De la Gloria al Pesebre

Navidad   •  Sermon  •  Submitted
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Introducción

Diciembre es la época mas iluminada del año en los países de occidente, en otros países es una fecha indiferente. Aunque me encanta ver los alumbrados públicos en los parques de nuestras ciudades colombiana, cada vez veo que tienen poco o nada que ver con lo que en verdad se celebra. Abundan los papa Noel, los renos, los duendecillos, las estrellas, faroles, velas, lagartijas, bastones, campanas, moños y regalos.
Se supone que Navidad significa Nacimiento y que en esta fecha la cristiandad celebra la llegada de Jesus al mundo. Pero... ¿Pero donde esta Jesus en medio del comercio, la decoración y la celebración familiar de esta fecha? Sin duda santa o satanás ha querido ahogar esta celebración con un sin numero de cosas sin sentido, fantasiosas, para empañar la gloriosa verdad de que el hijo de Dios vino al mundo.
La verdad es que la navidad tiene que ver con una verdad gloriosa que ocurrió en Belen, en un Pesebre con animales, en el ceno de una familia, que fue visitada por pastores y reyes de oriente que fueron guiados por una estrella y por voz de Angeles. Y esta mañana quiero recordarles esta gloriosa verdad, para que hagan en Navidad una celebración real, no imaginaria, tonta y sin sentido. Como vimos la semana pasada, no estamos para perder el tiempo, los días son malos, mas vale que redimamos el tiempo.
Aunque en Navidad hay muchos personajes en escena, voy a contarles la historia de Navidad desde la perspectiva de Juan. Aquí no oyes de Belen, ni de pesebres, ni de José y María, ni de reyes de oriente o pastores, no hay ángeles, ni estrellas.
Ahora bien, ¿Que tal si navidad no tuviera pesebres, reyes de oriente, pastores, arbolitos, estrellas, y luces ¿Tendría algún sentido para usted? Que tal una navidad sin su familia, sin comida, sin regalos ¿Tendría sentido una celebración sin esto?
El evangelio de Juan nos cuenta la navidad obviando todas estas realidades y nos muestra una realidad gloriosa, nos muestra a Dios en Gloria viniendo a los hombres, Para Juan Navidad no comienza en un pesebre, la gran noticia de Navidad tiene que ver con una realidad trascendente que debería hacernos saltar de regocijo hermanos.
Hay muchos que estarán en Navidad sin su familia, que han perdido a sus seres queridos y que no tendrán ningún regalo de navidad que destapar, pero espero que desde hoy jamas se ponga nostálgico por esto y que aunque todo falte en su vida, aun así pueda celebrar Navidad, porque navidad es esperanza a pesar de las circunstancias, navidad es gozo a pesar de toda tribulación, porque navidad nos recuerda que el verbo se hizo carne y si tienes al verbo, lo tienes todo.
El propósito de Juan al contarnos la historia de navidad es: “...éstas se han escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios, y para que creyendo, tengáis vida en su nombre.” (Juan 20.31) Así que esta es una historia que nos provee esperanza de vida eterna, es una historia para alentar nuestra fe a pesar de las circunstancias. Una historia que nos hará rebosar de gozo mas allá de los regalos, la luces, la comida y la familia.
Veremos en Primer lugar la historia de Navidad y las implicaciones para nuestra vida.

1. La persona de Cristo

La Navidad se trata de Jesus y su historia comienza en la gloria. Jesus es el hijo de Dios eterno, trascendente, omnisciente, todopoderoso, inmutable y eterno, que se hizo hombre. Leemos:
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.Este era en el principio con Dios.Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.” (Juan 1.1–5)
Juan es un evangelio escrito para Judíos y gentiles. Ambos tenían una idea sobre lo significaba la palabra Verbo o Logos, creo que por esto Juan no ofrece explicación:
Para los griegos: Logos era la fuerza creadora, la mente inteligente que dio orden al universo, la razón última de todo lo que existe. En términos generales era para ellos una fuerza impersonal. Juan tira por el piso esta idea u no esta diciendo que el Logos es una persona eterna, que habitaba con Dios el Padre y que era Dios. Una persona que creó todo lo que existe.
