El mundo de cabeza restaurado

Los Doce - Joel   •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
0 ratings
· 14 views

U: EL profeta relata la venida del Día del Señor en dos aspectos: 1) Juicio para las naciones no arrepentidas; 2) Vindicación y venganza para Su pueblo abatido por el pecado. P: Animar a los jóvenes a que sus crisis y conflictos tendrán un glorioso final cuando Cristo venga a gobernar y traer juicio. A: 1. Prepárate para la guerra. 2. Pon tu mirada en tu recompensa futura

Notes
Transcript
Handout
Si pudieras conocer el final de la historia de algo, ¿qué sería?
Muchas veces anhelamos conocer el final de las cosas, o querer vivir de nuevo tal fecha para poder cambiar algunas cosas, ahora que ya sabemos cómo sucedieron. La realidad es que el ser humano vive con un intenso deseo de conocer qué pasará mañana, para saber qué decisiones tomar, o qué hacer o dejar de hacer. Todos vivimos con esa incertidumbre de lo que pasará; y por tal razón es que vagamos en nuestro caminar, sin dirección ni propósito. Pero si supiéramos cómo terminará la historia, las decisiones que tomáramos serían otras.
Nos encontramos al final de la profecía del profeta Joel. Y aunque no vimos a detalle todo el libro, si pudimos ver que el mensaje de Joel se desarrolla como los demás profetas: Oráculos o Mensajes de juicio seguidos por Oráculos o Mensajes de salvación. Por eso podemos notar que estas semanas que pasaron, las enseñanzas que hemos tenido han estado enfocados en las crisis y juicios, pero sin olvidar que después de esos juicios viene la reivindicación. Escuchen cómo un comentarista resume el mensaje de Joel:

Joel ha legado a la humanidad la lección de incalculable valor: Que el desastre físico acompaña la desintegración moral. La relación que tiene un hombre con su Dios afecta vitalmente las alegrías y las aflicciones de éste en la tierra. Un verdadero arrepentimiento (“lacerad vuestro corazón, y no vuestros vestidos”) no solamente traerá una mejor comprensión entre el hombre y Dios, sino que mejorará las relaciones del hombre con el ambiente donde se desenvuelva. El mismo Dios que gobierna nuestra alma, gobierna el mundo en que vivimos

Entonces, podemos decir que el mensaje de Joel se aplica a nuestras vidas, hoy 2024, en que nos insta a que veamos las crisis como un mensaje de advertencia y un llamado al arrepentimiento de nuestra vida. Pero el día de hoy, como conclusión del libro, quiero que veamos en qué debemos poner nuestra esperanza. “El Mundo de cabeza restaurado” es el tema que Joel nos deja para animarnos a continuar, a pesar de las “plagas” que en nuestras vidas puedan llegar (y ten po cierto que van a llegar).
Joel 3:9–21 NBLA
Proclamen esto entre las naciones: Prepárense para la guerra, despierten a los valientes; Acérquense, suban todos los soldados. Forjen espadas de sus rejas de arado Y lanzas de sus podaderas; Diga el débil: «Fuerte soy». Apresúrense y vengan, naciones todas de alrededor, Y reúnanse allí. Haz descender, oh Señor, a Tus valientes. Despiértense y suban las naciones Al valle de Josafat, Porque allí me sentaré a juzgar A todas las naciones de alrededor. Metan la hoz, porque la cosecha está madura; Vengan, pisen, que el lagar está lleno; Las tinajas rebosan, porque grande es su maldad. Multitudes de multitudes en el valle de la decisión. Porque cerca está el día del Señor en el valle de la decisión. El sol y la luna se oscurecen, Y las estrellas pierden su resplandor. El Señor ruge desde Sión Y desde Jerusalén da Su voz, Y tiemblan los cielos y la tierra. Pero el Señor es refugio para Su pueblo Y fortaleza para los israelitas. Entonces sabrán que Yo soy el Señor su Dios, Que habito en Sión, Mi santo monte. Y Jerusalén será santa, Y los extranjeros no pasarán más por ella. Y sucederá que en aquel día Los montes destilarán vino dulce, Las colinas fluirán leche, Y por todos los arroyos de Judá correrán las aguas; Brotará un manantial de la casa del Señor Y regará el valle de Sitim. Egipto será una desolación, Y Edom será un desierto desolado, Por la violencia hecha a los hijos de Judá, En cuya tierra han derramado sangre inocente. Pero Judá será habitada para siempre, Y Jerusalén por todas las generaciones. Y Yo vengaré su sangre, que aún no he vengado, Pues el Señor habita en Sión.
Como mencioné, Joel nos va a presentar qué es aquello que debemos tener en la mente como meta para proseguir. Vamos a ver dos realidades:
Una Guerra Santa GANADA
Una Exaltación gloriosa ESPERADA

