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1 Timoteo, 2 Timoteo, Tito 5. EL PASTOR COMO MAESTRO APROBADO

Procura con diligencia presentarte a Dios aprobado, como obrero que no tiene de que avergonzarse, que usa bien la palabra de verdad (15). Si el cristiano desea ser aprobado por Dios, no debe usar la Palabra para contender, sino que como obrero debe procurar con diligencia el buen uso de la Biblia. Ser diligente es ser cuidadoso, celoso de lo que habla, e implica pensar antes de hablar.

Pablo mencionó lo que hay que evitar; ahora dice lo que hay que hacer: usar bien la palabra de verdad. Esta frase engrandece la Biblia, pues le da un valor divino.

1 Timoteo, 2 Timoteo, Tito 5. EL PASTOR COMO MAESTRO APROBADO

Así que, si alguno se limpia de estas cosas, será instrumento para honra, santificado, útil al Señor, y dispuesto para toda buena obra (21). En Dios siempre hay esperanza. Quienes no son para usos honrosos pueden llegar a serlo si se limpian de la gangrena de palabrerías o herejías, de quienes la contagian—como Himeneo y Fileto—, y de la iniquidad.

Todos aquellos que habiendo conocido la verdad se han apartado, deben saber que el Señor sigue esperando que regresemos.

Este cuerpo mortal y sus miembros pueden ser instrumentos de iniquidad o instrumentos de justicia (Ro. 6:13). Si queremos ser instrumentos de justicia para honra, paguemos el precio. Escudriñemos la Escritura a fin de que el Espíritu nos haga sabios para trazar bien la palabra de verdad, y aparte nuestro corazón de la iniquidad.

