En quién confías o qué confias

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Hay momentos en los que las amenazas del enemigo son tan fuerte y tan reales que se nos hace difícil visualizar un final distinto a lo que se nos presenta.

Isaias 36- El rey de Asiria subió a invadir a todas las ciudades fortificadas de Judá y las tomó.
Las ciudades fortificadas eran aquellas que eran consideradas importante. Si tu vida no es importante o valiosa el enemigo no te ataca porque piensa que no tiene nada que obtener de ti. Así que si estas en guerra seguramente hay algo en ti que el enemigo quiere tener.
Envia con sus mensajeros un mensaje al rey de Jerusalen Ezequias.

¿Qué confianza es esta en que te apoyas? 5Yo digo que el consejo y poderío para la guerra, de que tú hablas, no son más que palabras vacías. Ahora bien, ¿en quién confías para que te rebeles contra mí? 6He aquí que confías en este báculo de caña frágil, en Egipto, en el cual si alguien se apoyare, se le entrará por la mano, y la atravesará. Tal es Faraón rey de Egipto para con todos los que en él confían. 7Y si me decís: En Jehová nuestro Dios confiamos; ¿no es éste aquel cuyos lugares altos y cuyos altares hizo quitar Ezequías, y dijo a Judá y a Jerusalén: Delante de este altar adoraréis? 8Ahora, pues, yo te ruego que des rehenes al rey de Asiria mi señor, y yo te daré dos mil caballos, si tú puedes dar jinetes que cabalguen sobre ellos. 9¿Cómo, pues, podrás resistir a un capitán, al menor de los siervos de mi señor, aunque estés confiado en Egipto con sus carros y su gente de a caballo? 10¿Acaso vine yo ahora a esta tierra para destruirla sin Jehová? Jehová me dijo: Sube a esta tierra y destrúyela.

El enemigo nos hará creer que nuestra mejor opción es aliarnos con él. Usara a quien se deje usar para darnos consejos desviados de la voluntad de Dios.
Le rogaron que no hablaran en la lengua que el pueblo entendiese para que no se turbaran pero ellos los ignoraron.
El plan era amedrentarlos a todos. Miedo, desanimo y desesperanza
Reina Valera Revisada (1960) (Capítulo 36)
No os engañe Ezequías, porque no os podrá librar. 15Ni os haga Ezequías confiar en Jehová, diciendo: Ciertamente Jehová nos librará; no será entregada esta ciudad en manos del rey de Asiria. 16No escuchéis a Ezequías, porque así dice el rey de Asiria: Haced conmigo paz, y salid a mí; y coma cada uno de su viña, y cada uno de su higuera, y beba cada cual las aguas de su pozo, 17hasta que yo venga y os lleve a una tierra como la vuestra, tierra de grano y de vino, tierra de pan y de viñas. 18Mirad que no os engañe Ezequías diciendo: Jehová nos librará. ¿Acaso libraron los dioses de las naciones cada uno su tierra de la mano del rey de Asiria? 19¿Dónde está el dios de Hamat y de Arfad? ¿Dónde está el dios de Sefarvaim? ¿Libraron a Samaria de mi mano? 20¿Qué dios hay entre los dioses de estas tierras que haya librado su tierra de mi mano, para que Jehová libre de mi mano a Jerusalén?
21Pero ellos callaron,
Callaron y no respondieron porque el rey se los habia ordenado. Uno no anda negociando con el enemigo, ni entra en conversaciones con quienes no quieren lo mejor para ti. Eso es muy peligroso
Este asunto no le tocaba al pueblo discutirlo, era al rey. Hay asuntos que no te toca a ti negociarlos sino a TU REY
Pidieron a Isaias la interseción Cap. 37
6Y les dijo Isaías: Diréis así a vuestro señor: Así ha dicho Jehová: No temas por las palabras que has oído, con las cuales me han blasfemado los siervos del rey de Asiria. 7He aquí que yo pondré en él un espíritu, y oirá un rumor, y volverá a su tierra; y haré que en su tierra perezca a espada.
Reina Valera Revisada (1960) (Miami: Sociedades Bı́blicas Unidas, 1998), Is 37:6–7.
Dios habla paz a su siervo.
El rey de Asiria responde con una carta: Isaias 37:10-11
Isaiah 37:10–11 RVR60
Así diréis a Ezequías rey de Judá: No te engañe tu Dios en quien tú confías, diciendo: Jerusalén no será entregada en mano del rey de Asiria. He aquí que tú oíste lo que han hecho los reyes de Asiria a todas las tierras, que las destruyeron; ¿y escaparás tú?
Cuestiona nuevamente la fe de Ezequias…
Toma la carta
Va a la casa de Jehova y ora
Isaiah 37:16–20 RVR60
Jehová de los ejércitos, Dios de Israel, que moras entre los querubines, sólo tú eres Dios de todos los reinos de la tierra; tú hiciste los cielos y la tierra. Inclina, oh Jehová, tu oído, y oye; abre, oh Jehová, tus ojos, y mira; y oye todas las palabras de Senaquerib, que ha enviado a blasfemar al Dios viviente. Ciertamente, oh Jehová, los reyes de Asiria destruyeron todas las tierras y sus comarcas, y entregaron los dioses de ellos al fuego; porque no eran dioses, sino obra de manos de hombre, madera y piedra; por eso los destruyeron. Ahora pues, Jehová Dios nuestro, líbranos de su mano, para que todos los reinos de la tierra conozcan que sólo tú eres Jehová.
Alabo, reconocio que Dios es el unico con poder para librarlos,
Dios respondió Isaias 37:33-36
Isaiah 37:33–36 RVR60
Por tanto, así dice Jehová acerca del rey de Asiria: No entrará en esta ciudad, ni arrojará saeta en ella; no vendrá delante de ella con escudo, ni levantará contra ella baluarte. Por el camino que vino, volverá, y no entrará en esta ciudad, dice Jehová. Porque yo ampararé a esta ciudad para salvarla, por amor de mí mismo, y por amor de David mi siervo. Y salió el ángel de Jehová y mató a ciento ochenta y cinco mil en el campamento de los asirios; y cuando se levantaron por la mañana, he aquí que todo era cuerpos de muertos.
Dios salvó a su pueblo contra todo pronostico. Nuevamente te pregunto en quien confias.
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