La Oración: Cómo debemos orar

Sermon  •  Submitted   •  Presented
0 ratings
· 8 views

He quedado fascinado estos días con pensar en el poder que nuestras palabras tienen.

Notes
Transcript
LA ORACIÓN: CÓMO DEBEMOS ORAR
Domingo 24 de Septiembre de 2023 – Iglesia Senda Antigua & Transmisión en vivo Bethel La Paz
ORACIÓN
“Señor gracias por Tu Presencia, gracias por el gran privilegio de presentarnos delante de Tí en oración Señor, gracias porque nos escuchas, gracias por Tus respuestas y Señor enséñanos a orar como Tú enseñaste a Tus discípulos enséñanos a nosotros. Gracias te damos Señor. Amén.”
LECCIÓN 04
Queremos empezar a ver cómo debemos orar.
¿Cuál será la oración eficaz? Porque si oramos así, lo que va a suceder es que pronto estaremos orando oraciones del Espíritu Santo, empezaremos a ser canales para la Palabra Viva y estaremos orando por inspiración.
Podemos dirigir nuestra oración al Dios verdadero, al Dios de Abraham pero si no es conforme a Su Patrón, como la alabanza, sino seguimos Su Patrón, el Patrón Celestial que El nos ha mostrado en La Palabra, entonces tampoco va a responder, no vamos a encontrarlo, no vamos a encontrarlo en nuestra boca.
Entonces el propósito de aprender a cómo orar según Sus instrucciones es para que el Espíritu Santo empiece a caer sobre nosotros en el tiempo de oración, porque es una oración aceptable, agradable, que El puede repetir a través de nosotros, que El Espíritu Mismo puede orar o expresar, ¿entienden?
Entonces por eso es tan importante que aprendamos a orar conforme al Patrón que El nos ha dado porque es la clave para orar eficazmente.
Vamos a Mateo 6, ahí nos enseña a orar.
Empezando a leer en el verso 5.
Mateo 6:5 dice:
“Y cuando ores, no seas como los hipócritas; porque ellos aman el orar en pie en las sinagogas y en las esquinas de las calles, para ser vistos de los hombres; de cierto os digo que ya tienen su recompensa.”
¿Qué es su recompensa? Vamos a ver en un momento. Pero para algunas personas esto es un deleite orar en público, es un deleite orar cuando están con otros. Les cuesta mucho orar en su dormitorio a solas, pero pueden orar y es como es (un dicho en inglés) “oran como si fuera una casa incendiada”. Pero oran cuando están con otros, ahí solitos, quietos. No tienen nada que decirle al Señor.
Ahora hay 2, tal vez más, pero 2 razones básicas para este fenómeno, de por qué para algunos es fácil orar en público o cuando hay otros y les es difícil en privado:
La primera razón es una razón positiva, no es mala. Una razón por la cual todos podemos orar con más facilidad cuando estamos en una reunión de oración, es que cuando hay 2 o 3 juntos, el Señor está ahí de una forma diferente. Y si es más fácil buscar al Señor con otros.
No debemos condenarnos, debemos entender, es más fácil, pero no dejemos de orar en privado tampoco. Es más costoso. Y en cierto sentido es más precioso para el Señor.
La oración que cueste más es un incienso más fragante. ¿No lo creen? Y sí, el incienso quemado en privado es más costoso.
Hay otra razón negativa. Motivos negativos.
Algunos quieren demostrar su espiritualidad cuando están en la presencia de otros hermanos: “Señor te doy gracias por la elocuencia que me has dado en la oración”.
Quizá nadie lo diga así en la Iglesia nunca, pero a veces se oye cosas semejantes en el espíritu, tal vez no conforme a sus palabras en sí, sino en el espíritu.
Hay ciertas personas que son así. Tal vez no muchos en Ministerios Hebrón, debido a nuestras enseñanzas, la gente está controlándose en esa área.
Siempre hay personas que alaban un poquito más fuerte que los demás. No estoy diciendo entonces que debemos cantar u orar suave. No! sino que cuando la congregación está alabando y la congregación empieza a bajar el volumen y ellos siguen: “Gloria a Dios, Aleluya”. No están siendo tocados por el Espíritu, sino que quieren atraer la atención a sí mismos.
A veces cuando estamos orando puede que otro lo haga reciamente.
A veces es importante que lo hagamos, porque es el Espíritu Santo, pero no debe ser nuestra característica personal, ¿entienden? No debemos ser la persona que siempre ora un poco más.
El hno Marvin, estando en una reunión donde estaba una persona que tenía esa tendencia, el Señor abrió los oídos del hno Marvin, y como hemos visto que el Señor no escucha solo las palabras, El escucha lo que el corazón está diciendo, ¿entienden? La fuente es lo que El escucha, y por eso está dispuesto a escuchar hasta la oración del hippie, si es una oración del corazón, con humildad. Y el Señor abrió los oídos del hno Marvin para oír la oración de esta mujer, ella seguía alabando solita y el hno Marvin escuchó lo que el Señor escuchó y esto fue: “Oh Señor Tú sabes que yo soy la persona más espiritual en esta congregación, yo soy un gigante espiritual Señor y quiero que los demás lo sepan”. Es lo que el Señor escuchaba porque es lo que su corazón estaba diciendo, era toda la motivación.