Una Guerra Santa ganada

Joel 3:9–17 NBLA
Proclamen esto entre las naciones: Prepárense para la guerra, despierten a los valientes; Acérquense, suban todos los soldados. Forjen espadas de sus rejas de arado Y lanzas de sus podaderas; Diga el débil: «Fuerte soy». Apresúrense y vengan, naciones todas de alrededor, Y reúnanse allí. Haz descender, oh Señor, a Tus valientes. Despiértense y suban las naciones Al valle de Josafat, Porque allí me sentaré a juzgar A todas las naciones de alrededor. Metan la hoz, porque la cosecha está madura; Vengan, pisen, que el lagar está lleno; Las tinajas rebosan, porque grande es su maldad. Multitudes de multitudes en el valle de la decisión. Porque cerca está el día del Señor en el valle de la decisión. El sol y la luna se oscurecen, Y las estrellas pierden su resplandor. El Señor ruge desde Sión Y desde Jerusalén da Su voz, Y tiemblan los cielos y la tierra. Pero el Señor es refugio para Su pueblo Y fortaleza para los israelitas. Entonces sabrán que Yo soy el Señor su Dios, Que habito en Sión, Mi santo monte. Y Jerusalén será santa, Y los extranjeros no pasarán más por ella.
Estamos en guerra. Y esto no es un “eslogan” que se utiliza para infundir el terror en las personas. Es una realidad que la Biblia enseña desde tiempos antiguos.
¿Han escuchado algo acerca del “Teología del sufrimiento”?
Es parte de la Teología Sistemática que estudia la doctrina de la Iglesia y el caminar cristiano. La Teología del sufrimiento enseña que desde el momento en que creemos en Cristo vamos a sufrir. Y esto no es nuevo, pues desde Génesis se narra esto:
Génesis 3:15 NBLA
»Pondré enemistad Entre tú y la mujer, Y entre tu simiente y su simiente; él te herirá en la cabeza, Y tú lo herirás en el talón».
Este pasaje es conocido como el protoevangelio (primera mención del evangelio); y la gente se queda únicamente en esa enseñanza: La Simiente de Eva vendrá a derrota a la simiente de la Serpiente. Pero se ignora la otra parte del pasaje, a saber, la doctrina de la enemistad entre simientes. Veamos algunos ejemplos de esa enemistad entre la Simiente de la Mujer y la Simiente de la Serpiente, individuales como colectivas:
Individuales
Caín con Abel
Ismael con Isaac
Esaú con Jacob
Los hijos de Israel con José
Balam con Israel
Saúl y David
Herodes y Jesús (la matanza)
Colectivas
Faraón y Egipto con Moisés e Israel
Naciones canaanitas con Israel
Asiria con Israel
Babilonia con Israel
El mundo y la Iglesia
Entonces, vemos que en toda la revelación de la Biblia, en toda la Historia de Dios, existe esta enemistad entre la simiente de la serpiente siempre atacando a la Simiente de Eva, Cristo y su descendencia, la Iglesia. De modo que, no es extraño (no debería serlo) que en la vida de este lado de la eternidad estemos enfrentando dificultades tras dificultades; ataques tras ataques. Estamos en una guerra. Y esta guerra va a producir en nosotros sufrimiento. Veamos algunos pasajes que lo demuestran.
Salmo 34:19 NBLA
Muchas son las aflicciones del justo, Pero de todas ellas lo libra el Señor.
Hechos de los Apóstoles 14:22 NBLA
fortaleciendo los ánimos de los discípulos, exhortándolos a que perseveraran en la fe, y diciendo: «Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de Dios».
Juan 15:20 NBLA
»Acuérdense de la palabra que Yo les dije: “Un siervo no es mayor que su señor”. Si me persiguieron a Mí, también los perseguirán a ustedes; si guardaron Mi palabra, también guardarán la de ustedes.
1 Pedro 4:12 NBLA
Amados, no se sorprendan del fuego de prueba que en medio de ustedes ha venido para probarlos, como si alguna cosa extraña les estuviera aconteciendo.
2 Timoteo 3:12 NBLA
Y en verdad, todos los que quieren vivir piadosamente en Cristo Jesús, serán perseguidos.
Juan 16:33 NBLA
»Estas cosas les he hablado para que en Mí tengan paz. En el mundo tienen tribulación; pero confíen, Yo he vencido al mundo».
Como podemos ver, la Teología del Sufrimiento permea cada parte de la Biblia, desde Génesis hasta Apocalipsis; y cualquiera que niegue esta realidad está engañado y es un mentiroso. Pero, el libro de Joel nos recuerda una verdad consoladora: Estamos en una guerra santa ganada.

