Adán

Los Patriarcas de Israel  •  Sermon  •  Submitted
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Introducción

Existen muchas diferencias entre los seres humanos.
Tenemos diferentes cualidades físicas.
Tenemos un trasfondo cultural diferente.
Tenemos diferentes habilidades.
Tenemos diferente estado socioeconómico.
Pero, la realidad es más lo que nos une que lo que nos separa.
La Biblia revela:
Acts 17:26 RVR60
Y de una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres, para que habiten sobre toda la faz de la tierra; y les ha prefijado el orden de los tiempos, y los límites de su habitación;
Descendemos de un mismo hombre.
Si miramos hacía atrás, antes de nuestros abuelos, bisabuelos, tatarabuelos, etc., y llegamos hasta el primer ser humano - nos damos cuenta que tenemos un mismo padre.
Somos la raza humana porque descendemos todos de una primera pareja que Dios formó del polvo de la tierra.
Cuando olvidamos cosas tan fundamentales como esta, caemos en pecados como el racismo porque desechamos lo que la Biblia enseña acerca de la humanidad.
Llegamos a creer que una raza es superior a otra.
Llegamos a pensar que existe una raza o cualidad física que es inferior/superior a otra.
Para poder corregir estas formas de pensar, necesitamos regresar al huerto del Edén, donde Dios plantó a nuestro padre Adán y ver lo que su vida nos enseña acerca de Dios y de su hijo Jesucristo.
Hoy iniciamos una serie de los patriarcas de Israel.
Nos concentraremos en el libro de Génesis.
Génesis narra la vida de los patriarcas de Israel:
Adán
Abraham
Isaac
Jacob (Israel)
Patriarca simplemente significa “padre”.
Adán es el padre de la humanidad.
Abraham es el padre de Israel y el ancestro de los hebreos.
Isaac es el padre de Jacob quien sería el padre de las 12 tribus que formaron al pueblo de Israel.
Hoy al considerar al patriarca Adán miraremos:
Adán el padre de la humanidad
Adán y su pecado
Adán y su redención

Adán el padre de la humanidad

Nos transportamos a un mundo virgen.
Nos transportamos al sexto día de la creación.
Han sido creados los cielos y la tierra.
Los mares están llenos de peces y los grandes monstruos marinos.
La tierra está repleta de plantas, árboles de toda clase, y los diversos animales.
De pronto, Dios mismo toma polvo de la tierra y comienza a formar lo que parece un cuerpo humano.
Genesis 2:7 RVR60
Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente.
Es en ese preciso momento, no por proceso de evolución, no por proceso biológico, sino por un acto especial Dios mismo forma al hombre del polvo de la tierra y sopla en su nariz el aliento de vida.
Por primera vez abre los ojos el primer ser humano sobre la faz de la tierra.
Ha de ver sido un momento tan maravilloso como cuando Neil Armstrong pisó la luna por primera vez. Jamás había pisado la tierra el ser humano.
Y de pronto lo vemos levantarse y comenzar a observar la maravillosa creación de Dios.
Dios, en ese momento, corona su obra de creación con la creación del ser humano.
Notemos de qué fue lo que Dios hizo al hombre.
Dios hizo al hombre del polvo de la tierra.
Dios no lo hizo de madera, de piedra, o de algún otro material resistente/duro.
Dios lo hizo de una materia abundante e insignificante.
Dios hizo al hombre de una materia frágil.
La Biblia por eso compara la vida del hombre a la hierba del campo.
Nos da a entender que el hombre hoy es y mañana ya no es.
Nos da a entender que un corto circuito en el corazón o un pequeño coágulo que se desprende de la pierna y provoca una obstrucción de la arteria pulmonar - puede significar muerte instantánea.
Cuando Dios forma al primer ser humano - a nuestro padre Adán no tenía preocupación de cansancio, enfermedad, dolor, o muerte.
Dios creó al ser humano en un estado perfecto.
No existía maldad en el corazón del hombre.
La Biblia nos dice que Dios puso al hombre en el huerto del Edén.
Genesis 2:8 RVR60
Y Jehová Dios plantó un huerto en Edén, al oriente; y puso allí al hombre que había formado.
El Edén era un lugar maravilloso.
Era el paraíso de Dios.
Allí el hombre disfrutaba de todas la creación de Dios y de la misma presencia de Dios.
Nuestro primer padre fue una de las criaturas más privilegiadas que Dios pudo haber creado.
Dios lo creó en un estado de inocencia ya que no había maldad alguna en su corazón.
En Adán podemos ver el plan de Dios para el ser humano.
La voluntad de Dios era que el hombre viviera para siempre en su presencia.
La voluntad de Dios era que el hombre produjera, que cultivara el huerto, que trabajara, que disfrutara de las bendiciones de Dios, que gozara de vivir en la presencia de su creador por toda la eternidad.
La voluntad de Dios no era un mundo lleno de maldad, de racismo, de pecado, de abuso, de tristeza, de cancer, de mentira, etc.
La voluntad de Dios era que su máxima creación viviera en obediencia a él y así disfrutara de tener comunión con su creador quién le había dado la vida.

