La predicación y el predicador, una aproximación

Reconociendo Dones  •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
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Qué es predicar, cualidades de un predicador.

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Introducción

¿Qué tienen en común Noé, Juan el Bautista, Jonás y Cristo a parte de ser personajes bíblicos, hombres…? Veamos los siguientes textos:
2 Pedro 2:5 “si no perdonó al mundo antiguo, sino que guardó a Noé, un predicador de justicia, con otros siete, cuando trajo el diluvio sobre el mundo de los impíos;”
Mat 12:41 Los hombres de Nínive se levantarán con esta generación en el juicio y la condenarán, porque ellos se arrepintieron con la predicación de Jonás; y mirad, algo más grande que Jonás está aquí.
Mr 1:4 Juan el Bautista apareció en el desierto predicando el bautismo de arrepentimiento para el perdón de pecados.
Mateo 4:17 “Desde entonces Jesús comenzó a predicar y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado.”
Respuesta: los cuatro son predicadores.
Estamos inmersos en un proceso que nos permitirá reconocer a aquellos hermanos que puedan estar capacitados por el Señor para poder enseñar y predicar en nuestra congregación.
No estamos buscando pastores, sino reconociendo dones que el Señor ha dado a la iglesia que nos lleven a un crecimiento espiritual, que edifiquen a la iglesia exponiendo con claridad todo el consejo de Dios, y que estén cualificados para predicar el evangelio.
El domingo pasado aprendimos que nuestro Señor enseñaba y predicaba. Asistimos a una clase magistral en la que Jesús de Nazaret mostró sus dotes como Maestro en toda su dimensión y el efecto que esto produjo en sus oyentes. La conclusión de ellos, era que estaban admirados, maravillados porque hablaba como quien tiene autoridad. ¿Qué objetivo perseguía? Lo que dice 2 Timoteo 3:16–17 “Toda Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir, para instruir en justicia, a fin de que el hombre de Dios sea perfecto, equipado para toda buena obra.
Hoy miraremos la otra ocupación de Cristo: la predicación. Y asistiremos a la primera predicación que tenemos en el libro de los Hechos al comienzo de la iglesia y expondremos algunas de las cualidades de un predicador a la luz del ejemplo de Pedro.
Una nota y un consejo a los maestros, predicadores y hermanos, el domingo pasado empecé mi exposición citando Mr 11:1 como un texto en el que se decía que Cristo enseñaba y predicaba. Cometí un error tipográfico y el texto que quería citar Mt 11:1. La r y la t están juntas en el teclado. Lo siento. ¡Hermanos cuidado con el teclado!
Así que vamos hoy a Mat 11:1 LBLA Y sucedió que cuando Jesús terminó de dar instrucciones a sus doce discípulos, se fue de allí a enseñar y predicar en las ciudades de ellos.
Mat_4:17 Desde entonces Jesús comenzó a predicar y a decir: Arrepentíos, porque el reino de los cielos se ha acercado. Este es el mensaje de la predicación al inicio del ministerio del Señor.
Mat 4:23 Y Jesús iba por toda Galilea, enseñando en sus sinagogas y proclamando el evangelio del reino,...
Luc_4:44 Y predicaba en las sinagogas de Judea.
Hch_5:42 Y todos los días, en el templo y de casa en casa, no cesaban de enseñar y predicar a Jesús como el Cristo. Los hermanos de la iglesia en Jerusalén también lo hacían. Y esta labor aparece por todo el nuevo testamento.
El apóstol Pablo le manda a Timoteo que
2 Ti 4:2–3 Predica la palabra; insiste a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con mucha paciencia e instrucción. Porque vendrá tiempo cuando no soportarán la sana doctrina, sino que teniendo comezón de oídos, acumularán para sí maestros conforme a sus propios deseos;
De manera que no es necesario enfatizar que la predicación es central en la propagación del reino de los cielos entre los hombres. 1 Corintios 1:21 Porque ya que en la sabiduría de Dios el mundo no conoció a Dios por medio de su propia sabiduría, agradó a Dios, mediante la necedad de la predicación, salvar a los que creen.” La predicación es un instrumento de Dios para salvar a los que creen, no hay otro medio.