Un llamado para Su pueblo a la guerra

Joel 3:9–11 NBLA
Proclamen esto entre las naciones: Prepárense para la guerra, despierten a los valientes; Acérquense, suban todos los soldados. Forjen espadas de sus rejas de arado Y lanzas de sus podaderas; Diga el débil: «Fuerte soy». Apresúrense y vengan, naciones todas de alrededor, Y reúnanse allí. Haz descender, oh Señor, a Tus valientes.
Este es un llamado al pueblo de Dios, Su iglesia a prepararnos para el combate.
Efesios 6:10–13 NBLA
Por lo demás, fortalézcanse en el Señor y en el poder de su fuerza. Revístanse con toda la armadura de Dios para que puedan estar firmes contra las insidias del diablo. Porque nuestra lucha no es contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades, contra los poderes de este mundo de tinieblas, contra las fuerzas espirituales de maldad en las regiones celestes. Por tanto, tomen toda la armadura de Dios, para que puedan resistir en el día malo, y habiéndolo hecho todo, estar firmes.
Es el mismo mensaje que Joel el que Pablo le dice a los efesios. Debemos tomar las armas para resistir los ataques de nuestros enemigos.

Una llamado para Sus enemigos a la guerra

Joel 3:12–15 NBLA
Despiértense y suban las naciones Al valle de Josafat, Porque allí me sentaré a juzgar A todas las naciones de alrededor. Metan la hoz, porque la cosecha está madura; Vengan, pisen, que el lagar está lleno; Las tinajas rebosan, porque grande es su maldad. Multitudes de multitudes en el valle de la decisión. Porque cerca está el día del Señor en el valle de la decisión. El sol y la luna se oscurecen, Y las estrellas pierden su resplandor.
Me llama la atención en el v.12 “el valle de Josafat”. Este valle se creía que se encontraba en el sitio del valle de Cedrón al este de Jerusalén, entre la ciudad y el Monte de los Olivos. Ahora bien, es interesante que Dios haya mencionado “Josafat”, pues ese nombre significa “Dios ha juzgado”; lo que nos dice que, nuevamente, el profeta se está valiendo de símbolos para describir una realidad. Luevo, en Jl. 3.14 ese mismo valle es nombrado como “el valle de la decisión” lo que nos dice que ese cambio y juego de palabras es una referencia a que Dios traerá juicio sobre las naciones; no en un lugar específico, sino que tal acción será realizada con determinación.
Lo mismo sucede en Apocalipsis 16:16 donde dice que a los enemigos del Señor “los reunieron en el lugar que en hebreo se llama Armagedón.” Este Armagedón era una transliteración del hebreo “Monte Meguido” (Ar-Magedon), que era una ciudad situada en una importante ruta comercial entre Mesopotamia y Egipto. Este lugar era usado comúnmente para enfrentarse en guerra, pues tenían como ayuda las llanuras para combatir mejor. Tanto Meguido como “Yehoshafat” son símbolos del lugar NO GEOGRÁFICO donde el Señor derrotará a sus enemigos.

