;
(De nuevo, ¿qué caracterizaba a los que habían creído? Estaban juntos. Tenían todas las cosas en común.)
vendían todas sus propiedades y sus bienes y los compartían con todos, según la necesidad de cada uno.
(Los invadió un espíritu de generosidad radical.)
Día tras día continuaban unánimes en el templo y partiendo el pan en los hogares, comían juntos con alegría y sencillez de corazón,
(Los primeros cristianos judíos iban al templo porque era un punto de encuentro familiar para ellos. Pero después del año 70 el templo dejó de existir.)
alabando a Dios y hallando favor con todo el pueblo. Y el Señor añadía cada día al número de ellos los que iban siendo salvos.
El resultado de dedicarse a la enseñanza de los apóstoles, a la comunión, al partimiento del pan, a la oración, a tener todas las cosas en común, a practicar una generosidad radical, a estar unánimes en el templo, a partir el pan en los hogares, a comer juntos con alegría y sencillez de corazón y a alabar a Dios fue que hallaron favor con todo el pueblo y el Señor añadía cada día al número de ellos los que iban siendo salvos.
Esta fue la manera en que los apóstoles y los primeros cristianos respondieron a la orden de Jesús de ir y hacer discípulos.
La iglesia del primero siglo no hacía una distinción entre evangelismo, discipulado y plantación de iglesias. Las tres cosas estaban relacionadas. Eran inseparables. compartimos el evangelio, discipulamos a los que creen y plantamos iglesias locales.
Hoy día, el evangelismo sigue estando centrado en “decisiones” por Cristo, que no siempre se traducen en vidas cambiadas y restauradas.
Solamente una persona evangelizada, discipulada en una comunidad de fe y bajo un cuidado pastoral, puede llegar a experimentar la salvación a plenitud.
Nuestra visión no puede ser crear un modelo atractivo para que otros cristianos vengan a nuestra iglesia.
Nuestra visión como iglesia tiene que ser salir de aquí y alcanzar al perdido en cada rincón de nuestras comunidades.

El modelo de Pablo

Plantar iglesias era el modelo de Pablo para extender el evangelio.
Toda la estrategia del apóstol Pablo fue plantar iglesias en las ciudades. Su plan era uno bastante simple.
Primero, iba a la ciudad más grande de una región, como vimos en la porción que leímos de Hechos 16.
Segundo, plantaba iglesias en cada ciudad. Por eso le dice a Tito:
Titus 1:5 NBLA
Por esta causa te dejé en Creta, para que pusieras en orden lo que queda, y designaras ancianos en cada ciudad como te mandé.
Su pensamiento se basaba en que la mejor forma de impactar a una ciudad de manera permanente, era plantando iglesias en ella.
Algunos pudieran argumentar; “Okay pastor, eso está bien, pero eso fue el Apóstol Pablo al principio…ahora P.R. está lleno de iglesias, una en cada esquina; ¿porqué plantar iglesias nuevas en este tiempo?

¿Porqué plantar nuevas iglesias en P.R?

¿Por qué plantar nuevas iglesias en PR?
Porque toda iglesia local tiene un ciclo de vida. Como todo organismo vivo, las iglesias nacen, tienen un periodo fructífero, alcanzan a una generación y luego mueren.
Esto es precisamente lo que hemos visto en la Alianza en PR en los últimos años. La cantidad de iglesias que hemos cerrado, porque han muerto, versus las nuevas iglesias que hemos plantado es alarmante.
¡Gloria a Dios por Isabela!
Y lo mismo está pasando en los demás concilios.
¿Alguien se ha preguntado seriamente sobre la cantidad de iglesias que se han cerrado luego del Huracán María y durante la pandemia del COVID-19? ¿Qué ha pasado con esas personas? ¿Qué ha pasado con esos puntos de predicación y de presencia del evangelio?
Por otro lado, tenemos muchas iglesias pero lamentablemente el impacto que estamos teniendo alcanzando al perdido es muy poco, especialmente a las nuevas generaciones.

Es una herramienta poderosa de evangelismo

El misionero y líder evangélico C. Peter Wagner dijo:
Plantar nuevas iglesias es la metodología evangelística más efectiva que se conoce bajo el cielo.
Y la pregunta es; ¿cómo así?
Se ha comprobado que las nuevas iglesias son más efectivas alcanzando a los perdidos.
Múltiples estudios han confirmado que la mayoría de los miembros nuevos (60%-80%) de una nueva iglesia, eran no creyentes.
Mientras que las iglesias que llevan más de 10 años, entre el 80% y el 90% de sus miembros nuevos son por transferencias. Creyentes que se mueven de una iglesia a otra.
Esto significa que una nueva iglesia promedio atrae entre 6 a 8 nuevos creyentes más, que una iglesia que lleva más tiempo y tiene el mismo tamaño.
Esto tiene una explicación. Las iglesias establecidas con el tiempo, de modo natural y deseable, van creciendo en membresía, y la atención se va centrando en las necesidades de sus miembros.
Claro está, esto no significa que iglesias establecidas no puedan alcanzar nuevos creyentes. Seguramente lo están haciendo. Pero la realidad es que las iglesias nuevas tienden a centrar su atención y esfuerzos en quienes no tienen iglesia.
Otra dinámica que se da con frecuencia es que una iglesia llena de personas recién convertidas, son más propensas o tienen mayor motivación o son más dadas a invitar a no creyentes, que las personas que son miembros de una iglesia establecida.
Esto ocurre porque el círculo de influencia de un nuevo creyente tiende a componerse de no creyentes.
¿Cuántos amigos cercanos no creyentes tenemos aquellos que llevamos muchos años en la iglesia? Muy pocos. La mayoría de la gente con quien nos relacionamos son creyentes.
Esto es un problema para la misión de Dios. Él nos llamó a alcanzar al perdido y nosotros con quienes más nos relacionamos es con creyentes.
¿Cómo vamos a alcanzar al perdido si no nos relacionamos con los no creyentes?

