Un Mundo de cabeza

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Joel 1:1–15 (NBLA)
Palabra del Señor que vino a Joel, hijo de Petuel.
Oigan esto, ancianos,
Y presten oído, habitantes todos de la tierra.
¿Ha acontecido cosa semejante en sus días,
O en los días de sus padres?
Cuéntenselo a los hijos de ustedes,
Y sus hijos a los suyos,
Y sus hijos a la siguiente generación.
Lo que dejó la oruga, lo comió la langosta;
Lo que dejó la langosta, lo comió el pulgón;
Y lo que dejó el pulgón, lo comió el saltón.
Despierten, borrachos, y lloren,
Y giman todos los que beben vino,
A causa del vino dulce
Que les quitan de la boca.
Porque una nación ha subido contra mi tierra,
Poderosa e innumerable;
Sus dientes son dientes de león,
Y tiene colmillos de leona.
Ha hecho de mi vid una desolación,
Y astillas de mi higuera.
Del todo las ha descortezado y derribado;
Sus ramas se han vuelto blancas.
Laméntate como virgen ceñida de cilicio
Por el esposo de su juventud.
Han sido cortadas la ofrenda de cereal y la libación
De la casa del Señor.
Están de duelo los sacerdotes,
Los ministros del Señor.
El campo está asolado,
La tierra está de duelo,
Porque el grano está arruinado,
El vino nuevo se seca,
Y el aceite virgen se pierde.
Avergüéncense, labradores,
Giman, viñadores,
Por el trigo y la cebada,
Porque la cosecha del campo se ha perdido.
La vid se seca,
Y se marchita la higuera;
También el granado, la palmera y el manzano,
Todos los árboles del campo se secan.
Ciertamente se seca la alegría
De los hijos de los hombres.
Cíñanse de cilicio,
Y laméntense, sacerdotes;
Giman, ministros del altar.
Vengan, pasen la noche ceñidos de cilicio,
Ministros de mi Dios,
Porque sin ofrenda de cereal y sin libación
Ha quedado la casa de su Dios.
Promulguen ayuno,
Convoquen asamblea;
Congreguen a los ancianos
Y a todos los habitantes de la tierra
En la casa del Señor su Dios,
Y clamen al Señor.
¡Ay de ese día!
Porque está cerca el día del Señor,
Y vendrá como destrucción del Todopoderoso.

Introducción

¿Cuál es la reacción más común ante una situación en crisis?
¿Qué actitudes son las que más abundan en las personas cuando están en medio de una crisis?
¿Cómo se soluciona una crisis?
Estas tres preguntas, considero, son las más pertinentes para nuestros tiempos, ya que nos encontramos en medio de una crisis, de diferentes índoles: económica, social (amorosa y/o familiar), política, psicológica (nuestro sentir, ideas, percepciones, etc.), y espiritual. No importa qué edad se tenga, qué status se tenga, ni siquiera cuánto dinero se tenga; todos experimentamos crisis en nuestras vidas. La pregunta es, como las hicimos al principio, pero ahora enfocadas a nosotros mismos:
¿Cuál es MI reacción más común ante una situación en crisis?
¿Qué actitudes son las que más abundan en MI cuando ESTOY en medio de una crisis?
¿Cómo soluciono una crisis?
El libro del profeta Joel fue escrito precisamente para enseñarle al pueblo de Israel qué debía hacer ante un mundo que está de cabeza (tema de hoy); y, para nosotros, cómo la iglesia de Cristo debe responder ante las crisis que vendrán en nuestro peregrinaje.

Una Plaga espantosa (Jl. 1.4)

