Todo es de Dios

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Transcript

Introducción

¿Han tenido la experiencia de ir a hacer un trámite de gobierno (e.g., aplicar por el seguro social, acta de nacimiento, licencia de conducir)?
¿Como nos tratan los empleados de esos lugares?
Muchos de estos lugares tienen la fama de atender muy mal a las personas que necesitan hacer un trámite.
En ocasiones los empleados de estos lugares nos hacen sentir que los estamos molestando con nuestra presencia / o nuestro trámite.
Muchas de estas personas suelen ser groseras con las personas que acuden a esos lugares.
Es difícil entender la razón por el comportamiento de estas personas sobre todo cuando sabemos que ellos son “servidores públicos”.
Un servidor es una persona que está puesta en un lugar para servir a las personas de tal comunidad.
Un servidor no es el dueño, no es el amo, no es la autoridad.
Un servidor es una persona que está a disposición de la ciudadanía.
Es más, el mismo Presidente de la Nación es un servidor público - cuanto más la persona que está atendiendo el el departamento de vehículos y motores.
El problema es que estos servidores públicos olvidan lo que son porque tal vez nosotros mismos lo hemos permitido.
En otras palabras, estas personas se comportan como tal porque al pasar del tiempo fueron vistas como personas superiores a aquellos a quienes sirven.
…pero al final de día son solo servidores.
Una situación similar estaba ocurriendo en la congregación de los corintios. Por tanto, queremos enfocarnos el día de hoy en el concepto bíblico del servicio a Dios puesto que Dios es el todo de nuestro existir.

La situación de los corintios - inmadurez

Pablo se dirige a la iglesia que había establecido y en la cual estuvo ministrando por 18 meses.

En 1 Corintios 2:16 acaba de decirles que ellos al haber recibido el Espíritu Santo ahora tenían la mente de Cristo.

1 Corinthians 2:16 NBLH
Porque ¿quien ha conocido la mente del Señor, para que Lo instruya? Pero nosotros tenemos la mente de Cristo.
Es cierto que ellos habían sido transformados por el poder de Dios. Dios los había sacado de las tinieblas a su luz admirable.
Ahora gozaban el derecho de ser llamados hijos de Dios.
…pero, Pablo recuerda los primeros días de su conversión cristiana.
1 Corinthians 3:1 NBLH
Así que yo, hermanos, no pude hablarles como a espirituales, sino como a carnales, como a niños en Cristo.
Cuando Pablo llegó a Corinto no les habló de las grandes doctrinas de la fe.
Les hablaba como a personas que aun eran controlados por sus deseos carnales.
Eran personas nuevas en el cristianismo.
Muchos de ellos habían salido de vidas de vicio, adulterio, idolatría, hechicería, etc.
Por tanto, no les hablaba como a gente madura en Cristo sino como a niños recién nacidos.
Esto no era malo.
Más bien, era la manera en que les debía haber hablado.
Una persona que recién acaba de conocer el evangelio sabe lo más básico de la fe Cristiana.
Sabe que somos pecadores y que hemos ofendido a un Dios santo.
Saben que todo ser humano es digno de la condenación por haber pecado contra un Dios santo.
Sabe que Cristo murió en la cruz llevando el pecado de los que han de creer en él.
Saben que para heredar la vida eterna, y no ser condenados al morir - hemos de confesar nuestros pecados ante Dios, en vida, y por fe recibir el perdón de Dios.
Saben que debemos confiar en Dios solamente para nuestra salvación.
