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Las 7 iglesias  •  Sermon  •  Submitted
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Mensaje de Efeso

INTRODUCCIÓN

EFESO LITERAL

NOMBRE Y SIGNIFICADO

Efeso. Algunos definen el nombre Efeso con el significado de “deseable”.
1.Angel. Ver com. cap. 1:20

HISTORIA

Efeso. Algunos definen el nombre Efeso con el significado de “deseable”.
Efeso era en los días de Juan la ciudad principal de la provincia de Asia, y más tarde fue su capital (ver p. 93; mapa p. 640; com. cap. 1:4; 2:12). Estaba situada en el extremo occidental de una gran carretera que atravesaba el Asia Menor desde Siria; esto y su ubicación como un puerto marítimo importante sobre el mar Egeo, hacían de ella un centro comercial importante.

CRISTIANISMO EN EFESO

Parece que el cristianismo fue predicado allí por primera vez por Pablo alrededor del año 52 d. C., cuando se detuvo por un corto tiempo en esa ciudad de camino a Jerusalén y Antioquía en su segundo viaje misionero. Sus amigos Aquila y Priscila se radicaron allí en esa ocasión y, junto con un judío alejandrino llamado Apolos —cuyo concepto del cristianismo parece haber sido formado antes de Pentecostés— fomentaron la obra de evangelización hasta el regreso de Pablo, quizá uno o dos años más tarde ( 19:7). Esta vez el apóstol permaneció en Efeso unos tres años (ver t. VI, p. 31), más que en cualquier otro lugar en sus otros viajes misioneros. Esto parece indicar que su obra allí fue muy fructífera. Lucas, su biógrafo, declara que “todos los que habitaban en Asia, judíos y griegos, oyeron la palabra del Señor Jesús” (). Por lo tanto, es probable que durante este tiempo fueron establecidas por lo menos algunas de las otras iglesias de Asia (ver , ). Después de su primer encarcelamiento en Roma, Pablo parece haber visitado nuevamente a Efeso, quizá alrededor del año 64 d. C., y dejó como encargado a Timoteo ().
Francis D. Nichol y Tulio N. Peverini, eds., Filipenses a Apocalipsis, trans. Nancy W. de Vyhmeister y Victor E. Ampuero Matta, vol. 7, Comentario Biblico Adventista del Séptimo Día (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1996), 759–760.
Tiene. Gr. kratéō, “sostener firmemente”, una expresión más vigorosa que la que se usa en cap. 1:16.
Siete estrellas. Ver com. cap. 1:16, 20. Los dirigentes de la iglesia deben estar de manera especial bajo la protección y dirección de Cristo. En la tarea que se les ha asignado son siempre sostenidos por el poder y la gracia de Dios. Debe notarse que la manera característica como Cristo se presenta a cada una de las siete iglesias, proviene de la visión más amplia que Juan contempló en el cap. 1:11–18.
Anda. Una descripción más completa de la relación de Cristo con su iglesia que la que se da en el cap. 1:13, donde Juan simplemente dice que Cristo está “en medio de los siete candeleros”. Las iglesias del tiempo apostólico disfrutaron del cuidado, la atención y el ministerio de Cristo, y esta ha sido también la privilegiada situación de la iglesia cristiana en conjunto a través de los períodos sucesivos de su historia. Así se cumple la promesa que el Señor hizo a sus discípulos de estar con ellos “todos los días, hasta el fin del mundo” ().
Francis D. Nichol y Tulio N. Peverini, eds., Filipenses a Apocalipsis, trans. Nancy W. de Vyhmeister y Victor E. Ampuero Matta, vol. 7, Comentario Biblico Adventista del Séptimo Día (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1996), 759–760.

EFESO ESPIRITUAL

HISTORIA DE LA IGLESIA DE EFESO

No se conoce con exactitud nada más de la historia de la iglesia de Efeso, hasta que su nombre aparece probablemente unos treinta años más tarde en el Apocalipsis.

EFESO Y LOS APÓSTOLES

La tradición indica que Juan, el discípulo amado de Jesús, llegó a ser el dirigente de esta iglesia, quizá después de la disolución de la sede cristiana de Jerusalén, alrededor del 68 d. C., (EL CRISTIANISMO ES DINAMICO, NO ESTATICO) durante la guerra judío-romana.
Por lo tanto, cuando se escribió el Apocalipsis Efeso debe haber sido uno de los centros principales del cristianismo. Era, pues, muy adecuado que el primer mensaje de Cristo por medio de Juan hubiera sido dirigido a esta iglesia. Su posición central en relación con el mundo cristiano en general, hace más comprensible el hecho de que su condición espiritual pudiese muy bien ser característica de toda la iglesia durante el período apostólico, período de la historia cristiana que se extiende aproximadamente hasta fines del siglo I (c. 31–100 d. C.; ver Nota Adicional al final del capítulo). Este período bien puede llamarse el de la pureza apostólica, atributo sumamente deseable a la vista de Dios.