Ahora bien, ¿qué es predicar? ¿Es lo mismo que enseñar? Veremos que no, no son lo mismo. Aunque en muchas ocasiones se dan en el mismo acto.

¿Qué es predicar?

En la Biblia encontramos predicadores en el AT y el NT.
En el AT vemos al inicio de los tiempos a Noé como leímos al principio: un predicador de justicia. ¿Noé un predicador? Sí, y veremos porqué en el significado. Pero no solo Noé. En el período patriarcal e incluso después de Sinaí, los creyentes debían comunicar las promesas y mandamientos de Dios a sus hijos (Gn. 18:19; Dt. 11:19). En Israel, esta instrucción privada debía suplementarse por una lectura pública de la ley cada siete años durante la Fiesta de los Tabernáculos (Dt. 31:9–13). Durante los avivamientos en los reinados de Josafat y Josías, los levitas fueron de ciudad en ciudad en Judea leyendo la ley públicamente (2 Cr. 15:3; 17:7–9; 35:3). Esdras y los que le ayudaban interpretaron la ley a medida que leían públicamente después del retorno del cautiverio (Neh. 8:7, 8). En las sinagogas, la lectura pública de porciones de la ley y de los profetas era seguida por interpretaciones homiléticas.
Los profetas estuvieron en actividad en Israel desde el tiempo de Moisés hasta los días de los reyes, pero el profetismo se constituyó en el modo más extraordinario de revelación divina en los días de la apostasía de Israel. Los grandes profetas fueron los heraldos de Dios que declaraban (formas de nāḡad) juicio y esperanza futura de salvación, y predicaban contra las iniquidades (formas de qārāʾ) del pueblo y de sus líderes. La predicación de los profetas era, a menudo, dada por Dios inmediatamente y transmitida a medida que se recibía, en tanto que la predicación de los levitas se basaba sobre la palabra escrita, la Torah.
En el NT, la predicación de Juan el Bautista, Jesús, los apóstoles y otros se describe por medio de treinta términos diferentes. Los más importantes son kērussein, «anunciar», «proclamar» (usado sesenta y una veces, kērugma cerca de nueve veces); euangelidseszai, «publicar las buenas nuevas» (usado sobre cincuenta veces, euangelion sobre setenta veces); y didaskein, «enseñar» (usado cerca de noventa veces, los sustantivos didaskalia y didachē también se usan, especialmente en las epístolas pastorales).
Por tanto, predicar es
1. Anunciar, proclamar κηρύσσω (kērussō). predicador ⇔ heraldo — una persona que proclama noticias importantes públicamente y a gran voz; especialmente las noticias procedentes de Dios sobre el camino de la salvación a través de la muerte y resurrección de Jesús. es un pregonero como los que aparecen en Daniel 3:4–6 “Y el heraldo proclamó con fuerza: Se os ordena a vosotros, pueblos, naciones y lenguas, que en el momento en que oigáis el sonido del cuerno, la flauta, la lira, el arpa, el salterio, la gaita y toda clase de música, os postréis y adoréis la estatua de oro que el rey Nabucodonosor ha levantado; pero el que no se postre y adore, será echado inmediatamente en un horno de fuego ardiente.” El rey había dado órdenes, y ellos pregonaban, anunciaban las órdenes del rey. Eran predicadores.
Marcos 1:4  Juan el Bautista apareció en el desierto predicando el bautismo de arrepentimiento para el perdón de pecados.
Marcos 1:38 “Y Él les dijo*: Vamos a otro lugar, a los pueblos vecinos, para que predique también allí, porque para eso he salido.”
Lucas 4:18 “El Espíritu del Señor está sobre mí, porque me ha ungido para anunciar el evangelio a los pobres. Me ha enviado para proclamar libertad a los cautivos, y la recuperación de la vista a los ciegos; para poner en libertad a los oprimidos;”
2 Timoteo 4:2Predica la palabra; insiste a tiempo y fuera de tiempo; redarguye, reprende, exhorta con mucha paciencia e instrucción.”