Y tal persona recibe su recompensa. ¿Cuál es su recompensa? La honra de los hombres y por supuesto cualquiera que tenga un poquito de discernimiento hace lo opuesto, porque es deshonra, pero siempre hay personas inocentes que dicen: “Ayy que espiritualidad!! Qué gigante. Yo voy a buscar a esta persona para que me de profecías y consejo”.
Tiene su recompensa la honra de los hombres pero no de Dios. El rechazo de Dios es lo que eso trae. Y peor es una abominación, porque en medio de una situación donde el Señor tal vez está moviéndose esa persona está quitando los ojos de la gente al Señor y poniéndolos sobre si mismo. Qué tristeza es esto. Abominable.
Pero escuchen, hay un balance muy delicado que necesitamos mantener aquí. Si alguien se levanta muy temprano a orar con todo su corazón y lo hace con todo el anhelo de encontrarse con Cristo (sin que nadie lo sepa), esa persona no va a recibir esa recompensa de los hombres. O sea, debemos tener mucho cuidado de no tener miedo de ser escuchados cuando oramos. ¿Entienden? El hecho de que alguien me escuche no quiere decir que voy a perder la bendición, depende de mi motivación. ¿Entienden?
Ej.: Como sucedió una vez en una iglesia en los Estados Unidos, que tenían un cuarto de oración en la parte de arriba, y había un joven que iba a orar, sabiendo que nadie estaba ahí en la Iglesia, y oraba fuerte, le oraba al Señor con todo su corazón, y el pastor de la Iglesia vivía a media cuadra, y alcanzaba a oírle. Obviamente toda la cuadra podía oírle.
Entonces el pastor fue y le tocó el hombro y le dijo al joven: “Joven, Dios no es sordo”. Y el joven era muy ágil para pensar, e inmediatamente le respondió: “Pastor tampoco Dios es nervioso”.
O sea, el joven no estaba tratando de impresionar a nadie, ni se dió cuenta.
Entonces hay que mantener un balance en todo esto. Nadie debiera poner un freno en la boca cuando estamos orando juntos y el volumen empieza a bajar y casi no se oye a nadie, y alguien tiene una palabra, una oración inspirada, un anhelo de gritarle al Señor, hay que hacerlo!! Sino vas a desagradarle al Señor!! ¿Entienden?
Pero la cosa es que si lo hacemos cada vez con el motivo de ser escuchado siempre, entonces tal vez sea un problema. Queremos ser guiados, ¿amén?
Y puede ser cabal la oración que otro necesite o podría ser la oración del Espíritu que va a traer la bendición y Presencia del Señor a la reunión.
Y en el lugar privado, si otros nos escuchan, es problema de ellos, si no hay motivación falsa en nosotros. Y en el tiempo de oración pública, si te molesta el hermano fulano porque tiene una voz tan “tronante” siempre se escucha, y él me perturba, ¿cuál es la solución? Tapa los oídos y orar a todo volumen también. Con los oídos tapados solo escucharás tu voz. Si alguien no quiere ser estorbado en su oración, ora con los oídos tapados. El peligro en eso es que todos dejarán de orar y uno será el único con los oídos tapados.
Pero queremos entender lo que la Biblia dice de Cristo e imitarlo.
Dice en Hebreos 5:7:
“7Y Cristo, en los días de su carne, ofreciendo ruegos y súplicas con gran clamor y lágrimas al que le podía librar de la muerte, fue oído a causa de su temor reverente.”
Amén. No debemos tener miedo de “CLAMAAAR” con la voz. “Jesús Hijo de David ten misericordia de mí”. Escuchen! A veces El no va a prestar atención a nuestra oración sino clamamos con la boca, si podemos orar adentro, eso si también es otro lado, podemos orar en silencio. Ana oraba sin hablar, solo moviendo la boca, y el Señor le contestó, pero a veces tenemos que CLAMAR. Ellos tuvieron que gritar para que los muros de Jericó cayeran. No solo hablar así suavemente.
Hay personas que dicen que en la oración no debemos cambiar nuestra voz, porque si uno se pone a orar y cambia la tonalidad y la forma de la voz que es solo una pantalla espiritual y religiosidad.
¿Algunos han oído eso? Que es pura pretensión. La verdad que las personas que dicen eso, se ve que no han visto su mucha necesidad de Dios en sus vidas. Y esas personas nunca claman.
Pero una pregunta: ¿Creen ustedes que un hombre ahogándose va a cambiar un poco su tono de voz, su forma de hablar?
“No, no es que es religiosidad.” Está ahogándose y va para abajo la tercera vez (ustedes saben que hay tres oportunidades).
Visualicemos a una persona ahí muriendo, ahogándose. Y como dicen ciertas personas que no hay que cambiar la voz, entonces esta persona dirá (así en tono suave): “Señor usted que está ahí parado sobre la orilla, viera que estoy ahogándome y en cuestión de medio segundo voy a hundirme por la tercera y última vez, ¿estarías dispuesto a hacerme la campaña de tirarme ese salvavidas?”. ¿Así habla? No.
