Vengan, razonemos (Isaías 1)

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Introducción

Hay una expresión que para muchos cristianos es chocante. Es una frase que algunas personas expresan cuando se enteran que un cristiano evangélico se está comportando de una manera incorrecta, de una manera que se supone que no es característica de un buen cristiano. Seguramente usted lo ha escuchado y hasta seguramente lo ha dicho. Por ejemplo, cuando se refieren a alguien que es mala paga, o chismoso, o malgeniado, la expresión es: “¡hmm, y eso que es cristiano!”. ¿La ha escuchado?
Esta expresión nos incomoda a veces porque pensamos que de alguna manera es injusta, porque nadie anda diciendo sobre las personas de otras confesiones de fe: “hmm, y eso que es católico” o “hmm, tan malgeniado, y eso que es budista”.
Pero, por otro lado, esta expresión nos recuerda que sí hay una expectativa de que nosotros debemos vivir de una manera diferente, de una manera que refleje la santidad del Dios que decimos adorar. El problema, y yo creo que esta es una de las razones que alimentan esa expresión chocante, es que muchas veces en la iglesia sobre-enfatizamos el cambio de conducta, pero descuidamos la necesidad en el cambio en el corazón y en la necesidad del arrepentimiento. Y por eso es que tarde o temprano terminamos pelando el cobre. Hogar de niñas.
El libro de Isaías es precisamente un fuerte recordatorio sobre qué significa ser pueblo de Dios, de las expectativas que hay sobre nosotros al entrar en relación con él, y también este libro habla sobre las consecuencias devastadoras de vivir una vida de rebeldía en contra de Dios, incluso para aquellos que se consideran hijos de Dios. De manera que, como siempre, esta porción de la Palabra de Dios es una invitación a mirarnos al espejo.
El primer capítulo del libro de Isaías es una especie de introducción al mensaje que se a va desarrollar a través del todo el libro. Hay temas claves que encontramos en este capítulo, que se van a expandir y a la vez son hilos conductores que se desarrollan en el libro y que también aparecen en el capítulo 66, el capítulo final, enmarcando y enfatizando el propósito del mensaje del libro. Uno de esos hilos conductores en el libro es precisamente “el pecado del pueblo de Israel”. Quizás expresado así no nos escandalice tanto, pero si decimos “el pecado del pueblo de Dios”, eso sí nos debe alertar sobre lo urgente y delicado que es este mensaje. “El pecado del pueblo de Dios”, suena bastante contradictorio, ¿verdad? Así como aquella frase injusta: “y eso que es cristiano”.

Exposición

El v.1 nos da de manera muy general el contexto del mensaje del libro. Leer.
Esto nos muestra que el mensaje de Isaías fue proclamado a través de un periodo extendido de tiempo. El libro presenta una serie de profecías proclamadas en diferentes momentos.
Ahora, en el v.2 encontramos en inicio de la proclamación. Leer.
Aquí, el Señor está llamando a la creación, recuerden Gen 1:1, como testigos en este juicio, testigos que no solo han visto las acciones de Dios a favor de su pueblo y también la rebeldía de ellos, pero además los cielos y la tierra también fueron testigos de las bendiciones y maldiciones determinadas por Dios en el pacto. Leamos Deut 30:15-19
15 »Hoy te doy a elegir entre la vida y la muerte, entre el bien y el mal. 16 Hoy te ordeno que ames al Señor tu Dios, que andes en sus caminos, y que cumplas sus mandamientos, preceptos y leyes. Así vivirás y te multiplicarás, y el Señor tu Dios te bendecirá en la tierra de la que vas a tomar posesión.
17 »Pero, si tu corazón se rebela y no obedeces, sino que te desvías para adorar y servir a otros dioses, 18 te advierto hoy que serás destruido sin remedio. No vivirás mucho tiempo en el territorio que vas a poseer luego de cruzar el Jordán.