Adán y su pecado

Pero algo sucedió.
No sabemos cuánto tiempo pasó entre la creación del ser humano y el momento en que pecó.
Lo que sabemos es que llegó el momento en que nuestro primer padre fue tentado por la serpiente para comer del árbol de la ciencia del bien y del mal.
Dios había dado su mandamiento. Había una sola prohibición entre tanta libertad que Dios le había dado a Adán.
Genesis 2:16–17 RVR60
Y mandó Jehová Dios al hombre, diciendo: De todo árbol del huerto podrás comer; mas del árbol de la ciencia del bien y del mal no comerás; porque el día que de él comieres, ciertamente morirás.
El mandamiento de Dios era sencillo.
Adán simplemente debía evitar comer del árbol prohibido.
Adán no conocía lo que era la muerte.
Él tenía perfecta salud.
Jamás había experimentado dolor o enfermedad.
No había maldad en su corazón.
Adán no conocía el pecado.
Sin embargo, Dios creó a Adán con la habilidad de pecar.
Cuando se presentó la oportunidad, Adán no consideró todas las bendiciones de Dios.
Adán no consideró todo lo que había recibido de parte de Dios.
Adán no consideró que estaba en plena comunión con el creador.
Adán no le dio importancia a que su amado creador había puesto una condición a todas las bendiciones que había recibido - obedecer y confiar plenamente en la palabra de Dios.
Adán escuchó la voz de la serpiente y la puso por encima de la voz de Dios.
Genesis 3:5–6 RVR60
sino que sabe Dios que el día que comáis de él, serán abiertos vuestros ojos, y seréis como Dios, sabiendo el bien y el mal.Y vio la mujer que el árbol era bueno para comer, y que era agradable a los ojos, y árbol codiciable para alcanzar la sabiduría; y tomó de su fruto, y comió; y dio también a su marido, el cual comió así como ella.
Adán puso mayor confianza en la palabra de la serpiente que en la palabra de Dios.
Es el mismo mal que comete la humanidad en nuestros días.
Dios nos ha dado sus mandamientos en su palabra pero preferimos hacer lo que nosotros queremos.
Dios nos ha dado sus mandamientos pero los seres humanos preferimos hacer lo que está de moda, lo aceptable al mundo, lo que parece bien según nuestra propia opinion.
Es como si creyéramos que la palabra de Dios no tiene autoridad alguna.
En esto consistió la caída de Adán.
Fue en ese preciso momento en que Adán le da la espalda a Dios para escuchar la voz del enemigo.
Sucede traición cósmica.
Sucede traición de la criatura contra el creador.
La criatura se ha levantado contra el creador para rebelarse abiertamente contra él.
La criatura ahora see cree todopoderoso, se cree amo de sí mismo, la criatura se cree el señor del universo.
La criatura ha caído en el engaño de la serpiente.
En el momento que Adán pecó, pecamos nosotros también.
Nosotros estabamos como si fuera en sus entrañas de Adán.
Cuando Adán pecó nosotros también pecamos.
Adán era nuestra cabeza federal, es decir, Adán nos representaba.
El primer hombre creado por Dios no pudo resistir la tentación del maligno.
El primer hombre sucumbió ante la tentación.
El primer hombre se convirtió en el primer traidor.
El apóstol Pablo reflexionando sobre Adán unos 10,000 años después escribe estas palabras:
Romans 5:12 RVR60
Por tanto, como el pecado entró en el mundo por un hombre, y por el pecado la muerte, así la muerte pasó a todos los hombres, por cuanto todos pecaron.
Pablo al mirar el sufrimiento a su alrededor, mira la enfermedad, el vicio, la perdición de la humanidad, mira todos los dolores y sufrimientos imaginables y todo tiene una misma fuente - Adán.
Todo el dolor que hay en el mundo apunta hacía el mismo Adán.
Por medio de Adán entró el pecado en la humanidad y así por el pecado la muerte.
Esa muerte se ha esparcido a toda la humanidad - porque pecamos en Adán y pecamos nosotros mismos.
Desde ese momento en adelante toda la humanidad estamos condenados a morir.
Estamos condenados a envejecer, a enfermarnos, a experimentar dolor y tristeza.
En ese momento Adán se enfrentaba ante un futuro de dolor y tristeza.
A partir de ese momento Adán había perdido la comunión con Dios. Fue en ese momento en que Adán se convirtió en enemigo de Dios al darle la espalda y traicionar a su amado creador.
Fue en ese día fatal que el destino de la humanidad se vio amenazado por las fuerzas del mal.

