Un gozo que sorprende

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1 Thessalonians 1:6–7 NBLA
6 Y ustedes llegaron a ser imitadores de nosotros y del Señor, habiendo recibido la palabra, en medio de mucha tribulación, con el gozo del Espíritu Santo, 7 de tal manera que llegaron a ser un ejemplo para todos los creyentes en Macedonia y en Acaya.

Introducción

Hoy queremos continuar nuestro estudio, verso por verso, de la primera carta de Pablo a los Tesalonicenses.
La última vez llegamos hasta el verso 5 del primer capítulo. Y hoy queremos continuar en el verso 6.
La última vez fuimos animados al recordar la gloriosa verdad de que fuimos elegidos por Dios para salvación. Que al haber sido elegidos fuimos incluidos en la familia de Dios. Y que todo esto nos hace hijos amados de Dios.
También fuimos recordados que hemos sido salvados, no por el simple hecho de haber escuchado el evangelio, sino porque el Espíritu Santo hizo un milagro en nosotros.
Y que una de las características; uno de los frutos de nuestra salvación es la demostración de una plena convicción y de una certeza en los que hemos creído.
Finalmente aprendimos que la semilla del evangelio siempre retoñará en una tierra abonada de amor. Que es muy difícil lograr que alguien se interese por el evangelio, escuche y crea en Cristo, si no pavimentamos ese camino con amor.
(Si no has escuchado los primeros dos sermones de esta serie, aún estás a tiempo de ponerte al día.)

Imitadores de nosotros y del Señor

Siempre me ha impresionado el hecho de que Pablo, con plena convicción y certeza, le exhorta a los creyentes del primer siglo a que lo imiten.
No solo se lo dice a los tesalonicenses, sino a los corintios también.
1 Corinthians 4:16 NBLA
16 Por tanto, los exhorto: sean imitadores míos.
1 Corinthians 11:1 NBLA
1 Sean imitadores de mí, como también yo lo soy de Cristo.
Y no solo Pablo, sino que el autor de la carta a los Hebreos también exhorta a la iglesia de la misma manera cuando les dice:
Hebrews 13:7 NBLA
Acuérdense de sus guías que les hablaron la palabra de Dios, y considerando el resultado de su conducta, imiten su fe.
Pablo usa la palabra griega mimetes que se traduce como imitador. Palabra de cuya raíz también obtenemos la palabra mimo.
Ustedes saben lo que es un mimo.
Un mimo es un actor que realiza una interpretación valiéndose de sus movimientos corporales y de sus gestos, sin hablar.
Es como si Pablo le dijera a los tesalonicenses:
Cuando la gente que les rodea observa la manera de vivir de ustedes ellos se creen que ustedes están siendo mimos de nosotros. Sin tan siquiera ustedes decir una palabra.
En el caso de los tesalonicenses, Pablo no se refiere a sí mismo solamente, sino que dice: ustedes llegaron a ser imitadores de nosotros. Como refiriéndose no solo a sí mismo sino a sus compañeros de ministerio también; a Silas y a Timoteo.
Y la pregunta es, ¿ustedes están imitándonos a nosotros en qué sentido?
¿En nuestra manera de vivir? ¿En nuestra manera de pensar? ¿En nuestra manera de actuar? ¿En nuestra manera de hablar? ¿En nuestra manera de ver el evangelio?
Posiblemente en todos esos aspectos.
Como pastor o como parte del cuerpo ancianos de esta iglesia, no puedo evitar que nos miremos en este espejo.
Ciertamente esta aguita es para mí y para los ancianos de esta iglesia.
¿Podremos decirles a ustedes con toda firmeza y convicción: imítennos a nosotros como nosotros imitamos a Cristo?
Pero esto no solo se aplica a los pastores oficiales de la iglesia. Si usted está liderando un grupo pequeño, si usted está activamente discipulando o mentoréando a alguien, esta aguita es para usted también.
Ahora, la otra pregunta es, ¿odremos nosotros los ancianos alegrarnos y afirmar acerca de ustedes lo mismo que afirmó Pablo acerca de los tesalonicenses? ¿Podremos decir que ustedes llegaron a ser, o están siendo imitadores de nosotros y del Señor?
Esta precisamente es una de las razones por la cual la iglesia es un organismo contra cultura. Porque en medio de una generación individualista, donde "todo es relativo", donde todo el mundo reclama su propia verdad, donde la gente exige su derecho de vivir como le da la gana, la iglesia es una comunidad donde buscamos imitarnos los unos a los otros.
Una comunidad donde procuramos someternos los unos a los otros, exhortarnos los unos a los otros, reprendernos los unos a los otros, corregirnos los unos a los otros y enseñarnos los unos a los otros.
Una comunidad donde estamos ligados física, emocional y espiritualmente unos a los otros para siempre.
La iglesia local y la cultura de cancelación no son compatibles. De hecho, son totalmente contrarias.
En la iglesia si tú me reprendes con amor, yo no te cancelo, ni te quito de mi lista de seguidores, sino que me someto a ti por amor.
Porque la iglesia es una comunidad donde, juntos, luchamos por vivir la vida que Dios quiere que vivamos, donde corremos la carrera juntos y donde juntos afirmamos la verdad absoluta del evangelio.
La iglesia es una comunidad cuya cultura es la de Proverbios 27:17
Proverbs 27:17 NBLA
El hierro con hierro se afila, Y un hombre aguza a otro.
Por esta razón Pablo le dice a su discípulo y compañero plantador de iglesias, Timoteo:
2 Timothy 4:2 NBLA
Predica la palabra. Insiste a tiempo y fuera de tiempo. Amonesta, reprende, exhorta con mucha paciencia e instrucción.
No le dice: predícale mensajes motivacionales y entretenidos, con muchas ilustraciones y anécdotas. Trata de no ofender a nadie. Asegúrate que todo el mundo salga contento del culto sin ningún tipo de urgencia por vivir la vida que Dios quiere que vivan.
Por el contrario, le dice: amonesta, reprenden, exhorta, instruye.