Huye también de las pasiones juveniles, y sigue … (22a). En la vida cristiana siempre hay cosas que dejar, como también cosas que hacer para suplir lo que se deja.
Timoteo, un pastor joven, recibe una exhortación a huir, no a luchar. La lucha del cristiano contra Satanás es defensiva más que ofensiva. Las armas que menciona Pablo en Ef. 6:10–18 son todas defensivas: yelmo, coraza, apresto, escudo. La única ofensiva es la espada del Espíritu. El diablo ya fue vencido por Cristo a nuestro favor. A nosotros nos toca disfrutar esa victoria. Nuestra tarea es fortalecernos en el Señor (Ef. 6:10). Por eso el ataque a Satanás es con la Biblia, señalándole los versículos que hablan de su derrota y de nuestra victoria en Cristo Jesús.
Huye. Aquellos que asisten a reuniones de maldad asegurando que no caerán, a la larga terminan manchados. Timoteo debe huir de los deseos juveniles, y la mejor manera de hacerlo es estar ocupado con Cristo en los negocios del Padre, haciendo su voluntad.1
1 Vidal Valencia, Comentario Bı́blico Del Continente Nuevo: 1 Timoteo, 2 Timoteo, Tito (Miami, FL: Editorial Unilit, 1996), 154–155. Hablamos en esta sección de la importancia de la Escritura porque da dirección a la vida (vv. 10–14) y porque es útil a la cristiandad (vv. 15–17).
Pero tú has seguido mi doctrina, conducta (10a). Después de tan grande lista de perversidades de los hombres del futuro descritos en el pasaje anterior, se hace la distinción de la conducta encomiable en un hijo de Dios. Aquellos son malvados, “pero tú” (Timoteo) has seguido mi conducta. La vida de aquellas personas es triste, oscura, ignorante, fracasada y blasfema; “pero tú” eres diferente pues has seguido la vida cristiana de fe, amor y paciencia.
En la Biblia encontramos el objetivo de nuestra existencia, dirección para la vida, y ejemplos de hombres rectos, santos y consagrados a Dios. Eso es lo que Pablo puede decir con satisfacción de su discípulo Timoteo, quien primero siguió la doctrina de Pablo, y luego su conducta. Ese es el orden adecuado. ¿Por qué primero la doctrina? Porque es el instrumento divino a través del cual el Espíritu Santo trae conocimiento de la verdad y convicción a nuestros corazones. En su Palabra Dios ha establecido la importancia del conocimiento de Dios (Os. 6:6; 2 P. 3:18). Una vez que hemos conocido a Dios y su voluntad, el resultado será estar preparados para escuchar lo que él nos manda (en el caso de Timoteo, seguir la conducta de Pablo).
Doctrina y conducta van de la mano; el que cree en Jesucristo como su Salvador, indiscutiblemente comenzará una vida de obras (Ef. 2:8–10).
Propósito, fe, longanimidad, amor, paciencia (10b). En contraste con la conducta engañosa que mencionó en los hombres malvados, el apóstol ahora le recuerda a Timoteo la conducta diferente que conocía de su maestro, y le recuerda cómo esa conducta había probado la sincera devoción a la verdad y el renunciamiento personal del apóstol. Timoteo siguió la buena doctrina, y además las virtudes de Pablo, y como resultado siempre tuvo buen testimonio (Fil. 2:19–22).
Se dice que cuando alguien sabe a dónde va, las personas se hacen a un lado para dejarlo pasar. Los que logran algo en la vida son aquellos que tienen propósito, saben qué quieren, y van en busca de ello. El cristiano tiene una gran meta general en la vida: glorificar a Dios (1 Co. 10:31).
Timoteo también siguió a su maestro en la fe en Jesucristo. Pablo agradeció a Dios por esa fe de Timoteo (1:3–5).
Longanimidad es grandeza de ánimo. Algunos traducen “paciencia”.
Vidal Valencia, Comentario Bı́blico Del Continente Nuevo: 1 Timoteo, 2 Timoteo, Tito (Miami, FL: Editorial Unilit, 1996), 166–167.or write” (compare 2 Sa 23:1; Ac 4:25; 2 Pe 1:21). The inspiration gives the divine sanction to all the words of Scripture, though those words be the utterances of the individual writer, and only in special cases revealed directly by God (1 Co 2:13). Inspiration is here predicated of the writings, “all Scripture,” not of the persons. The question is not how God has done it; it is as to the word, not the men who wrote it. What we must believe is that He has done it, and that all the sacred writings are every where inspired, though not all alike matter of special revelation: and that even the very words are stamped with divine sanction, as Jesus used them (for example in the temptation and Jn 10:34, 35), for deciding all questions of doctrine and practice. There are degrees of revelation in Scripture, but not of inspiration. The sacred writers did not even always know the full significancy of their own God-inspired words (1 Pe 1:10, 11, 12). Verbal inspiration does not mean mechanical dictation, but all “Scripture is (so) inspired by God,” that everything in it, its narratives, prophecies, citations, the whole—ideas, phrases, and words—are such as He saw fit to be there.