Kerux indica al predicador dando una proclamación. Es la imagen de Noé en su tiempo, o el apóstol Pablo en 2 Timoteo 1:11 “para el cual yo fui constituido predicador, apóstol y maestro.”
2. Transmitir el evangelio εὐαγγελίζω (euangelidsō). Llevar la buena noticia relativa a la instauración presente ahora del imperio divino y el camino de la salvación de Jesús por su muerte y resurrección. Señala a su mensaje como buenas nuevas. El predicador es alguien tiene un mensaje específico, el evangelio.
Hechos de los Apóstoles 8:35 “Entonces Felipe abrió su boca, y comenzando desde esta Escritura, le anunció el evangelio de Jesús.”
1 Corintios 9:16 “Porque si predico el evangelio, no tengo nada de qué gloriarme, pues estoy bajo el deber de hacerlo; pues ¡ay de mí si no predico el evangelio!” .
1 Corintios 15:1 “Ahora os hago saber, hermanos, el evangelio que os prediqué, el cual también recibisteis, en el cual también estáis firmes,”
Gálatas 1:16 “revelar a su Hijo en mí para que yo le anunciara entre los gentiles, no consulté enseguida con carne y sangre,” . Pablo predicaba (evangelizaba)
Nota: hay ocasiones que el que trae buenas noticias — anunciar o transmitir un mensaje de información positiva sobre acontecimientos recientes e importantes que no son el evangelio.
Los ángeles anunciando el nacimiento de Cristo. Lucas 2:10Mas el ángel les dijo: No temáis, porque he aquí, os traigo buenas nuevas de gran gozo que serán para todo el pueblo;” Estaban anunciando que un niño ha nacido. No estaban hablando del evangelio de Cristo.
Timoteo cuando informó a Pablo sobre los Tesalonicenses. 1 Tesalonicenses 3:6 “Pero ahora Timoteo ha regresado de vosotros a nosotros, y nos ha traído buenas noticias de vuestra fe y amor y de que siempre tenéis buen recuerdo de nosotros, añorando vernos, como también nosotros a vosotros;
De lo que estamos hablando es que predicar es proclamar a voz en cuello, la gran noticia de que Cristo ha venido al mundo, ha vivido una vida santa y perfecta, que ha muerto y resucitado al tercer día y que vendrá a buscar a aquellos que se han ido a sus pies en arrepentimiento y fe y que han creído en él, como Señor y Salvador, y que de esta manera han sido librados de la condenación eterna. No es solo dar buenas noticias de algo.
De manera que la predicación por un lado, tiene su origen en Dios , no en los hombres. Es una muestra inmensa del amor de Dios. El Dios Justo y Santo ha mostrado su inmenso amor a los hombres que ha decidido anunciar cómo pueden los hombres librarse de Su justo juicio. Podría no haberlo hecho. Nínive ni ninguno de nosotros merece tal bondad. Sin embargo, Dios Misericordioso se ha compadecido de los hombres y ha enviado a lo largo de la historia a hombres con un mensaje claro y sencillo.
Isaías 45:22 “Volveos a mí y sed salvos, todos los términos de la tierra; porque yo soy Dios, y no hay ningún otro.”
Jonás 1:1–2 “Vino palabra del Señor a Jonás, hijo de Amitai, diciendo: Levántate, ve a Nínive, la gran ciudad, y proclama contra ella, porque su maldad ha subido hasta mí.”
Marcos 16:15 “Y les dijo: Id por todo el mundo y predicad el evangelio a toda criatura.”
Y por otro, es un mandato de Cristo a sus discípulos a quienes envió a predicar.
Isaías 61:1–3 “El Espíritu del Señor Dios está sobre mí, porque me ha ungido el Señor para traer buenas nuevas a los afligidos; me ha enviado para vendar a los quebrantados de corazón, para proclamar libertad a los cautivos y liberación a los prisioneros; para proclamar el año favorable del Señor, y el día de venganza de nuestro Dios; para consolar a todos los que lloran, para conceder que a los que lloran en Sión se les dé diadema en vez de ceniza, aceite de alegría en vez de luto, manto de alabanza en vez de espíritu abatido; para que sean llamados robles de justicia, plantío del Señor, para que Él sea glorificado.” Cristo hizo suyas estas palabras en los días de su carne. Vino a proclamar, a anunciar las buenas nuevas de salvación a todo aquel que cree. Cristo el ejemplo.
