Se avecinan tormentas de perfección - Jesus camina sobre las aguas - Mateo 14 22-36

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Se avecinan tormentas de perfección

La manera de Dios para ayudarnos a crecer en nuestra vida diaria

Pasaje:                 Mateo 14:22-36 y Juan 6:15-21 (pasaje paralelo)

Enseñanza:         Dios quiere una iglesia probada, que le ame y que le sirva, Para ello Dios tiene

tormentas de perfección que nos ayudarán a conocerle más y pasar airosamente por las tormentas de la vida.

Proposición:      5 verdades que nos ayudan a pasar airosos por las tormentas de la vida.

Juan narra la razón por la que Jesús apresuradamente hace que los discípulos entren en la barca y vayan a la otra orilla del lago: “La multitud quería hacer rey a Jesús” (Juan 6:14-15). Jesús sabía que los motivos de la multitud no eran espirituales y que no estaban siendo dirigidos en la voluntad de Dios. Si los discípulos se quedaban, ellos también serían impactados con esas emociones de hacer a Jesús rey, ya que los discípulos no entendían completamente el plan de Cristo. Ellos aun discutían cuál de ellos era el más importante.

Esta experiencia de los discípulos en la tormenta puede animarnos cuando nosotros pasamos por una tormenta en nuestra vida. Cuando nos encontramos en medio de una tormenta, podemos descansar en estas 5 verdades.

1.    Jesús me trajo aquí.

A.      La tormenta vino porque ellos estaban “en” la voluntad de Dios.

o   No como Jonás que estaba fuera de la voluntad de Dios.

o   ¿Jesús sabía que venía una tormenta?  SI. Lo sabía.

o   ¿Jesús envió deliberadamente, a sus discípulos, en medio de una tormenta?  SI, lo hizo.

o   Ellos estaban más a salvo en medio de una tormenta en la voluntad de Dios, que en tierra con una multitud emocionada que quería hacer cosas que no eran la voluntad de Dios.

§  Nunca debemos juzgar nuestra seguridad en base solamente de las circunstancias que nos rodean.

B.      Mientras nosotros leemos la Biblia, encontramos dos clases de tormentas:

o   Tormentas de corrección. Cuando Dios nos disciplina.

§  Jonás estuvo en una tormenta de corrección.

§  Él estuvo en este tipo de tormenta porque desobedeció a Dios, y DIOS tuvo que corregirle.

o   Tormentas de perfección. Cuando Dios nos ayuda a crecer.

§  Los discípulos estuvieron en una tormenta porque ellos obedecieron a Dios, y tenían que ser perfeccionados.

·         Jesús les probó antes. Cuando Jesús estuvo en el bote con ellos (Mateo 8:23-27)

·         Pero ahora los probó, estando Jesús fuera del bote (Mateo 14:22-36)

o   Muchos creyentes tienen la idea incorrecta de que estar “en la voluntad de Dios” es como navegar suavemente. Pero no es así. Jesús dijo (Juan 16:33) En el mundo tendréis aflicciones…..

Cuando nos encontramos en una tormenta porque hemos obedecido a Dios, debemos recordar que EL NOS TRAJO HASTA AQUÍ y ÉL CUIDARÁ DE NOSOTROS Y ÉL NOS ESTÁ AYUDANDO A CRECER.


 

2.    Jesús está intercediendo (orando) por mi.

A.      Toda esta escena es una dramática imagen de la iglesia y el Dios en la actualidad. Los creyentes están en el mar, en medio de una tormenta. Jesucristo ya está en el cielo “intercediendo por nosotros (Romanos 8:34). ÉL vio a los discípulos y sabía de su situación (Marcos 6:48).

a.       Jesús nos ve y conoce nuestras necesidades y trabajos que hemos pasado.

b.      ÉL ve y siente nuestras cargas y sabe por lo que estamos pasando. (Hebreos 4:14-16).

c.       Jesucristo estuvo orando por sus discípulos para que su fe no se desvanezca.

