Tres motivos de estar agradecidos de Dios

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Propósito:

Exhortar a la gratitud y la oración en todo nivel para que Dios nos use, nos transforme y nos guarde firme en El hasta su regreso a pesar de toda tentación o prueba.

Pablo es preciso por lo que pide y por lo que agradece a Dios.

En 1 tesalonicenses 1:1 habla del saludo del apóstol Pablo y su equipo que desató una poderosa bendición sobre los hermanos de la iglesia local en Tesalónica. La iglesia de Tesalónica surge cuando Pablo mientras pasaba por el territorio de Asia menor se detiene en esta comunidad y por tres sábados les predica a Cristo como Señor y Salvador. Estos hermanos solo oyeron tres mensajes. Luego, se armó un alboroto para matar a Pablo y este tuvo que ausentarse sin haberles enseñado lo básico para confirmarlos en la fe.

Enfrentaron grandes peligros y dificultades, pero no solo se mantuvieron firmes sino que además hicieron un trabajo evangelístico tremendo, aun bajo el peso de una gran oposición. Estos hermanos se enamoraron de Dios. Aquello fue amor a primeras vistas. Tiempo después Pablo con un corazón angustiado y triste, envía a buscar información sobre ellos, temiendo que no hayan perseverado. El reporte que Pablo recibe, lo impacta. Tres cosas quedaron grabadas en su memoria como recuerdos imborrables que continuamente le impulsaban a dar gracias a Dios por la manera en que había guardado y usado a los tesalonicenses.

Vayamos al texto, pero abra no solo su biblia, sino también su mente y corazón y preste mucha atención al camino que Dios nos muestra hoy para que andemos en el.

1 Tesalonicenses 1:2-3

Damos siempre gracias a Dios por todos vosotros, haciendo memoria de vosotros en nuestras oraciones, acordándonos sin cesar delante del Dios y Padre nuestro de la obra de vuestra fe, del trabajo de vuestro amor y de vuestra constancia en la esperanza en nuestro Señor Jesucristo.

Tres motivos para estar agradecidos de Dios. Fecha: 25-08-2013

Hay tres recuerdos de los tesalonicenses que siempre vienen a la memoria de Pablo y su equipo cuando están orando y les conducen a dar gracias a Dios por ellos, sintiendo que el trabajo valió la pena: La obra de su fe, el trabajo de su amor y la firmeza en la esperanza en el Señor Jesucristo.

¿Cuáles son esos tres recuerdos de los tesalonicenses que motivan en Pablo y su equipo expresión de gratitud a Dios?

I. La Obra de vuestra Fe.

El punto aquí refiere la enseñanza bíblica de que aun cuando es cierto que las obras no producen como resultado salvación. No es menos cierto que la salvación cuando es autentica si produce como resultado “buenas obras”. Lo verdaderamente cierto es que la fe que te hace salvo, también te inspira a procurar realizar el deseo de Dios por el bienestar de sus criaturas. Y como agradar a Dios se convierte en tu más profundo anhelo. Tú terminas deseando lo que Dios desea. Y entonces, te esfuerzas por hacer realidad el deseo de Dios por cuidar las necesidades de otros. Así empieza tu tarea o misión en esta vida. El propósito por el cual Dios te trajo a esta tierra.

Los hermanos de tesalónica creyeron a la palabra de Dios por la predicación de Pablo. Su fe los conectó con Dios y surgió dentro de ellos el compromiso por la obra de Dios. Jesús está haciendo una gran obra. El está edificando su iglesia mediante la predicación y la enseñanza de la palabra, ayudada por diversos dones, ministerios y operaciones. La obra es bastante grande, así que hay mucho trabajo para mucha gente, solo que no por mucho tiempo.

De ahí que cuando alguien, con sinceridad de su corazón, cree y se une al equipo, se le asigna una tarea específica con la cual hará una contribución personal a la obra de su Dios. Por eso, la fe autentica hace que el creyente se sienta propietario de una obra. Una obra que surge como manifestación, evidencia y respuesta de esa fe. Por haber creído, ya estas comprometido a realizar una obra. Dios tiene un propósito para tu vida. Una tarea o misión de vida que solo tú deberás realizar.

Esta quizás pudiera verse como la mala noticia. Que no es mala noticia, porque es un privilegio que nos fue otorgado a ti y a mí y que los ángeles anhelaron. Pero, si hay una buena noticia: Tu no harás la obra. Dios la hará. Has sido llamado a participar en una obra especial que se llevara a cabo en ti y a través de ti. Y Dios, que es tu dueño, también será tu entrenador y guía. El preparara tu mente y tu corazón para la tarea. Solo te corresponde tener la mente abierta y el corazón sensible. Y El te entrenara en los conocimientos, destrezas y habilidades necesarias para que trabajes en tu obra de la mano con El. Pero el protagonista de la obra es Dios. Por eso Pablo no le agradece a los tesalonicenses por la obra que hicieron para Dios, sino a Dios, por la obra que surgió a partir de que ellos creyeron y se entregaron en las manos de Dios.

II. El trabajo de vuestro Amor.

Así como la fe te inicia en la realización de tu misión de vida, el amor te sostiene y te alienta a seguir cuando las cosas se ponen difíciles. El amor es la gracia cristiana de mayor impacto tanto para alcanzar a los perdidos para Cristo como para edificar a los creyentes, integrándolos al cuerpo de Cristo; es el pegamento perfecto que te une y te hace parte del cuerpo.