Para los Judíos, la palabra o el logos, era Dios revelándose así mismo como la fuente de toda sabiduría: “Cuando formaba los cielos, allí estaba yo; Cuando trazaba el círculo sobre la faz del abismo; Cuando afirmaba los cielos arriba, Cuando afirmaba las fuentes del abismo; Cuando ponía al mar su estatuto, Para que las aguas no traspasasen su mandamiento; Cuando establecía los fundamentos de la tierra, Con él estaba yo ordenándolo todo, Y era su delicia de día en día, Teniendo solaz delante de él en todo tiempo.” (Proverbios 8.27–30), El logos era el Dios personal creador de los cielos y la tierra: “Por la palabra de Jehová fueron hechos los cielos, Y todo el ejército de ellos por el aliento de su boca.” (Salmo 33.6), para el Judío el Logos era el Dios vivo y verdadero que hablo a sus padres y a los profetas, en el A.T. leemos: ¨La palabra de Dios vino...¨ la persona, la naturaleza, la voluntad y la verdad de Dios se revelaba por su palabra. El logos es la revelación de Dios mismo. En el Vs. 14, Juan nos dice que el Logos se hizo carne, y en hebreos dice: “Dios, habiendo hablado muchas veces y de muchas maneras en otro tiempo a los padres por los profetas, en estos postreros días nos ha hablado por el Hijo, a quien constituyó heredero de todo, y por quien asimismo hizo el universo;” (Hebreos 1.1–2), Jesus es el Logos, la Manifestación gloriosa del Eterno Dios, es el Dios eterno manifestado en Carne. Dios ahora habla ahora en carne humana. Jesus es completamente hombre y completamente Dios.
Juan nos dice que aquel que nació en Belen es preexistente, coexistente y autoexistente. Veamos cada detalle:
A. Pre- Existente
Juan 1.1 RVR60
En el principio era el Verbo, y el Verbo era con Dios, y el Verbo era Dios.
Juan tiene en mente, “En el principio creó Dios los cielos y la tierra.” (Génesis 1.1)
No dice: En el principio la palabra vino a ser.
Si dice: en el principio estaba o ya existía. Jamás hubo un tiempo en el que Jesus vino a existir, el ya era desde la eternidad con Dios el Padre, y era Dios. Juan el Bautista, aunque nació primero y fue concebido primero, da testimonio: “Juan dio testimonio de él, y clamó diciendo: Este es de quien yo decía: El que viene después de mí, es antes de mí; porque era primero que yo.” (Juan 1.15), Jesus en su humanidad era consciente de su eternidad junto a Dios el Padre: “Ahora pues, Padre, glorifícame tú al lado tuyo, con aquella gloria que tuve contigo antes que el mundo fuese.” (Juan 17.5) El es pre-existente, por lo tanto no hace parte de la creación, esta por encima de todas las cosas creadas, es antes del tiempo, él es eterno, el eterno Dios.
Los Testigos de Jehová tienen una traducción errónea de este texto, dice: El verbo era "un dios". Su argumento es que Juan no usa un artículo definido (El). Si Juan lo hubiese usado, la traducción sería: "Jesús era el Dios" y esto será una falacia que daría lugar a una herejía, es decir que hay mas de un Dios.
Juan no quiere decir que hay mas de un Dios, así que no escribe que Jesus era un dios, sino Dios consubstancial con el Padre, de la misma esencia, una persona diferente pero el mismo Dios en escénica. De hecho Juan describe mas adelante la confesión de Tomas con estas palabras: “Entonces Tomás respondió y le dijo: ¡Señor mío, y Dios mío!” (Juan 20.28), Jesus es de la misma sustancia del Padre. “Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad,” (Colosenses 2.9)
Entonces, Jesus no es otro Dios. No es un Angel creado, pues es preexistente antes de todo lo creado, no es un ser inferior al Padre es igual al Padre en deidad pero diferente en persona.
Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;” (Colosenses 1.17)
El que nació en belén, no solo es preexistente, también es:
B. Co-existente
Juan 1.2 RVR60
Este era en el principio con Dios.
Jesús es Dios, Co-existente con el Padre. Jesus desde la eternidad disfrutaba de una eterna comunión de amor con el Padre. El texto se podría traducir Así: (Y el Verbo estaba cara a cara con Dios)
y descendió el Espíritu Santo sobre él en forma corporal, como paloma, y vino una voz del cielo que decía: Tú eres mi Hijo amado; en ti tengo complacencia.” (Lucas 3.22) '
El era el eterno deleite del Padre, dice Juan, “(porque la vida fue manifestada, y la hemos visto, y testificamos, y os anunciamos la vida eterna, la cual estaba con el Padre, y se nos manifestó);” (1 Juan 1.2).
Allí donde estuvo el Padre desde toda la eternidad, estuvo también el Verbo, Dios el Hijo, con igual gloria, majestad igualmente eterna y siendo, no obstante, una única Deidad.