Robert Jamieson, A. R. Fausset, and David Brown, Commentary Critical and Explanatory on the Whole Bible, vol. 2 (Oak Harbor, WA: Logos Research Systems, Inc., 1997), 427.—Hoy se ha cumplido esta Escritura en vuestros oídos.
22 Todos daban testimonio de él y estaban maravillados de las palabras de gracia que salían de su boca, y decían:
—¿No es éste el hijo de
Santa Biblia: Reina-Valera Actualizad, electronic ed. of the 1989 editio., Logos Library Syst (El Paso: Baptist Spanish Publishing House, 1989), Lk 4:21–22.
Definición
«Toda la Escritura es inspirada por Dios …», declara Pablo (2 Ti. 3:16). La frase «inspirada por Dios» quiere decir que tiene el «soplo de Dios». De la forma en que este soplo divino dio vida a Adán, así también da valor y vida a escritos que, de otra manera, estarían muertos.
II. Inspiración de los mensajeros
A. Los profetas tenían la seguridad de que Dios hablaba por medio de ellos, y de que sus mensajes eran la «Palabra de Dios». Frases como «Habló Dios a Moisés …» se hallan constantemente a través de los libros del Éxodo al Deuteronomio. «Y fue a mí palabra de Jehová …», dice Ezequiel para introducir los oráculos del Señor; y hallamos frases análogas en Jeremías: «Palabra de Dios que fue a Jeremías profeta …» (Ez. 12:1, etc. Jer. 46:1, etc.). David también describe la manera en que la Palabra del Señor le vino, en 2 Samuel 23:2 y 3.
B. El Señor mismo llevaba las escrituras de los profetas en Su memoria y en Su corazón, y apelaba constantemente a ellas como autoridad máxima para la solución de las más graves cuestiones. De tal forma se enlaza la autoridad del Antiguo Testamento con la suya propia, que es imposible atacar las Escrituras sin ir contra la autoridad del VERBO ETERNO HECHO CARNE, quien vino del Cielo para declarar a Dios y dar a conocer tanto Su pensamiento como Su corazón de amor (Mr. 12:36, 14:27; Lc. 24:44; Jn. 5:39, 46, etc.).
C. Los apóstoles, escogidos por el Señor para proclamar con toda autoridad la doctrina cristiana, también apelaban constantemente a las profecías y demás escritos del Antiguo Testamento, y enseñaban que los autores eran inspirados por Dios (1 P. 1:10–12; 2 P. 1:19–21). Así que la inspiración y la divina autoridad del Antiguo Testamento forman parte de la «Fe que ha sido una vez dada a los santos» (Jud. 3).
III. Inspiración de los escritos
Los inspirados mensajes orales de los profetas se pusieron por escrito por mandato y providencia de Dios, así que los documentos también son inspirados, y son éstos que el Señor y los apóstoles tenían delante al hacer las declaraciones que hemos anotado. Hay una clara descripción de la manera en que los mensajes fueron escritos en Jeremías 36:1–2 y 32. También los libros históricos se relacionan con la autoridad de los profetas, según vemos en 1.° Samuel 10:25, 1.° Crónicas 29:29, etcétera.
IV. La inspiración del Nuevo Testamento
La fuente de toda autoridad y de toda verdad se halla en el VERBO ENCARNADO. Él comisionó a los apóstoles y les hizo depositarios de la verdad en cuanto a Su Persona, obra y enseñanza, de modo que su autoridad apostólica se deriva de la del Señor mismo. Les indicó que la revelación tenía que completarse y les prometió el Espíritu para guiarles a toda verdad. Así que, anticipadamente, garantizó la inspiración del Nuevo Testamento. Los apóstoles sabían que Dios hablaba por medio de ellos, y esperaban que los creyentes obedeciesen Sus mandatos (1 Co. 2:13; 1 P. 1:12; 2 Ts. 3:14; Jn. 14:26, 16:12 y 13, etc.).
V. El método de la inspiración
Éste no es mecánico, como quien escribe a máquina, sino vital, como el de un director de una orquesta que produce los efectos que quiere de la totalidad de ella, respetando siempre las dotes especiales de cada músico. Así, en las Escrituras, la personalidad del autor humano no se aniquila, y el Espíritu aprovecha el carácter y los conocimientos de cada uno, como también las circunstancias en las que los escritos se produjeron.
PREGUNTAS
1. Analícese 2.a Timoteo 3:15–17 y 2.a Pedro 1:21, indicando cómo ilustran y explican el concepto de la inspiración, tanto en cuanto a su procedencia y métodos como en cuanto a sus propósitos.