Un rugido victorioso de parte de Dios

Joel 3:16–17 NBLA
El Señor ruge desde Sión Y desde Jerusalén da Su voz, Y tiemblan los cielos y la tierra. Pero el Señor es refugio para Su pueblo Y fortaleza para los israelitas. Entonces sabrán que Yo soy el Señor su Dios, Que habito en Sión, Mi santo monte. Y Jerusalén será santa, Y los extranjeros no pasarán más por ella.
Me encanta el lenguaje que se utiliza para referirse a nuestro Dios: El León de Judá que vence a sus enemigos. Dice que desde Sión y desde Jerusalén rugirá y se oirá Su voz. Creo que no hay mejores palabras para describir esto que cómo lo expresó el pastor Miguel Núñez en su libro “Hasta que ruja el León
La batalla espiritual que inició en la tierra con la rebelión de Adán y Eva continuó su avance hasta que llegó el momento cuando el Hijo de Dios murió en un madero para resucitar al tercer día. Ese fin de semana representó el anuncio del triunfo del Cordero de Dios y el León de la Tribu de Judá. Jesús murió como un cordero por el perdón de nuestros pecados y rugió como un león cuando dejó la tumba vacía.
Por eso el Señor dice Jl. 3.17
Joel 3:17 NBLA
Entonces sabrán que Yo soy el Señor su Dios, Que habito en Sión, Mi santo monte. Y Jerusalén será santa, Y los extranjeros no pasarán más por ella.
Cuando el Señor venga, cuando el León Ruja no habrá más enemigos. No habrá más guerra. No habrá más guerra que batallar; pues la guerra al final fue terminada en la cruz, y las guerrillas por fin concluidas. Finalmente rugirá nuestro Señor desde Su trono, y todos nos postraremos ante Su presencia, unos para vergüenza y juicio, y otros para exaltación y gloria.
Lo que nos lleva de la mano a la segunda enseñanza: Una exaltación gloriosa esperada.

Una Exaltación gloriosa esperada

Joel 3:18–21 NBLA
Y sucederá que en aquel día Los montes destilarán vino dulce, Las colinas fluirán leche, Y por todos los arroyos de Judá correrán las aguas; Brotará un manantial de la casa del Señor Y regará el valle de Sitim. Egipto será una desolación, Y Edom será un desierto desolado, Por la violencia hecha a los hijos de Judá, En cuya tierra han derramado sangre inocente. Pero Judá será habitada para siempre, Y Jerusalén por todas las generaciones. Y Yo vengaré su sangre, que aún no he vengado, Pues el Señor habita en Sión.
No quiero que nos confundamos con las imágenes que los profetas utilizan, interpretándolas literalmente cuando no se debe.

Un Paraíso Restaurado

Vemos Joel 3:18 “Y sucederá que en aquel día Los montes destilarán vino dulce”
¿Dónde se menciona en la Biblia acerca de un lugar que destila miel y leche?
Canaán. La tierra de Canaán era la Tierra Prometida para el Pueblo de Dios, donde tendrían el descanso, el Reposo de todas sus obras.
Joel 3:18Y por todos los arroyos de Judá correrán las aguas; Brotará un manantial de la casa del Señor Y regará el valle de Sitim.”
¿Dónde dice en la Biblia que corrían arroyos o ríos?
Edén. El profeta toma la imagen del Edén para describir ese paraíso que Su pueblo gozará cuando El Señor haya destruido a Sus enemigos. Todas las profecías escatológicas que hablen de la creación conviviendo en paz y la naturaleza haciendo maravillas (como la de destilar leche) son imágenes que al lector hebreo y judío le recuerdan al Edén. Ese paraíso perdido será restaurado con la venida del Día del Señor; y como ya vimos en las semanas anteriores, el Día del Señor inició con Su Primera venida y el Pentecostés, pero también describe Su Segunda Venida cuando venga a juzgar.
De manera que, lo que Joel nos está describiendo es que la esperanza que como pueblo del Pacto debemos tener es que llegará el momento en que Dios nos volverá a colocar en un Nuevo y Mejor Edén. Así como Adán fue creado del polvo de la tierra y luego fue colocado en el Edén (GN 2.15), así mismo el Señor nos tomará del polvo del pecado que hay en la tierra y nos colocará en el Nuevo Edén.