B.      Si usted supiera que Jesús está en el cuarto de alado, orando por usted, ¿no le daría eso más valor y coraje para enfrentar la tormenta y hacer todo cuanto Dios le mande que haga?  Por supuesto que sí.

a.       Dios no está en el cuarto de alado; pero está en el cielo intercediendo por usted.

b.      ÉL ve sus necesidades.

c.       ÉL conoce sus miedos.

d.      Y ÉL está en control de su situación.

3.    Jesús vendrá por mi.

A menudo sentimos que Jesús nos ha dejado y se ha apartado de nosotros, y muchas de las veces que sentimos eso es precisamente cuando estamos atravesando por tiempos duros en nuestra vida.

A.      En los Salmos, David se quejó que Dios se veía muy lejano y despreocupado. Pero David sabía que finalmente Dios le rescataría. Hasta aun el gran apóstol Pablo estuvo en medio de una situación peligrosa en la cual se abrumó hasta perder la esperanza de sobrevivir. (2 Cor. 1:8)

B.      Jesucristo siempre viene en nuestro auxilio cuando estamos en medio de las tormentas de la vida. “Cuando pases por las aguas no te ahogarás, yo estaré contigo… (Isaías 43:2).

C.      Dios puede que no venga en el momento en que pensamos, pero ÉL vendrá. ÉL sabe cuando lo necesitamos y cómo lo necesitamos. ÉL esperó hasta que el bote esté lo suficientemente lejos, de tal manera que ningún esfuerzo humano pueda acreditarse la esperanza o la salvación. Jesús estuvo probando la fe de los discípulos, esto significa que ÉL removió todo esfuerzo humano.

D.      ¿Por qué Jesús caminó sobre el agua? Para mostrar a sus discípulos que cada cosa a la que ellos temían (el mar) era solamente un puente para que Jesús se pueda acercar a ellos.

a.       Usualmente tememos a las experiencias difíciles de la vida (como una operación o un duelo), solamente para descubrir que estas experiencias, nos acercan a Jesucristo cada vez más.

E.       ¿Por qué los discípulos no reconocieron a Jesús? Porque ellos no estaban esperando que Jesús aparezca. Si ellos hubiesen estado esperando con fe, le hubiesen reconocido inmediatamente. En cambio, ellos se sobre exaltaron y prontamente llegaron a una conclusión errónea. Pensaron que era un fantasma.

F.       Temor y FE no pueden vivir en el mismo corazón, ya que el temor siempre enceguece lo ojos ante la presencia de Dios.


 

4.    Jesús me ayudará a crecer.

Este fue todo el propósito de la tormenta, “ayudar a los discípulos a crecer en su fe”. Después de todo, un día Jesús les dejaría solos y ellos tendrían que enfrentar sus propias tormentas en sus ministerios. Ellos tenían que aprender a confiar en ÉL, aunque ÉL no estuviera presente y aunque pareciera que a ÉL no le importa nuestras tormentas.

A.      Ahora el centro de nuestro interés es Pedro.

a.       Antes de criticarlo, por hundirse, démosle el crédito por su magnífica demostración de fe.

b.      Él era diferente. Cualquiera de nosotros pudo haberse sentado allí en el bote y mirar. Pero solo una persona con una FE real, podía salir del bote y caminar sobre las aguas.

c.        ¿Por qué se hundió Pedro? Su fe empezó a decrecer, porque quitó la mirada del Señor y miró a las circunstancias alrededor de él.

d.      ¿Por qué dudaste? (Mateo 14:31) Del gr. distazzo (dis=doble; stasis=de pie). Esta palabra adquiere un sentido de “permanecer de pie vacilante ante dos caminos”. Pedro empezó preguntando a Jesús con una gran fe, pero terminó con una fe débil, porque él miró dos caminos en lugar de uno solo.

e.      Tenemos que reconocer que Pedro pudo darse cuenta de que se estaba hundiendo y pidió ayuda al Señor.  El pidió ayuda cuando “comenzaba a hundirse”, no cuando se estaba ahogando.

                                                                   i.      Quizás este incidente vino a la mente de Pedro cuando escribió su primera epístola (1 Ped. 3:12) diciendo: “los ojos del Señor están sobre los justos y sus oídos atentos a sus oraciones”.

f.        Esta experiencia fue difícil para Pedro, pero le ayudó a crecer en su conocimiento de sí mismo y del Señor.

