Una pareja conforme al corazón de Dios

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¿Cuál es nuestra concepto del matrimonio?
La realidad es que cada vez hay más personas que manifiestan una actitud negativa hacia el matrimonio. Hoy es más fácil divorciarte que casarte por bienes mancomunados.
Lo triste es que el plan de Dios era que la unión entre un hombre y una mujer fuera la causa de la mayor felicidad que puede experimentar el ser humano. El matrimonio es un lugar de plenitud. Y si tu no te sientes pleno en tu matrimonio es porque algo no anda bien.
Pensémoslo bien, el problema no es el matrimonio, sino de los que nos hemos casado y no hemos logrado cumplir el propósito de Dios para esta unión.
El problema no esta en la institución divina del matrimonio, sino en el esposo y la esposa que han sido malos compañeros, cuando se trata de la relación matrimonial.
¿Qué pasaría si en lugar de decepcionarnos del matrimonio, nos comprometiéramos a fondo con él?
Si como esposos nos comprometiéramos de todo corazón, haríamos sacrificios y todo lo que fuera necesario para mantener nuestra relación saludable, satisfactoria y sobretodo en continuo crecimiento.
Muchos deseamos un buen matrimonio, pero a veces no queremos esforzarnos para convertirnos en el mejor cónyuge posible, o ni siquiera para trabajar en los problemas de la vida a medida que van apareciendo.
Es más fácil (o al menos eso creemos) conseguirse una nueva pareja y volver a empezar; o simplemente hacer el mínimo esfuerzo necesario para que su matrimonio solo sobreviva.
El día de hoy me encuentro frente a una pareja que estoy seguro, quiere trabajar en mejorar su matrimonio. ¿Cómo lo se?
Han hecho un compromiso de seguir a Dios ¡juntos!; y por lo tanto cosechar una vida de bendiciones que indudablemente Él les tiene reservadas.
Hoy nos encontramos reunidos para celebrar juntos la unión de David y Daniela, una unión que debe comenzar con un compromiso.
Ambos deben comprometerse a construir juntos un matrimonio duradero. Sobra decir que no hay matrimonio perfecto, pero se que ustedes con Dios de la mano, pueden progresar hacia la meta de convertirse en una pareja conforme al corazón de Dios.
Cuidar y proteger el matrimonio es importante porque es la piedra angular de la familia, es el fundamento de nuestra civilización (o por lo menos así debería serlo).
Una sociedad que no honra ni protege el matrimonio está debilitando su existencia. Es por eso, que hoy más que nunca nuestra sociedad se encuentra debilitada.
Por eso hoy ustedes como esposo y esposa deben considerar seriamente el mandato de Jesús en
Matthew 19:4–6 NTV
4 Jesús respondió: —¿No han leído las Escrituras? Allí está escrito que, desde el principio, “Dios los hizo hombre y mujer” 5 —agregó—: “Esto explica por qué el hombre deja a su padre y a su madre, y se une a su esposa, y los dos se convierten en uno solo”. 6 Como ya no son dos sino uno, que nadie separe lo que Dios ha unido.
El designio de Dios para el matrimonio ha sido siempre un hombre y una mujer, juntos, para el resto de sus vidas.
Este es el propósito de Dios, por una buena razón: UNA RELACIÓN MATRIMONIAL FUERTE E INTIMA ES UNA FUENTE PERPETUA DE GOZO Y DE BENDICIÓN PARA LA PAREJA Y PARA TODOS LOS QUE LOS QUE LA RODEAN.
Con eso en mente quiero que leamos lo que Dios dice acerca de nuestras responsabilidades en el matrimonio en
Ephesians 5:22–28 NTV
22 Para las esposas, eso significa: sométase cada una a su marido como al Señor, 23 porque el marido es la cabeza de su esposa como Cristo es cabeza de la iglesia. Él es el Salvador de su cuerpo, que es la iglesia. 24 Así como la iglesia se somete a Cristo, de igual manera la esposa debe someterse en todo a su marido. 25 Para los maridos, eso significa: ame cada uno a su esposa tal como Cristo amó a la iglesia. Él entregó su vida por ella 26 a fin de hacerla santa y limpia al lavarla mediante la purificación de la palabra de Dios. 27 Lo hizo para presentársela a sí mismo como una iglesia gloriosa, sin mancha ni arruga ni ningún otro defecto. Será, en cambio, santa e intachable. 28 De la misma manera, el marido debe amar a su esposa como ama a su propio cuerpo. Pues un hombre que ama a su esposa en realidad demuestra que se ama a sí mismo.
Analicemos lo que acabamos de leer, encontramos 2 responsables y 2 responsabilidades.
En el matrimonio tanto el hombre como la mujer son igualmente responsables del funcionamiento.
A cada uno se le asigna una responsabilidad de acuerdo con sus necesidades y a su diseño.
¿Por qué es importante conocer esto? Si no conocemos el propósito de algo, muy probablemente lo vamos a mal usar o abusar de ese algo.
Eso es lo que esta pasando en los matrimonios. Es más, este mismo texto es sacado de contexto para darle el significado incorrecto de sumisión por parte de la mujer.
Daniela, tu responsabilidad y la responsabilidad de todas las mujeres casadas, es sujetarte a tu marido, lo que significa “permitirle” ser el líder de la familia.
David, tu responsabilidad y la responsabilidad de todos los hombres casados, es amar a tu mujer, exactamente como Cristo amó a la humanidad.
¿Cómo lo hizo? Dando su vida para hacer la nuestra mejor.
Por lo tanto:
David, a partir de este momento tu estas asumiendo la responsabilidad de dar tu vida para hacer la vida de Daniela mejor.
Daniela, tu estas asumiendo la responsabilidad de ser la ayuda idónea y motivar el liderazgo de David, para ser una familia y cumplir el propósito por el cual Dios los unió.
Ambos están asumiendo estas responsabilidades frente a Dios, y frente a estos testigos.
Pero David, tú no puedes exigir que Daniela siga tus pasos si tú mismo no estas sujeto a Dios y no sigues los pasos de Jesús.
Esto es como una brújula, la cual no serviría de nada si el Norte se moviera de un lado al otro, necesitamos un Norte que nos guía a nuestro destino.
En este caso nuestro Norte en el matrimonio es Dios, y es responsabilidad de David seguir y someterse a Dios para que Él guié a su familia a alcanzar el propósito que Dios tiene para ella.
Me gusta terminar con dos ideas importantes:
La primera es que ambos deben comprometerse individualmente con Jesús antes de comprometerse el uno con el otro. Esto garantizará que no tomen decisiones basadas en el ego o buscando su propio beneficio.
La segunda idea con la cual deben comprometerse y creer de todo corazón es que EL DIVORCIO NO ES UNA OPCIÓN, si cumplen la primera la segunda debe ser un resultado natural.
Confío en Dios que su matrimonio será un testimonio de su amor por Cristo y que juntos podrán ser una pareja conforme al corazón de Dios.
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