Revitaliza todo el Cuerpo de Cristo

Las iglesias madres que plantan hijas a menudo experimentan una renovación.
Estudios han demostrado que las iglesias madres que plantaron hijas, crecieron a un ritmo de dos veces superior al de las iglesias que no plantaron y que eran del mismo tamaño.
Este es el testimonio de la Alianza de Camuy al plantar una iglesia en Isabela. En pocos meses de haber plantado Isabela, Camuy recuperó la misma cantidad de miembros que envió a Isabela como parte del grupo plantador.
La realidad es que una iglesia que no se reproduce plantando nuevas iglesias eventualmente morirá. Pero una iglesia que planta nuevas iglesias se renueva, se revitaliza y se reenfoca en la misión.
Vuelve a darse cuenta, como al principio cuando fue plantada, que la misión de Dios no es para adentro, sino para afuera.
Las iglesias madres a menudo descubren que cuando plantan, su propio ministerio es fortalecido y en muchas ocasiones es la chispa que se necesita para despertar a una congregación que está dormida y cómoda ocupándose de sus propios intereses.
Al plantar una nueva iglesia, muchas veces se envía a los mejores líderes de la iglesia madre. Esto deja vacíos de liderazgo en la iglesia madre. Lo que provoca que nuevos líderes se levanten y se capaciten para la obra del ministerio.
Plantar iglesias produce una fábrica de nuevos líderes.

Es el diseño de Dios

La multiplicación siempre ha estado en el diseño de Dios para Su creación y especialmente para Su Iglesia.
La primera orden que el Dios Creador le dio al ser humano fue:
Génesis 1:28 (NBLA)
...«Sean fecundos y multiplíquense. Llenen la tierra y sométanla. Ejerzan dominio sobre los peces del mar, sobre las aves del cielo y sobre todo ser viviente que se mueve sobre la tierra»
Dios no es un Dios estéril. Precisamente por eso creó el matrimonio.
Dios ama la multiplicación. Tanto en la familia como en la iglesia.
Y cuando Jesús, el Hijo de Dios, vino a este mundo, no hizo otra cosa más que multiplicarse.
Primero escoge a 12. Esos 12 se multiplican en 70. Y esos 70 se multiplican en 120. Y esos 120 se multiplican en 3,000 y después en 5,000.
La multiplicación fue tan efectiva que tú y yo estamos aquí hoy adorando al mismo Dios que un día decidió venir a este mundo, se hizo hombre y se multiplicó en 12.
La voluntad de Dios es que las iglesias se multipliquen en todas sus facetas.
Esa fue la orden de nuestro Señor. Alto y claro.
Mateo 28:18–20 (NBLA)
…«Toda autoridad me ha sido dada en el cielo y en la tierra.
»Vayan,
(¡Vayan, vayan, vayan!)
pues, y hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo,
enseñándoles a guardar todo lo que les he mandado; y ¡recuerden! Yo estoy con ustedes todos los días, hasta el fin del mundo».
Entendiendo muy bien la orden de su Señor, Pablo le dice a su joven discípulo Timoteo, uno de aquellos en quien había decidido multiplicarse:
2 Timothy 2:2 NBLA
Y lo que has oído de mí en la presencia de muchos testigos, eso encarga a hombres fieles que sean capaces de enseñar también a otros.
Discípulos se multiplican en otros discípulos.
Líderes se multiplican en otros líderes.
Iglesias se multiplican en otras iglesias.

Conclusión

Dondequiera que se planta una iglesia nueva se está estableciendo un punto nuevo de predicación y de presencia del evangelio en un lugar donde no había nada. Un punto nuevo de proclamación de las Escrituras, de las Buenas Nuevas de Salvación, del glorioso evangelio del Reino; donde nuevas vidas van a ser alcanzadas y transformadas por el poder del Espíritu Santo.
Entonces, el resultado de la plantación de nuevas iglesias es un aumento en el número de creyentes en una ciudad y a la misma vez revitaliza todo el Cuerpo de Cristo.
La evidencia es contundente, bíblica, sociológica e histórica; y en este momento de la historia tenemos la oportunidad, una vez más, de ser la buena noticia por medio de la extensión del evangelio a través de la multiplicación. ¡Que así nos ayude el Señor!
Por: Domingo Pérez Badillo, ACM Camuy
Yo creo que el Señor nos está llamando a plantar una iglesia en la región de Caguas. A mí me hace perfecto sentido. Una iglesia que ayude a extender el evangelio en toda esa región central y este. No un clon de La Cumbre pero con el ADN de La Cumbre. Hay la necesidad. Tenemos gente que vive en esta región. Tenemos los recursos. Tenemos los líderes.
¿Qué nos detiene?
¿Es riesgoso? Claro que es riesgoso. ¿Qué el enemigo se va a levantar como río? Claro que se va a levantar como río
Pero si Jesús nos está llamando no tenemos nada que perder.
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