Valentía: el único futuro alternativo en el que ganamos

Yo soy “n”  •  Sermon  •  Submitted   •  Presented
0 ratings
· 2 views

Seguir a Jesús es un desafío que pone a prueba y afirma la valentía

Notes
Transcript

¿Qué significa ser cristianos hoy?

Ser cristianos significa que tenemos un enemigo. Lo hemos tenido siempre, pero ahora somos conscientes de él y sus estrategias de ataque.
Romanos 8:31–39 NTV
31 ¿Qué podemos decir acerca de cosas tan maravillosas como éstas? Si Dios está a favor de nosotros, ¿quién podrá ponerse en nuestra contra? 32 Si Dios no se guardó ni a su propio Hijo, sino que lo entregó por todos nosotros, ¿no nos dará también todo lo demás? 33 ¿Quién se atreve a acusarnos a nosotros, a quienes Dios ha elegido para sí? Nadie, porque Dios mismo nos puso en la relación correcta con él. 34 Entonces, ¿quién nos condenará? Nadie, porque Cristo Jesús murió por nosotros y resucitó por nosotros, y está sentado en el lugar de honor, a la derecha de Dios, e intercede por nosotros. 35 ¿Acaso hay algo que pueda separarnos del amor de Cristo? ¿Será que él ya no nos ama si tenemos problemas o aflicciones, si somos perseguidos o pasamos hambre o estamos en la miseria o en peligro o bajo amenaza de muerte? 36 (Como dicen las Escrituras: «Por tu causa nos matan cada día; nos tratan como a ovejas en el matadero»). 37 Claro que no, a pesar de todas estas cosas, nuestra victoria es absoluta por medio de Cristo, quien nos amó. 38 Y estoy convencido de que nada podrá jamás separarnos del amor de Dios. Ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni demonios, ni nuestros temores de hoy ni nuestras preocupaciones de mañana. Ni siquiera los poderes del infierno pueden separarnos del amor de Dios. 39 Ningún poder en las alturas ni en las profundidades, de hecho, nada en toda la creación podrá jamás separarnos del amor de Dios, que está revelado en Cristo Jesús nuestro Señor.

¿Quién…?

¿Quién puede estar en contra nuestra? (31)
¿Quién acusará? (33)
¿Quién condenará? (34)
¿Quién nos apartará? (35)
Hay un “quién” que está en tu contra, te acusa, te condena y te aparta.
¿Cómo debemos entender la existencia de un enemigo? ¿Qué debemos creer acerca del diablo?
Lo primero que debemos entender como cristianos no es que existe un enemigo, sino que tenemos un aliado. Este orden debiera marcar nuestra vida cristiana, nuestra vida de oración, nuestros mensajes y luchas diarias.
Pablo se aseguró de establecer primero una verdad que era más importante que la siguiente; primero, Dios está en favor de nosotros. Segundo, tenemos un enemigo.
Lo primero no es la lucha contra el enemigo, lo primero es la relación con Dios.
Ser cristianos tiene más que ver con tu relación con Dios que con tu interacción con el enemigo.

¿Ignorar a tu enemigo?

Eso no significa que un cristiano debe ignorar la existencia e influencia de su enemigo, pero debe considerar su existencia y presencia, pero desde el lugar correcto.
En la respuesta a las preguntas de cada “quién” está la clave de cómo enfrentar al enemigo.
No todos los terrenos son adecuados para librar una batalla con tu enemigo. El terreno para enfrentarlo es justo en el que él está derrotado.
Pasa lo siguiente: tu enemigo es más grande, más inteligente, de más experiencia y más fuerte que tú. Eso significa que no tienes posibilidades de vencerlo.
De los 14 000 605 futuros posibles solo había una posibilidad de ganar y en ese escenario Dios entregaba a su Hijo a cambio de tu victoria. Era la única manera.
Entonces Dios resuelve el problema de tu derrota, la cambia en victoria poniéndose de tu lado. El único escenario en el que sales victorioso en en el escenario donde Dios está contigo. Si Dios no está, pierdes.
Cuando enfrentes a tu enemigo debes hacerlo en el escenario donde está derrotado. Entonces podrás ser ganador.
Pero este enfrentamiento, aunque es en el escenario correcto, no es fácil.
Tu enemigo, aun sabiendo que perdió, no se conforma con eso, y ya no lucha para ganar, sino para llevarte a su nivel.
Significa que debes conocer cómo él opera, para que no caigas en su trampa.