Aquí tenemos la gloriosa historia de Navidad, quien entro al mundo es Dios el hijo, quien estaba antes de que todo existiera en el ceno del Padre: Preexistente y coexistente con Dios, quien disfrutaba de un eterno deleite y de una gloria sin igual. ¿No es asombroso su amor? El eterno hijo, que estaba en el seno del Padre, condescendió por amor para salvar pecadores. Esto es un amor incomprensible, incomparable.
Pero hay más, Jesus es:
C. Auto-Existente
Juan 1.3–4 RVR60
Todas las cosas por él fueron hechas, y sin él nada de lo que ha sido hecho, fue hecho.En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.
El es el creador de todas las cosas. Trajo todas las cosas a la existencia por su poder soberano y omnipotente.
Dice Juan que en El estaba la vida, no dice que recibió la vida, es quien dio vida a todo, porque posee la vida, sin él nada vive. Es lo que los teólogos han llamado la Aseidad de Dios, que quiere decir que Dios es auto existente y no depende de alguien para ser, entonces, necesariamente es sin causa o eterno.
Nosotros si dependemos de él para existir:
Hechos de los Apóstoles 17.28 RVR60
Porque en él vivimos, y nos movemos, y somos; como algunos de vuestros propios poetas también han dicho: Porque linaje suyo somos.
El pre existente, coexistente y auto existente Dios el hijo, es además:
D. Refulgente
Juan 1.4–5 RVR60
En él estaba la vida, y la vida era la luz de los hombres.La luz en las tinieblas resplandece, y las tinieblas no prevalecieron contra ella.
La vida es descrita como luz para los hombres. Jesus es esta luz que manifiesta la vida de Dios.
Juan está diciendo que si quieres ver a Dios, si quieres conocer a Dios, si quieres entender a Dios, si quieres tener comunión con Dios, si quieres tener comunión con Dios, entonces sólo hay una manera de hacerlo hacer esto. Es a través de Jesucristo, porque Él es el único, único, revelador del único Dios verdadero. En otras palabras, Juan está haciendo muy claro que todos los caminos no conducen a la montaña ... que no hay muchas maneras de conocer a Dios. Solo por medio de La luz, el refulgente verbo que vino a resplandecer en medio de las tinieblas.
Jesus es luz quien da a conocer al Dios auto-existente “A Dios nadie le vio jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él le ha dado a conocer.” (Juan 1.18, RVR60)
¿Como el hijo da a conocer a Dios?
Dede el Principio, el hijo de Dios en medio de la creación actuó para manifestar la omnipotencia y soberanía de Dios, llamado todas las cosas a la existencia. Así que el hijo revela el carácter de Dios por medio de las cosas hechas: “Porque en él fueron creadas todas las cosas, las que hay en los cielos y las que hay en la tierra, visibles e invisibles; sean tronos, sean dominios, sean principados, sean potestades; todo fue creado por medio de él y para él.Y él es antes de todas las cosas, y todas las cosas en él subsisten;” (Colosenses 1.16–17)
Esta Luz alumbra a todo hombre, de manera que no tienen excusa: “porque lo que de Dios se conoce les es manifiesto, pues Dios se lo manifestó.Porque las cosas invisibles de él, su eterno poder y deidad, se hacen claramente visibles desde la creación del mundo, siendo entendidas por medio de las cosas hechas, de modo que no tienen excusa.” (Romanos 1.19–20, RVR60). El problema no esta en la luz, sino en las tinieblas del corazón que ha dado la espalda a Dios. Pero el mensaje de la creación es claro: existe un Dios todopoderoso, creador soberano a quien todos los hombres deben su existencia, a quien todos los hombres deberían agradecer, servir y obedecer.
El refulgente hijo de Dios ilumino con su gloriosa obra de creación “En el mundo estaba, y el mundo por él fue hecho; pero el mundo no le conoció.” (Juan 1.10)... y no le conoció porque los hombres amaban más las tinieblas que la luz.
El hijo también de reveló de manera personal al pueblo que Dios escogió en Abraham, redimiéndoles de Egipto y acompañándoles siendo para ellos una refulgente nube y columna de fuego sobre el tabernáculo. Pero de una manera mas gloriosa y plena hizo su morada en medio de ellos en la persona de Jesus, el tabernáculo de Dios con los hombres, Juan dice: “A lo suyo vino, y los suyos no le recibieron.” (Juan 1.11), su propio pueblo le menospreció y le llevo a la cruz junto con las demás naciones.
El autor de la vida, se hizo hombre, vino al mundo y el mundo lo rechazo, él no encontró un lugar para nacer, no tuvo donde reclinar su cabeza y al final termino siendo levantado de la tierra en una cruz, como si la tierra misma le rechazase. Fue cortado de los hombres y el sol escondió para él su luz.
