Serie LA DUDA - 4 En el AT la dura era rechazar las ordenes de Dios - La toma de Jericó - Cuando obedecemos DIos se compla

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Serie: LA DUDA – En el AT, la duda era rechazar la Palabra de Dios.

La toma de Jericó

Dios se complace con nuestra obediencia – Una lección de cómo obedecer en nuestros días

No fue su ejército ni sus gritos, fue Dios complacido de su obediencia.

Josué 6 – La toma de Jericó.

“No se es más que un pobre soldado de Cristo si se cree que se puede vencer sin luchar, y suponer que se obtendrá la corona, sin haber pasado por el conflicto”

Juan Crisóstomo (347 d.C. – 407 d.C.) – Predicador Sirio y mártir.

Juan Crisóstomo dijo esto, y estaba en lo correcto; porque la vida cristiana involucra desafíos y conflicto, nos guste o no. Nuestros enemigos nos están ganando la guerra constantemente, y tratan de evitar que obtengamos nuestra herencia en Cristo Jesús. El mundo, la carne y el diablo (Efesios 2:1-3) se unen contra Cristo y su pueblo, así como las naciones se unieron en Canaán, contra Josué y los judíos.

Es una pena que muchos de los himnos cristianos que son a ritmo de marcha militar, han sido removidos de nuestras iglesias, aparentemente porque la idea de “guerra” molesta a algunas personas y piensan que contradice la obra y las palabras de Jesús. Pero estos nuevos músicos con tijeras, parecen haber olvidado que el tema principal de la Biblia es la Guerra Santa de Dios en contra del demonio y de sus huestes y del pecado. En Génesis 3:15, Dios declaró la guerra a Satanás, y un día también mostrará la victoria cuando Jesucristo vuelva en gloria y majestad, como conquistador para establecer su reino (Apo. 19:11-21). Si se elimina la idea de la milicia de la vida cristiana, entonces también debemos eliminar la cruz, ya que fue en la cruz que Jesús ganó la victoria sobre el pecado y sobre Satanás (Col. 2:13-15).

Muchos cristianos cultivan solamente un énfasis sentimental de “paz y buena voluntad” e ignoran la batalla espiritual contra el pecado; esto significa que ellos ya han perdido la victoria y están trabajando para el enemigo. Nunca debemos olvidar la alerta de Pablo sobre lobos salvajes que están listo para destruir el rebaño (Hechos 20:28-29).

La guerra del cristiano no es contra sangre y carne, sino contra enemigos espirituales (Efesios 6:10-18); y las armas que usamos también son espirituales (2 Corintios 10:3-6). Satán y sus demonios usan personas para oponerse y atacar la iglesia de Dios, y si no estamos del lado de Cristo, ya hemos perdido la batalla. En el batallón de Jesucristo no puede haber “neutralidad”, “El que no está conmigo, está contra mi” (Mateo 12:30) Jesús dijo esto en medio de un contexto de guerra espiritual (Mateo 12:24-30).  Desde que el apóstol Pablo usa la figura militar para describir la vida cristiana, no debemos ni siquiera osar olvidar este tema (Efe. 6:10ss; 2 Tim. 2:1-4; Rom. 13:12; 1 Tes. 5:8)

La victoria de Israel en Jericó nos muestra tres principios del conflicto espiritual y la victoria aplicables a nuestras vidas en la actualidad, sin importar qué desafíos a los que estemos llamados a enfrentar.


 

1.   ANTES DEL DESAFIO: Recuerde que usted lucha con la victoria, no por la victoria. (Josué 6:1-5)

La posición de los creyentes en las filas sobre el campo de guerra está garantizada ya que Jesucristo derrotó a cada enemigo espiritual (Juan 12:31).

·         Jesucristo venció a satanás no solamente en el desierto (Mateo 4:1-11)

·         También lo venció tempranamente en su ministerio público. (Mateo 12:22-29)

·         En la cruz (Col. 2:12-15)

·         En su resurrección y su ascensión. (Efesios 1:19-23)

Tanto como Jesucristo intercede por nosotros en el cielo, así también nos ayuda a madurar y a cumplir SU voluntad (Hebreos 13:20-21). Así que ¿si Dios es por nosotros, quién contra nosotros? Romanos 8:31.

CONCIDERE LOS FACTORES QUE INVOLUCRA LA VICTORIA DE JOSUÉ.