Descubriendo a tu enemigo

Arma #1: Miedo.

Tu enemigo crea fantasmas para que les tengas miedo. Pocas veces se te va a aparecer frente a frente, con su asquerosa y terrorífica cara. Su arma es más letal y sutil: usa tus propios miedos, o sea te usa como su arma para que tengas problemas contigo mismo y no con él.

Arma #2: Crítica.

Tu enemigo usará los comentarios y el rechazo.
Él hará que falles para recordarte cuán débil eres, cuán malo eres, cuán inmerecedor. Tu enemigo te acusa delante de Dios recordándole tus pecados aunque te hayas arrepentido.

Arma #3: Exhibición.

Tu enemigo buscará condenarte, exponer tus debilidades y fracasos ante los demás.
No solo te acusa ante Dios sino que te ridiculiza ante otros para que en privado y en público estés acabado.

Arma #4: Distancia.

Tu enemigo buscará apartarte de Dios. La distancia, la soledad y resentimiento con Dios te deja vulnerable y listo para la derrota.
La distancia entre Dios y el hombre provoca cobardía y temor, porque donde hay amor no hay temor y Dios es amor. El perfecto amor de Dios echa fuera el temor.

Los cristianos son valientes

Un cristiano enfrenta la vida con valentía
La valentía es una característica del cristiano. Los cristianos son valientes.
La valentía es demandada para el cristiano.
Josué 1:9 NVI
9 Ya te lo he ordenado: ¡Sé fuerte y valiente! ¡No tengas miedo ni te desanimes! Porque el Señor tu Dios te acompañará dondequiera que vayas.»
Lo que encontramos aquí es una ordenanza, a tal grado que Dios se lo repite a Josué tres veces.
Primero se lo dice como una necesidad (v.6): “sé valiente porque tú…”
Segundo se lo dice como un condicional (v.7): “pero tienes que ser muy valiente”
Finalmente se lo dice como una ordenanza (v.9): “Escucha lo que te mando: sé valiente”
¿Por qué puede Dios demandarnos ser valientes si nuestra alma es temerosa y nuestro corazón es cobarde?
Debemos admitir que nos siempre somos valientes, que más bien tenemos muchos temores y fácilmente huímos de lo que tememos.

Dios nos demanda valentía no porque somos valientes sino porque Él en nosotros es la valentía.

Cualquier cosa que haya que enfrentar podemos hacerlo porque Él está en nosotros.
Nuestro enemigo se ha encargado de crear ejércitos en nuestra mente, que nos limitan, nos hacen creer que no podemos, que no somos capaces, que no tenemos lo necesario, que no somos llamados, ni escogidos.
La respuesta para nosotros es que tenemos que ser valientes y enfrentar aun lo peor de nosotros, lo que nos atemoriza y nos preocupa, porque Él en nosotros es el vencedor.
¿Qué busca el enemigo con sus artimañas? Distanciarnos de Dios, para que caigamos a su nivel y entonces, como cobardes, perdamos las batallas en nuestra mente.

Conclusión:

Pablo inicia esta sección con la pregunta: ¿Acaso hay algo que pueda separarnos del amor de Cristo? V.35
Pablo termina diciendo categóticamente: estoy convencido de que nada podrá jamás separarnos del amor de Dios. v.38
Romanos 8:38–39 NTV
38 Y estoy convencido de que nada podrá jamás separarnos del amor de Dios. Ni la muerte ni la vida, ni ángeles ni demonios, ni nuestros temores de hoy ni nuestras preocupaciones de mañana. Ni siquiera los poderes del infierno pueden separarnos del amor de Dios. 39 Ningún poder en las alturas ni en las profundidades, de hecho, nada en toda la creación podrá jamás separarnos del amor de Dios, que está revelado en Cristo Jesús nuestro Señor.
Related Media
See more
Related Sermons
See more