La Transformación del Evangelio

Una Vida Digna del Evangelio  •  Sermon  •  Submitted
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Introducción

La semana pasada vimos las implicaciones practicas de esta nueva comunidad llamada Iglesia, que nace del Evangelio.
Por medio del Evangelio, compartimos un vinculo que supera todas nuestras diferencias.
Este vinculo de unidad, aunque presente, debe ser fomentado por medio del ejercicio de nuestros dones espirituales, dotados por Cristo a cada creyente.
Todo esto sucede dentro del contexto de la vida de Iglesia. La comunidad de redimidos por Cristo.
Esta nueva comunidad, nos proporciona la edificación y protección que necesitamos.

Responsabilidades Individuales para Mantener la Unidad.

Esta unidad a la que fuimos llamados no puede ser posible sin la participación de todos los miembros.
Somos el cuerpo de Cristo, llamados a ser como Cristo. Esta unidad, esta comunidad de creyentes solo puede manifestarse cuando cada creyente esta persiguiendo ser como Cristo en su vida personal.
Dicho de otra forma, para que convertirnos en una Iglesia digna de Cristo, todos nosotros debemos vivir vidas dignas de Cristo.
En los versículos de Efesios 4:17-5:20 Pablo nos muestra lo que significa vivir digno de Cristo, digno del Evangelio en el día a día.
Esto queda claro por la frecuente invitación a examinar nuestro “andar”.
4:1 - Andar digno del nuestra vocación.
4:17 - No andar como los gentiles.
5:2 - Andar en amor.
5:8 - Andar como hijos de la luz.
5:15 - Andar en sabiduría.
Recordemos que: Andar = Conducta.
Por cuestiones de tiempo, solo estudiaremos la porción de Efesios 4:17-5:2.

Bosquejo

La idea principal que Pablo esta tratando en estos versículos es la transformación que debemos experimentar, como resultado de haber creído en Cristo.
Esta transformación ya comenzó en el momento que nacimos de nuevo.
Pero nuestra conducta debe ser transformada acorde a nuestra nueva naturaleza.
De hecho, Es la transformación, la esencia de nuestra salvación.

Salvación Implica Transformación (4:17-21)

Ephesians 4:17–21 RVR60
Esto, pues, digo y requiero en el Señor: que ya no andéis como los otros gentiles, que andan en la vanidad de su mente,teniendo el entendimiento entenebrecido, ajenos de la vida de Dios por la ignorancia que en ellos hay, por la dureza de su corazón;los cuales, después que perdieron toda sensibilidad, se entregaron a la lascivia para cometer con avidez toda clase de impureza.Mas vosotros no habéis aprendido así a Cristo,si en verdad le habéis oído, y habéis sido por él enseñados, conforme a la verdad que está en Jesús.
Pablo acaba de decir de manera explicita, lo que ha venido diciendo todo este tiempo de manera implícita. Esto es, que nuestras vidas han sido transformadas por el Evangelio.
El Cristiano ha:
Sido adoptado a la familia de Dios.
Sido reconciliado con el pueblo de Dios.
Recibido una nueva identidad en Cristo.
Sido constituido heredero de las riquezas celestiales.
Recibido un nuevo ADN espiritual.
“Y todo esto es contrario a la vida que teníamos antes de Cristo.”
El mandato de Pablo es simple y explícito: El Cristiano no debe vivir como los otros Gentiles.
Cuando Pablo utiliza el termino “gentil”, obviamente esta generalizando. Hemos conocido gentiles piadosos (Ej. Cornelio, el Centurión) y Cristianos carnales (Ej. La Iglesia de Corintio).
Pero la idea permanece: Aquello que es generalmente asociado con los gentiles, es enteramente opuesto a aquello que es generalmente asociado con los cristianos.
En dos ocasiones Pablo nos presentó una “escalera” de “causa-efecto”. Ahora Pablo nos presenta una tercera escalera, pero en este caso, es una escalera hacia abajo.

Escalera de la Desensibilización.