Cuando la Biblia habla aquí de trabajo no se refiere a nuestra idea de trabajar, sino de pasar trabajo. Que no es lo mismo. Cuando hablamos de que se pasa trabajo, nos referimos a que vives o experimentas tiempos duros, difíciles, desagradables, incómodos. ¿Cuándo una persona acepta pasar por tiempos así? Cuando tiene la convicción de que ese tiempo traerá un beneficio que será de provecho para aquellos a quienes él o ella ama (personas) o que va a contribuir al avance y desarrollo de aquello que ama (una causa). Porque cuando ama, la gente se sacrifica.

Ahora, no es cualquier clase de amor que impulsa y sostiene el sacrificio. Es la clase de amor que Dios coloca en nuestras vidas. Es amor de Dios. No es sentimiento o emoción. Es acción. Es un principio activo que tiene que ver con procurar el bien y el bienestar de otros de manera espontanea, desinteresada y aun cuando no lo merezcan. El amor de Dios, aun cuando tiene como beneficiarios a personas o a causas, no es un acto para la persona o causa. Es un acto de obediencia al Dios y Padre nuestro que nos manda a que le amemos a El y a los demás. Por eso entre creyentes amar es un asunto serio, porque detrás de un mandamiento hay una autoridad y la decisión de obedecer o no el mandamiento es la decisión de agradar o confrontar a la autoridad, con efectos en ambos casos. Por esta razón, la Biblia declara la gran importancia del amor. Es mas importante que el hablar en lenguas, que la profecía, la palabra de sabiduría, la palabra de conocimiento, el don de fe, de sanidad o de hacer milagros. El amor es la estrategia de Dios para ejercer los dones y ministerios de manera efectiva. El camino mas excelente. 1 Cor 13: 1 al 3 y Col 3:14 y Efes 5:2

III. Vuestra constancia en la esperanza en Nuestro Señor Jesucristo.

Esta frase indica que los Tesalonicenses avanzaban en sus vidas cristianas con voluntad inquebrantable, aun bajo el peso de circunstancias muy adversas. Lo que les impartía nuevas fuerzas era la esperanza que tenían. Y sobre todo la persona de quien dependía su esperanza. Toda esperanza nace de una promesa y será tan fuerte como la confianza que nos inspire la persona que la hizo.

Los hermanos de Tesalónica tenían la total convicción de que llegaría el momento para la redención de sus cuerpos mortales y la participación en la manifestación de la Gloria de Cristo. Y quien hizo la promesa fue Jesucristo. El prometió a quienes creen en El, que volvería, pero esta vez manifestando todo su poder y su gloria y que nosotros seriamos los invitados de honor en ese magno evento. Y como ningún cuerpo de carne puede resistir la gloria de Dios sin desintegrarse y morir, antes de ese evento, nuestro Señor hará algo: redimirá nuestros cuerpos terrenales, corruptibles y mortales transformándolos en cuerpos celestiales, incorruptibles e inmortales. Cuerpos de gloria.

Cuando enciendes una luz muy potente en un lugar oscuro la luz invade todo el lugar y las tinieblas desaparecen al instante. Pero cuando enciendes una luz potente en un lugar donde hay luces de la misma naturaleza, entonces las luces primeras no se apagan por la aparición de la última. Sino que se hace mayor el resplandor de luz que se expande a todo el lugar. Así que ese día dichoso cada creyente en Cristo será participe en manifestar a Gloria de Cristo, juntamente con El.

Conclusión:

Quiero concluir con estas palabras: ¿Cuál es la tarea que estas llevando a cabo y que constituye tu contribución personal a la Obra de Dios como evidencia de tu fe en el Señor? ¿Tu fe ha generado una obra por la cual podamos dar gracias a Dios?

¿Cuándo el ambiente de trabajo en la iglesia se torna duro, difícil, desagradable, molesto, agotador, aun así te sientes comprometido a seguir por agradar al Señor y por bendecir a otros? ¿Realmente eres del tipo de creyente que se enfoca en resultados que agraden a Dios y sean de bendición para otros y que no le importa lo que tenga que soportar para lograrlo?

Y finalmente, El Señor ha prometido, primero, que viene a buscar a Su iglesia y va a transformar nuestros cuerpos para luego llevarnos a su presencia. Segundo, que participaremos gozosos de su gran manifestación en gloria con toda Su majestad. Si los mejores reporteros del universo se apersonaran allí, no tendrían palabras para narrar la crónica de lo que estará sucediendo en ese momento.

¿Hay algún sufrimiento del tiempo presente, alguna dificultad del presente o alguna oferta de fama, placer, poder o riqueza, del tiempo presente, que valga la pena como para hacernos desistir de esperar en esa gozosa promesa?

Dios está buscando una fe que sustente obras, un amor que inspire al trabajo duro y una firmeza de fe que alimente la espera de su regreso prometido. Procura, con diligencia, agradar a Dios con

La obra de tu fe

El trabajo de tu amor

Tu firmeza a pesar de las pruebas y tentaciones que amenacen con hacerte retroceder del Señor.

Haciendo esto harás que muchos se sientan agradecidos de Dios por tu causa.

OREMOS: Señor, toma esta palabra predicada y enciéndela como fuego en nuestro interior. Que se convierta en una pasión viva que produzca en estos tus hijos e hijas: Obras de fe, Trabajos de amor y un avanzar constante hacia el cumplimiento de la misión, mientras esperamos tu regreso.

Dios te bendiga mucho, te bendiga más.

Atentamente, Pastor Angel Rosario de la Iglesia de Dios Lugar de Esperanza, Villa Mella, Santo Domingo. Rep. Dom.

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