El vino sabiendo que esto le esperaba, abandono su gloria para humillarse y sufrir. Vino a ser rechazado, herido de Dios y abatido, todo para manifestar el amor y la misericordia de Dios a los pecadores, para traer esperanza a sus enemigos. El hijo de Dios toma nuestro lugar y aunque vivió una vida santa y sin pecado, tomos forma de hombre, llevando en su carne nuestra enfermedad, nuestro dolor y nuestro pecado, en la cruz le oímos clamar: "Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?" esta es la palabra final de rechazo, El Juez y Padre de todos, ahora le trata como un pecador, aquí vemos al justo, muriendo por los injustos para llevarnos a Dios.
Esto es Navidad. La respuesta de Dios a nuestra indiferencia, a nuestro pecado, a nuestra ruina y desesperanza, a nuestra miseria y a nuestra muerte por habernos rebelado contra él. Así responde Dios, con amor y misericordia, enviando a su hijo eterno, que disfrutaba de comunión y amor eterno, lleno de gracia y de verdad, para hacer justicia y salvar. Jesus vino a traer a la luz la inmortalidad, vino a dar vida y esperanza de gloria. ¿No debería haber gozo inefable en navidad, al considerar quien vino, de donde vino, adonde vino y para que vino.
Ya vimos la historia de Navidad: Jesus el eterno preexistente, coexistente con el Padre, que moraba en una eterna comunión de amor, el Dios auto-existente que dio vida a todo lo existe y dio a conocer al Dios omnipotente por medio de la creación, tomo forma de hombre viniendo al mundo para dar a conocer la gracia y la verdad de Dios y así quitar para siempre la maldición que merecíamos por nuestros pecados, llevándola sobre si mismo desde su nacimiento hasta la cruz.
2. Las implicaciones para nuestra Vida
Si Jesus no es Dios, no tendríamos nada que celebrar en navidad. Atanasio, un obispo del siglo 3 D.C. estaba en una gran contienda con un teólogo llamado Ario y sus seguidores. Ellos dijeron que Jesús era la más alta de las criaturas, la primera de las criaturas, la más grande de las criaturas; que era casi como Dios, que Él era muy parecido a Dios, pero no de la misma esencia. Y Atanasio dijo: "Si Él no es de la misma esencia que Dios, entonces estamos todavía en nuestros pecados, y estamos sin esperanza en este mundo".
La Pregunta.38 de nuestro catecismo Mayor dice: ¿Por qué era necesario que el Mediador debía ser Dios?
R. Era necesario que el Mediador debía ser Dios para que él pudiera sostener y conservar la naturaleza humana de sucumbir bajo la ira infinita de Dios y bajo el poder de la muerte;144 dar mérito y eficacia a sus sufrimientos, obediencia e intercesión;145 y satisfacer la justicia de Dios,146 procurar su favor,147 comprarse un pueblo especial,148 darles su Espíritu,149 conquistar a todos sus enemigos,150 y llevar a su pueblo a la salvación eterna.151
Hch. 2:24–25: «…al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por cuanto era imposible que fuese retenido por ella. Porque David dice de él: Veía al Señor siempre delante de mí; Porque está a mi diestra, no seré conmovido»
145 Hch. 20:28: «Por tanto, mirad por vosotros, y por todo rebaño en que el Espíritu Santo os ha puesto por obispos, para apacentar la iglesia del Señor, la cual él ganó por su propia sangre». He. 7:25–28: «…por lo cual puede también salvar perpetuamente a los que por él se acercan a Dios, viviendo siempre para interceder por ellos, porque tal sumo sacerdote nos convenía: santo, inocente, sin manchas, apartado de los pecadores y hecho más sublime que los cielos; que no tiene necesidad cada día, como aquellos sumos sacerdotes, de ofrecer primero sacrificios por sus propios pecados, y luego por los del pueblo. Porque esto lo hizo una vez para siempre, ofreciéndose a sí mismo. Porque la ley constituye sumos sacerdotes a débiles hombres; pero la palabra del juramento, posterior a la ley, al Hijo, hecho perfecto para siempre».
146 Ro. 3:24–26: «Siendo justificados gratuitamente por su gracia, mediante la redención que es en Cristo Jesús, a quien Dios puso como propiciación por medio de la fe en su sangre, para manifestar su justicia, a causa de haber pasado por alto, en su paciencia, los pecados pasados, con la mira de manifestar en este tiempo su justicia, a fin de que él sea el justo, y el que justifica al que es de la fe de Jesús»
Era Necesario que Jesus fuese Dios, para que pudieses experimentar la plenitud de la salvación.