1)      El Temor de Dios (Josué 6:1)

a.       La tierra de Canaán fue dividida en “ciudades estados”, cada una gobernada por un rey (12:9-24), no eran grandes ciudades.

b.      Excavaciones de Jericó indican que la ciudad era de aproximadamente unas 4 Hectáreas aprox., y era protegida por dos paredes altas que estaban a unos 3 metros de separación y rodeaban la ciudad.

c.       Era la estructura de ciudades amuralladas como Jericó que convenció a 10 de los 12 espías Judíos de que Israel nunca podrían entrar y conquistar Jericó. (Números 13:28).

d.      Pero las noticias del éxodo de Israel de Egipto y sus recientes victorias a este del Jordán ya se habían esparcido por Canaán y habían puesto a la gente en pánico (Jos. 2:9-11).

e.      Éxodo 23:27 – “Yo enviaré mi terror delante de ti, y consternaré a todo pueblo donde entres, y te daré la cerviz de todos tus enemigos.”.

¿La sociedad hoy día teme lo que el pueblo de Dios puede hacer?, Probablemente no, y es porque la iglesia no ha hecho mucho para mostrar el poder de Dios a un mundo escéptico. La Iglesia ya no es “Imponente como ejércitos en orden para la batalla” Cantares 4:6y10. De hecho la iglesia es tan parecida al mundo, que el mundo ni se da cuenta de que la iglesia está aun aquí. Imitamos los métodos del mundo, gustamos de los mismos gustos del mundo, solicitamos la aprobación del mundo, y medimos lo que hacemos bajo los estándares del mundo. ¿Será por algo que el mundo ya no nos teme ni nos respeta?

Pero no fue así con Josué y con Israel. Ellos fueron un pueblo conquistador, que no transaba con el enemigo sino que confiaba en Dios, que les daría la victoria. Había algo en la marcha de triunfo de aquella gente, que ponía el temor de Dios en el corazón del enemigo.

2)      La promesa del Señor. (Jos. 6:2)

·         Es posible que Dios le haya dicho estas palabras a Josué cuando le confortó en Jericó (Josué 5:13-15).

·         “Yo he entregado en tu mano a Jericó” (Jos. 6:2) – el tiempo del verbo es importante. La victoria ya ha sido ganada. Todo lo que tenía que hacer Josué y su gente era reclamar la promesa de Dios y obedecer a Dios.

·         Los cristianos victoriosos son aquellos que conocen las promesas de Dios, porque usan su tiempo en meditar en la palabra de Dios. (Jos. 1:8). Esos cristianos creen en las promesas de Dios porque la Palabra de Dios genera fe en sus corazones (Romanos 10:17); y ellos cuentan con estas promesas y obedecen lo que Dios les dice que hagan. “Contar” significa reconocer/considerar como verdadero en la vida, lo que Dios dice acerca de cada uno en SU Palabra.

“Confiad en mi” les dijo Jesús a sus discípulos; “Yo he vencido al mundo” (Juan 16:33). “Y los que son de Cristo, han crucificado su carne con sus pasiones y deseos” (Gal. 5:24). “Ahora es el juicio de este mundo; ahora el príncipe de este mundo será echado fuera” (Juan 12:31). Cristo ha conquistado al mundo, la carne y el diablo, y si vamos a “contar” con esta verdad podemos conquistar a través de Cristo. ¿Se puede creer en una promesa y aun así no contar con ella y obedecer a Dios?

Creer en una promesa es como aceptar un cheque, pero “contar con una promesa” es como endosar el cheque y cobrarlo.

·         "The wall of the city shall fall down!" (Josh 6:5) was God's promise, and His promises never fail (21:45; 23:14). God's people don't simply fight for victory but from victory, because the Lord has already won the battle. Reckon on His promises and obey what He tells you to do, and you shall have the victory. 

3)      Las instrucciones del Señor. (Josué 6:3-5). “Josué no tomó la tierra por una mera táctica humana o militar; la estrategia fue del Señor. (Francis A. Schaeffer)”.

a.       Ninguna situación es muy grande para que Dios la maneje, y ningún problema es difícil para que Dios no lo resuelva.

b.      Cuando Jesús vio más de 5.000 personas hambrientas frente a él, Jesús le preguntó a Felipe “¿dónde compraremos pan, para que estos coman? Pero en Juan 6:6 dice que Jesús le preguntó para probar a Felipe, ya que Dios siempre sabe lo que va a hacer. Nuestra responsabilidad es esperar a que ÉL nos diga todo lo que necesitamos saber y luego obedecerlo.

c.       Hudson Taylor dijo tres diferentes formas de servir a Dios:

                                                               i.      Hacer el mejor plan que podemos hacer y esperar que de resultado.