PROFECÍA

Tiene. Gr. kratéō, “sostener firmemente”, una expresión más vigorosa que la que se usa en cap. 1:16.
Siete estrellas. Ver com. cap. 1:16, 20. Los dirigentes de la iglesia deben estar de manera especial bajo la protección y dirección de Cristo. En la tarea que se les ha asignado son siempre sostenidos por el poder y la gracia de Dios. Debe notarse que la manera característica como Cristo se presenta a cada una de las siete iglesias, proviene de la visión más amplia que Juan contempló en el cap. 1:11–18.
Anda. Una descripción más completa de la relación de Cristo con su iglesia que la que se da en el cap. 1:13, donde Juan simplemente dice que Cristo está “en medio de los siete candeleros”. Las iglesias del tiempo apostólico disfrutaron del cuidado, la atención y el ministerio de Cristo, y esta ha sido también la privilegiada situación de la iglesia cristiana en conjunto a través de los períodos sucesivos de su historia. Así se cumple la promesa que el Señor hizo a sus discípulos de estar con ellos “todos los días, hasta el fin del mundo” ().
Por amor de mi nombre.
Ver com. . Los seguidores de Cristo eran conocidos por el nombre de él: eran llamados cristianos. Su fidelidad a este nombre, su lealtad a Aquel a quien reconocían como a su Señor, fue lo que los sometió a la persecución de las autoridades romanas (ver p. 738), y los indujo a sufrir a manos de los que estaban empeñados en destruir su fe.
Tu primer amor.
Este “amor” probablemente incluía un amor de todo corazón a Dios y a la verdad, y amor mutuo fraternal para sus semejantes en general (ver com. ; ). Las controversias doctrinales suscitadas por los falsos profetas quizá habían dado lugar a un espíritu de división. Además, a pesar de los diligentes esfuerzos de muchos para contener la marea de falsas enseñanzas, una cantidad de personas que permanecieron en las iglesias sin duda estaban afectadas en mayor o menor grado por ellas. La actividad del Espíritu Santo como mensajero de la verdad (), con la tarea de convertir los principios de la verdad en fuerza viva para lograr la transformación del carácter (ver ; ; , etc.), fue estorbada en la medida que el error halló cabida en la iglesia. Además, a medida que morían los que se habían relacionado personalmente con Jesús y su testimonio dejaba de oírse, y al comenzar a borrarse la visión de la inminencia del regreso de Cristo (ver com. ), la llama de la fe y la consagración ardía cada vez más débilmente. Para un comentario sobre otros aspectos del abandono de esta primera pureza de fe y práctica, ver t. IV, pp. 861–862.
Quitaré tu candelero.
Ver com. cap. 1:12. La iglesia perdería su posición como legítima representante de Cristo. La iglesia había “caído”, pero la misericordia divina le dio una oportunidad de arrepentimiento (cf. ).
Francis D. Nichol y Tulio N. Peverini, eds., Filipenses a Apocalipsis, trans. Nancy W. de Vyhmeister y Victor E. Ampuero Matta, vol. 7, Comentario Biblico Adventista del Séptimo Día (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1996), 761.

NICOLAÍTAS

Las iglesias.
La promesa dirigida particularmente a la iglesia de Efeso es, en un sentido especial, para todas “las iglesias” de los tiempos apostólicos representadas por esta iglesia; pero aunque era particularmente apropiada para ella, se aplica también a los creyentes de todas las edades (ver com. cap. 1:11).
Francis D. Nichol y Tulio N. Peverini, eds., Filipenses a Apocalipsis, trans. Nancy W. de Vyhmeister y Victor E. Ampuero Matta, vol. 7, Comentario Biblico Adventista del Séptimo Día (Buenos Aires: Asociación Casa Editora Sudamericana, 1996), 762.
NICOLAÍTAS
Son los seguidores de aquel Nicolás que fue uno de los siete primeros ordenados por los apóstoles al diaconado. Ellos llevan una vida de indulgencia desenfrenada. El carácter de estos hombres se señala muy claramente en el Apocalipsis de Juan, [cuando se les representa] como la enseñanza de que es una cuestión de indiferencia practicar el adulterio y comer cosas sacrificadas a los ídolos. Por lo tanto, la Palabra también ha hablado de ellos así: "Pero esto tienes, que aborreces las obras de los Nicolaítas, que yo también aborrezco".

EFESO PERSONAL

Ireneo de Lyon, «Ireneo contra herejías», en Los Padres Apostólicos con Justino Mártir e Ireneo, ed. Alexander Roberts, James Donaldson, y A. Cleveland Coxe, vol. 1, The Ante-Nicene Fathers (Buffalo, Nueva York: Christian Literature Company, 1885), 352.

EFESO PERSONAL

DESEABLE
Cuando el hermano se bautiza:
Quiere estar en todas las reuniones.
Quiere trabajar para el Señor en lo que se requiera.
Desea hacer las cosas con todas sus fuerzas, porque esta agradecido con el Señor.
Trabaja incansablemente, y después se olvida porque lo hacia.
Comienza a pensar que él solo hace todo.
Comienza a ver en otros la falta de compromiso.
Comienza a sentir que él es indispensable.
Comienza a valorar solo sus trabajos.
Se olvida a quien le debe todo lo que ha conseguido.
Se olvida de su primer amor.

LLAMADO