2. Apoyando su contestación con citas bíblicas, explique la importancia de las declaraciones del Verbo Encarnado en cuanto a la plena inspiración de las Escrituras, tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo.
Ernesto Trenchard, Bosquejos de Docrina Fundamental (Grand Rapids, Michigan: Editorial Portavoz, 1972), 17–20.
Definición
«Toda la Escritura es inspirada por Dios …», declara Pablo (2 Ti. 3:16). La frase «inspirada por Dios» quiere decir que tiene el «soplo de Dios». De la forma en que este soplo divino dio vida a Adán, así también da valor y vida a escritos que, de otra manera, estarían muertos.
II. Inspiración de los mensajeros
A. Los profetas tenían la seguridad de que Dios hablaba por medio de ellos, y de que sus mensajes eran la «Palabra de Dios». Frases como «Habló Dios a Moisés …» se hallan constantemente a través de los libros del Éxodo al Deuteronomio. «Y fue a mí palabra de Jehová …», dice Ezequiel para introducir los oráculos del Señor; y hallamos frases análogas en Jeremías: «Palabra de Dios que fue a Jeremías profeta …» (Ez. 12:1, etc. Jer. 46:1, etc.). David también describe la manera en que la Palabra del Señor le vino, en 2 Samuel 23:2 y 3.
B. El Señor mismo llevaba las escrituras de los profetas en Su memoria y en Su corazón, y apelaba constantemente a ellas como autoridad máxima para la solución de las más graves cuestiones. De tal forma se enlaza la autoridad del Antiguo Testamento con la suya propia, que es imposible atacar las Escrituras sin ir contra la autoridad del VERBO ETERNO HECHO CARNE, quien vino del Cielo para declarar a Dios y dar a conocer tanto Su pensamiento como Su corazón de amor (Mr. 12:36, 14:27; Lc. 24:44; Jn. 5:39, 46, etc.).
C. Los apóstoles, escogidos por el Señor para proclamar con toda autoridad la doctrina cristiana, también apelaban constantemente a las profecías y demás escritos del Antiguo Testamento, y enseñaban que los autores eran inspirados por Dios (1 P. 1:10–12; 2 P. 1:19–21). Así que la inspiración y la divina autoridad del Antiguo Testamento forman parte de la «Fe que ha sido una vez dada a los santos» (Jud. 3).
III. Inspiración de los escritos
Los inspirados mensajes orales de los profetas se pusieron por escrito por mandato y providencia de Dios, así que los documentos también son inspirados, y son éstos que el Señor y los apóstoles tenían delante al hacer las declaraciones que hemos anotado. Hay una clara descripción de la manera en que los mensajes fueron escritos en Jeremías 36:1–2 y 32. También los libros históricos se relacionan con la autoridad de los profetas, según vemos en 1.° Samuel 10:25, 1.° Crónicas 29:29, etcétera.
IV. La inspiración del Nuevo Testamento
La fuente de toda autoridad y de toda verdad se halla en el VERBO ENCARNADO. Él comisionó a los apóstoles y les hizo depositarios de la verdad en cuanto a Su Persona, obra y enseñanza, de modo que su autoridad apostólica se deriva de la del Señor mismo. Les indicó que la revelación tenía que completarse y les prometió el Espíritu para guiarles a toda verdad. Así que, anticipadamente, garantizó la inspiración del Nuevo Testamento. Los apóstoles sabían que Dios hablaba por medio de ellos, y esperaban que los creyentes obedeciesen Sus mandatos (1 Co. 2:13; 1 P. 1:12; 2 Ts. 3:14; Jn. 14:26, 16:12 y 13, etc.).
V. El método de la inspiración
Éste no es mecánico, como quien escribe a máquina, sino vital, como el de un director de una orquesta que produce los efectos que quiere de la totalidad de ella, respetando siempre las dotes especiales de cada músico. Así, en las Escrituras, la personalidad del autor humano no se aniquila, y el Espíritu aprovecha el carácter y los conocimientos de cada uno, como también las circunstancias en las que los escritos se produjeron.
PREGUNTAS
1. Analícese 2.a Timoteo 3:15–17 y 2.a Pedro 1:21, indicando cómo ilustran y explican el concepto de la inspiración, tanto en cuanto a su procedencia y métodos como en cuanto a sus propósitos.
2. Apoyando su contestación con citas bíblicas, explique la importancia de las declaraciones del Verbo Encarnado en cuanto a la plena inspiración de las Escrituras, tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo.
Ernesto Trenchard, Bosquejos de Docrina Fundamental (Grand Rapids, Michigan: Editorial Portavoz, 1972), 17–20.Definición
«Toda la Escritura es inspirada por Dios …», declara Pablo (2 Ti. 3:16). La frase «inspirada por Dios» quiere decir que tiene el «soplo de Dios». De la forma en que este soplo divino dio vida a Adán, así también da valor y vida a escritos que, de otra manera, estarían muertos.
II. Inspiración de los mensajeros
