La Santidad de Su Iglesia

Notes
Transcript

Introducción

1000 Illustrations for Preaching & Teaching How Do You Think Jesus Looked?

How Do You Think Jesus Looked?

A minister filling in for a teacher of a young boys’ class asked, “What do you think Jesus was like?”

Doubtless the pastor expected an answer like: He was a good man; He was a poet; He was a carpenter; He was like God. But no.

One little fellow raised his hand and replied, “I think Jesus was like my Sunday School teacher.”

Has anyone ever compared your demeanor and deeds to those of Jesus?

“¿Cómo crees que se veía Jesús? Un ministro que reemplazó a un maestro de una clase de niños pequeños preguntó: "¿Cómo creen que era Jesús?" Sin duda el pastor esperaba una respuesta como: Era un buen hombre; El era un poeta; Era carpintero; El era como Dios. Pero no. Un niño levantó la mano y respondió: "Creo que Jesús era como mi maestro de escuela dominical". ¿Alguien ha comparado alguna vez tu comportamiento y tus hechos con los de Jesús?”
No podemos subestimar el impacto que puede tener nuestro comportamiento alrededor de otros. Esto lo he aprendido al tener a un hijo de dos años que mira lo que hago constantemente. Lo mismo sucede con un mundo lleno de personas que están desesperados por ver a personas que realmente viven una vida santa como dicen, ¡y la disfrutan!
Es por eso que quiero indagar en lo que la Palabra de Dios nos enseña en cuanto a la santidad que Dios comparte con su iglesia.

En el templo

Ephesians 2:21–22 NTV
21 Estamos cuidadosamente unidos en él y vamos formando un templo santo para el Señor. 22 Por medio de él, ustedes, los gentiles, también llegan a formar parte de esa morada donde Dios vive mediante su Espíritu.
Pensando en este punto me imaginé como cuando uno comienza a construir algo.
Caseta para Lucas
Instrumento
A. Cuidadosamente unidos por Jesús
B. Vamos formando un templo
C. No cualquier edificio
a. Portátil
b. Vivienda
c. SANTO
Ilustración: Vivienda portátil y santa
Romans 10:14–15 NTV
14 ¿Pero cómo pueden ellos invocarlo para que los salve si no creen en él? ¿Y cómo pueden creer en él si nunca han oído de él? ¿Y cómo pueden oír de él a menos que alguien se lo diga? 15 ¿Y cómo irá alguien a contarles sin ser enviado? Por eso, las Escrituras dicen: «¡Qué hermosos son los pies de los mensajeros que traen buenas noticias!».
No solo vemos la santidad de su iglesia en su templo sino en la comunidad que compone ese templo.

En la comunidad

Colossians 3:16–17 NTV
16 Que el mensaje de Cristo, con toda su riqueza, llene sus vidas. Enséñense y aconséjense unos a otros con toda la sabiduría que él da. Canten salmos e himnos y canciones espirituales a Dios con un corazón agradecido. 17 Y todo lo que hagan o digan, háganlo como representantes del Señor Jesús y den gracias a Dios Padre por medio de él.

La paz es un resultado de la santidad

Sería difícil proclamar el cambio que Dios ha hecho en nuestra vida si no tenemos paz en nuestras vidas con aquellos a quien Dios nos ha unido. Esta es una de las razones por la cual muchos son alejados del Señor. La manera en que pensamos y hablamos de aquellos que son parte de nuestra familia.

La santidad es necesaria para tener comunión con Dios

Hebrews 12:14 NTV
14 Esfuércense por vivir en paz con todos y procuren llevar una vida santa, porque los que no son santos no verán al Señor.
La santidad de su iglesia no solo se ve en el templo y comunidad sino que en la consagración también.

En la consagración (entrega)

En el antiguo testamento había un estándar muy alto para los sacrificios que se ofrecerían al Señor. Aquello que se presentara como una ofrenda al Señor debía ser de la más alta calidad y pureza. Si esto era así para algo que moriría, ¿cuánto más creemos que debe ser la pureza de un sacrificio que permanecerá vivo? La clave de la pureza de nuestra ofrenda se encuentra en que permanezcamos confiando en Jesús para que nos haga limpios.
Hebrews 13:11–15 NTV
11 Bajo el sistema antiguo, el sumo sacerdote llevaba la sangre de los animales al Lugar Santo como sacrificio por el pecado, y los cuerpos de esos animales se quemaban fuera del campamento. 12 De igual manera, Jesús sufrió y murió fuera de las puertas de la ciudad para hacer santo a su pueblo mediante su propia sangre. 13 Entonces salgamos al encuentro de Jesús, fuera del campamento, y llevemos la deshonra que él llevó. 14 Pues este mundo no es nuestro hogar permanente; esperamos el hogar futuro. 15 Por lo tanto, por medio de Jesús, ofrezcamos un sacrificio continuo de alabanza a Dios, mediante el cual proclamamos nuestra lealtad a su nombre.
Romans 12:1–2 NTV
1 Por lo tanto, amados hermanos, les ruego que entreguen su cuerpo a Dios por todo lo que él ha hecho a favor de ustedes. Que sea un sacrificio vivo y santo, la clase de sacrificio que a él le agrada. Esa es la verdadera forma de adorarlo. 2 No imiten las conductas ni las costumbres de este mundo, más bien dejen que Dios los transforme en personas nuevas al cambiarles la manera de pensar. Entonces aprenderán a conocer la voluntad de Dios para ustedes, la cual es buena, agradable y perfecta.

Conclusión

Resumen

La santidad de Su Iglesia es vista en su templo que es una comunidad entregada a Él.

Aplicación

Dios ha invertido mucho para que nosotros pudiéramos vivir en paz y armonía con nuestros hermanos en Cristo como para echarlo a perder. Cuando no vivimos como si perteneciéramos unos a otros la santidad de Dios es opacada en su pueblo. Como toda otra parte de nuestro caminar con el Señor, es de suma importancia que nosotros miremos a Jesús como nuestra inspiración y el modelo a seguir en cuanto a amor y disposición a vivir en unidad con aquellos que dicen llamarse hermanos y hermanas. Jesús oró para que esto se hiciera realidad cuando dijo:
John 17:20–24 NTV
20 »No te pido sólo por estos discípulos, sino también por todos los que creerán en mí por el mensaje de ellos. 21 Te pido que todos sean uno, así como tú y yo somos uno, es decir, como tú estás en mí, Padre, y yo estoy en ti. Y que ellos estén en nosotros, para que el mundo crea que tú me enviaste. 22 »Les he dado la gloria que tú me diste, para que sean uno, como nosotros somos uno. 23 Yo estoy en ellos, y tú estás en mí. Que gocen de una unidad tan perfecta que el mundo sepa que tú me enviaste y que los amas tanto como me amas a mí. 24 Padre, quiero que los que me diste estén conmigo donde yo estoy. Entonces podrán ver toda la gloria que me diste, porque me amaste aun antes de que comenzara el mundo.
Pidámosle a Dios que haga esa obra en nosotros no para que el mundo vea la santidad de Dios en nuestra Iglesia solamente sino para que sea real en lo más profundo de quiénes somos.

Tiempo de Reflexión

Canción: “Quiero ser más como tú… ver la vida como tú…”
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