Joel 1:4 NBLA
Lo que dejó la oruga, lo comió la langosta; Lo que dejó la langosta, lo comió el pulgón; Y lo que dejó el pulgón, lo comió el saltón.
Es interesante cómo es que el libro comienza. A diferencia de la mayoría de los Profetas menores, Joel no nos dá información acerca de él mismo, salvo el nombre de su padre. Pero fuera de eso, no sabemos en qué época escribió, ni cómo era la situación social de la época. Por las referencias a los sacerdotes y sacrificios a lo largo del libro podemos concluir que Joel enfocó su mensaje para el reino del sur, Judá. Pero aparte de eso, no sabemos nada acerca del profeta; algunos ponen a Joel a la par con Oseas (el libro que vimos la semana pasada) y Amós.
Quizá te preguntes el por qué es importante saber todo esto; y la razón es porque los mensajes que Joel escribe es de jucio en contra de Israel, y después, en contra de las naciones.
El libro de Joel debe ser leído a la luz de su contexto cercano en los Doce y el contexto más amplio del canon. Así, Israel fue advertido en que, si no tenían cuidado de observar todos los mandamientos de Yahweh, habría maldiciones que sobrevendrían sobre ellos. Entre esas maldiciones estaba Deuteronomio 28.38
Deuteronomy 28:38 NBLA
»Sacarás mucha semilla al campo, pero recogerás poco, porque la langosta la devorará.
¿Cuál es el contexto de esta maldición?
Deuteronomy 28:15 NBLA
»Pero sucederá que si no obedeces al Señor tu Dios, y no guardas todos Sus mandamientos y estatutos que hoy te ordeno, vendrán sobre ti todas estas maldiciones y te alcanzarán:
Ahora bien, sabiendo que siglos antes el Señor les había advertido acerca de las consecuencias de la desobediencia, entonces al leer Joel 1.4 ya tiene más sentido.
Joel 1:4 NBLA
Lo que dejó la oruga, lo comió la langosta; Lo que dejó la langosta, lo comió el pulgón; Y lo que dejó el pulgón, lo comió el saltón.
Para cuando este versículo fue escrito, unos añños atrás hubo una plaga de langostas que azotó a Israel. El profeta toma ese incidente para hablar acerca de una verdad aún más profunda, diciendo que esta crisis que vino tenía un por qué. Como vimos en Deuteronomio 28.38, esta plaga fue como resultado de la desobediencia del pueblo de Israel para con su Dios.
Solo debemos leer el libro de los Jueces, Samuel y Reyes, y podremos concluir que el pacto que Dios había hecho con Israel en el Monte Sinaí (Deuteronomio), Israel lo quebrantó. Hubo desobediencia al unirse en matrimonio con mujeres canaanitas. Hubo adoración de dioses falsos y, como vimos la semana pasada, hubo ese adulterio espiritual entre el pueblo y Su esposo, Dios. Como consecuencia, Dios envió una plaga para informarles las terribles consecuencias que vendrían por la desobediencia.
Aquí es donde debemos poner una pausa, y reflexionar en nuestra vida. Todos nos encontramos en crisis, de una u otra manera. Todos hemos experimentado dificultades, y todos hemos tenido que lidiar con las presiones de la vida. Por un lado es normal pasar por estas crisis, porque todos estamos de este lado de Génesis 3. A raiz de ese momento, todo lo creado entró en una crisis. Así que, lo que tú estés pasando, lo primero que debes de entender y reconocer es su origen. El origen es el pecado que reside en ti, y en la gente que te rodea.
Por otro lado, las crisis son una manifestación de nuestra propia pecaminosidad. Estudios han demostrado que la ansiedad, la depresión, el enojo, los pensamientos negativos que llenan nuestra mente, son manifestaciones de nuestra falta de confianza y dependencia en el Señor. La ansiedad es resultado de no confiar en en la Voluntad de Dios; la depresión es resultado de no confiar en los planes del Señor; el enojo es resultado de nuestra falta de dependencia y humildad cuando las cosas no salen como nosotros queremos. Todas las reacciones que tenemos al momento de pasar por una crisis son en primera instancia nuestra naturaleza; pero también, decisiones que nosotros tomamos.
Pero Joel no se queda allí. El nos escribe para decirnos que esa crisis que azotó al pueblo de Israel trajo consecuencias.

Desolación por doquier (Jl. 1.8-12)

Me llama la atención cómo la desolación se dividió en tres aspectos.

Desolación en la sociedad

Joel 1:5 NBLA
Despierten, borrachos, y lloren, Y giman todos los que beben vino, A causa del vino dulce Que les quitan de la boca.
Las langostas son conocidas por acabar con todos los plantíos; y en este caso, afectó a los viñedos evitando que se cosecharan las uvas para el vino. Y, al no haber vino, no habría borachos. Irónicamente, el pecado evitó que siguieran en su pecado. Esto es muy parecido a lo que Spurgeon dijo:
Benditas olas que me azotan contra la Roca, que es Cristo.
Pero el pasaje no nos dice que debían sentirse aliviados por esta falta de vino, sino que dice que los borachos debían llorar y hacer lamento porque ya no podrían seguir en su embriaguez. La razón es porque la gente, aún después de estar sufriendo las consecuencias de sus pecados, no se arrepienten.
Pero también, esta crisis afectó en lo espiritual.

Desolación en lo religioso

Joel 1:8–9 NBLA
Laméntate como virgen ceñida de cilicio Por el esposo de su juventud. Han sido cortadas la ofrenda de cereal y la libación De la casa del Señor. Están de duelo los sacerdotes, Los ministros del Señor.
Esta vez se enfoca en Israel, como un virgen de luto por su esposo. La plaga de langostas afectó su espiritualidad, ya que dice que la “ofrenda de cereal y de libación” fueran cortadas. Estas ofrendas eran específicas para el agradecimiento a Dios, ofrendas que eran “agradables a Dios”. Pero la plaga afectó, pues no hubo más cultivos ni aceite para poder ofrecer esa ofrenda a Dios.
Esto es difícil de explicar, porque puede sonar como justificante de que la crisis afecta nuestra relación con Dios. Por ese lado sí, es cierto. Cuando nos encontramos en dificultades, es muy difícil que nos enfoquemos en Dios y nos alejemos. El pecado nos aleja de Dios, pero ahí es donde debemos tomar la decisión que las circunstancias no deben alejarnos, sino acercarnos a Dios.