A. Los profetas tenían la seguridad de que Dios hablaba por medio de ellos, y de que sus mensajes eran la «Palabra de Dios». Frases como «Habló Dios a Moisés …» se hallan constantemente a través de los libros del Éxodo al Deuteronomio. «Y fue a mí palabra de Jehová …», dice Ezequiel para introducir los oráculos del Señor; y hallamos frases análogas en Jeremías: «Palabra de Dios que fue a Jeremías profeta …» (Ez. 12:1, etc. Jer. 46:1, etc.). David también describe la manera en que la Palabra del Señor le vino, en 2 Samuel 23:2 y 3.
B. El Señor mismo llevaba las escrituras de los profetas en Su memoria y en Su corazón, y apelaba constantemente a ellas como autoridad máxima para la solución de las más graves cuestiones. De tal forma se enlaza la autoridad del Antiguo Testamento con la suya propia, que es imposible atacar las Escrituras sin ir contra la autoridad del VERBO ETERNO HECHO CARNE, quien vino del Cielo para declarar a Dios y dar a conocer tanto Su pensamiento como Su corazón de amor (Mr. 12:36, 14:27; Lc. 24:44; Jn. 5:39, 46, etc.).
C. Los apóstoles, escogidos por el Señor para proclamar con toda autoridad la doctrina cristiana, también apelaban constantemente a las profecías y demás escritos del Antiguo Testamento, y enseñaban que los autores eran inspirados por Dios (1 P. 1:10–12; 2 P. 1:19–21). Así que la inspiración y la divina autoridad del Antiguo Testamento forman parte de la «Fe que ha sido una vez dada a los santos» (Jud. 3).
III. Inspiración de los escritos
Los inspirados mensajes orales de los profetas se pusieron por escrito por mandato y providencia de Dios, así que los documentos también son inspirados, y son éstos que el Señor y los apóstoles tenían delante al hacer las declaraciones que hemos anotado. Hay una clara descripción de la manera en que los mensajes fueron escritos en Jeremías 36:1–2 y 32. También los libros históricos se relacionan con la autoridad de los profetas, según vemos en 1.° Samuel 10:25, 1.° Crónicas 29:29, etcétera.
IV. La inspiración del Nuevo Testamento
La fuente de toda autoridad y de toda verdad se halla en el VERBO ENCARNADO. Él comisionó a los apóstoles y les hizo depositarios de la verdad en cuanto a Su Persona, obra y enseñanza, de modo que su autoridad apostólica se deriva de la del Señor mismo. Les indicó que la revelación tenía que completarse y les prometió el Espíritu para guiarles a toda verdad. Así que, anticipadamente, garantizó la inspiración del Nuevo Testamento. Los apóstoles sabían que Dios hablaba por medio de ellos, y esperaban que los creyentes obedeciesen Sus mandatos (1 Co. 2:13; 1 P. 1:12; 2 Ts. 3:14; Jn. 14:26, 16:12 y 13, etc.).
V. El método de la inspiración
Éste no es mecánico, como quien escribe a máquina, sino vital, como el de un director de una orquesta que produce los efectos que quiere de la totalidad de ella, respetando siempre las dotes especiales de cada músico. Así, en las Escrituras, la personalidad del autor humano no se aniquila, y el Espíritu aprovecha el carácter y los conocimientos de cada uno, como también las circunstancias en las que los escritos se produjeron.
Preguntas
1. Analícese 2.a Timoteo 3:15–17 y 2.a Pedro 1:21, indicando cómo ilustran y explican el concepto de la inspiración, tanto en cuanto a su procedencia y métodos como en cuanto a sus propósitos.
2. Apoyando su contestación con citas bíblicas, explique la importancia de las declaraciones del Verbo Encarnado en cuanto a la plena inspiración de las Escrituras, tanto del Antiguo Testamento como del Nuevo.
Ernesto Trenchard, Bosquejos de Docrina Fundamental (Grand Rapids, Michigan: Editorial Portavoz, 1972), 17–20.
1 Timoteo, 2 Timoteo, Tito 7. LA IMPORTANCIA DE LAS ESCRITURAS

Todo el proceso de enseñar, redargüir, corregir e instruir tiene como objetivo llevarnos a ser como Dios. No ser Dios sino “como Dios”, quien restaura al pecador perdido para que disfrute de una nueva naturaleza. Todo cuanto ha hecho Dios lo ha hecho perfecto. Su obra de redención fue perfecta y no necesita agregados. La Biblia es un libro perfecto, y por el Espíritu Santo nos lleva a una regeneración perfecta de nuestro ser (2 Co. 5:17). Para permanecer en ese estado y llevar fruto, nos ha dado su Palabra y nos dice que debemos permanecer en ella (Jn. 15:5–7). Cuando el apóstol se refiere a un hombre perfecto, habla de aquel que, por el estudio de la Escritura y el conocimiento íntimo obtenido de la mente y el Espíritu de Dios, está bien equipado para todo trabajo a que sea llamado.

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