Hechos de los Apóstoles 1:8 “pero recibiréis poder cuando el Espíritu Santo venga sobre vosotros; y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea y Samaria, y hasta los confines de la tierra.”
Mateo 10:5–7 “A estos doce envió Jesús después de instruirlos, diciendo: No vayáis por el camino de los gentiles, y no entréis en ninguna ciudad de los samaritanos. Sino id más bien a las ovejas perdidas de la casa de Israel. Y cuando vayáis, predicad diciendo: «El reino de los cielos se ha acercado».”
Marcos 3:14–15Y designó a doce, para que estuvieran con Él y para enviarlos a predicar, y para que tuvieran autoridad de expulsar demonios.”
Por tanto, predicar es proclamar, anunciar en voz alta un mensaje claro: el evangelio. ¿Pero para qué vas a anunciar el evangelio? ¿Cuál es el objetivo? Efectivamente que los hombres y las mujeres se arrepientan y crean y sean salvos. Es lo que vemos en las Escrituras. Si recuerdan el domingo pasado el maestro, no necesariamente busca el arrepentimiento de los que oyen, su objetivo es equipar, transmitir una habilidad, un conocimiento que le permita al oyente fortalecer su fe, en el sentido más amplio.

Un predicador en acción

Para verlo en la práctica, asistamos a la primera predicación que se llevó a cabo en Jerusalén, registada en Hch 2 en una iglesia que se estaba formada por un grupo de hermanos, unos 120, que no tenían pastor, pero que estaban juntos, no en un garaje, sino en un piso superior donde estaban hospedados, esperando el cumplimiento de la promesa dada por el Señor del Espíritu Santo. Supongo que no estarían callados durante esos días y semanas de espera. Creo que estarían hablando de Cristo y de lo que habían vivido estos tres últimos años. Intentarían reconstruir todo lo sucedido y de la misma manera que nosotros cada uno aportaría su recuerdo, apuntaría algún hecho destacable. Me imagino la luz de sus miradas, el gozo exultante en sus corazones....
Pasaron las semanas, llegó el día de Pentecostés, estaban juntos y de repente sopla un viento, sobre las cabezas unas lenguas de fuego y empezaron a hablar en un idioma que no era el suyo, y que era reconocible por los asistentes. Me imagino el asombro de todos y alboroto que se formó en aquella pequeña congregación. Habían sido llenos del ES y en medio de ellos,
Hechos de los Apóstoles 2:14 “Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó la voz (“a voz en cuello, NVI”)y les declaró: Varones judíos y todos los que vivís en Jerusalén, sea esto de vuestro conocimiento y prestad atención a mis palabras,”
Esto es un heraldo, uno que va a proclamar en alta voz, con voz en cuello. Así predicó Jonás y Juan el Bautista. Un predicador tiene que tener una gran voz, porque necesita alzarla. Hoy tenemos amplificadores que a lo mejor nos facilitan el trabajo. Pero no está ahí la cuestión, sino en la actidud con la que se predica.
Él habló así porque estaba lleno del ES. Un pescador, sin formación, y con un carácter como el del, no puede hablar así a menos que esté lleno del ES. Hermanos, ni era el más preparado, ni el más prudente, ni el más cariñoso, ni el más preparado. Era un hombre sencillo al que el El Señor levantó y lo usó como un instrumento en Sus manos para hacer algo que ni se imaginaba que haría. ¿Eso significa que menospreciamos la preparación y la formación del predicador? No, desde luego que no, es importante que el predicador se esfuerce en formarse, pero lo determinante es que haya cultivado una relación estrecha y profunda con Cristo.
Pedro iba a explicar lo que estaba pasando en aquel lugar. La NVI, lo dice de manera más comprensible para nosotros usando un lenguaje más actual “déjenme explicarle lo que sucede”.
