Sermon Tone Analysis

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Pro 13

A los latinos no les gusta hablar o pensar en la muerte, pero ¿Has pensado que le dejarás a tus hijos el día que te mueras?

¿La casa, el carro, el dinero, artículos personales…?

A los latinos no les gusta hablar o pensar en la muerte, pero ¿Has pensado que le dejarás a tus hijos el día que te mueras?

¿La casa, el carro, el dinero, artículos personales…?

Cuando se habla de dejar un legado, es común escuchar la frase “¡Ten un hijo, siembra un árbol, y escribe un libro!” ¿Ya lo hiciste?

¿Es eso suficiente?

Aunque la palabra “legado” no aparece en la Biblia, hay una palabra sinónima que si aparece 70 veces, esa es la palabra “herencia” (nahal), que aparece en el vers.

que leímos, la cual significa “mantener como una posesión o tomar posesión”.

La RAE define “legado” como: “Aquello que se deja o transmite a los sucesores, sea cosa material o inmaterial”.

Un buen legado emocional.

¿Se aplica eso al matrimonio?

¡Por supuesto!

Paz en todas las áreas de nuestra vida.

John 16:33

¿Se aplica eso al matrimonio?

¡Por supuesto!

Paz en todas las áreas de nuestra vida.

Como pareja, tenemos la responsabilidad de crear y proveer, para nuestros hijos, un ambiente de paz, de armonía, tranquilidad, y seguridad física y emocional.

¿Cómo podrán disfrutar de paz si los padres se la pasan peleando o discutiendo?

¿Cómo podran conocer la armonía si los padres nunca parecen estar de acuerdo?

“lo que diga tu mamá… No, lo que diga tu papá” O “pero mami dice que Sí”

¿Cómo conoceran la tranquilidad si lo que siempre ven es a padres nerviosos, agobiados, y preocupados por lucir o quedar bien con los demás?

¿Cómo se sentirán seguros si saben que a las 5-6 PM llegará el ogro enojado porque ha tenido un mal día en el trabajo?

“¡Vamos a escondernos porque ya viene mi papá!”

Como dijo el Señor al pueblo de Israel, por medio del profeta Isaías:

Si tan solo hicieramos las cosas como Dios dice, nuestro matrimonio sería un refugio de paz y estabilidad para toda la familia.

Las cárceles están llenas de sociopatas y de personas que tuvieron una niñez confictiva; que crecieron en un hogar donde el abuso era pan diario, donde no recibieron un buen legado emocional, sino uno malo.

De una u otra manera siempre les dejaremos un legado emocional.

La pregunta es si les dejaremos uno bueno o uno malo.

Un buen legado espiritual.

Normalmente, pensar en herencia es pensar en riquezas, en cosas materiales, pero estos dos versos no nos hablan de cosas materiales sino de cosas espirituales.

La cosas materiales son temporales, hoy están, mañana ya no están.

Como dice el sabio proverbio:

Desafortunadamente, estamos tan enfocados en darles y dejarles a nuestros hijos una mejor vida material que descuidamos lo más importante, su vida espiritual.

El mejor legado que les puedes dejar no es una carrera, ni dinero, ni cosas, sino un legado espiritual.

Transmíteles, déjales, infúndeles el temor del Señor, el conocimiento de Cristo y de la Palabra de Dios.

¿Les has enseñado a leer la Biblia y a orar?

¿Te ven haciéndolo?

¿O estás muy ocupado?

¿Los llevas a la iglesia o solamente los envías?

¿Ven que para ti el Domingo es sagrado, para dedicarlo al Señor?

¿O te ven que faltas a la iglesia por cualquier razón?

Un buen legado matrimonial.

“Honroso”: de honor y estima.

Algo digno de búsqueda.

Para hablarte de la importancia de un buen legado matrimonial, quiero compartirte tres casos:

1- Conozco dos personas, hermanas entre ellas, profesionales graduadas de universidad, las dos con maestría, que ya están llegando a los 40 años de edad y solteras.

Creo que seguramente se quedarán solteronas por que cuando estaban en su adolescencia, escuché a su madre decirme que ellas ya habían decidido que no se casarían.

La pregunta es ¿Por qué?

Porque si lo que veían en el matrimonio de sus padres era lo que significaba estar casado, era mejor permanecer solteras.

¡Ese fue el legado recibido!

2- Hace exactamente ocho días, una persona me comentaba que en la primera visita que hizo a sus suegros (en otro país), le pareció extraño ver que “ellos vivían juntos pero no revueltos” (bajo el mismo techo, en diferentes habitaciones, y no como marido y mujer).

Al preguntarle a su cónyuge (el hijo de esas personas) porque eso estaba sucediendo, la respuesta que recibió fue “ya tienen años así”.

No es de extrañar que la hija de esas personas, ya vive de la misma manera con el esposo.

Y la persona que me hizo el comentario va hacia ese rumbo con su esposo.

Los hijos siguiendo el mismo patrón que vieron en el matrimonio de sus padres.

¡Ese es el legado que han recibido!

3- Este es el caso de una pareja que siempre han vivido como “perros y gatos” en su “pequeño infierno”.

Decían que no se separaban “¡por los niños!”

El señor teniendo su propia habitación, la señora compartiendo habitación con la hijita, y los hijos varones compartiendo una habitación.

¿Te das cuenta del ejemplo que esos hijos recibieron en estos casos?

Aparte de resentimiento al malo de la película (porque siempre hay un malo…) ¿Qué más despertaría en ellos?

El deseo de salir de casa lo más pronto posible, no querer casarse, y en muchos casos, homosexualidad.

El mejor legado matrimonial que puedes dejar a tus hijos es el ejemplo de un padre y una madre ejemplar, de un matrimonio unido, y genuinamente feliz porque es un matrimonio que camina de acuerdo a lo que Dios dice.

¡Déjales el deseo de tener un matrimonio como el tuyo!