¿Imitadores en qué aspecto?

Pablo y sus compañeros se alegran de que los tesalonicenses los estén imitando. Sin embargo, Pablo menciona el aspecto específico en cómo los tesalonicenses los están imitando.
Mire como dice el verso 6:
1 Thessalonians 1:6 NBLA
Y ustedes llegaron a ser imitadores de nosotros y del Señor, habiendo recibido la palabra, en medio de mucha tribulación, con el gozo del Espíritu Santo,
Ustedes nos están imitando en el aspecto de que, en medio de mucha tribulación; en medio de muchas pruebas; en medio de mucha persecución, han recibido la Palabra, o sea, se han mantenido fieles a nuestra enseñanza, han guardado la fe, han perseverado en lo que han creído.
Y no solo han recibido la palabra sino que lo han hecho con el gozo del Espíritu Santo.

Imitadores en el sufrimiento

La historia dice que Pablo y sus compañeros llegaron a Tesalónica luego de coger una pela en la ciudad de Filipos. Esta historia la encontramos en el capítulo 16 de Hechos.
Allí en Filipos fueron acusados injustamente, arrastrados, sus ropas rasgadas, azotados con varas, echados a la carcel, al calabozo más profundo y oscuro y sus pies atados con cadenas.
Pero la historia también dice que a medianoche, desde los más profundo del calabozo, en medio de una profunda oscuridad, no se escuchaban gemidos, no se escuchaban llantos, sino oraciones y cánticos de alabanza a Dios.
Por eso cuando le escriben estas palabras a los tesalonicenses, Pablo y sus compañeros saben muy bien de lo que están hablando. Ellos saben muy bien lo que es sufrir por la causa de Cristo. Ya ellos han pasado por donde asusta.
Ellos saben perfectamente lo que los tesalonicenses están experimentando, al tratar de vivir la vida de Cristo en medio de una sociedad materialista, idólatra y totalmente hostil al evangelio.
El pasado lunes le decía a mis discípulos...
(Sí, porque yo tengo discípulos, ¿Dónde están mis discípulos?
Mire, si usted no tiene un discípulo usted se está perdiendo de la labor más gloriosa y satisfactoria del universo. Usted se está perdiendo de la maravillosa bendición de derramar su vida en otros y verlos florecer.)
...que una cosa es yo pararme en esta plataforma y exhortarles a ustedes, que estén experimentando algún sufrimiento, a que se mantengan fieles a Dios en medio del sufrimiento. Y otra cosa es que yo me pare en esta plataforma con la autoridad y la convicción y la certeza de saber lo que es permanecer fiel en medio del sufrimiento. Eso es otra cosa.
Una cosa es un agente de viajes y otra cosa es un guía turístico. El agente de viaje te manda para donde él nunca ha ido. Pero el guía turístico te lleva a donde él ha ido y conoce muy bien.
No es lo mismo advertirles a ustedes que tengan cuidado cuando pasen por el valle de la sombra y de la muerte a que yo les diga, yo sé lo que es pasar por el valle de la sombra y de la muerte. Vente, que yo te llevo.
Los tesalonicenses imitaron a Pablo en el aspecto de que en medio de la persecución religiosa, en medio del maltrato, en medio de acusaciones falsas, para dañar su reputación y su testimonio, permanecieron fieles a Dios y a las enseñanzas de los apóstoles.
Los tesalonicenses demostraron su fe, demostraron que verdaderamente habían sido transformados por el evangelio, al perseverar firmes en medio del sufrimiento.
Por lo tanto, la perseverancia es un fruto de nuestra salvación. No es que los boricuas somos resilientes.

