Raíces perpetuas

Adoración escandalosa  •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
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¿Quiénes somos?

1º Crónicas 29:14 NVI
14 »Pero, ¿quién soy yo, y quién es mi pueblo, para que podamos darte estas ofrendas voluntarias? En verdad, tú eres el dueño de todo, y lo que te hemos dado, de ti lo hemos recibido.
Entender quiénes somos nos aclara el panorama de la generosidad.
Vivimos en una sociedad que nos enseña que lo merecemos todo…por eso nos sentimos mal cuando las cosas no salen.
El tema de la adoración nos hace entrar en ese debate acerca de quiénes somos, pero el error está en empezar a responder desde nosotros mismos.
La adoración no empieza en nosotros, sino en Dios.
Así que para afirmar nuestra identidad no debemos empezar por reconocer y aceptar quiénes somos sino por conocer quién es Dios.
Es crucial entender esto porque de lo contrario, los principios que voy a compartir hoy podrían confundir tu camino cristiano y financiero.
David, al orar, pregunta: ¿quién soy yo y quién es mi pueblo? Y ahí mismo contesta: Tú eres dueño de todo. Él no contesta: yo soy el rey y mi pueblo es el elegido, David va primero a Dios: Él es dueño de todo.

Principios del 14 al 18

P.14: Sin un carácter sólido no se pueden tomar buenas decisiones.

Mi carácter soy yo en mi mundo interior, es lo que sostiene mi mundo exterior.
Mi carácter son mis valores y los principios que rigen mis decisiones.
Cuando se trata de las finanzas siempre estamos tentados a tomar malas decisiones y si nuestro carácter no es fuerte y determinado decidiremos mal.
Mi carácter es a quién adoro. Y si eso es así, mis decisiones se rigen por mi motivo de adoración.

P.15: Tomas decisiones con los recursos propios, no con los ajenos.

Este principio es un reto sobre educación. La educación es el aprendizaje que me transforma. Entonces, para moldear mi carácter necesito aprender.
Cuando se trata de finanzas necesitamos aprender…y mucho.
Si le cedes a otro tus decisiones financieras siempre saldrás perdiendo, porque el dinero es un dios que demanda adoración y el mundo está rendido a sus pies.
Para que puedas tomar decisiones correctas debes aprender, estar dispuesto a crecer, pero no a que te motiven a gastar sino a que te enseñen a administrar.
Si le cedes tus decisiones financieras a otros, no solo otros estarán decidiendo tu futuro sino que nunca te harás responsable de las consecuencias de tus decisiones.

P.16: Haz lo que tienes que hacer, cuando lo debes hacer y cómo lo debes hacer, sin importar las consecuencias.

Carácter es constancia, no es un capricho que surge de momento ni una emoción temporal y volátil. El carácter es disciplina, es mantenerse haciendo lo correcto sea cual sea la consecuencia.
Con nuestras finanzas debemos hacer lo que tenemos que hacer, cuando lo tenemos que hacer, cómo lo debemos hacer, sin importar las consecuencias.
Cuando entendemos que Dios es el dueño de todo, incluso que le pertenecemos, seremos fieles en nuestra generosidad, aunque eso signifique sacrificar o postergar nuestros caprichos.
Esta constancia en nuestro carácter nos ayudará a elegir siempre cubrir las necesidades antes que los caprichos.

P.17: Tu carácter es tu mejor legado.

El carácter es tu legado. La siguiente generación algunas veces oirá lo que dices, pero siempre hará lo que haces.
Tu constancia, firmeza y compromiso tiene mayor valor que cualquier otra herencia que puedas dejarle a tus hijos.
Ocúpate en dejarle algo a tus hijos, pero nunca sacrifiques la herencia de carácter por la herencia material, porque finalmente, con lo material no se consigue el carácter, pero con carácter se consigue lo material.

P.18: El poder de decisión es un regalo, úsalo sabiamente.

Esta serie ha sido una invitación a la generosidad, a la administración sabia de los recursos, pero sobre todo ha sido una invitación a la adoración.
Tus decisiones son adoración, tu generosidad, administración y decisiones financieras reflejan a quién adoras.
Cada semana este recinto abre un espacio para la adoración. No para la demanda, la obligación o la manipulación, sino para la adoración. Tú decides cómo la vives.
Dios te dio libre albedrío, puedes decidir lo que haces con tu vida, tu tiempo, tus recursos, tu salud y tu dinero. Pero cuando recuerdas quién eres y quién es Dios empezarás a cambiar tus paradigmas en cuanto a tus decisiones.
1º Crónicas 29:17 NVI
17 Yo sé, mi Dios, que tú pruebas los corazones y amas la rectitud. Por eso, con rectitud de corazón te he ofrecido voluntariamente todas estas cosas, y he visto con júbilo que tu pueblo, aquí presente, te ha traído sus ofrendas.
Si queremos que nuestras raíces sean perpetuas debemos trabajar en nuestro carácter. Para trabajar en nuestro carácter debemos afirmar nuestra identidad. Para descubrir nuestra identidad debemos empezar con Dios.
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