Cómo la dureza de corazón nos impide confiar en el Señor
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Tendemos a confiar más en lo que nosotros podemos hacer, que en lo que Jesús puede hacer (8:14-15)
Tendemos a confiar más en lo que nosotros podemos hacer, que en lo que Jesús puede hacer (8:14-15)
Iban de viaje, como solían hacerlo. Hace pocos días estuvieron tres días en el desierto junto a una multitud. La multitud ya no tenía qué comer. El Señor dice, “tengo compasión de la gente… si los envío en ayunas a sus casas se van a desmayar en el camino porque algunos vinieron de lejos”. Entonces los discípulos se preguntan ¿de dónde podrá alguien saciar de pan a éstos aquí en el desierto?. ¡No hay cómo! “¿cuántos panes tienen? siete”. Incluso entre Jesús y los apóstoles era poco, 7 panes entre 13 hombres (uds. saben cómo come un hombre). también tenían unos pocos pecesillos.
El Señor da la gracias, hace que se pongan los panes y los peces delante y se alimentaron como cuatro mil personas y recién los despidió. Y luego cruzaron en barco a Dalmanuta (otra región) y vuelven a cruzar.
En esta segunda vuelta en barco sucede esta historia. Como buenos hombres, se olvidaron no solo de algo para echarle al pan, SE OLVIDARON DEL PAN. Había sólo uno en la barca (v.14).
El Señor , como buen maestro les quería enseñar sobre cuidarse de la doctrina de los fariseos y de Herodes. Y la introduce diciendo “Mirad, guardaos (cuídense) de la levadura de los fariseos, y de la levadura de Herodes” —> Justo antes de zarpar, los fariseos habían discutido con el Señor pidiéndoles una señal del cielo no para creer sino para tentarle.
Hay gente que exige que se hagan cosas, no para creer sino sólo para tentar. El Señor les dijo “no se dará señal a esta generación”.
El relato paralelo en Mateo 16:8 aclara que cuando dice “levadura” se está refiriendo a la doctrina. Lc. 12:1 Jesús dice que la levadura de los fariseos es la hipocresía.