Imitadores en el gozo

Pero los tesalonicenses no solo permanecieron fieles en medio de la tribulación sino que lo hicieron con el gozo del Espíritu Santo.
Esta es una de las marcas de un verdadero cristiano. De una persona que verdaderamente ha nacido de nuevo: el gozo en medio de la tribulación.
Eso es lo que verdaderamente nos distingue de la gente que nos rodea y que aún no ha creído a nuestro mensaje. Eso es precisamente lo que sorprende a la gente de nosotros. Vernos gozosos especialmente en medio del sufrimiento, en medio de la escasez, en medio de la prueba, en medio de la enfermedad, en medio de la pérdida.
Eso es lo que hace que la gente nos diga: tú pareces de otro planeta.
Porque teniendo todas las razones del mundo para hacerlo, no nos desesperamos, no nos airamos, no nos aislamos, no nos desenfocamos. Porque sabemos que todas las cosas ayudan a bien a los que aman a Dios.
Perseveramos en la fe en medio de la prueba porque Él es digno.
No solo la perseverancia en medio de la prueba es una evidencia; una marca de nuestra salvación sino también el gozo.
Pablo le enseña a los gálatas que un aspecto del fruto del Espíritu es precisamente el gozo.
Por eso es que la gente se sorprende de nosotros. Porque sentir gozo en medio de la prueba no es natural, en este lado del cielo. Y no es natural porque el gozo no viene de nosotros. Nosotros no podemos producirlo. Es un gozo extra nos; externo a nosotros, es un gozo que otro produce, es otra fuente en la cual somos bautizados; sumergidos.
Y la gente sabe que ellos mismos no pueden producir gozo en medio de la prueba. Lo saben porque lo han intentado muchas veces y han fracasado.
Pero siguen saliendo a buscarlo. Lo trágico es que lo buscan en los lugares incorrectos. Lo buscan en cosas que en vez de producir gozo lo que produce es más tristeza, desesperanza y frustración. Lo buscan en cosas que los marchitan en vez de hacerlos florecer.
Tratan de encontrarlo en el dinero, en el sexo, en las drogas, en el alcohol, en viajes, en conciertos, en amistades, en la familia, en la meditación vacía, en el pensamiento positivo, en la buenas vibras, en el horóscopo, en la lotería, en el trabajo, en una profesión y en tantas otras cosas, buenas y malas.
Sin embargo, nosotros sabemos que la única fuente de gozo en todo el universo es el Creador mismo del universo, no las cosas que Él creó.
Las cosas creadas pueden producir un gozo ficticio, fraudulento, frágil, artificial, temporal, pasajero. Pero solo el Creador produce un gozo verdadero, genuino, permanente, resistente.
Como dijo Jesús, esa es la gran diferencia entre el hombre sabio que construye su casa sobre la roca y el hombre insensato que construye su casa sobre la arena.
Experimentar gozo en medio de la prueba es otra marca de que verdaderamente hemos nacido de nuevo, porque imitamos a nuestro Maestro como dice Hebreos:
Hebreos 12:2 (NBLA)
...quien por el gozo puesto delante de Él soportó la cruz...