19 »Hoy pongo al cielo y a la tierra por testigos contra ti, de que te he dado a elegir entre la vida y la muerte, entre la bendición y la maldición. Elige, pues, la vida, para que vivan tú y tus descendientes. 20 Ama al Señor tu Dios, obedécelo y sé fiel a él, porque de él depende tu vida, y por él vivirás mucho tiempo en el territorio que juró dar a tus antepasados Abraham, Isaac y Jacob».
En este juicio que Dios está declarando en contra de ellos en el libro de Isaías, no hay manera en que el pueblo de Dios pueda manifestar algún tipo de ignorancia con respecto a las expectativas de Dios, y por consecuencia tampoco podían manifestar algún tipo de injusticia. El Señor está haciendo cumplir las condiciones del pacto.
La proclamación del Señor inicia con palabras cargadas de significado y dolor.
“Yo críe hijos hasta hacerlos hombres, pero ellos se rebelaron contra mí”. El Señor como padre amoroso había cuidado de sus hijos. Los sacó de la esclavitud de Egipto, los alimentó cuando tenían hambre, les dio de beber cuando tenían sed, los protegió de sus enemigos saliendo a su defensa cuando tenían miedo, les dio un lugar para vivir, les dio una identidad, ¡los convirtió en una nación!, pero aun así se rebelaron en contra de él.
La rebeldía del pueblo de Dios ha llegado a tal punto de que son comparados aquí con animales Leer v.3. SLIDE
Hoy nosotros usamos expresiones similares: “más terco que una mula”, “usted si es bien burro”, y aquí Dios está usando el ejemplo de estos animales conocidos por terqueza y torpeza, para resaltar que aun estos saben quien es su dueño y a dónde se deben dirigir. Aún estos animales torpes actúan de manera más consecuentes que el pueblo de Dios.
En el v.5 insiste al pueblo a que reaccione y se vuelva de su maldad. Leer 5-9.
Aquí vemos que las consecuencias por la rebeldía ya han llegado. El contexto aquí es que Judá ha sido recientemente atacada por una nación enemiga y solo Jerusalén prevaleció.
Y el Señor les dice: ¿todavía quieren más? La imagen aquí es como en las películas de Rocky, donde el boxeador esta vuelto anda, con sangre en los ojos, sin poder sostenerse. O como en Karate Kid cuando el muchacho está con la pierna rota y aún sigue luchando. La diferencia es que aquí no hay nada que admirar en el pueblo de Dios. El país está desolado y de la abundancia y belleza que les dio el Señor no queda casi nada, todo a causa de su pecado.
La siguiente parte del mensaje es bastante fuerte. El v. 9 termina reconociendo que si no fuera por el Señor, hubieran quedado como Sodoma y Gomorra, es decir completamente destruidos, recuerden Gen 18-19.
Pero luego el Señor usa esa misma imagen en contra de ellos v.10. Solo 10
En el v.4 cuando el Señor los llama “nación pecadora” la palabra en hebreo usada para nación es una que se usa específicamente para referirse a naciones paganas. Ahora, esta expresión se intensifica a llamar al pueblo de Dios “Sodoma y Gomorra”.
El pueblo que se supone que debía ser luz a las naciones, ahora es referente de maldad.
Cuando uno estudia el uso de las palabras que en hebreo se usan para “pecado, iniquidad, rebelión” se puede entender mejor la gravedad y la justificación de las acusaciones de parte de Dios. Algunas de las acciones del pueblo de Dios, que aparecen en todo el libro de Isaías, son:
Leer listado SLIDE
- Desobediencia a las leyes de Dios
- Alianza con naciones malvadas
- Violencia. Derramamiento de sangre inocente.
- Falso testimonio. Hablar cosas malvadas.
- Falta de justicia, especialmente hacia los más vulnerables.
- Trampa, opresión, hechicería, idolatría, corrupción, arrogancia y codicia.
.-------Imagínese que alguien hiciera la lista de nuestros pecados
Así que no es cualquier cosa lo que el pueblo de Dios está haciendo y no es un desliz, sino una rebeldía constante y arraigada en el corazón reflejada en todos los aspectos de su vida cotidiana.
