Frutos

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Transcript
Una Vida sin Productividad es Una Vida Miserable
CIUDAD SIN FRUTO
TEMPLO SIN FRUTO
ÁRBOL SIN FRUTO
Introducción
Lucas 19:28-44
28 Jesús siguió su viaje a Jerusalén. 29 Cuando ya había llegado cerca de Betfagé y Betania, junto al monte que se llama de los Olivos, envió a dos de sus discípulos, 30 diciéndoles: —Vayan a la aldea que está enfrente, y al llegar encontrarán un burro atado, que nadie ha montado todavía. Desátenlo y tráiganlo. 31 Y si alguien les pregunta por qué lo desatan, díganle que el Señor lo necesita.
32 Los discípulos fueron y lo encontraron todo como Jesús se lo había dicho. 33 Mientras estaban desatando el burro, los dueños les preguntaron: —¿Por qué lo desatan? 34 Ellos contestaron: -Porque el Señor lo necesita.
35 Y poniendo sus capas sobre el burro, se lo llevaron a Jesús y lo hicieron montar. 36 Conforme Jesús avanzaba, la gente tendía sus capas por el camino. 37 Y al acercarse a la bajada del Monte de los Olivos, todos sus seguidores comenzaron a gritar de alegría y a alabar a Dios por todos los milagros que habían visto. 38 Decían: ¡Hosanna al Hijo de David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosanna en las alturas!
CIUDAD SIN FRUTO
Había llegado el momento de que Jesús desafiara abiertamente a sus oponentes mediante una clara demostración pública de que Él era el Mesías de Israel.
Por mucho tiempo sus enemigos deseaban que Jesús dijera públicamente que Él era el Mesías anticipado en toda la historia, desde Génesis 3:15
No para aceptarlo, sino para tener una razón legal de condenarlo a la muerte. Ya habían decidido no creer en Él, así que lo que buscaban los malvados religiosos era el momento propicio para acusarlo de blasfemia.
Cuando llegaron al pueblo de Betfagé cerca del monte de los Olivos, el Señor envió dos discípulos con el conocimiento anticipado de que hallarían un asna atada, y un pollino con ella, es decir, un burrito.
Debían desatar los animales y traerlos a Jesús. Si alguien les decía algo, debían explicar que el Señor necesitaba los animales. El propietario accedería. Todo sucedió tal y como Jesús había predicho.
En medio de la preparación de su muerte el Señor Jesucristo estaba en control de todo, de acuerdo al plan de Dios. Él debía morir por los pecados del mundo.
No entró a Jerusalén montado a caballo como un rey de guerra conquistador, sino sentado en un asno como un rey de paz, como lo predijeron las Escrituras (Zacarías 9:9).
Aún así, la gente lo recibió como el Mesías. El pueblo aclamaba a Jesús como su Rey y Exclamaban “Hosanna”, que quiere decir salva ahora.
Estaban citando el Salmo 118:25-26. Este salmo es definitivamente mesiánico.
La multitud de la Pascua se componía de por lo menos tres grupos: los judíos que vivían en Jerusalén, la multitud de Galilea y los que vieron a Jesús resucitar a Lázaro.
Las noticias de este milagro sin duda contribuyeron a atraer a la gran multitud. La gente quería ver con sus propios ojos a este gran hacedor de milagros.
Jesús no llevaba vestido ni corona real, no había cetro en su mano, sus acompañantes eran en su mayoría pescadores galileos.
Por esta razón los soldados romanos no se sintieron amenazados.
Esta caravan no se parecía mucho a un desfile real pero había evidentemente una inevitable majestad en Jesús.
Mateo 21:8-9
Había mucha gente. Unos tendían sus capas por el camino, y otros tendían ramas que cortaban de los árboles. Y tanto los que iban delante como los que iban detrás, gritaban:
—¡Hosana al Hijo del rey David! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosana en las alturas!
Las palmas de los árboles se tendían en la vereda por donde Jesús pasaba.
Aunque la multitud no comprendía plenamente la importancia de este evento, parecía que estaban reconociendo que Jesús era el descendiente prometido de David que había venido para otorgarles salvación.
—¡Hosana!!! El Señor Salva!!!! ¡Bendito el que viene en el nombre del Señor! ¡Hosana en las alturas!
Tanto sus palabras como sus acciones tributaban honor a aquel que entraba a la ciudad, por fin presentándose públicamente como su Rey.
Podemos decir que esta fue una falsa coronación ya que en un sentido la ciudad le daba la bienvenida al Rey, pero unos días más tarde, la ciudad grita CRUCIFÍQUENLO!!!
Esta bienvenida no le asombró a Jesús, para nada. Él sabe lo que hay en el corazón humano.
Pura fanfarria, espectáculo, emocionalismo, algarabía del momento.
Oseas 6:6
Porque misericordia quiero, y no sacrificio, y conocimiento de Dios más que holocaustos.
La entrada de Jesús a Jerusalén mostró claramente que no tenía intenciones de establecerse como rey terrenal.
El trono al que ascendería sería una tosca cruz de madera, la corona que llevaría sería de espinas.