                                                             ii.      Hacer nuestro propio plan y pedir a Dios que lo bendiga. O.

                                                            iii.      Pedir a Dios que nos diga su propio plan y luego hacer lo que ÉL dice que hagamos.

d.      Eso fue lo que Josué hizo, recibió las órdenes de Dios, y por eso Israel tuvo éxito.

Los planes de Dios para conquistar Jericó parecían inútiles, pero funcionaron a la perfección. La sabiduría de Dios es mucho más alta que la nuestra; y a Dios le gusta usar personas y planes que, al mundo, le parecen inútiles. Así que podía ser Josué con trompetas, Gedeón con antorchas y cántaros, o David con piedras; A Dios disfruta usar debilidades que parecen inútiles para derrotar al enemigo y así glorificar SU nombre.  “Porque los ojos de Jehová contemplan toda la tierra, para mostrar su poder a favor de los que tienen corazón perfecto para con él”. 2 Cronicas 16:9.

God's instructions were that the armed men march around Jericho once a day for six days, followed by seven priests each blowing a trumpet. The priests carrying the Ark of the Lord would come next, and the rear guard would complete the procession. The only noise permitted was the sound of the trumpets. On the seventh day the procession would march around the city seven times, the priests would give a long blast on the trumpets, and then the marchers would all shout. God would then cause the walls to fall down flat so that the soldiers could easily enter the city. In this plan the emphasis is on the number seven: seven priests, seven trumpets, seven days of marching, and seven circuits of the city on the seventh day. The number seven is written clearly into the life of Israel: The Sabbath celebrated on the seventh day of the week; seven weeks from Passover is Pentecost; the seventh year is the Sabbatical Year; and after forty-nine years (seven times seven) comes the Year of Jubilee. Three of Israel's feasts fall in the seventh month: the Feast of Trumpets, the Day of Atonement (Lev 16), and the Feast of Tabernacles. (For details about this remarkable calendar, see Lev 23.)

In biblical numerology the number seven represents completeness or perfection. The Hebrew word translated "seven" (‎shevah‎) comes from a root that means "to be full, to be satisfied." When God finished His work of creation, He rested on the seventh day and sanctified it (Gen 2:3); and this helped give the number seven its sacred significance. The Jews noted that there were seven promises in God's covenant with Abraham (12:1-3) and seven branches on the candlestick in the tabernacle (Ex 37:17-24). Anything involving the number seven was especially sacred to them. It spoke of God's ability to finish whatever He started.

The Jews used two different kinds of trumpets, those made of silver and those made of ram's horns. The silver trumpets were used especially by the priests to signal the camp when something important was happening (Num 10). The ram's horns were used primarily for celebrations.

The common Hebrew word for "trumpet" is ‎shofar‎; for "ram's horn," it is ‎jobel‎, which is the root of the word jubilee. The "Year of Jubilee" was the fiftieth year after seven Sabbaticals, and was a special time of celebration in Israel (Lev 25; 27:12-14). The priests blew the ram's horns to "proclaim liberty throughout all the land" (25; 10).

The priests didn't use the silver trumpets in this event because Israel was not declaring war on Jericho, for there was no war! The Jews were announcing the arrival of the "Year of Jubilee" for Israel in their new land.

·         God's people today can march in triumphal procession because of the victory of Jesus Christ over all the enemies of God (Rom 8:37; 2 Cor 2:14; Col 2:15). We should be living like victors, not victims.


 

2.DURANTE EL DESAFIO: Recuerde que usted vence al enemigo a través de la FE. (Josué 6:6-16,20)

“Por fe los muros de Jericó cayeron, después de que fueron rodeados siete días” (Heb. 11:30); “esta es la victoria que vence al mundo, nuestra fe”. 1 Juan 5:4.

Fe no es creer a pesar de las evidencias, porque la gente de Israel fue provista con una demostración tras otra, del Poder de Dios y de la Palabra fiel de Dios.

·         Dios les había abierto el mar rojo y destruido al ejército enemigo.

·         Dios había cuidado de toda la nación en el desierto.

·         Dios había derrotado a grandes reyes y les había sus tierras a los de Israel.

·         Dios había abierto el rio Jordán y el pueblo entero entró sana y salva a la tierra prometida.

·         ¿Cómo ellos podían hacer otra cosa, más que sólo creer en Dios?