Ahora, la audiencia del mensaje de Isaías hubiera podido decir, bueno, pero por lo menos nosotros sí hacemos sacrificios y ofrendas a Dios, y celebramos las fiestas, y guardamos el sábado. Pero miremos lo que Dios tiene que decir sobre esto.
v. 11-15
Como hemos visto, el Señor ha visto la vida de su pueblo, la maldad que abunda en todos los aspectos de su vida, por lo tanto, él no puede recibir con agrado ninguno de sus rituales. Lo que para ellos era adoración, Dios lo consideraba ofensa, una abominación.
Pero ahora en contraste, los v. 16-17 nos explican que es lo que Señor sí esperaba de ellos, LEER
En vez de abundancia de sacrificios, rituales y celebraciones, lo que el Señor esperaba era que su pueblo viviera de manera íntegra delante de él, que no hicieran lo malo y que fueran agentes de justicia sirviendo a los mas vulnerables. Pero Israel ha hecho todo lo contrario y por eso serán juzgados.
Sin embrago, ahora en los v.18-20, cerrando esta sección, aparece una luz de esperanza. Leer
Lo primero que el Señor les dice aquí es: “vengan, razonemos!”. El Señor los está invitando a entrar a razón. A qué se den cuenta de las consecuencias de su rebeldía.
Y aún así, a pesar de la abundancia de pecado, Dios ofrece una oportunidad. De hecho, ese el punto de la proclamación del mensaje de Isaías: ¡arrepiéntanse!, ¡vuélvanse de su mal camino! Y yo los restauraré. La gracia del Señor sobrepasa la maldad de su pueblo, y él está dispuesto a ofrecer una oportunidad a aquellos que se arrepientan y quieran cambiar su mal camino.
Dios sigue siendo fiel a las promesas que le ha hecho a su pueblo y está dispuesto a cumplirlas con aquellos que quieren seguir siendo fieles al pacto. Pero primero el pueblo debe arrepentirse y tomar la decisión de cambiar.
Como se puede ver en el desarrollo del libro, habrá algunos que acepten esta oferta y otros que no, y así mismo serán las consecuencias… Pero ahora quisiera que nosotros nos miremos al espejo y pensemos en como este mensaje nos habla a nosotros hoy como pueblo de Dios. Y quisiera formular nuestra reflexión en 3 preguntas. 3 preguntas dirigidas a nosotros mismos.

Aplicación

1. ¿Cómo estás caminando delante del Señor? SLIDE
Todo el tiempo uno está escuchando noticias de líderes cristianos que han caído en pecado y cuando se abre la olla podrida uno se pregunta ¿cómo es posible?
Pero la pregunta aquí es ¿qué tan podrida está nuestra olla? Esos casos famosos escandalizan porque son personas reconocidas, pero que hay de nosotros que no estamos tanto bajo la lupa.
Una cosa que me ha inquietado últimamente con la pandemia es el hecho de la gente esta mucho más aislada. Para algunos, el tiempo en comunidad en la iglesia es de alguna manera lo que los mantiene anclados a caminar con el Señor. Pero me preocupa que ahora que estamos detrás de un computador, creamos que eso nos da licencia para vivir en la oscuridad sin tener que dar cuentas a nadie. Que pensemos, “al fin y al cabo nadie me ve y no le hago mal a nadie”.
Pero sabemos que el Señor si nos ve. Y quisiera también que esta inquietud sirva también para recordarnos que el pastoreo no solo es responsabilidad del pastor. Todos estamos llamados a amarnos y a cuidarnos, y mucho más en estos tiempos tan complicados. Así que así sea a través de una llamada o un mensaje, debemos preocuparnos por nuestros hermanos.
Por otro lado, también que sirva para recordarnos que no estamos solos, y que hay momentos donde es muy necesario pedir ayuda, incluso con nuestro pecado.