Se dirige a los oyentes que tenía delante. Eran judíos y muchos que habían venido a la fiesta de Pentecostés desde muy lejos, donde se hablaban lenguas distintas a las que se hablaban en Jerusalén en aquellos días. Al ver el alboroto se acercaron para informarse de lo que pasaba en aquel lugar.
¿Cómo explica Pedro lo sucedido? Citando al profeta Joel 2:28–32Y sucederá que después de esto, derramaré mi Espíritu sobre toda carne; y vuestros hijos y vuestras hijas profetizarán, vuestros ancianos soñarán sueños, vuestros jóvenes verán visiones. Y aun sobre los siervos y las siervas derramaré mi Espíritu en esos días...” Es decir, les dice que están contemplando el cumplimiento de una profecía dada al profeta Joel muchos siglos antes. Esto nos dice que el apóstol conoce la Escritura. No era un erudito, y seguramente sabía lo que cualquier niño judío de aquella época sabía. Conocería lo que sus padres le enseñaron y lo que aprendió en la sinagoga. En los tres años que estuvo con el Señor se había empapado aún más de sus enseñanzas, de como citaba el Señor la ley y los profetas. Habría aprendido como los dos de Emaús todo lo que se decía del Maestro en la Escrituras. Probablemente habría hablado con los demás de estas cosas para afianzarlo en su corazón y en su mente. Cuando llegó el tiempo, de la abundancia del corazón, habló su boca.
¿Y De qué habló? v:22-36. De Cristo, del plan de salvación que llevó a cabo, de su muerte y resurrección, v:29. Exaltó a Cristo. Esto es lo que el apóstol Pablo había predicado a los Corintios 1 Corintios 15:3–5Porque yo os entregué en primer lugar lo mismo que recibí: que Cristo murió por nuestros pecados, conforme a las Escrituras; que fue sepultado y que resucitó al tercer día, conforme a las Escrituras; que se apareció a Cefas y después a los doce;”
Les habló del pecado que había en ellos. Les hizo responsables de su crucifixión, los confrontó con sus propio hechos que demuestran su pecado ante Dios. Presentó a Cristo glorioso, victorioso sobre la muerte, exaltado por Dios, Hechos de los Apóstoles 2:36Sepa, pues, con certeza toda la casa de Israel, que a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y Cristo.
Su objetivo era mostrar el pecado de aquellos hombres y mujeres y llevarlos al arrepentimiento. No era solo explicar lo sucedido en Jerusalén. Aprovechó el momento para presentar el evangelio a toda criatura.
¿Qué efecto tuvo esta predicación? : v:37 Se compungieron de corazón ( se sintieron profundamente conmovidos, NVI) y pidieron ayuda. ” Sus conciencias estaban iluminadas por la voz de Dios a través de Pedro. El ES había obrado en ellos el nuevo nacimiento y los había capacitado para escuchar la voz de Dios, alumbrando sus conciencias y concederles el arrepentimiento para vida.
El apóstol, le anuncia el camino. Les indica cómo deben responder ante la proclamación que han oído.
Hechos de los Apóstoles 2:38 “Y Pedro les dijo: Arrepentíos y sed bautizados cada uno de vosotros en el nombre de Jesucristo para perdón de vuestros pecados, y recibiréis el don del Espíritu Santo.”
Los que estaban allí, respondieron al llamado eficaz, recibieron la palabra de Dios, el evangelio de salvación y fueron bautizados. Unas tres mil almas. Hechos de los Apóstoles 2:41Entonces los que habían recibido su palabra fueron bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil almas.
Hermanos aquí vemos a un predicador. Pedro había recibido de Cristo un mensaje, que él mismo había recibido en lo más profundo de su corazón. Ahora, cuál heraldo, con voz en cuello, anuncia el evangelio, las buenas nuevas de salvación. Lo proclama, lo anuncia, lo transmite a los impíos y los llama al arrepentimiento. La predicación es un proceso vivo que involucra a Dios, al predicador y a la congregación. Aquí vemos las relaciones y la interacciones que se dan entre ellos.