Fue importante que el Arca de Dios estuviera en su lugar. Primero instruyó a los sacerdotes. Ya que el tener el Arca en su correspondiente sitio, representaba la presencia de Dios en medio de su pueblo. Cuando Israel cruzó el rio, el relato bíblico menciona el Arca 16 veces (Josué 3 y 4), y aquí en 6:6-15 el Arca es mencionada 8 veces.  Israel podía marchar, los sacerdotes tocar los cuernos hasta que todos ellos estuvieran cansados; pero si Dios no hubiese estado con ellos, no hubiese habido victoria. Cuando aceptamos el plan de Dios, invitamos a Dios mismo a estar presente en nuestra batalla, y eso garantiza la victoria. (Ver. Éxodo 33:12-17).

Luego Josué instruyó a los soldados. Probablemente no enlistó a todo el ejército para este evento importante; ya que eso hubiera involucrado a demasiadas personas. De acuerdo al censo militar de Números 26, había sobre los 600.000 hombres dispuestos para la batalla.  Piense en lo difícil y largo de la tarea de llevar tanta gente en marcha alrededor de los muros de la ciudad. Y cuando las murallas cayeron, Josué seguramente no necesitaría cientos de miles de soldados para conquistar la ciudad y a toda la población de Jericó. Los hombres habrían caído el uno encima del otro.

Sobre los 2 millones de personas constituían la nación de Israel, y marchar todos ellos alrededor de la ciudad de Jericó habría sido complicado y peligroso. Sin duda la gente miraba en silencio desde cierta distancia y luego participaría en el gran grito el séptimo día. Fue una victoria para Israel y para el Dios de Israel y no solamente para los sacerdotes y los soldados.

Es importante que los líderes reciban las órdenes del Señor, y que aquellos que les sigan obedecieran sus instrucciones. Así como con el cruce del Rio Jordán, también la conquista de Jericó fue un milagro de fe. Josué y su gente escucharon las órdenes de Dios, las creyeron, y obedecieron; y Dios hizo el resto. Cuando el pueblo de Dios se revela ante el liderazgo espiritual, así como Israel lo hizo en el desierto, eso conlleva a la disciplina y a la derrota.

Las actividades de esa semana fueron una prueba de la paciencia y de la fe del pueblo.

·         Sin duda algunos de ellos estaban ansiosos de iniciar la conquista, así ellos podían reclamar la herencia y disfrutar del resto que Dios había prometido (Josué 1:13).

·         Para algunos habría parecido un precioso tiempo perdido el tomar una semana en hacer todo eso para conquistar la ciudad.

·         Impaciencia fue una de los pecados básicos de Israel, y Dios les estaba ayudando a aprender paciencia y obediencia;  ya que es por fe y paciencia que el pueblo de Dios hereda lo que ÉL ha prometido (Hebreos 6:12). Dios nunca está apurado. ÉL sabe lo que está haciendo, y su tiempo nunca es demasiado tarde.

El mandato divino del silencio fue una prueba de su auto control.  Si el horario de la semana fue una prueba para su paciencia, el silencio fue una prueba de su auto control.

·         Personas que no pueden controlar su lengua, no pueden controlar su cuerpo (Santiago 3:1-2)

·         ¿Qué tan buenos son los soldados cuyos cuerpos no son disciplinados?

·         “Estad quietos y conoced que yo soy Dios” (Salmo 46:10).

·         En la vida cristiana “hay momentos de guardar silencio y momentos de hablar” (Ecle. 3:7); y es sabio el hijo de Dios que conoce la diferencia. Nuestro Señor es el ejemplo perfecto de esto. (Isa3:7; Mat. 26:62-63; 27:14; Lucas 23:9).

El pueblo creció de acuerdo a su desafío. Se agrandaron.

How did the people in the city of Jericho respond to this daily procession around the city? It's likely that the march on the first day frightened them, for they probably expected the army to raise a siege against the city. But the Jews neither built ramps against the walls nor did they try to batter down the gates. When the marchers returned to camp after making only one circuit of the walls, the citizens must have felt greatly relieved. However, as the march was repeated day after day, tension must have grown in the city as the people wondered what would happen next. They knew that the God of Israel was a "great God of wonders," whose power had defeated Egypt and the kings east of the Jordan. What would Jehovah now do to Jericho?

When the procession went around the walls seven times on the seventh day, the tension within the city must have increased to frightening proportions. Then came the blast of the trumpets and the victory shout of the people, and the walls fell down flat! All that the soldiers had to do was rush into the city and take over.