Cristo mismo, por las Escrituras lo sabemos, en Su vida aquí se sentía a veces como un hombre que se ahogaba (gritando): “Socorro Padre. Ayúdame Señor!!!”.
Con clamores y lágrimas, es lo que la Biblia dice, es obvio que Cristo se sentía desesperado en la vida, tenía temor reverente, de qué? De perder la Vida, de fallar, de no dar en el blanco. Sabía que Su Padre era la única respuesta y esperanza. Y con clamores, gritos, lágrimas, oraba al Padre y fue escuchado.
Algo está afuera de orden, si nunca cambiamos la voz al orar.
Definitivamente estamos ahogándonos, espiritualmente es cierto, es un hecho.
Pero si no cambiamos la voz nunca, es porque no nos hemos dado cuenta todavía que estamos para morir. Que nos urge un toque fresco, ayuda de lo alto. “Señor rescátame”.
Regresemos a Mateo 5. Sólo quiero mencionar unas cosas más.
Y veremos en la próxima lección la instrucción del Señor más específica sobre cómo orar.
Está dándonos ya unos detalles generales que no oremos con el afán de ser vistos ni oídos.
Mateo 5:6
“Mas tú, cuando ores, entra en tu aposento, y cerrada la puerta, ora a tu Padre que está en secreto; y tu Padre que ve en lo secreto te recompensará en público.”
Aquí encontramos una cosa super importante en la vida. Hay algunos ministros que creen que tienen mucho favor de Dios porque pueden predicar bajo la unción y son de mucha bendición para el pueblo o ser músicos ungidos, tienen Palabra de Dios y creen que eso es prueba de que la mano del Señor no solo está sobre sus vidas sino que Su corazón está para con ellos.
Escuchen hermanos, todos, no importa lo que nosotros podamos hacer o cómo el Señor nos utilice en público, si en el lugar privado, en el aposento, nosotros no encontramos a Cristo Jesús, algo está fuera de orden en nuestras vidas.
Si estando a solas con Cristo no podemos entrar en esa misma unción, que se manifiesta en el púlpito o tocando un instrumento, es porque El no está dispuesto a estar ahí con nosotros. Necesitamos arrepentirnos. Necesitamos gritarle, clamarle: “Señor cuál es mi problema”.
No debemos tener miedo que alguien nos escuche en la casa. Es muy bueno si los hijos de ustedes padres les escuchen a ustedes cuando oran. Es bueno si la esposa también se da cuenta, no para impresionarlos, sino para que sean buen ejemplo. ¿Amén?
Tampoco para juzgarlos, porque es una tendencia de la carne. Oramos media hora a todo volumen, tal vez por primera vez y después se puede empezar a criticar a los hijos, o a sus esposas: “Y tú, por qué no lo haces, no eres espiritual?”.
Así somos, ¿no? pero hazlo por 10 años y a ver si tu familia te sigue.
Porque si tú lo haces por 10 años con un corazón humilde, contrito, quebrantado, ellos van a seguirte, porque tú serás otra persona. Y vas a empezar a manifestar la belleza de Cristo Jesús. Amén.
Ej.: Como un padre que oraba a la media noche por su hija. Cuando ella iba entrando a la casa, pensando que todos estaban dormidos y no iban a dares cuenta, y al abrir la puerta, su papa que era un pastor estaba orando: “Señor si ella no va a seguirte, llévatela. Porque no he engendrado a ningún hijo para que sea un siervo de Satanás”. Era bueno que la hija escuchara ese clamor. Porque transformó su vida. Salió como misionera después.
Cristo sigue diciéndonos, en Mateo 6:7:
“Y orando, no uséis vanas repeticiones, como los gentiles, que piensan que por su palabrería serán oídos.”
Imagínense como es esto. ¿Ustedes entienden cómo será, si? “Señor tea mo, tea mo, te amo, te amo….te amo, te amo….” Son vanas repeticiones y es un insulto a Su inteligencia, en serio!
A ver si un marido llega a su esposa y le dice: “Te amo, te amo…te amo…teamo….”
Si va a aceptarlo o ser impresionada. Si va a ser impresionada pero no para bien. Tal vez va a llamar al medico: “Mi marido ha perdido un tornillo”.
Es así con el Señor en la oración. Pero escuchen, otra vez el balance es muy importante.
La clave de esto es: “Vanas repeticiones”. No repeticiones. Porque si tú empiezas a entender como nunca antes la inspiración del Espíritu Santo en la oración, habrá tiempos cuando el Espíritu Santo podría repetir la misma oración tal vez por 10, 15, 20 minutos, la misma cosa.
Eso no es una vana repetición. Eso es un énfasis del Espíritu Santo que El está dando a esa carga que El tiene y El quiere que tu boca sea un canal para hablar así.
¿Cuántos hemos experimentado eso? Que cada vez que repetimos una cosa hay más unción, más Presencia de Dios. Entonces hasta que El diga otra cosa debemos seguir.
CORO: Cuánto anhelamos la venida de nuestro Rey - F.
Related Media
See more
Related Sermons
See more