                                                                   i.      Las tormentas de la vida no son fáciles, pero son necesarias. Nos enseñan a confiar en Jesucristo solamente y a obedecer su Palabra sin importar las circunstancias.

                                                                  ii.      Es bien dicho: “Fe no es creer a pesar de las circunstancias, es obedecer a pesar de las consecuencias”.


 

5.    Jesús me verá empezar y terminar las tormentas.

A.      Si Jesucristo dice: “VEN”; entonces esta palabra va tener el cumplimiento de su propósito. Siendo que Jesús es “el autor y consumador de la FE” (Heb. 12:2) lo que sea que ÉL empiece, ÉL lo completará.

B.      Nosotros podemos fallar en medio del camino, pero Dios siempre tendrá éxito al final. Jesús y Pedro caminaron juntos sobre el agua y regresaron al bote.

C.      La experiencia de Pedro también fue una bendición para los otros discípulos, como para el mismo Pedro.  Cuando ellos vieron el poder de Jesucristo, en calmar la tempestad (Mateo 8:23-27), ellos no podían hacer más que adorarle.

D.      Cuando Jesucristo calmó la tempestad la primera vez en Mateo 8:23-27, los discípulos dijeron: ¿qué hombre es éste? Pero ahora solamente podían decir: “Verdaderamente eres el Hijo de Dios”.

E.       Los discípulos tuvieron que ayudar a alimentar a 5000 personas, y enseguida Dios les permitió pasar por una tormenta. En Hechos, ellos ganaron 5000 personas (Hechos 4:4) y luego la tormenta de la persecución empezó. Sin lugar a dudas Pedro y los otros discípulos trajeron a la memoria esta tormenta con Jesús y tomaron valor para seguir adelante.

F.       Este milagro magnifica el reinado de Cristo. De hecho, cuando Pedro habló a Jesús dijo: “manda que yo vaya a ti sobre las aguas”, usó la palabra “ordena” o “da la orden” Esta palabra tiene el contexto de la orden explicita de un edicto del rey. Pedro sabía que Jesucristo era el Rey sobre toda la creación de la naturaleza incluyendo el viento y las olas. Su Palabra es ley y los elementos deben obedecerlo.

G.     El bote llegó a Genesaret, cerca de Capernaum y Betzaida; y allí Jesús sanó a muchos enfermos.

a.       ¿Esta gente sabía que Jesús venía de una tormenta en su vida para satisfacer las necesidades de la gente? NO.

b.      Recordamos nosotros que ÉL enfrentó la tormenta del juicio de los hombres para salvar nuestras almas.

c.       ÉL enfrentó la tormenta de ser enjuiciado por los hombres, para que nosotros nunca enfrentemos el juicio de Dios.  El diseñó la tormenta para nosotros, para que nunca tengamos que enfrentar el justo juicio de Dios.

d.      Debemos imitar a los discípulos, se postraron a sus pies y le adoraron reconociendo a Jesús como el Rey de reyes y el Señor de señores.

CONCLUSIONES:

Tengamos la plena seguridad y confianza cuando enfrentemos una tormenta de perfección, de esas que Dios ha diseñado para crecer. Si haciendo la voluntad de Dios entramos en una tormenta, busquemos el propósito de Dios en ella y crezcamos.

No olvidemos que Jesús nos ve, nos conoce y siente nuestras aflicciones; y en sus oraciones, Jesús intercede por nosotros.

Busquemos a Dios en medio de la tormenta y estemos atentos para verle cuando aparezca. No temamos ya que esta tormenta me acerca a Jesús. Tengamos fe de que Jesús viene a mi rescate y viene pronto a reinar.

Empecemos a vivir como Dios quiere. Empecemos cualquier proyecto con una fe real y sigamos con esa misma fe. Demos el primer paso y sigamos caminando por fe, no vacilantes. Tengamos fe en el Señor y no tengamos miedo de las consecuencias.

Si Jesús dice “ven”, caminemos con Jesús, así llegaremos a un final seguro y victorioso. También aprenderemos a confiar solo en ÉL y no a descansar en nuestras habilidades. Démosle la alabanza y el crédito sólo a Dios.

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