Nota personal:
Esta es la diferencia básica entre el maestro y el predicador. El objetivo del predicador es que los oyentes vengan a los pies de Cristo en arrepentimiento y fe. Cuando Pablo predicaba en las sinagogas en sus viajes misioneros no era instruirlos como maestro de la ley que era, sino utilizar las Escrituras para conducirlos a Cristo de tal manera que acudieran a Él implorando el perdón de sus pecados, y confiando en Su justicia para vida eterna.
El objetivo del maestro es abrir las Escrituras para edificar a los creyentes primeramente con el fin de que conozcan más profundamente al Dios de las Escrituras, para que lo amen, y le sirvan de todo corazón, ayudarlos para que progresen en su santificación y sean conformados a la imagen de Cristo cada día.
En la actualidad nosotros escuchamos a alguien predicando y lo vemos al mismo tiempo enseñando. Por eso nos cuesta tanto separar una cosa de la otra. Vemos a un “pastor” abriendo las Escrituras, explicando el texto a la luz del contexto inmediato, aclarando el significado para los oyentes originales. Vemos cómo lo relaciona con Cristo, de tal manera que nos enseña qué lugar tiene ese texto en el Plan de Salvación. Nuestro hermano establece puentes entre aquel momento histórico y nosotros hoy y aplica las verdades, doctrinas, ejemplos,… a nuestra realidad cotidiana. Esto hace que nuestro amor a Cristo se incremente, nuestra vida se santifique y seamos edificados. Esto es enseñar. Pero nuestro hermano va más allá cuando está abriendo las Escrituras. Ese mismo pasaje lo utiliza para que Cristo brille a través de su vida y su obra a favor nuestro, nuestro pecado sea descubierto por la Palabra y desde él llamar a los hombres al arrepentimiento con lágrimas, por un sentido de urgencia dada realidad palpable de una eternidad sin Cristo. Esto es predicar. El predicador busca persuadir a los oyente de que vengan a Cristo Hechos de los Apóstoles 18:4 “Y discutía en la sinagoga todos los días de reposo, y trataba de persuadir a judíos y a griegos.” Por eso argumenta, presenta razones, desmonta posiciones ideas.... Dos labores en un mismo acto.
Por eso, el Señor dio dones a la iglesia entre los que están los evangelistas, y los maestros. Hay hermanos a los que el Señor ha dotado de manera especial con el don de evangelizar, de anunciar las buenas nuevas, y otros con el don de la enseñanza.
Efesios 4:11 “Y Él dio a algunos el ser apóstoles, a otros profetas, a otros evangelistas, a otros pastores y maestros,” .
En la figura de un pastor de una iglesia local estas dos labores, deben estar presentes.
¿Puede una persona predicar y no enseñar? ¿Puede enseñar y no predicar? La respuesta está en Cristo. Él en ocasiones predicaba y en otras enseñaba, y en otras hacía las dos cosas. Ambos tienen que ser hombres de Dios.
Por eso, Sugel Michelén define la predicación, como “la comunicación en forma de discurso oral de un mensaje extraído de las Sagradas Escrituras por medio de una exégesis cuidadosa; transmitida con autoridad, convicción, denuedo, pasión, urgencia y compasión a través de un hombre redimido llamado a ser cualificado por Dios; bajo la influencia y el poder del ES para la gloria de Dios en Cristo, la salvación de los pecadores y la edificación de los creyentes. Es lo que vimos en Pedro en Hch 2.
¿Hay hermanos que hagan esto entre nosotros? ¿Habrá alguno con este llamado? ¿Habrá alguno que podamos discernir que el Señor lo ha dotado para esta labor a pesar del poco tiempo que llevamos como congregación? Creo firmemente que sí. El Señor ha provisto esto para su iglesia local.

Cualidades de aquellos que van a predicar

Y qué debemos ver en aquellos hombres a los que Dios ha llamado a predicar, gratitud al pastor Sugel Michelén por su libro “delante de Dios y de parte de Dios”:
Que estén llamados por Dios a hacerlo.