Podríamos decir que estos son los principios más básicos de la fe Cristiana.
Era normal que los recién creyentes en Corinto solo sabían estos principios básicos del cristianismo. Pero, para cuando Pablo les escribe esta carta había ya pasado el tiempo.
Con el pasar del tiempo se esperaba que los corintios madurarán como parte del proceso natural de crecimiento cristiano.
Estos hermanos habían venido de una vida de pecados terribles.
Todos habían conocido a Cristo tras haber estado en condiciones similares.
…pero, el tiempo ha pasado. Sin embargo, Pablo ve a la congregación y ve que los resultados no han sido los esperados.
1 Corinthians 3:2–3 NBLH
Les di a beber leche, no alimento sólido, porque todavía no podían recibirlo. En verdad, ni aun ahora pueden, porque todavía son carnales. Pues habiendo celos y discusiones entre ustedes, ¿no son carnales y andan como hombres del mundo?
Pablo ve que los corintios siguen siendo niños en Cristo.
No han madurado.
Son como el niño que no puede comer alimento sólido - solo puede comer leche.
De la misma manera, estos hermanos, a pesar que ha pasado el tiempo, siguen en la misma condición inmadura como cuando conocieron el evangelio por primera vez.
Un niño recién nacido necesita leche materna; pero sería una anomalía pensar que el niño de 5-8 años de edad podría subsistir de la leche materna.
Pablo tiene el deseo de que los hermanos conozcan más a fondo su fe.
Pablo desea que los hermanos crezcan en su conocimiento de Dios y la verdad.
Pablo desea que los hermanos maduren en Cristo.
¿Cómo es que Pablo sabe que estos hermanos no han madurado?
Notemos que Pablo no se refiere a lo que ellos conocen.
Pablo no se refiere a la habilidad de los hermanos de expresar / explicar las doctrinas de la fe cristiana.
Pablo diagnostica la inmadurez de los hermanos cuando ve los síntomas de su forma de actuar.
1 Corinthians 3:3 NBLH
porque todavía son carnales. Pues habiendo celos y discusiones entre ustedes, ¿no son carnales y andan como hombres del mundo?
Pablo ve que la carnalidad de los hermanos es el síntoma de su inmadurez cristiana.
Estos hermanos son inmaduros porque se dejan controlar por sus deseos carnales.
Los hermanos no se están dejando llevar por los vicios del pasado.
No están regresando a su idolatría.
No están regresando a sus adulterios.
El problema de esta congregación es que hay “celos y discusiones” como si fueran personas del mundo, que jamás han conocido a Jesucristo el Salvador.
Es como si viéramos a una persona que dice ser creyente pero anda provocando pleitos / problemas entre sus compañeros, familiares, y vecinos - es una persona que está actuando como una persona que no conoce a Cristo.
Ahora, para poder entender la situación de los corintios es importante recordar que su problema tenía que ver con su lealtad a ciertos maestros.
Pablo ya los había exhortado por dividirse diciendo:
1 Corinthians 1:12 NBLH
Me refiero a que cada uno de ustedes dice: “Yo soy de Pablo,” otro: “yo de Apolos,” otro: “yo de Cefas,” y otro: “yo de Cristo.”
La misma situación se presenta en este capítulo.
1 Corinthians 3:4 NBLH
Porque cuando uno dice: “Yo soy de Pablo,” y otro: “Yo soy de Apolos,” ¿no son como hombres del mundo?
Vemos que Pablo utiliza las mismas palabras que utiliza en el capítulo uno.
La división que se vivía entre los corintios era tan grave que Pablo la vuelve a confrontar.