Una Ciudad Restaurada

Joel 3:19–20 NBLA
Egipto será una desolación, Y Edom será un desierto desolado, Por la violencia hecha a los hijos de Judá, En cuya tierra han derramado sangre inocente. Pero Judá será habitada para siempre, Y Jerusalén por todas las generaciones.
Notemos esta comparativa que hay entre las naciones que se mencionan en Jl. 3.19-20. En primer lugar tenemos a Egipto, enemigo del pueblo de Dios al esclavizarlos durante 430 años. Después, tenemos a Edom, descendientes de Ismael, quienes le dieron la espalda a Israel cuando fueron esparcidos durante el Exilio. Estas naciones representan a todas aquellas naciones enemigas del pueblo de Dios, todos aquellos enemigos que atacaron al pueblo del Señor, a la iglesia de Cristo. Todas estas naciones y enemigos, dice Joel 3.20 que quedarán desolados u como desierto. “PERO Judá...” Como dijo Martýn Lloyd-Jones, “benditos ‘pero’ de la Biblia.”
Joel 3:20 NBLA
Pero Judá será habitada para siempre, Y Jerusalén por todas las generaciones.
Este pasaje no se refiere a que Jerusalén literalmente será habitada. No. El contexto está describiendo un contraste entre los enemigos de Dios (simbolizados como naciones y ciudades) y el pueblo de Dios (simbolizado en una nación y una ciudad).
¿Qué significa que Jerusalén será habitada?
Nuevamente la Biblia nos presenta la respuesta, pero ahora hacia el futuro.
Apocalipsis 21:1–2 NBLA
Entonces vi un cielo nuevo y una tierra nueva, porque el primer cielo y la primera tierra pasaron, y el mar ya no existe. Y vi la ciudad santa, la nueva Jerusalén, que descendía del cielo, de Dios, preparada como una novia ataviada para su esposo.
Nuestro Dios no solo restaurará el Edén donde la humanidad fue creada; sino también restaurará a Jerusalén, donde la Nueva Creación, la Iglesia, fue creada. Esta Nueva Jerusalén será habitada para siempre, y por todas las generaciones. No se está hablando de un “milenio” en la tierra. Joel está describiendo la Nueva Jerusalén que nos está guardada a todos nosotros que esperamos en Cristo, todos los que hemos creído en el evangelio y tenemos el testimonio de Cristo. Allí será nuestro hogar. Ya es nuestro hogar desde que creímos en Cristo. Sin embargo, todavía no hemos llegado. Grábate esa doctrina del ya y todavía no; pues te va a dar la fuerza para seguir adelante.
¿Mientras esto sucede, qué debemos hacer?
Confía en que Dios reivindicará todo tu sufrimiento.

Una Reivindicación justa

Quizá ahora no puedas ver “justicia” en tu vida. Probablemente no puedas ver el propósito de tus padecimientos, o ves que la gente no creyente es prosperada mientras que tú sigues luchando con falta de trabajo, enfermedad o dolores. Quizá estás como Asaf en el Salmo 73
Salmo 73:2–6 NBLA
En cuanto a mí, mis pies estuvieron a punto de tropezar, Casi resbalaron mis pasos. Porque tuve envidia de los arrogantes Al ver la prosperidad de los impíos. Porque no hay dolores en su muerte, Y su cuerpo es robusto. No sufren penalidades como los mortales, Ni son azotados como los demás hombres. Por tanto, el orgullo es su collar; El manto de la violencia los cubre.
Salmo 73:13–14 NBLA
Ciertamente en vano he guardado puro mi corazón Y lavado mis manos en inocencia, Pues he sido azotado todo el día Y castigado cada mañana.
Escucha lo que el Señor dice en Jl 3.21
Joel 3:21 NBLA
Y Yo vengaré su sangre, que aún no he vengado, Pues el Señor habita en Sión.
Y, siglos después, a través del apóstol Juan, lo repite en Ap. 6.9-11
Apocalipsis 6:9–11 NBLA
Cuando el Cordero abrió el quinto sello, vi debajo del altar las almas de los que habían sido muertos a causa de la palabra de Dios y del testimonio que habían mantenido. Clamaban a gran voz: «¿Hasta cuándo, oh Señor santo y verdadero, esperarás para juzgar y vengar nuestra sangre de los que moran en la tierra?» Y se les dio a cada uno de ellos una vestidura blanca, y se les dijo que descansaran un poco más de tiempo, hasta que se completara también el número de sus consiervos y de sus hermanos que habrían de ser muertos como ellos lo habían sido.
Espera. Confía. Al Final habrá una reivindicación. Al Final habrá descanso. A Final habrá Venganza a favor de aquellos que esperan en Jehová.