El primer escalón que vemos tiene que ver con el entendimiento del “gentil”.
“…la vanidad de su mente...”
“…entendimiento entenebrecido...”
El inconverso posee un entendimiento nublado que le impide hacer un juicio acorde a la realidad, esto es, a la realidad de Dios.
Su principal problema no radica en sus acciones, sino en el juicio que ejercita para justificar sus acciones.
Automáticamente esto nos lleva al segundo escalón: una vida ajena de Dios.
Esta vida esta divorciada del propósito para el cual Dios la creó.
Su conducta es opuesta a la conducta de Dios.
Pablo reitera una vez que esto se debe a su “ignorancia. No conocen a Dios, por ende no saben vivir como a Dios le agrada.
El último escalón esta en el sótano. Una mente corrompida y una conducta aprensiva lleva a un corazón endurecido.
Un corazón endurecido no percibe las advertencias de Dios.
Un corazón endurecido produce una vida insensible a Dios (callosa).
Un corazón endurecido se deleita en desafiar a Dios.
“Ciertamente este es un cuadro funesto, en el que solo la Gracia de Dios puede intervenir.”

¡Pero Nosotros no Aprendimos así!

Pablo nos presenta este cuadro, con el propósito principal de contrastarlo con la vida que hemos recibido en Cristo.
El contraste de Pablo es muy marcado.
Nosotros, a diferencia de ellos, ¡conocemos la verdad!
Recibimos entendimiento de lo alto.
Dios nos acerco a El.
Y puso su Santo Espiritu en nosotros. El Espiritu que clama !Abba Padre!
Pablo argumenta que nosotros:
Aprendimos de Cristo.
Oímos a Cristo.
Fuimos enseñados en Cristo.
Todo esto se resume en lo siguiente:
“Si hemos recibido entendimiento, una nueva naturaleza, y un nuevo propósito, si hemos recibido a Cristo, por medio del Evangelio, entonces nuestras vidas deben ser diferentes.”
No podemos “andar” como los “otros gentiles”.
No podemos seguir viviendo como el mundo, porque hemos sido salvados del mundo.
Hemos sido transformados.
Si la única diferencia entre hoy y antes de creer Cristo, es que ahora vas al Cielo, entonces no tienes nada.”
Si sigues caminando en la misma dirección, ¿como piensas llegar a otro destino?

Transformación es una Decisión (4:22-30)

En cierta forma, fuimos transformados desde el momento que creímos. Efesios 2:1-10 nos habla más sobre esto.
Pero en el sentido practico, es decir, en nuestro día a día, necesitamos procurar esta transformación.
Esto se conoce como santificación posicional y santificación progresiva.
Santificación Posicional: De aspecto “judicial”, donde somos declarado santos. (Efesios 1:1)
Santificación Progresiva: De aspecto “practico”, donde somos exhortados a procurar nuestra santidad. (1 Pedro 1:15)
Ilustración: Si un preso es declarado libres, pero aun asi debe cambiar su estilo de vida para reflejar su libertad (ropa, habitos, vivienda).
Esto es lo que Pablo argumenta en esta nueva sección.
Ephesians 4:22–30 RVR60
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,y renovaos en el espíritu de vuestra mente,y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad. Por lo cual, desechando la mentira, hablad verdad cada uno con su prójimo; porque somos miembros los unos de los otros. Airaos, pero no pequéis; no se ponga el sol sobre vuestro enojo, ni deis lugar al diablo. El que hurtaba, no hurte más, sino trabaje, haciendo con sus manos lo que es bueno, para que tenga qué compartir con el que padece necesidad. Ninguna palabra corrompida salga de vuestra boca, sino la que sea buena para la necesaria edificación, a fin de dar gracia a los oyentes. Y no contristéis al Espíritu Santo de Dios, con el cual fuisteis sellados para el día de la redención.
Esta seccion es muy extensa, y por fines de tiempo, solo vamos a estudiar los principios generales, en vez de los casos particulares.
¿Como sucede esta transformación progresiva de la que hemos venido hablando? Pablo nos da la respuesta en los versículos 22-24.

Es Una Decisión

Pablo nos presenta con tres (3) imperativos:
Despojaos.
Renovaos.
Vestíos.
En esencia, Pablo nos esta diciendo que nuestra transformación es una decisión personal. Nosotros tenemos la responsabilidad de tomar la iniciativa.
Esto puede contradecir todo lo que hemos visto hasta ahora en la Epístola de los Efesios.
En los capítulos 1-3 Pablo nos deja bien claro que, por nuestra propia cuenta, no podemos hacer nada.
Pablo hace mucho hincapié en todo lo que ya hemos recibido, por medio de Cristo Jesus.
Incluso nuestra salvación, no nace de nuestra iniciativa, sino de la de Dios.
La respuesta a esta aparente contradicción es simple: “Dios nos llama a vivir, conforme a quienes El nos convirtió.”
Más aun, Dios nos ha dado todo lo que necesitamos, por medio de Cristo Jesus, para que podamos a vivir dignos de nuestro llamado.
Pero no deja de ser una decisión.
A veces cuestionamos a Dios porque no quita nuestras inclinaciones al pecado.
Oramos fervientemente pero Dios no destruye esos anhelos.
La razón por la cual no lo hace, es porque todavía no hemos decidido morir a esos deseos.
Ilustración: Orar que Dios me ayude a rebajar, pero no procuro rebajar.
“Muchas veces vivimos aferrados al pecado, simplemente porque no hemos decidido soltarlo.”

