Que gran privilegio ser hijo de Dios - la decadencia de una iglesia contaminada

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¡Qué gran privilegio ser hijo de Dios!

La decadencia de una iglesia contaminada

Pasaje:                 Esdras 9:1 – 10:5

Enseñanza:        El pueblo de Israel que vivió en Babilonia, se contaminó tanto que su

discernimiento era nulo y dieron la espalda a Dios al punto que vivían en completa impavidez espiritual. Hoy como iglesia estamos a puertas de ser iguales sino reaccionamos al llamado que Dios nos hace a vivir como una nación santa (linaje santo).

Proposición:      El problema de la nación de Israel y cómo Esdras lo enfrentó. Cómo debe ser

nuestra conducta como iglesia al vivir en un mundo pagano.

1.       El problema de la santidad.

a.       Los lideres pecaban – mezclándose con los paganos.

b.      La gente pecaba – mezclándose con los paganos.

c.       No temían a Dios, ni respetaban su Palabra.

d.      Aceptaban la manera de vivir de los babilonios y la compartían alegremente.

2.       Esdras, como líder.

a.       No condenó al pueblo, ni les predicó, sino que oró por ellos.

b.      Se horrorizó por el pecado de ellos y su falta de discernimiento.

c.       Pidió perdón a Dios y se sintió avergonzado de solo orar e invocar la presencia de Dios.

3.       La gente no teme a Dios.

a.       No temen las palabras de Dios.

b.      No temen las lecciones aprendidas en el pasado.

c.       No escuchan la Palabra de Dios ni buscan hacer su voluntad.

DESARROLLO.

Los líderes de las tribus y hasta los sacerdotes y levitas estaban tomando mujeres extranjeras en matrimonio para casarlas con sus hijos. Hasta algunos de ellos mismo estaban divorciándose de sus esposas judías para tomar mujer extranjera. Malaquias 2:10-16

Las acciones de estos hombres judíos era una violación directa a la ley de Dios en éxodo 34:15-16 y Deut. 7:1-6. 

Pero cuando la gente decide deliberadamente desobedecer la Palabra de Dios, siempre encuentran excusas para defender sus acciones. Quizás ellos podían argumentar; “hay una escases de mujeres judías solteras y necesitamos continuar con el nombre de la familia e incrementar la población”.  En otras palabras, “el fin justifica los medios”, Así ellos echarían la culpa a las mujeres judías solteras que no salieron de Babilonia. Pero, ¿quién de ellos se ofreció para ir a Babilonia y encontrar mujeres para estos solteros?

Dios dio la ley del matrimonio a Israel para proteger a la nación de ser manchados y contaminados. Debido a estos matrimonios mixtos, la “semilla santa” 9:2 (raza NVI) fue contaminada por mujeres extrajeras venidas desde las naciones a las cuales Dios había mandado a los judíos que las destruyesen (Deut. 7:1-6).

Los judíos no fueron llamados una “nación santa” (Ex. 19:5-6) porque eran mejores que nadie, sino porque Dios les había escogido en SU amor y los había apartado para hacer SU voluntad (Deut. 7:7-11). Es a través de Israel que “todas la familias de la tierra serán bendecidas” (Gen 12:3; 28:14), porque a través de los judíos fue que Dios dio al mundo tres maravillosos regalos:

1.       El conocimiento del Dios vivo y verdadero.

2.       La Palabra escrita de Dios.

3.       Y el Salvador Jesucristo.

Si era condenado un judío soltero que se casaba con una mujer extranjera, cuanto más grande seria la culpa de un judío casado que se divorciara de su esposa judía para casarse con una mujer pagana. El profeta Malaquías denunció a los judíos que estaban haciendo esto (Mal. 2:13-16) y les recordó que  Jehová estaba buscando una “semilla santa” (Esdras 9:15).

