¿Vivo la navidad o la celebro?

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¿Vivo la navidad o la celebro?

Permítame iniciar preguntándole:

- ¿En qué piensa usted cuando hablamos de navidad?
- ¿Qué es lo que más ocupa su mente en estas fechas?
- ¿Cómo pasó su noche de víspera de navidad?
- ¿Cómo afecta mi vida el celebrarla?

Definición Navidad:

Diccionario General de la Lengua Española Vox (navidad) navidad n. f. 1 Festividad religiosa que se celebra el día 25 de diciembre, en que los cristianos conmemoran el nacimiento de Jesús: las comunidades cristianas celebran la Navidad con la tradicional misa del gallo.
Según la RAE navidad procede del latín tardío "nativitas, -atis", que significa nacimiento.
El término más adecuado para referirnos a esta conmemoración, en términos bíblicos, sería “encarnación1 Jn. 4:2, Jn 1:14, Jn 1:1.
La encarnación de Cristo marcó la historia humana, no solo en cronología, sino en la eternidad, lo veremos más adelante.

Mi navidad o la navidad de Cristo:

Ahora que queda más claro que cuando hablamos de navidad estamos haciendo referencia directa a la encarnación de Cristo, debemos preguntarnos, ¿mi navidad es la misma navidad de Cristo?
El mismo diccionario secular nos enseña que el término Navidad está asociado a la conmemoración del nacimiento de Jesús. Algo que la RAE sabe, pero los creyentes olvidamos.
Cita central. Is 29:13. Mt. 15:7-9.

El punto de la conmemoración navideña es que nuestro corazón esté en manos de Dios y que nuestros ojos no se aparten de su camino. Pero surgen dos preguntas duras y amargas para algunos:

¿Dónde está mi corazón? y ¿dónde tengo puestos mis ojos?

Ahora iremos observando en las Escrituras las características que poseen las personas que tienen su corazón en manos de Dios y las que lo anhelan celosamente.
Lo más obvio en Isaías 29:13, pero que no quiero dejar pasar es que, ni los villancicos ni las canciones navideñas son, en sí mismas, la navidad.
El problema del corazón, el origen del pecado. Mt. 15:19, Proverbios 23:26 “Dame, hijo mío, tu corazón, Y miren tus ojos por mis caminos.”
Regresando a Isaías, podemos observar que el problema va más allá de sólo usar nuestra boca (palabras, canciones, bendiciones, etc.), como dice nuestro Señor Jesucristos, el amor a Dios y a nuestro prójimo es el resumen de la ley Mt. 22:33-40.
Uno de los problemas comunes del creyente es que llegamos a una zona de confort en la que nuestra pregunta para hacer o dejar de hacer algo es, “¿es pecado hacer esto?a fin de buscar vivir al límite del pecado, en lugar de preguntarnos, ¿esto glorifica a Dios? ó ¿esto me santifica? Lc. 10:25-37.
El prójimo está más cerca de lo que imaginamos, no necesitamos ver a un hombre ensangrentado en el camino para poder amar al prójimo. Stg. 2:1.
Amar a los enemigos. Lc. 6:32-36.
La palabra acepción puede traducirse como favoritismo.
Sin duda somos culpables de pecado, y es algo que Santiago deseaba que quedara claro en este punto, la pecaminocidad del hombre y por atribución, transgresores de la ley de Dios. Stg. 2:8-11, Ro. 3:23, 1 Jn. 1:10.
Más adelante encontramos que Santiago nos muestra algo que yo llamo, el termómetro de al fe. Stg. 2:14-21.
No importa lo que hagamos si no somos conocidos por Dios. Mt. 7:21-23.
No solo es conocimiento, es humildad. Lc. 18:9.
Hasta este punto hemos visto…
Con todo esto en mente pasemos a analizar las obras y actitudes de algunas personas ante el nacimiento de Jesús.

Mis obras navideñas:

María la madre de Jesús. Lc. 1:38, Lc. 1:46-56.
Elisabet madre de Juan el bautista. Lc. 1:41-45.
Zacarías, padre de Juan el bautista. Lc. 1:67-69.
Los posaderos o mesoneros. Lc. 2:7.
Los sabios del oriente. Mt. 2:1-2.
El rey Herodes. Mt. 2:3,7-8,12,16.
Pastores. Lc. 2:8-11,15-18, 20.
Ahora resulta fácil identificar la fe de las personas por sus obras, pero no olvidemos que nuestras obras solo develan nuestra condición, es decir, dónde está mi corazón.
Las obras de la carne y las del Espíritu Gál. 5:19-25.

Jesucristo, la única y verdadera navidad.

Dios hecho siervo. Fil. 2:5-8.
Dios santo hecho pecado. 2 Co. 5:21.
Cargó nuestro pecado. Is. 53:3-12.
Misión cumplida. Jn. 19:30.
Muertos con Cristo. Gál. 2:20.
Una navidad, un camino. Jn. 14:6.
Justificados por gracia. Ti. 3:4-7.
Nuevas criaturas. 2 Co. 5:17-21.
Vida nueva en Cristo. Ef. 4:17-24.
Andar como es Digno de Cristo. Ef. 4:1.
Cuidando nuestra vista. 2 Co. 11:3, 1 Co. 10:12. Ti. 3:4-7.
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