Desolación en general

Pero lo que quiero que veamos son los verbos que se utilizan en los versículos siguientes:
Joel 1:10–12 NBLA
El campo está asolado, La tierra está de duelo, Porque el grano está arruinado, El vino nuevo se seca, Y el aceite virgen se pierde. Avergüéncense, labradores, Giman, viñadores, Por el trigo y la cebada, Porque la cosecha del campo se ha perdido. La vid se seca, Y se marchita la higuera; También el granado, la palmera y el manzano, Todos los árboles del campo se secan. Ciertamente se seca la alegría De los hijos de los hombres.
Escuchen cómo lo expresó un autor:
!Cuánto estrago puede introducir el pecado a cada aspecto de la vida! No hubiera podido sobrevenirles una catástrofe mayor en la esfera espiritual y religiosa. Eso significaba que prácticamente se hacía a un lado la relación del pacto entre Dios y su pueblo.
Es a causa del pecado que nuestra relación con Dios quedó afectada. Estamos rotos. Estamos corrompidos. Estamos contaminados, y en palabras un rapero, Elemento:
Se enfermó la relación del hombre con su prójimo; y nos cubrimos para no evidenciar lo íntimo que estamos dañados y dañamos a quienes amamos; y así construimos culturas llenas de pecado.
Pero aquí es donde debemos voltear la mirada a Aquel que puede remediar nuestra crisis: Cristo. Israel no debía interpretar que esta crisis era porque Dios se deleitaba en castigarlos, sino todo lo contrario.
Por medio de castigos, a menudo severos, pero siempre con un propósito, los hacía volver atrás de sus malos caminos y del abismo de su destrucción. (Charles L. Feiberg)
Un profesor comentó sobre estas acciones de Dios, y comentó que
Dios no es glorificado sólo en la demostración de su ira, ya que incluso la mención de que podría ceder reconoce que Él es un Dios que muestra misericordia. (James Hamilton Jr., La gloria de Dios en la salvación a través del juicio, Vol.1, 257.)
Es a través de los juicios que Dios muestra Su Salvación para con Sus hijos. Cada crisis en nuestra vida está orquestada para mostrarnos Su amor y Su suficiencia. Es a través de las plagas en nuestra vida que debemos recordar que Él noes está transformando a Su imagen.
James 1:2–4 NBLA
Tengan por sumo gozo, hermanos míos, cuando se hallen en diversas pruebas, sabiendo que la prueba de su fe produce paciencia, y que la paciencia tenga su perfecto resultado, para que sean perfectos y completos, sin que nada les falte.
Entonces, ¿Qué debemos hacer?
¿Cómo debemos reaccionar ante las crisis?

Acciones a tomar en medio de la crisis (Jl. 1.13-15)

Joel 1:13–15 NBLA
Cíñanse de cilicio, Y laméntense, sacerdotes; Giman, ministros del altar. Vengan, pasen la noche ceñidos de cilicio, Ministros de mi Dios, Porque sin ofrenda de cereal y sin libación Ha quedado la casa de su Dios. Promulguen ayuno, Convoquen asamblea; Congreguen a los ancianos Y a todos los habitantes de la tierra En la casa del Señor su Dios, Y clamen al Señor. ¡Ay de ese día! Porque está cerca el día del Señor, Y vendrá como destrucción del Todopoderoso.

Aplicación

NO olvides que la crisis es momentánea, pero no instantánea (Jl. 1.4; cf. Jl. 2.25)

Joel 1:4 NBLA
Lo que dejó la oruga, lo comió la langosta; Lo que dejó la langosta, lo comió el pulgón; Y lo que dejó el pulgón, lo comió el saltón.
Joel 2:25 NBLA
«Entonces los compensaré por los años En que devoraban la langosta, El pulgón, el saltón y la oruga, Mi gran ejército, que envié contra ustedes.

Nunca olvides que las crisis te deben llevar a Cristo

Joel 2:12–13 NBLA
«Aun ahora», declara el Señor, «Vuelvan a Mí de todo corazón, Con ayuno, llanto y lamento. »Rasguen su corazón y no sus vestidos». Vuelvan ahora al Señor su Dios, Porque Él es compasivo y clemente, Lento para la ira, abundante en misericordia, Y se arrepiente de infligir el mal.
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