Adán y su redención

Lo glorioso de la historia de Adán es que vemos la intervención de Dios.
Es cierto, Adán pecó.
Es cierto, Adán le dio la espalda a Dios.
Es cierto, Adán escuchó la voz de la serpiente.
Es cierto, Adán se convirtió en el primer traidor.
…pero también es cierto que Dios amó tanto al mundo que ha ofrecido redimirnos de nuestra maldad.
Dios quien es el juez también es el primero en intervenir y rescatar a su creación que estaba bajo una sentencia de muerte.
Muchas veces olvidamos los detalles pequeños de la Biblia.
La Biblia dice que después que Adán y Eva pecaron, ambos se escondieron de la presencia de Dios.
Dios fue en busca de ellos.
Dios siempre busca al hombre.
El hombre no busca a Dios.
Es Dios quien busca rescatar a la humanidad perdida.
¿Dios mira al hombre, con miedo, con miedo a la justicia divina, y qué es lo que hace Dios?
Dios podría haber exterminado a nuestros primeros padres, y a la vez haber acabado con nosotros mismos puesto que nosotros estábamos en Adán.
Pero Dios no hace eso.
Genesis 3:21 RVR60
Y Jehová Dios hizo al hombre y a su mujer túnicas de pieles, y los vistió.
Dios les hace túnica de pieles.
Quiere decir que por primera vez hubo muerte en el huerto del Edén.
Dios tomó uno o dos animales y les quitó la vida.
Estos animalitos yacían muertos, sin vida.
Adán y Eva pudieron ver con sus propios ojos los cadáveres de los animales, sangre, un cuerpo sin vida.
Ellos pudieron ver la consecuencia de su pecado.
…pero a la misma vez pudieron ver la mano de un Dios amoroso que no pretendía extinguir su existencia sino cubrir su verguenza y reconciliarlos con él mismo.
Por tanto, Dios da la promesa de que vendría el último Adán - el Señor Jesucristo - y de la misma manera su vida sería quitada para cubrir los pecados de todos aquellos que estábamos en Adán.
Por tanto, cuando consideramos la cruz de Jesucristo entendamos que Jesús fue la víctima inocente por causa de nuestra maldad.
Siendo enemigos de Dios, siendo gente rebelde, Cristo murió por los pecadores.
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