The Holy Spirit directed the writer of the Epistle to the Hebrews to use this event as one of the "by faith" examples in Heb 11. The fall of Jericho is an encouragement to God's people to trust the Lord's promises and obey His instructions, no matter how impossible the situation may appear to be.

·         You and I may not capture a city as Joshua did, but in our everyday lives we face enemies and high walls that challenge us.

·         The only way to grow in faith is to accept new challenges and trust God to give you victory.

·         Phillips Brooks said: "Do not pray for easy lives, pray to be better men and women. Do not pray for tasks equal to your powers; pray for power equal to your tasks."


 

3.    DESPUES DE LA VICTORIA: Recuerde obedecer los mandamientos de Dios y darle so a ÉL la gloria. (Josué 6:17-19, 21-27)

Andrew Bonar´s un consejero sabio dijo: “Seamos tan vigilantes después de la victoria, como lo fuimos antes de la batalla”.  Ya que un soldado no escuchó esta advertencia, el siguiente desafío de Israel en Canaán terminó en una humillante derrota. Josué dio a los soldados cuatro instrucciones para obedecer después de que ellos tomaran la ciudad.

1)      Dediquen toda la ciudad a Dios (6:17-19)

Esto significa que todo era dedicado a Dios: la gente, las casas, los animales y todos los despojos de la guerra, paraqué Dios haga con aquello lo que ÉL quisiera.  En esta primera victoria en Canaán Jericó fue presentado a Dios como “los primeros frutos” o “las primicias” de las victorias venideras. Comúnmente los soldados compartían los despojos de guerra (Deut. 20:14), pero no así en Jericó; porque todo le pertenecía a Dios y era para ser puesto en su tesoro (Deut. 13:16; 1 Reyes 7:51). Fue este mandamiento que Acán no obedeció y su desobediencia le trajo luego a Israel la derrota y la desgracia, y a Acán le acarreó muerte a él y a toda su familia.

2)      Rescaten a Rahab y su familia (6:22-23,25-26)

Cuando las murallas de la ciudad cayeron, parece que la sección de la muralla que daba justo en la casa de Rahab no cayó (2:15). No fue necesario para los espías buscar una ventana con un cordón rojo colgando de ella. (2:18-19), ya que la única casa que fue preservada fue la casa de Rahab y su familia. Cuando los espías hicieron su pacto con Rahab, ellos no sabían exactamente cómo Dios iba a hacer para darles la ciudad.

Dios salvó y protegió a Rahab a causa de su fe (Hebreos 11:31), y porque ella guió a su familia a confiar en Dios, ellos también fueron salvados

·         Like Jericho of old, our present world is under the judgment of God (John 3:18-21; Rom 3:10-19); and His judgment will eventually fall. No matter what "walls" and "gates" this present evil world will try to hide behind, God's wrath will eventually meet them. God has given this lost world plenty of evidence so that sinners can believe and be saved (Josh 2:8-13; Rom 1:18ff). The tragedy is, lost sinners willingly reject the evidence and continue in their sins John 12:35-41).

3)      Destruyan a la gente (6:21).

A mucha gente le cuesta entender y aceptar que Dios haya mandado que todo ser viviente en Jericó sea destruido, muerto. ¿no es nuestro Dios un Dios de misericordia? Después de todo, es una cosa para los Judíos matar a los soldados enemigos, pero no es igual matar a mujeres, niños, ancianos y hasta animales?

Para empezar, este mandato no era una novedad. Dios le había dado el mismo mandato a Moisés, años atrás, en la divina ley de la guerra, Deuteronomio 20, Dios hizo una distinción entre atacar a ciudades que estaban alejadas y ciudades en la tierra de Canaán donde Israel viviría. Antes de sitiar una ciudad lejana, los Judíos debían dar a la ciudad la oportunidad de paz; y la ciudad se rendía, los Judíos debía evitar al pueblo y someterlos. Pero las gentes en las ciudades en la tierra de Canaán debían ser destruidas y sus ciudades quemadas.

¿Por qué?, por una razón, la civilización en Canaán era indescriptiblemente malvados; y Dios no quería que su gente santa sea contaminada por sus vecinos. (Josué 7:1-11), nunca debemos olvidar que Dios puso a Israel en el mundo para ser el canal de SUS bendiciones (Gen. 12:1-3), lo cual, entre otras cosas involucra, la escritura de SU PALABRA, y la venida del SALVADOR. Lea el Antiguo Testamento, y verá a satán haciendo lo imposible para contaminar a la nación de Israel y para evitar el nacimiento del Mesías. Cuando los hombres israelitas se casaban con mujeres paganas y comenzaban a adorar a dioses paganos, era una amenaza para los propósitos que Dios tenía para sus elegidos (Nehemías 13:23-32). Dios quería una “simiente santa” (Mal. 2:14-15), para que su Santo Hijo pudiera venir a ser el salvador del mundo.