Aplicación

1. Prepárate para la guerra

No ignores que por ser hijo de Dios tendrás aflicciones. No esperes que todo marche bien, sin dolor ni preocupaciones. No, joven o señorita. En este mundo estarás librando guerrillas y peleas todos los días, hasta que des tu último respiro. Pero recuerda que el “León Rugirá desde Sión y Su voz se escuchará desde Jerusalén”.
Busca qué áreas de tu vida son las más difíciles de enfrentar (pecado, circunstancias, ataques del mundo) y reconoce que allí está la batalla que debes librar.
Ármate de tu armadura. Toma Tu Biblia y ponte a leer. Llena tu mente de la Palabra de Dios, al punto que todas esas mentiras en tu cabeza, sentimientos en tu corazón y ataques del mundo poco a poco pierdan fuerza.
No descuides tu tiempo de oración, enfocándote en esas batallas que debes librar, pidiéndole al Señor que te dé la fuerza para resistir y salir victorioso.
No menosprecies al enemigo (satanás, el mundo, la carne).

2. Pon tu mirada en tu recompensa futura

Un dato curioso de los caballos es que su visión es mucho más periférica que la nuestra. El caballo únicamente tiene que levantar la cabeza, girar las orejas y abrir las fosas nasales para poder identificar lo que tiene a lado de él. No necesita girar la cabeza, a menos que quiera ver qué tiene exactamente atrás de él. Ahora bien, a los caballos de carreras se les coloca unas gríngolas para que únicamente vean lo que está delante de ellos sin distracción.
Lo mismo debemos hacer nosotros al momento de correr la carrera de la fe. Debemos poner nuestro enfoque en lo que Dios tiene preparado para ti, una vez que termines la carrera.
Un nuevo hogar, libre de pecado
Una nueva familia, todos con el mismo amor por Dios
Una nueva ciudad, libre de corrupción
Un nuevo cuerpo, libre de dolencias y enfermedades
Una nueva vida, libre de preocupación angustias.
Quiero terminar leyendo un himno, esperando que puedas guardarlo en tu corazón.
NO SOY YO, SINO CRISTO EN MÍ
Inmensurable gracia hay en Cristo, ya no hay más que el cielo pueda dar
Mi libertad, justicia y mi gozo, profunda paz e inexplicable amor
Puedo confiar Él es mi esperanza pues mi vida anclada está en Él
Asombro amor que hoy me hace cantar: No soy yo, sino Cristo en mí
Aún en la densa noche no estoy solo pues conmigo el Salvador está
En mi debilidad encuentro gozo pues Su poder se prefeccionará en mí
Puedo confiar aunque ande por el valle pues mi Pastor él me defenderá
Las tinieblas venció y yo puedo cantar: No soy yo, sino Cristo en mí
Me rescató y no dudo en mi destino; seguro estoy pues Él por mí pagó
Por mi perdón el precio fue su sangre; resucitó, la tumba él vació
Puedo confiar, Jesús venció al pecado y por siempre será Él mi clamor
Las cadenas rompió, libre soy, cantaré: No soy yo, sino Cristo en mí.
Mi anhelo es siempre seguir a Cristo. Él prometió llevarme a mi hogar
Mientras tanto él me perfecciona hasta que esté completo ante Él
Puedo confiar Él es mi esperanza, toda gloria solo y siempre a ÉL
Al final cantaré y por siempre diré: No soy yo, sino Cristo en mí.
Related Media
See more
Related Sermons
See more