Alguien que predique debe tener la convicción profunda de que ha sido llamado a hacerlo. Debe tener claro que el Señor le da esta encomienda. Hechos de los Apóstoles 9:15–16 “Pero el Señor le dijo: Ve, porque él me es un instrumento escogido, para llevar mi nombre en presencia de los gentiles, de los reyes y de los hijos de Israel; porque yo le mostraré cuánto debe padecer por mi nombre.” Dios le revela a Ananías que había escogido a Pablo como un instrumento escogido para que predicar a Cristo a los gentiles, los reyes y los hijos de Israel. Los doce eran encargados también de ir a predicar. 1 Corintios 1:17 “Pues Cristo no me envió a bautizar, sino a predicar el evangelio, no con palabras elocuentes, para que no se haga vana la cruz de Cristo.”
Que tengan autoridad.
Su mensaje siempre es “Así ha dicho el Señor...” Es un embajador, habla de parte de… no habla su propio mensaje. Es un vocero. Es una persona coherente con su llamado, temerosa de Dios. De buen testimonio, una persona íntegra, no perfecta, pero sí un hombre que no busca lucirse personalmente, no que da la gloria a Cristo.
Mira con misericordia a los perdidos.
Muestra compasión por la multitudes y por la gente que tiene alrededor que se pierde.
Que están llenos del Espíritu Santo.
Es un hombre que vive en dependencia del ES, que está delante del Señor continuamente luchando con su pecado, que quiere agradar a Dios.
Que conoce la Biblia y se prepara para esta gloriosa labor.
Las Escrituras son su fuente, la aplica correctamente a sus oyentes. Tiene que predicar a Cristo desde cualquier lugar de la Biblia. Y para ello debe conocerla en profundidad. Conoce las doctrinas principales que contiene y la estudia con perseverancia.
Que hable con denuedo.
Es valiente para decir lo que Dios dice, y no busca agradar a la gente. Es una persona que se aplica a sí mismo lo que predica. Es un hombre de convicciones.
Predica con pasión.
Predica al intelecto del oyente porque debe comprender la verdad que se predica. Por eso el mensaje es expuesto de manera lógica y ordenada con ideas coherentes y comprensibles. El mensaje debe ser claro. Pero además es un hombre apasionado porque entrega el mensaje divino. Es un hombre que aporta luz y calor. Esto no es cuestión de personalidad sino de la convicción de la mente y el fervor del corazón. Pedro hablaba de Cristo con pasión y con inteligencia. Lo vemos en sus sermones. “había visto y oído al Señor”. y por eso predicaba así.
Que predique con urgencia.
Hechos de los Apóstoles 2:40Y con muchas otras palabras testificaba solemnemente y les exhortaba diciendo: Sed salvos de esta perversa generación.” Nuestros oyentes se encaminan hacia la eternidad sin Dios. Y necesitan se persuadidos de ello.
Pedro mostraba también la compasión por las almas. Es lo que el apóstol estaría sintiendo cuando rogaba por la “mansedumbre y ternura de Cristo” 2 Cor 10:1
Es auténtico, no trata de imitar a nadie.
Progresa en su predicación, manifiesta una mejoría en la manera de predicar, en el contenido de la predicación, en su manera de comunicar y no trata de imitar a nadie. Pedro era Pedro y no Juan, ni otro. Cito a Sugel citando a Phillips Brooks que dice que la predicación es la verdad mediada por la personalidad.”
Que tiene dotes comunicativas.
Debe ser un hombre que utiliza bien su voz, la modula, su lenguaje no verbal. Que de la misma manera que señalamos para los maestros, un hombre que tiene un discurso ordenado, fácil de comprender por cualquiera, que se adapta al auditorio que tiene. Que utiliza las ilustraciones adecuadas para que su predicación brille y sea comprensible. Que no tenga un discurso plano

Implicaciones prácticas

Aunque sea reiterativo, tenemos que orar para que el Señor nos dé discernimiento y sabiduría para reconocer a estos hombres entre nosotros.
Tenemos que orar por aquellos que el Señor levante para que sean llenos del ES, que prediquen con la autoridad de Cristo de tal manera que los use para doblegar rodillas y corazones a los pies de aquel que los amó.
Tenemos que conocer a estos hombres de cerca. No debemos señalar a ninguno si antes no los conocemos un poco mejor de lo que lo has hecho hasta ahora.
