LA EXPERIENCIA DEBE SER EQUILIBRADA CON PRECUACIÓN 1 Corintios 10-1-22

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LA EXPERIENCIA DEBE SER EQUILIBRADA CON PRECUACIÓN

Pasaje:                 1 Corintios 10:1-22

Enseñanza:        Pablo recuerda a los creyentes experimentados, quienes fueron fuertes en la fe,

que era mejor no creerse más de lo que uno en verdad es. “Así que, el que piense estar firme, mire que no caiga”.  Pablo usa la nación de Israel como ejemplo para advertir a los creyentes maduros de que su experiencia debe ser balanceada con precaución. El da tres advertencias.

Proposición:      Tres advertencias que el apóstol Pablo usa para advertir a los creyentes que

nuestra experiencia debe ser equilibrada con precaución.

Bosquejo:

Primera advertencia: Los privilegios no son garantía de éxito. (vv 1.4)

Israel fue liberado de la mano de Egipto por el poder de Dios, así como los cristianos han sido liberados del pecado.

(En 1 Corintios 5;7-8, Pablo ya hizo una relación entre la Pascual y la Salvación) Israel fue identificado con Moisés en el Mar Rojo, un tipo del bautismo, así como los cristianos son identificados con Cristo en el bautismo. Israel comió el maná del cielo y bebió el agua que Dios proveyó, así como los cristianos se alimentan de la sustancia espiritual del a Palabra de Dios (Juan 6:63). Pero, estos privilegios espirituales no prevenían a los Judíos de caer en pecado.

Hay peligros en la madurez así como también en la inmadurez y uno de ellos es EL EXESO DE CONFIANZA.

Cuando pensamos que estamos maduros y fuertes, descubrimos que somos débiles. El cristiano

maduro que come en el templo pagano, puede encontrarse a sí mismo lidiando con un enemigo que es demasiado poderoso para él.

En 1 Corintios 10:4, Pablo da a entender que en su viaje por el desierto no acompaño a los Judíos una “roca” de verdad. Aunque algunos rabinos enseñan que sí era una roca verdadera, en el sentido físico.

Fue una “roca” espiritual la que proveía lo que ellos necesitaban, y esa “roca” era Cristo. En

algunas ocasiones el agua venía de la roca (Ex. 17:1-7) y otras veces de un pozo (Num. 21:16-18). Dios provee el agua.

Cristo debe ser nuestra fuente, y sólo en ÉL debemos confiar. No debemos confiar en nadie más ni siquiera en nosotros mismos.

Segunda Advertencia: Los Buenos comienzos no garantizan un buen final. (vv.5-12)

Los Judíos experimentaron los milagros de Dios, y aun ellos cayeron cuando fueron probados en el desierto.

La Experiencia debe siempre ser equilibrada con precaución, para que nunca pensemos que vamos a un lugar, en nuestro caminar cristiano, donde vamos a estar completamente libres de tentaciones y no estar expuestos a fallar.

Todos los judíos de 20 años para arriba que fueron rescatados de Egipto, excepto Josué y Caleb, murieron en el desierto durante sus años de peregrinaje errante. (Números 14:26ss).

Aun podemos oír a uno de los Corintios “maduros” preguntar: ¿Pero que tiene eso que ver con nosotros?  

Pablo entonces, apunta a que la Iglesia de los Corintios era culpable de estos mismos pecados que los judíos cometieron. A causa de sus ansias de cosas malas, los Corintios eran culpables de:

·         inmoralidad (1 Cor. 6)

·         idolatría (1 Cor. 8 y 10)

·         y murmurar en contra de Dios (2 Cor. 12:20-21).

Como la nación de Israel, ellos tentaron a Dios y le “desafiaron” a actuar.

Pablo, obviamente sabía, lo que las escrituras del Antiguo Testamento decían, y los lectores de esta carta habrían reconocido los eventos a los que aquí se refiere:

·         El vivo deseo de lo malo (Num. 11:4ss)

·         la idolatría (Ex. 32)

·         la fornicación (Num. 25)

Los israelitas tentaban a Dios muy a menudo, pero quizás la referencia que Pablo tenía en mente era Números 21:4-6.  (Ver Números 14 y 16 para ver al queja de los Judíos).

Después partieron del monte de Hor, camino del Mar Rojo, para rodear la tierra de Edom; y se desanimó el pueblo por el camino.

    5 Y habló el pueblo contra Dios y contra Moisés: ¿Por qué nos hiciste subir de Egipto para que muramos en este desierto? Pues no hay pan ni agua, y nuestra alma tiene fastidio de este pan tan liviano.