Somos servidores

Pablo recuerda como fueron usados él y Apolos para el desarrollo de la iglesia en Corinto.
1 Corinthians 3:5–6 NBLH
¿Qué es, pues, Apolos? ¿Y qué es Pablo? Servidores mediante los cuales ustedes han creído, según el Señor dio oportunidad a cada uno. Yo planté, Apolos regó, pero Dios ha dado el crecimiento.
Pablo reconoce que él fue usado por Dios para plantar la iglesia en Corinto.
Corinto era una ciudad donde no había sido anunciado el mensaje de Jesucristo.
Pablo llegó a esta ciudad y por 18 meses estuvo predicando a Jesucristo.
Pablo llegó para anunciar las buenas nuevas y Dios trajo a muchos para conocieran la verdad y fueran salvados de su pecado y vana manera de vivir.
Pablo reconoce que Apolos fue usado para seguir la obra que Pablo había plantado.
Pero llegó el tiempo en que Pablo tuvo que salir de Corintio por causa de la obra de Dios.
Pablo tenía que ir a otros lugares y anunciar el mensaje de Cristo.
En su lugar quedó Apolos quién había sido un gran maestro.
Apolos por tanto fue usado por Dios como aquel que llega a un jardín a regar las plantas y cuidar que no se marchiten / no se sequen.
Ambos tuvieron un papel importante en la fundación y desarrollo de la iglesia.
Pero, ahora la iglesia los miraba como algo superior, los miraba como líderes indispensables / inigualables / insuperables de tal manera que cada quién seguía a uno u otro.
Los que seguían a Pablo se separaban de los que seguían a Apolos, y vice versa.
Cada uno miraba a su líder como si fuese superior al otro.
Pablo nota lo equivocado que están los hermanos al tener a estos líderes; y pone un alto.
1 Corinthians 3:5 NBLH
¿Qué es, pues, Apolos? ¿Y qué es Pablo? Servidores mediante los cuales ustedes han creído, según el Señor dio oportunidad a cada uno.
Pablo dice - hermanos, ¿qué somos nosotros?
Pablo dice - ¿qué somos Apolos y yo?
…no somos más que servidores.
Esta palabra se refiere a una persona que atendía las mesas (e.g. un mesero).
El ser un servidor era un trabajo de lo más común y corriente.
Pablo se mira a si mismo y a Apolos y dice - nosotros no somos más que servidores los cuales cumplieron su función, obedecieron al llamado, de tal manera que al predicar ustedes aceptaron el mensaje de la verdad.
Dentro del cristianismo tenemos una tendencia a caer en clericalismo.
Este concepto enseña que está la feligresía / los miembros de la iglesia.
Pero aparte de la feligresía existe la clase clerical / clero que son los que realmente son devotos / santos / apegados a Dios.
Se llega a creer que el clero es una clase de creyente superior a los demás.
De repente la gente hasta les hace reverencias llamándoles apóstol, arzobispo, monseñor, padre, o pastor.
No digo que el tener un título sea necesariamente malo o equivocado.
El problema está cuando les hacemos reverencias inapropiadas al creer que merecen un respeto / deferencia / respeto mayor que a los demás hermanos.
…a final de cuenta somos solo servidores.
…hemos sido puestos a servir a Dios mediante el servicio que damos al pueblo de Dios.
Pablo va a recalca su punto:
1 Corinthians 3:7–8 NBLH
Así que ni el que planta ni el que riega es algo, sino Dios, que da el crecimiento. Ahora bien, el que planta y el que riega son una misma cosa, pero cada uno recibirá su propia recompensa (su propio salario) conforme a su propio trabajo.
Pablo toma el ejemplo de la agricultura / jardinería.
Vino a Pablo y plantó la semilla.
Vino luego Apolos y fue quién la regó.
Ambos fueron usados para que la planta pudiera existir.
Sin embargo, ni el que planta ni el que riega es algo.
A final de cuentas ellos están cumpliendo una función que ayuda a que la semilla pueda ser puesta en la tierra, germinar, y brotar.
El otro ha servido para que la planta sea regada y así no se seque y se marchite.
…pero a final de cuentas es Dios quien da el crecimiento.
Es la obra de Dios.
Es Cristo quien dio su vida para comprar para si mismo a un pueblo de toda lengua, pueblo, y nación.
Es Cristo quien derramó su sangre carmesí para que nosotros tuviéramos vida, y vida en abundancia.
Por tanto, es Dios quien sostiene, alimenta, y da crecimiento a su obra.
Los siervos van y vienen.
Muchos vendrán y trabajarán en la obra de Dios.
Muchos vendrán para colaborar para bendición del pueblo de Dios.
…pero a final de cuentas el que nutre y da crecimiento a su pueblo es Dios mismo.

Conclusión

Amados hermanos, no somos nada más que servidores todos los que estamos trabajando en la obra de Dios.
No tengamos un concepto más alto de nosotros mismos - del que debemos tener.
Nunca olvidemos que no somos nada más que servidores, sirviendo a la mesa para ser bendición al pueblo de Dios.
Nunca olvidemos que podemos trabajar días, semanas, meses, y años pero a final de cuentas el crecimiento depende de la voluntad divina.
Esto podría desanimar a muchas personas porque dicen - entonces no somos nada.
Todo lo contrario.
Veamos como culmina Pablo esta sección al declarar lo que somos en Dios.
1 Corinthians 3:9 NBLH
Porque nosotros somos colaboradores en la labor de Dios, y ustedes son el campo de cultivo de Dios, el edificio de Dios.
Somos colaboradores de Dios dentro de su obra.
Es Dios quien da el crecimiento.
Pero que gran privilegio ver que Dios nos permite colaborar en la obra que él está haciendo en medio de su pueblo.
Somos el campo de cultivo y el edificio que Dios mismo está construyendo,.
Somos creación de Dios.
Somos la obra que Dios mismo ha creado, ha imaginado, ha diseñado, y edificado.
Somos institución divina porque hemos sido comprados por la sangre de su Hijo unigénito y permaneceremos para siempre porque es él que nos hace crecer y nos sostiene.
Esto era lo que necesitaban los corintios.
Necesitaban reconocer lo que ellos eran, lo que Dios es, y así lograrían alcanzar la madurez que necesitaban, el crecimiento que requerían para así poder crecer en su conocimiento de Dios.
Era tiempo de comer alimento sólido, pero jamás llegaría ese día mientras persistieran en su inmadurez espiritual.
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