Tenemos que ayudarles para que puedan hacer su trabajo como deben, que se puedan preparar, que puedan estudiar, que puedan disponer sus corazones y su intelecto para profundizar en la PD y predicar todo el consejo de Dios. Animarlos, valorar el esfuerzo, sobre todo entre nosotros que no tenemos una formación espiritual ni académica., y que no nos podemos dedicar a tiempo completo a esta labor.
Y a tí mi hermano que me escuchas y te preguntas si has sido llamado a predicar. Yo estoy igual que tú. Tengo alguna cosa clara, pero confieso que tiemblo ante la responsabilidad. Y si te sirve de consuelo, Sugel Michelén escribió este libro porque quería estar seguro de que lo que estaba haciendo era para lo que había sido llamado. Esto nos da una idea de lo difícil que es esta labor. Creo que debemos ir al Trono de la Gracia, y poner esa carga en los brazos del Salvador y pedir su ayuda. Creo que debemos dar un paso al frente y disponernos para que nos use a pesar de las debilidades que vemos en nosotros, en nuestra capacitación, etc. ¿Podría Pedro imaginar mientras Cristo estaba entre ellos que el Señor lo usaría en la predicación y que 3000 personas iban a creer en Cristo por su predicación? Y eso solo era el principio. Unos pescadores, un publicano, un revolucionario y otros.... Vasos de barro en manos del Autor y Creador del universo. ¡Quién sabe lo que el Señor hará con un grupo de hombres que se dispongan a servirle con temor y temblor! Responderemos como Isaías, Isaías 6:8 “Y oí la voz del Señor que decía: ¿A quién enviaré, y quién irá por nosotros? Entonces respondí: Heme aquí; envíame a mí.” ¿O nos pondremos a ponerle trabas como Moisés o Jeremías?.
¿Amas al Señor?¿Deseas servirle? Cuando ves las multitudes, arde tu corazón por la compasión que sientes hacia ellos? Eso se nota en tu vida diaria ¿Te angustia la predicación por el sentido de urgencia? o ¿En el fondo de tu corazón hay un deseo oculto a los demás de cierto protagonismo, de que se vea tu trabajo? Hermanos, todos hemos de ser honestos y fieles a Cristo. No es cuestión de simpatía, ni de preferencias, o de ilusión por ver a… dedicándose a la predicación. El que predica debe rendir cuenta a Dios. y no es una cuestión valadí.
No quiero tampoco hoy hacer un llamado a aquellos que nos escuchan que no tienen a Cristo como Salvador y Señor. Sí, Dios quiso usar la predicación y a los predicadores para salvar. Escucha a Pedro, a ese pescador. Cristo vino para buscar y salvar lo que se había perdido. Ese Cristo que hoy es ignorado, burlado y rechazado por tí también, murió y resucitó para pagar la deuda impagable que tu tienes con Dios a causa de tu pecado, sencillamente por haber nacido de otro ser pecador como tu madre. De la misma manera que la infracción de las leyes trae consecuencias negativas. la desobediencia de la ley de Dios es la muerte. Si eres honesto sabes que desobedeces la ley de Dios en actos visibles o en tu pensamiento. Esto ha hecho que tengas que pagar por tus pecados ante Dios. ¿No lo sabías? Pues sí. Y no hay nada que puedas hacer para satisfacer esta deuda ante el Juez de toda la tierra. Para esto vino Cristo, para pagar tu deuda ante el Creador y la justicia de Dios. Él vivió una vida total y absolutamente justa. No tenía que morir. Pero vino para hacerlo en tu lugar y pagar tu deuda judicial ante Dios. Lo glorioso es que ese hombre que vivió hace 2000 años, resucitó al tercer día. y está sentado a la diestra del Padre, glorioso. ¿Por qué lo hizo? Por amor a tí y por su pura voluntad. ¿crees esto? Examina tu vida a la luz de la PD no de la sociedad actual, y arrepiéntete de tus pecados y cree que Cristo murió por tí para perdón de tus pecados.
Amados, que el Señor nos de sabiduría, entendimiento, luz y fortalezca nuestra fe en la confianza de que Cristo nos proveerá como esposa suya que somos.
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