    6 Y Jehová envió entre el pueblo serpientes ardientes, que mordían al pueblo; y murió mucho pueblo de Israel.

Esta clase de pecado es bastante grave y Dios debe juzgarlo. No solamente algunos de estos rebeldes murieron inmediatamente (1 Cor. 11:29-31), sino que también a los que quedaron, les fue negada la posibilidad de entrar en la tierra prometida. Ellos fueron salvados de la esclavitud de Egipto, pero no tuvieron el privilegio de reclamar su gran herencia.

Pablo no estaba sugiriendo que sus lectores podrían perder su salvación. Sino que Pablo tenía miedo de que alguno de ellos vayan a ser eliminados (1 Cor. 9:27), desaprobados de Dios y sin derecho de recibir alguna recompensa.

Una vez oí de un pastor que tenía una serie de sermones sobre: “Los pecados de los santos”. Un miembro de su iglesia, aparentemente bajo convicción, desaprobaba esa serie de predicaciones y se lo dijo al pastor. “Después de todo” dijo ella – “pecado en la vida de un cristiano es diferente del pecado en la vida de un inconverso”, “Sí, así es” respondió el pastor, “es peor”.

No debemos pensar que por que los Judíos estaban bajo la ley, sus pecados eran peores que los nuestros y que por eso lidiaban con ellos más severamente.

El pecado en la iglesia de estos días, debe ser tomado más que seriamente, porque:

·         tenemos el ejemplo de los que pasó con el pueblo de Israel, y debemos aprender de eso.

·         Y porque también estamos en el fin de los tiempos.

Pecar en contra de la ley es una cosa, y pecar en contra de la gracia es mucho mas serio.


 

Tercera advertencia: Dios puede ayudarnos a superar la tentación, si escuchamos SU Palabra. (vv. 13-22).

Dios nos permite ser tentados porque ÉL sabe cuanto nosotros podemos soportar; y ÉL siempre provee una vía de escape, si nosotros vamos a confiar en ÉL y tomar ventaja de eso.

El creyente que cree que permanecerá firme, puede caer; pero el creyente que huye podrá estar firme. 

Pablo ya les había dicho a sus lectores: “huid de la fornicación” (1 Cor. 6:18).  Y ahora su advertencia es: “Huyan de la idolatría” (1 Cor. 10:14). Y Pablo explica tres razones para huir.

1.       Un ídolo en si mismo es nada, pero puede ser usado por Satanás para llevarnos a pecar. La idolatría es algo demoníaco (Deut. 32:17 – Salmo 106:37-38).

Sentarse a la mesa de un ídolo podría significar comunión (compañerismo – participación) con los demonios. Pablo nuevamente estaba reforzando la doctrina de la separación del pecado (2 Cor. 6:14-7:1).

14 No os unáis en yugo desigual con los incrédulos; porque ¿qué compañerismo tiene la justicia con la injusticia? ¿Y qué comunión la luz con las tinieblas?

15 ¿Y qué concordia Cristo con Belial? ¿O qué parte el creyente con el incrédulo?

16 ¿Y qué acuerdo hay entre el templo de Dios y los ídolos? Porque vosotros sois el templo del Dios viviente, como Dios dijo:
    Habitaré y andaré entre ellos,     Y seré su Dios,     Y ellos serán mi pueblo.

17 Por lo cual,     Salid de en medio de ellos, y apartaos, dice el Señor,
    Y no toquéis lo inmundo;     Y yo os recibiré,

18 Y seré para vosotros por Padre,
    Y vosotros me seréis hijos e hijas, dice el Señor Todopoderoso.

7: 1 Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.

2.        El usa la Cena del Señor como ilustración: “Cuando el creyente participa de la copa y del pan en la mesa del Señor, él está (espiritualmente hablando) teniendo comunión con el cuerpo y la sangre de Cristo”. A través de recordar la muerte de Cristo, el creyente entra en una comunión con el Señor Resucitado.

3.       En 1 Cor 10:18, Pablo apunta al altar del templo y a los sacrificios como otra ilustración de esta verdad. La aplicación es clara: Un creyente no puede participar de la comida del Señor (sacrificio en el AT; y cena en el NT) y de la comida del diablo (a la mesa de un ídolo) sin exponerse a sí mismo al peligro y sin provocar a Dios.

CONCLUSION .¿Somos más fuertes que Dios? (1 Cor. 10:22) está dirigido al cristiano maduro, quien estaba seguro que podía gozar de su libertad en el templo pagano y no ser dañado. Usted puede ser mas fuerte que su hermano débil, dice Pablo; pero definitivamente no es más fuerte que Dios”.  Es peligroso jugar con el pecado y tentar a Dios.

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