Dice J.C. Ryle: Si nadie que no fuera el Dios eterno, el Creador y Preservador de todas las cosas, podía quitar el pecado del mundo, sin duda el pecado tiene que ser mucho más abominable a los ojos de Dios de lo que la mayoría de las personas suponen. La correcta medida de la gravedad del pecado es la dignidad de Aquel que vino al mundo a salvar a los pecadores. ¡Si Cristo es tan magnífico, entonces el pecado ha de ser sin duda algo muy grave! Destaquemos que el Salvador en quien el creyente debe confiar es nada menos que el Dios eterno, el único capaz de salvar hasta lo sumo a todos aquellos que acuden al Padre a través de Él.
Aquel que estaba “con Dios” y “era Dios” es también “Emanuel, Dios con nosotros”. Demos gracias a Dios porque quien nos ayuda es “uno que es poderoso”. Nosotros somos grandes pecadores. Pero en Jesucristo tenemos un gran Salvador. Él es una fuerte piedra angular capaz de soportar el peso del pecado del mundo:
Juan 1.12–13 RVR60
Mas a todos los que le recibieron, a los que creen en su nombre, les dio potestad de ser hechos hijos de Dios; los cuales no son engendrados de sangre, ni de voluntad de carne, ni de voluntad de varón, sino de Dios.
No hay esperanza, ni paz, ni consuelo, ni amor, ni promesas, ni confianza para el futuro en la mentira de un Santa Claus. No hay valor duradero en ningún un regalo terrenal, ni en ningún sentimiento bonito que te puedan expresar.
Ningún adorno, ninguna comida, ninguna celebración familiar, ni muchas luces y canciones inspiradoras, pueden levantar el alma abatida a un gozo eterno y permanente.
Tu necesitas paz para con Dios, tu necesitas ser justo delante de Dios para no perecer en el infierno, tu necesitas un abogado que defienda tu caso ante la alta corte celestial ante la cual haz pecado, tu necesitas alguien que te ofrezca vida para tu muerte espiritual y todo esto esta en Cristo y Cristo es el don de Dios en Navidad. Esta la historia que necesitas creer para tener vida eterna, la historia de que Dios se hizo hombre.
Aquí tenemos la historia de la navidad. Sin pesebres, sin ángeles, sin pastores, sin María y José, sin un niño, todas estas son pálidas realidades a la luz de la eterna gloria de aquel que descendió del cielo para darnos vida. Puedes creer en Maria y Jose, en Angeles y pastores, el niño Jesus y eso no te salvará de tus pecados. Es creyendo en el hijo de Dios, el preexistente, coexistente y auto-existente Dios que creo todas las cosas, solo él es el salvador de los hombres. La ley no te puede salvar, tus obras te dejaran sin esperanza, solo en Jesus hay vida eterna, solo en Jesus esta el perdón que nos acerca a Dios y solo en Jesus esta la gracia que nos convierte en hijos de Dios:
Marcos 9.5–8 RVR60
Entonces Pedro dijo a Jesús: Maestro, bueno es para nosotros que estemos aquí; y hagamos tres enramadas, una para ti, otra para Moisés, y otra para Elías. Porque no sabía lo que hablaba, pues estaban espantados. Entonces vino una nube que les hizo sombra, y desde la nube una voz que decía: Este es mi Hijo amado; a él oíd. Y luego, cuando miraron, no vieron más a nadie consigo, sino a Jesús solo.
Jesus solo, es a quien debes mirar en Navidad, es creer en su nombre lo que te salva, es creyendo en su nombre como te conviertes en un hijo de Dios ¿Qué quiere decir creer en Su nombre? es creer en la plenitud de Su persona. ¿Crees en el Cristo que se revela aquí en la Escritura? ¿Crees en Él salvador como tu Redentor, tu propia esperanza de salvación, tu Señor y tu Dios? ¿crees en el Hijo de Dios, quien se hizo hombre para redimirnos del pecado?... Estas cosas que os he escrito, he escrito para que creáis que Jesús es el Cristo, el Hijo de Dios y que al creer, podéis tener vida En Su nombre.
Aquél que habitaba en gloria, entró en un mundo caído y pecaminoso, rodeado de todos sus pecados y feas tentaciones para mostrarnos la gracia y la verdad del increíble amor de Dios.
Mas razones para deleitarnos y celebrar en Navidad.
La próxima semana consideraremos la necesidad de que nuestro salvador sea perfectamente hombre. Vamos a considerar la Navidad, de la gloria al Pesebre.
Oremos
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