“Dios está perpetuamente en guerra con el pecado”, dijo G. Campbell Morgan. “Esta es toda la explicación de exterminación de los Cananeos”. Porque los Judíos nunca obedecieron por completo todos los mandamientos en los años subsiguientes, fueron merecedores de derrotas y de castigos (Salmo 106:34-48). El libro de Jueces no estaría en la Biblia si la nación de Israel hubiera recordado obedecer a Dios. (Jueces 2:11-23).

Hay una segunda consideración: La gente en la tierra ha tenido muchas oportunidades de arrepentirse y volverse a Dios, así como Rahab y su familia lo hizo. Dios pacientemente sufrió la maldad de los Cananeos desde el tiempo de Abraham (Gn. 15:16) hasta el tiempo de Moisés, un periodo de más de 400 años. (2 Pedro 3:9). Desde el éxodo hasta el cruce del rio Jordán, 40 años en la historia de Israel, y los cananeos sabían lo que estaba ocurriendo (Josué 2:8:13) Cada milagro que Dios hizo, y cada victoria que Dios dio a su gente, atestiguaban a la gente en aquella tierra, pero ellos prefirieron seguir en sus pecados y rechazar la misericordia de Dios. Nunca piense en los cananeos como desamparados e ignorantes, personas que no sabían la verdad de Dios. Ellos fueron decidida y abiertamente pecadores contra la luz de Dios.

También debemos tener en mente que estos eventos históricos fueron escritos “para nuestro aprendizaje” (Romanos 15:4) mientras buscamos en la biblia cómo vivir para Dios hoy. En la destrucción de Jericó y de su población Dios nos está diciendo que “ÉL no tolerará transar con el pecado en la vida de su pueblo”. Citando a Campbell Morgan nuevamente: “Gracias a Dios que no negociará la paz con el pecado en mi corazón, yo bendigo SU nombre por la grandeza de su poder, y por la profunda convicción de que ÉL es feroz y furioso en su ira contra el pecado, donde sea que éste se manifieste”.

4)      Quemen la ciudad. (6:24).

Dios es fuego consumidor”, fue dicho por Moisés en Deut. 4:24, mucho antes de que sea citado por el Espíritu Santo en Hebreos 12:29.

Moisés estaba advirtiendo a los judíos contra la idolatría y contra los peligros de seguir las prácticas religiosas de los cananeos. Moisés también dijo una frase que no es citada en Hebreos, pero que es importante que nosotros sepamos: “Dios celoso”. Dios es celoso con su gente y no permitirá que ellos dividan su amor y servicio entre Dios y los falsos dioses de este mundo. (Ex.20:5; 34:14), no podemos servir a dos señores.

Jericó era una ciudad malévola, y el pecado es bencina para la ira santa de Dios. Jesús comparó el infierno con un horno de fuego, fuego que es eterno (Mat. 25:41-46); y Juan lo comparó con un lago de fuego (Apo. 19:20; 20:10-14). Juan El Bautista describe el juicio de Dios como “Fuego que nunca se apaga” (Mat. 3:12). La quema de Jericó, como la destrucción de Sodoma y Gomorra (Judas 7) es una figura del juicio de Dios que caerá sobre todos los que le rechazan la verdad.

5)      Ciudad con una maldición. (6:26)

Aun después de que la ciudad fue quemada, Josué puso una maldición sobre Jericó (6:26), esto debía advertir a cualquiera de los Judíos y a los parientes de Rahab, quienes podrían haber siquiera pensado en reconstruir la ciudad que Dios había destruido. La maldición fue luego cumplida en los días del malvado rey Acab (1 Reyes 16:34).

Así como Dios prometió, Dios estuvo con Josué (Josué 1:5-9); y Dios magnificó el nombre de Josué en la tierra (v.27; 3:7; 4:14). Los siervos de Dios nunca se deben magnificar a sí mismos; y si Dios los magnifica, deben ser cuidadosos para dar a Dios toda la gloria. Es cuando somos fuertes que nos confiamos y olvidamos confiar en Dios. (2 Cronicas 26:15).

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