Establecería su reino, no derramando la sangre de sus enemigos, sino su propia sangre.
De esa forma ,,,,,,,, por medio de su soledad y la terrible humillación, mediante su sufrimiento y muerte, Jesús establecería un reino de mayor gloria y majestad que cualquier reino terrenal anterior.
Pero por el momento aquí esta la gente gritando de alegría porque el Rey Mesías está entrando a Jerusalén.
Los fariseos se indignaron de que Jesús fuese aclamado públicamente de esa forma.
Lucas 19:39
39 Entonces algunos fariseos que había entre la gente le dijeron: —Maestro, reprende a tus seguidores. 40 Pero Jesús les contestó: —Les digo que si éstos se callan, las piedras gritarán.
“Reprende a tus seguidores, diles que no es cierto, aclárales que TÚ NO ERES EL MESÍAS”. “No dejes que te digan Mesías”.
Jesús respondió que esta aclamación y regocijo de la gente no era posible evitarla.
Si sus seguidores no lo aclamaban, las piedras lo harían.
Con estas palabras reprendió a los fariseos por ser más duros e insensibles que las piedras.
Esto encendía muchos más el odio de sus enemigos envidiosos, y más se afanaban por acabar con Él.
Lucas 19:41-44
41 Cuando llegó cerca de Jerusalén, al ver la ciudad, Jesús lloró por ella, 42 diciendo: «¡Si en este día tú también entendieras lo que puede darte paz! Pero ahora eso te está escondido y no puedes verlo.
43 Pues van a venir para ti días malos, en que tus enemigos harán un muro a tu alrededor, y te rodearán y atacarán por todos lados, 44 y te destruirán por completo. Matarán a tus habitantes, y no dejarán en ti ni una piedra sobre otra, porque no reconociste el momento en que Dios vino a visitarte.»
En Jerusalén, Jesús pronunció un lamento con lagrimas sobre la ciudad que había perdido su dorada oportunidad.
A pesar de esta corta aclamación de mucha gente, la nación entera no lo aceptó como el Mesías prometido.
Jerusalén no conoció el tiempo de su visitación. El Señor había visitado la ciudad con Su ofrecimiento de salvación. Pero la gente no lo quería.
Cuarenta años después, Jerusalén fue destruida. Quedó claro que fue por el rechazo hacia Jesús.
Se convirtió en una ciudad miserable, por culpa de sus líderes miserables. Vestidos de religión pero sin fruto, sin productividad.
Los líderes y los habitantes, no tenían lugar para Él en su programa, y de forma profética Jesús anunció juicio sobre la ciudad.
Esto sucede frecuentemente con personas que se alegran momentáneamente con la persona de Jesús y sus obras.
Se impresionan con Jesús.
Se emocionan de saber datos y verdades del Señor Jesucristo.
Se emocionan cuando en reuniones como estas cantamos y exaltamos su nombra con alabanza y jubilo.
Se emocionan cuando oramos por ellos y los ponemos en las manos el Señor para encomendarlos a su cuidado fiel.
Pero Jesús solamente es un agregado a sus actividades. En la vida cotidiana Jesús no tiene parte con ellos. Él no es prioridad para ellos.
Jesús no gobierna sus corazones, es parte de su sistema religioso nada más, y su sistema religiosos se activa cada domingo. Durante cada día de la semana esta en modo silenciador.
Para otros, Jesús es un gran personaje, un gran maestro, un buen líder, un increíble profeta, un hombre extraordinario.
Pero NUNCA el Señor de sus vidas. O Jesús es Dios de tu vida o no es nada.
La gente que se decepciona porque Jesús no llena sus expectativas fácilmente se vuelven enemigos del Señor.
Si hubieran vivido en el tiempo de Jesús, ellos hubieran gritado, CRUCIFÍQUENLO!!!
UNA VIDA SIN CRISTO ES UNA VIDA SIN FRUTO NI PRODUCTIVIDAD, UNA VIDA SIN PRODUCTIVIDAD ES UNA VIDA MISERABLE.
Los inconstantes en su relación con Jesús ,,,,
Son como la ciudad sin fruto ,,,,, pero también son ,,,,,
Templo sin Fruto
Lucas19:45-48.
45 Después de esto, Jesús entró en el templo y comenzó a echar de allí a los que estaban vendiendo, 46 y les dijo:
—En las Escrituras se dice: “Mi casa será casa de oración”, pero ustedes han hecho de ella una cueva de ladrones.
47 Todos los días Jesús enseñaba en el templo, y los jefes de los sacerdotes, los maestros de la ley y también los jefes del pueblo andaban buscando cómo matarlo. 48 Pero no encontraban la manera de hacerlo, porque toda la gente estaba pendiente de lo que él decía.
El significado de la entrada de Jesús como rey, a Jerusalén, no fue político sino espiritual y, por lo tanto, no fue al palacio sino al templo.
Jesús no entró al palacio, entró al templo.
Al comienzo de su ministerio público, Jesús había limpiado el templo (Juan 2:13-25), pero las prácticas antiguas y corruptas habían regresado al templo
Ahora que había llegado a la ciudad, la limpió nuevamente echando fuera a todos los que vendían y compraban dentro del lugar.