Volviendo a la pregunta, cómo estamos delante del Señor. Quizás nosotros mismos debemos hacer el ejercicio de hacer nuestro listado. Qué pensamientos, actitudes y acciones son contrarias a las expectativas de Dios. Qué cosas de mi vida diaria, de lo que hago en privado debo dejar de lado para vivir realmente como hijo de Dios. Tal vez este ejercicio pueda ser hecho en familia, con la pareja, o con alguien que nos conozca bien y sea maduro en la fe, ya que a veces estamos tan acostumbrados a nosotros mismos que no somos conscientes de lo que hacemos. Cada área de nuestra vida debe ser evaluada, porque Dios quiere el 100% de nosotros, no solo una parte.
2. ¿Será que tú adoración es agradable para el Señor? SLIDE
Por supuesto, la respuesta a esta pregunta depende la anterior. Es decir, debo reflexionar si mi pecado esta siendo un obstáculo para que Dios reciba mis oraciones y mi adoración con agrado.
Pero también es bueno evaluar las motivaciones de nuestro corazón.
Un problema clave que vemos en este texto es que el pueblo de Israel se conformó con cumplir con rituales, que se debían hacer, pero sin consecuencia con lo que había en su corazón y en su vida diaria. Muchas veces nosotros caemos en lo mismo. Vamos a la iglesia, ofrendamos, participamos en algunas actividades, incluso leemos la Biblia de vez en cuando y listo! Creemos que con eso ya le cumplimos al Señor. Pero el resto de la semana vivimos desconectados del Señor y nuestra vida diaria no refleja dependencia ni adoración al Señor. Por que quizás estamos muy ocupados, o porque eso no hace parte de nuestras prioridades. Por otro lado, a veces también pensamos en nuestras acciones de adoración de manera transaccional, es decir, hago esto para recibir favor de Dios, o como talismán, para que no me vaya mal.
Incluso podemos llegar a creer que Dios nos debe algo por todas estás acciones que hacemos. El El problema con el pecado y la religiosidad. Queremos hacer las cosas a nuestra manera. Queremos domesticar a Dios. Creemos que le podemos torcer el brazo a Dios y seguir viviendo la vida como nos parece.
Así que, es bueno que nos preguntemos si lo que decimos hacer para él de verdad le agrada.
3. Y después de evaluarnos, debemos preguntarnos: ¿Qué voy a hacer al respecto? SLIDE
El pueblo de Israel ya estaba viviendo las consecuencias de su pecado cuando recibió este mensaje, y la situación se puso mucho peor después de eso.
Quizás usted esté viviendo hoy las consecuencias su pecado, de sus malas decisiones, pero el Señor nos esta ofreciendo hoy una nueva oportunidad. Una oportunidad para estar en paz con él y para disfrutar vivir en una relación de amor con él.
O quizás, por la gracia de Dios, usted todavía no esta viviendo las consecuencias de su pecado y este es el momento preciso para frenar en seco y cambiar de dirección. Piense, pídale a Señor que le muestre, qué decisiones debe tomar hoy. Qué acciones están llevando su vida por el camino equivocado, incluso a la muerte. Qué relaciones debe cortar porque la están alejando de Dios. Hoy el Señor nos está dando la oportunidad.
…La oferta está puesta sobre la mesa y la decisión está en nuestras manos.
Los últimos versículos del libro cierran con el cumplimiento de lo que Dios ha venido diciendo, incluyendo la terrible realidad de que aun algunos, a pesar de las oportunidades y el llamado al arrepentimiento siguieron rebelándose en contra del Señor. 66:22-23.
22 »Porque así como perdurarán en mi presencia el cielo nuevo y la tierra nueva que yo haré, así también perdurarán el nombre y los descendientes de ustedes —afirma el Señor—. 23 Sucederá que de una luna nueva a otra, y de un sábado a otro, toda la humanidad vendrá a postrarse ante mí —dice el Señor—. 24 Entonces saldrán y contemplarán los cadáveres de los que se rebelaron contra mí.
»Porque no morirá el gusano que los devora, ni se apagará el fuego que los consume: ¡repulsivos serán a toda la humanidad!»
El Señor promete ayudarnos y restaurarnos, pero nosotros debemos tomar la decisión, y es una decisión de vida o muerte.
Oremos.
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