Esto puede referirse al Mesías prometido como a las futuras generaciones de judíos (Isa. 6:12-13).  ¿Cómo iban los judíos a mantener su nación “santa” si los hombres se casaban fuera de la voluntad de Dios?  Si los mismos lideres de la nación continuaban dando semejante mal ejemplo en contaminarse ellos mismos, ellos mismo contaminarían a la nación. Seguramente tomaría poco tiempo a Israel perder su posición de santidad (ser apartado para propósitos divinos).

Al igual que Salomón  (1 Reyes 11) los hombres comenzarían a adoptar dioses falsos y a practicar los malos hábitos de sus esposas paganas; y en poco tiempo, la verdadera fe sería destruida (Ex. 34:10-16). ¿Cómo iba Dios a mandar el Salvador al mundo a través de una nación que ha contaminado su santidad y ha renegado fe?

Que privilegio del remanente fue tener a Esdras como líder. Le fue dado especial autoridad por el rey mismo (7:25-26), así que uno puede darse cuenta de cuan serio fue para Esdras darse cuenta de lo que estos hombres habían hecho. Dependiendo del pecado, Esdras podía castigar algunos de entre la comunidad, confiscar sus vienes, y hasta ordenar la ejecución de algunos. Pero ante todo Esdras era primeramente un hombre de Dios, que buscó el consejo de Dios para saber qué era lo mejor para SU pueblo. Esdras se identificó con ellos e hizo de sus cargas, su carga. El fue supremamente un hombre de oración.

Él no predicó un sermón, aunque ellos necesitaban que les recuerden la ley de Dios; tampoco buscó inmediatamente a los pecadores y los llamó a confesión y arrepentimiento, aunque era muy importante hacerlo.  Lo primero que Esdras hizo fue entrar en el templo, sentarse en el piso, y expresar su pesar ante la gente y ante Dios. Como si estuviera de luto por un muerto, él rasgó su túnica, y su  manto, y en profunda expresión de dolor, arrancó su cabello y su barba. La gente miró esto y les llegó a lo profundo de su corazón.

Esdras se sintió “angustiado en extremo”. Heb. “Shamem” Desolado, devastado, horrorizado, aturdido, en shock.   ¿Cómo pudieron estos hombres, que eran hijos del pacto, cometer este terrible pecado? Ellos fueron tan maravillosamente ayudados por Dios en que fueron liberados de la esclavitud y se les permitió regresar a su tierra; y ahora se han revelado en contra de Dios quien les ha bendecido tanto; y aun unos de los que hicieron esto eran sacerdotes y levitas quienes obviamente conocían la ley.

Uno de los males de nuestra sociedad hoy es que la gente no se horroriza del pecado y no está dispuesta a hacer algo al respecto.  Líderes políticos flagrantemente quebrantan la ley y no solamente no son castigados sino que son admirados y reelectos en nuevos cargos públicos. Algunas encuestas hechas en Estados Unidos indican que la gente no considera “el carácter” como un factor importante cuando es el momento de elegir lideres. A pesar de todo el ruido que hay con el “avivamiento espiritual”, los “cultos de sanidades y milagros”, las cumbres de “apóstoles, obispos y profetas” y sobre todo de las “mega iglesias”, parece que la gente de Dios ha perdido su función de ser sal y luz del mundo. La sal ha perdido su sabor y principalmente ha perdido su característica de “prevenir la corrupción”; y la luz, se opacado bajo las 4 paredes de los templos. (Mateo 5:13-16).

Durante el tiempo que Esdras estuvo sentado y lamentándose, una multitud se reunió alrededor de él: esta multitud era la gente que “temían las palabras del Dios de Israel” (9:4 – 10:9).  Los judíos temieron grandemente en Sinaí, cuando Dios habló las Palabras (Ex. 19:16; Heb 12:21), pero las nuevas generaciones simplemente dieron por sentado la Palabra de Dios, y no se preocupaban si se obedecía o no.