La casa de oración la habían convertido en cueva de ladrones.
Dios estaba más complacido con la compasión de Jesús al sanar a los ciegos y lisiados que con toda la actividad religiosa de los judíos.
Una vida de frutos, una vida de productividad es servir a Dios, amar a Dios, agradar a Dios, es vivir para Dios.
Con esa actitud y conducta, se puede servir al prójimo, amar al prójimo, bendecir al prójimo, edificar al prójimo. Es es una vida de productividad.
Eso era algo que los líderes de Jerusalén no tenían, ni les interesaba tener.
Ellos explotaban al prójimo; perjudicaban a los demás.
En el mismo templo se aprovechaban extorsionando a la gente y robando legalmente el dinero de los pobres (en muchos casos).
Jesús reprendió a los principales sacerdotes y líderes religiosos.
Y éstos, avergonzados ante todo el pueblo, hervían interiormente de ira impotente. Les consumía el odio por Jesús.
En ese momento no tenían poder para detener al Señor, pero se atrevieron a protestar.
Mateo 21:15-16
"Cuando los principales sacerdotes y los escribas vieron las maravillas que hacía, y a los niños clamando en el templo y diciendo:Hosanna al hijo de David’, se enojaron mucho y le dijeron: ¿Oyes lo que éstos dicen?”
Jesús respondió que ,,,, los niños vieron claramente lo que los líderes religiosos no podían ver, es decir, que Jesús era el Mesías verdadero.
Pero rechazaron al Mesías, no querían a Jesus, y sus vidas cada vez se volvían miserables.
Y es que ,,,,
UNA VIDA SIN CRISTO ES UNA VIDA SIN FRUTO NI PRODUCTIVIDAD, UNA VIDA SIN PRODUCTIVIDAD ES UNA VIDA MISERABLE.
Al final del día Jesús regresó a Betania.
Los inconstantes en su relación con Jesús ,,,,
Son como la ciudad sin fruto ,,,,, como un templo sin fruto,,,,
pero también son como un ,,,,,
Árbol sin fruto
(Mateo 21:18-22; Marcos 11:12-26).
El día de la purificación del templo, Jesús y sus discípulos habían pasado junto a una higuera.
Mateo 21:18-19
18 Por la mañana, cuando volvía a la ciudad, Jesús sintió hambre. 19 Vio una higuera junto al camino y se acercó a ella, pero no encontró más que hojas. Entonces le dijo a la higuera: —¡Nunca más vuelvas a dar fruto!
Puesto que era temprano en la mañana es probable que no habían comido ,,,, y tenían hambre.
El Señor se dirigió a la higuera esperando hallar fruto, y al no hallar nada en ella, sino únicamente hojas, dijo: “Nunca jamás nazca de ti fruto. Y al instante se secó la higuera”.
Aunque en realidad, no era tiempo de producir fruto, a pesar que sus hojas indicaban que si. Por ello, Su acto de condenar ese árbol por no dar higos podría parecer irrazonable.
¿Por qué condenar a un árbol si ni siquiera es tiempo que de frutos?
Pero no fue una reacción de enojo o sin sentido, sino más bien una parábola en acción. Esta era una ilustración vívida.
Jesús estaba expresando su enojo contra una religión sin sustancia, sin fruto, sin productividad.
Así como la higuera tenía un buen aspecto desde lejos pero de cerca no tenía frutos ,,,,,,
el templo tenía un aspecto impresionante pero los sacrificios y otras actividades no servían para nada porque la adoración a Dios no era genuina.
Debido a que no había fruto temprano, supo que no habría tampoco fruto tardío de aquel pueblo incrédulo, y por ello maldijo la higuera.
Con esto predijo el juicio que destruiría la nación. La casa de oración se había contaminado, y como resultado, se había perdido la fe genuina.
Las hojas de la higuera pueden representar las cosas visibles que hacemos por el Señor. Las cosas visibles son todo aquello que se ve por fuera.
Por ejemplo. Los que sirven como maestros, músicos enseñanza, predicación , ujieres, diáconos, administración ayudas, etc.
Todo eso es bueno, noble y necesario y puede ser la manifestación honesta del buen fruto y la productividad verdadera.
Pero ,,, puede haber todo eso, sin la esencia primordial; si una productividad real. Al final de todo la pregunta es: ¿Cómo está tu corazón? ¿Hay fruto verdadero?
Si tuvieras la oportunidad de visitar el trono de Dios y al estar en su presencia, ¿Qué presentarías delante de Él? ¿Fruto verdadero? O solamente ¿actividad ceremonial?
¿Fruto? O simplemente ¿Hojas?
La gente le dio la bienvenida a Jesús con palmas ,,, en Jerusalén ,,, pero hubiera sido mejor que le hubieran dado la bienvenida en sus corazones.
Él no vino a sentarse en el trono de un palacio terrenal, Él desea sentarse en el trono que tienes allí en tu corazón.
Jesús quiere y puede gobernar perfectamente tu vida. Puede guiarte en las sendas que tú nunca andarías. Él puede cuidar tu vida como tú nunca podrías.
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