Llegando a ser ejemplo

La manera en que los tesalonicenses respondían a la prueba; a la tribulación era tan impresionante que su fama se extendió por toda la región.
Mire el verso 7:
1 Thessalonians 1:7 NBLA
7 de tal manera que llegaron a ser un ejemplo para todos los creyentes en Macedonia y en Acaya.
Pablo utiliza la palabra griega typos que se traduce aquí como ejemplo.
¿Pero a qué se le parece esta palabra? De ahí viene la palabra tipo.
Esta palabra también se puede traducir como patrón.
O sea, que Pablo les dice:
Ustedes llegaron a ser un tipo; un patrón para todos los creyentes.
No solo se han convertido en mimos nuestros sino que se han convertido en un patrón para los creyentes de cómo se debe vivir la vida cristiana en medio de la prueba.
En otras palabras, la perseverancia y el gozo se pegan. Son contagiosos.
El individualismo radical en que vive nuestra sociedad nos ha engañado. Nos ha hecho pensar que mi vida es privada. Que yo no afecto a nadie.
Decimos: Yo no me meto con nadie y que nadie se meta conmigo.
Por eso llegamos a nuestras casas, nos encerramos y que nadie nos moleste.
Sin embargo, la gente nos está observando. Nuestros vecinos nos observan. Nuestros compañeros de trabajo nos observan. Nuestros familiares y amigos nos observan. Nuestros hijos nos observan. Nuestros hermanos en la iglesia nos observan.
Y la pregunta es: ¿y qué es lo que están viendo en nosotros?
¿Cómo reaccionamos a las pruebas y a las dificultades? ¿Los sorprende nuestra perseverancia y nuestro gozo?
¿O nuestra fama es la amargura, el coraje, el pesimismo y la impaciencia?
Alguien dijo una vez que, querámoslo o no, seamos intencionales o no, siempre estamos discipulando. Siempre estamos haciendo discípulos. Alguien siempre me está observando. Empezando por las que viven en mi casa.
La pregunta es, ¿qué clase de discípulos estoy produciendo? ¿Qué tipo de persona; qué patrón estoy reproduciendo?
Hay un refrán que dice: al mal tiempo, buena cara. ¿Cierto?
Sin embargo, cualquiera puede fingir buena cara en medio de una prueba. Somos expertos en eso. En ponernos máscaras, en maquillarnos, en ocultar lo que verdaderamente sentimos.
Sin embargo, esa no era la fama de los tesalonicenses.
Para que nuestra perseverancia y nuestro gozo tenga la capacidad de sorprender a los demás, la gente tiene que saber por lo que estamos pasando. La gente tiene que tener conocimiento de nuestras luchas.
Porque si no saben por lo que estamos pasando, si no conocen nuestras luchas, si nos ponemos una máscara, nos maquillamos y nos ponemos ropa fina, nuestro gozo no sorprenderá a nadie. No seremos dignos de imitar.
Por eso me encantan los grupos pequeños. Porque se convierten en un lugar seguro donde podemos ser vulnerables, sinceros y honestos. Donde podemos confesar nuestras luchas, nuestras batallas, nuestros pecados y sabemos que no vamos a ser juzgados. Sino amados, comprendidos y cuidados.

Conclusión

¿Cómo podemos, entonces, experimentar el gozo en medio de las dificultades?
Tenemos que comenzar reconociendo que el gozo no es nuestro. Que nosotros no somos la fuente. Que no proviene de nosotros. Que no podemos producirlo por nuestras propias fuerzas.
El gozo es del Espíritu Santo. El gozo le pertenece a Él. El gozo proviene de Dios. Él es la fuente. Es un fruto que solo Él produce en nosotros. En aquellos que permanecemos pegados al tronco, que es Él.
Si el Espíritu Santo no está en nosotros es imposible experimentar el gozo que perdura.
Si ese es tu caso, arrepiéntete de tus pecados en este día, confiesa a Cristo como tu Señor y Salvador para que Su Espíritu Santo venga a hacer morada en ti.
Pero si eres creyente, el Espíritu Santo ya está en ti. Pero aún así, pudiera ser que no estés experimentando Su gozo a plenitud, a tal grado que sorprenda a los demás.
Para esto Pablo le dice a los efesios:
Ephesians 5:18 NBLA
18 Y no se embriaguen con vino, en lo cual hay disolución, sino sean llenos del Espíritu.
Si este es tu caso, declara en este día que el Espíritu Santo está en ti. Y por lo tanto Su gozo está en ti.
Dile al Señor que ya estás cansado de vivir una vida inconsecuente. Que no impacta a nadie.
Pídele al Señor que te llene de ese Espíritu que ya habita en ti. Que te sature de Él. Que te llene de Su gozo. De un gozo que sorprenda a los demás.
Dietrich Bonhoeffer: Tu vida como cristiano debe provocar que los incrédulos se cuestionen su incredulidad en Dios.
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