Muchos cristianos hoy en día están dispuestos a leer la Biblia, estudiarla, subrayarla, hasta defenderla; pero NO TEMEN A DIOS NI BUSCAN OBEDECER LO QUE LA BIBLIA DICE. “…miraré al que es pobre y humilde de espíritu y que tiembla a mi palabra” ISAIAS 66:2b.

Hasta que la gente de Dios muestre respeto por DIOS y SU PALABRA, el Espíritu de Dios no puede trabajar con poder, como ÉL anhela hacer.

A las tres en punto de la tarde, cuando los sacerdotes ofrecían el sacrificio diario de la tarde (Num. 28:1-4) y la gente se reunía a orar (Hechos 3:1; Salmo 55:15; Daniel 6:10) Esdras comenzó a orar y a interceder por su gente. Mientras Esdras oraba y lloraba (10:1) quizás el estaba pensando en la promesa de Dios en 2 Cronicas 7:14 “si se humillare mi pueblo, sobre el cual mi nombre es invocado, y oraren, y buscaren mi rostro, y se convirtieren de sus malos caminos; entonces yo oiré desde los cielos, y perdonaré sus pecados, y sanaré su tierra.”.

Hemos pecado 9:5-7.

Así como Nehemías (Neh. 1:4-10) y Daniel (Dan. 9), Esdras se identifica con el pueblo y sus pecados y ora a Dios y pide perdón por “nuestras iniquidades” y no por “sus iniquidades”. Israel fue una nación comprometida ante Dios, y el pecado de su gente afectaba a todo el pueblo. Por ejemplo, cuando Acán pecó en Jericó, Dios dijo a Josué “Israel ha pecado” (Josue 7:11). El mismo principio se aplica a la iglesia local hoy en día (1 Corintios 5:6-8)  Hasta que el pecado sea enfrentado, toda la asamblea es contaminada.

Como el publicano en la parábola que dijo nuestro Señor, (Lucas 18:9-14), Esdras estaba muy avergonzado para mirar al cielo y orar. La inhabilidad de ruborizarse a causa del pecado es una marca de hipocresía y de una experiencia superficial de espiritualidad (Jer 6:13-15). ¿Ellos se han avergonzado de su terrible conducta?, NO, ni tan siquiera un poco, ni siquiera saben cómo hacerlo. (Jeremías 8:12).

Palabras y acciones que hubieran alarmado a generaciones pasadas hoy son parte del “entretenimiento” de las nuevas generaciones. Cuando una nación convierte el pecado en entretenimiento y se ríe de lo que debería hacernos lamentar, es muestra que necesitamos desesperadamente un avivamiento espiritual genuino.

¿Por qué Esdras estaba avergonzado?, Porque su gente no ha aprendido la lección que todas las pruebas han tratado de enseñarles (Esdras 9:7).  La nueva generación creció en Babilonia, y se acostumbraron a estar rodeados de pecado y maldad, tanto que ahora no son capaces de temer a Dios. Ellos aceptaron como natural la forma pecaminosa de vivir de los de Babilonia, tanto que ahora no solo la aprueban sino que la comparten y se gozan en hacerlo. Esta actitud permisiva, afectó tanto a la nación que cuando llegaron a Jerusalén, su capacidad de obediencia era débil.

Cuando usted lee el mensaje del profeta Malaquias, usted ve cómo los sacerdotes eran caían fácilmente cuando “servían a Dios” en el templo, líderes espirituales mundanos, producirán adoradores mundanos; una iglesia carnal, producirá cristianos carnales y no impactará al mundo ni dará el mensaje que Dios quiere expresar a través de su iglesia.

Mientras que las antiguas generaciones de Judíos pudieron haber aprendido a obedecer a causa de las reprensiones que Dios les envió; las nuevas generaciones no aprendieron la lección que los antiguos les trataban de enseñar.  La historia del desarrollo espiritual de Israel que se resume en 9:7; es prueba viviente que “los privilegios, traen responsabilidades y que se espera más de aquellos a quienes más se ha dado” Lucas 12:48

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