Una Decisión Consiente (vv22-24)

El primer paso en nuestra transformación, debe ser una disposición consiente.
Ephesians 4:22–24 RVR60
En cuanto a la pasada manera de vivir, despojaos del viejo hombre, que está viciado conforme a los deseos engañosos,y renovaos en el espíritu de vuestra mente,y vestíos del nuevo hombre, creado según Dios en la justicia y santidad de la verdad.
En los versículos 22-24, Pablo nos presente la formula para la santificación.
Abandonar la conducta pecaminosa (v22).
Adoptar la conducta piadosa (v24).
Entender por qué debemos abandonar una, y adoptar la otra. (v23)
Posiblemente, la decisión más crucial de todas, es la que encontramos en el versículo 23: renovaos en el espíritu de vuestra mente.”
¿Cual fue el primer escalón en el descenso de los “otros gentiles” (vv17-19)? Una mente entenebrecida.
¿Cual es el primer escalón en el ascenso de la santificación? Una mente renovada.
¿Que fue lo primero que Pablo pidió a Dios, en oración por los Efesios (1:17-18)? Que Dios les de espíritu de sabiduría y revelación en el conocimiento de él, alumbrando los ojos de vuestro entendimiento...
¿A quién constituyó Dios a fin de perfeccionar a los santos (4:11-13)? A apóstoles, profetas, evangelistas, pastores y maestros.
Sin un entendimiento renovado, no sabremos de qué debemos despojarnos, cómo debemos despojarnos o por qué debemos despojarnos.
Sin un entendimiento renovado, no sabremos de qué debemos vestirnos, cómo debemos vestirnos o por qué debemos vestirnos.
“Por esta razón Pablo dedico la mitad de su epístola solo para transformar nuestro entendimiento del Evangelio. Para que podemos entender lo que Dios espera de nosotros.”

Una Decisión Practica (vv22-24)

Como ya hemos visto, una disposición de corazón no es suficiente si no es llevado a la practica. Por esta razón Pablo nos da algunos ejemplos de cómo, esta decisión intelectual, se puede convertir en una decisión conductual.
Es importante que señalemos algunos rasgos recurrentes en cada uno de estos ejemplos.
Todos emplean la sustitución.
Todos citan una razón.
Todos toman lugar en el contexto de comunidad.

Todos emplean la sustitución.

El principio que vemos aquí es simple: no es suficiente abandonar una conducta pecaminosa, si no adoptamos una conducta piadosa.
Debemos despojarnos del viejo hombre y vestirnos del nuevo hombre.
Debemos desechar la mentira y hablar la verdad.
Podemos airarnos, pero sin pecar.
No debemos robar, más bien trabajar.
No debemos hablara palabras corrompidas (“podridas”), sino hablar solo aquello que edifica.
Esto se debe porque, en esencia, el pecado es un “deseo fuera de orden” (Agustin de Hipona).
Tomemos la ira por ejemplo.
¿Es la ira un pecado en si? No. La ira es una emoción como lo es el amor, o la tristeza o la felicidad.
Estas emociones fueron creadas por Dios. Y Dios manifiesta estas emociones.
Por ende existe una ira santa, que es la ira que manifiesta Dios hacia el pecado, porque el pecado perjudica aquellos a quien ama.
Podemos, y debemos airarnos por aquellos que es correcto (Ej. La santidad de Dios)
Pero no podemos dejar que nuestra ira se prolongue porque nuestro corazón es engañoso más que todas las cosas.
Pero si abandonamos la ira por completo, podemos caer en ser condescendientes con el pecado.
Tomemos tambien la mentira por ejemplo.
¿Es mentir pecado? Si. ¿Es el silencio la solución? No.
Dios nos dio una boca para que proclamemos su Gloria y su verdad. No para emplear la mentira para nuestro propio beneficio.
Debo abandonar la mentira, pero tambien debo participar en la verdad. Mi prójimo necesita que hable la verdad.
El pecado desorganiza nuestros deseos para satisfacer nuestro orgullo y servir a nosotros mismo. Dios nos llama a organizar nuestros deseos para que le sirvan a El.

Todos citan una razón.

Dios tiene todo el derecho de omitir las razones en sus mandatos. Pero hacer esto nos aleja del corazón de Dios. Dios anhela, no solo obediencia, tambien entendimiento sobre por qué conviene obedecerle. Más aun, Dios anhela que, por medio de su instrucción, podamos tener una mirada a su corazón.
¿Cuales razones nos muestra Pablo en esta lista?
Reemplazar la mentira con la verdad - para beneficio de nuestro prójimo, porque somos miembros los unos con los otros.
Airarnos sin pecar - Para que Satanas no se aproveche de nosotros.
Reemplazar el hurto con el trabajo - Para que podamos compartir el fruto de nuestro trabajo con nuestro aquellos que tiene necesidad.
Reemplazar las conversaciones corrompidas con conversaciones edificantes - Para dar gracia a nuestros oyentes.
Mas que darnos un razon, en cada uno de estos ejemplos, Pablo nos muestra el diseño original de Dios.
Mas aun, Dios busca renovar nuestro entendimiento por medio de estas explicaciones.

Todos toman lugar en el contexto de comunidad.

En cada uno de estos ejemplos, ¿quien es perjudicado y beneficiado? Nuestros prójimos. Específicamente, nuestros hermanos en Cristo.
Esto nos recuerda que, nuestros pecados y obras de justicia tienen repercusiones directas en la comunidad de Cristo, el cuerpo de Cristo, que es la Iglesia.
No solo en la Iglesia, el versículo 30 nos evidencia que tambien tiene repercusiones directas en nuestra relación con Dios.
Entristecemos al Espiritu Santo cuando lastimamos al Cuerpo de Cristo.
Para concluir esta sección...
“La única razón por la cual Pablo nos exhorta a despojarnos del viejo hombre, y vestirnos del nuevo hombre, es porque Cristo venció al viejo hombre, y su poder mora en nosotros.”
Recordemos la similitud de este texto, con la primera oración de Pablo, por los Efesios.
Ephesians 1:15–23 RVR60
Por esta causa también yo, habiendo oído de vuestra fe en el Señor Jesús, y de vuestro amor para con todos los santos,no ceso de dar gracias por vosotros, haciendo memoria de vosotros en mis oraciones,para que el Dios de nuestro Señor Jesucristo, el Padre de gloria, os dé espíritu de sabiduría y de revelación en el conocimiento de él,alumbrando los ojos de vuestro entendimiento, para que sepáis cuál es la esperanza a que él os ha llamado, y cuáles las riquezas de la gloria de su herencia en los santos,y cuál la supereminente grandeza de su poder para con nosotros los que creemos, según la operación del poder de su fuerza,la cual operó en Cristo, resucitándole de los muertos y sentándole a su diestra en los lugares celestiales,sobre todo principado y autoridad y poder y señorío, y sobre todo nombre que se nombra, no sólo en este siglo, sino también en el venidero;y sometió todas las cosas bajo sus pies, y lo dio por cabeza sobre todas las cosas a la iglesia,la cual es su cuerpo, la plenitud de Aquel que todo lo llena en todo.

Nuestra Decisión es Motivada por el Evangelio (4:31-5:2)

Antes de concluir esta idea, Pablo hace una ultima exhortación: que nuestra transformación sea motivada por nuestra salvación.
Ephesians 4:31–5:2 RVR60
Quítense de vosotros toda amargura, enojo, ira, gritería y maledicencia, y toda malicia. Antes sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo. Sed, pues, imitadores de Dios como hijos amados.Y andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios en olor fragante.
“Sed benignos unos con otros, misericordiosos, perdonándoos unos a otros, como Dios también os perdonó a vosotros en Cristo.”
“Andad en amor, como también Cristo nos amó, y se entregó a sí mismo por nosotros.
“Cuando miramos al Evangelio, no solo somos motivados a perdonar las ofensas de nuestros hermanos, tambien somos motivado a amar y entregarnos por nuestros hermanos.”
Mas que motivados, tambien somos capacitados.
Podemos perdonar porque estamos agradecidos de todo lo que hemos sido perdonado.
Podemos amar porque estamos rebosados del amor de Cristo en nosotros.
El Evangelio nos recuerda que hemos sido sacado de la condenación de muerte, sentado con Cristo en los lugares celestiales, y que ahora somos ciudadanos, coherederos del Reino de Dios, miembros de la familia de Dios, y por ende, queremos honrar a nuestro Padre, que nos ha dado todo.
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