Conduzcanse para la Gloria de Dios

Estén Firmes | 1 Pedro  •  Sermon  •  Submitted
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Intro

El apóstol Pedro ha demostrado ser un gran animador. Hasta ahora, nos ha animado con la realidad de nuestra gran salvación. Nos ha animado con la realidad de quiénes somos como pueblo de Dios. Y ahora Pedro nos animará nuevamente enfocándonos en nuestro estilo de vida como cristianos.
Hemos aprendido que es importante conocer y comprender quiénes somos como pueblo de Dios, pero también debemos aceptar que es igualmente importante saber y comprender cómo debemos vivir como pueblo de Dios, especialmente en un mundo incrédulo.
Desde el capítulo 2 versículo 11 al capítulo 3 versículo 12, el enfoque de Pedro está en nuestra conducta social; nuestro estilo de vida ético; nuestro buen ejemplo; se centra en nuestras obligaciones cristianas para con los incrédulos, lo que se traduce en nuestra misión en este mundo. La razón principal por la que Pedro se enfoca en nuestra conducta cristiana es porque quiere que entendamos que nuestra conducta es el medio por el cual glorificamos a Dios. Existimos como pueblo de Dios para glorificar a Dios. Entonces, Pedro nos está exhortando a comportarnos de una manera que glorifique a Dios. Lea conmigo de nuevo, los versículos 11 y 12 para verlo.
11 Amados, les ruego como a extranjeros y peregrinos, que se abstengan de las pasiones carnales que combaten contra el alma. 12 Mantengan entre los gentiles una conducta irreprochable, a fin de que en aquello que les calumnian como malhechores, ellos, por razón delas buenas obras de ustedes, al considerarlas, glorifiquen a Dios en el día de la visitación.
¿Lo vieron? Pedro nos ruega a vivir como extranjeros y peregrinos, a abstenernos de las pasiones carnales y a mantener una conducta irreprochable. ¿Con qué propósito? Para que nuestras buenas obras glorifiquen a Dios. Pedro nos está exhortando a comportarnos de una manera que glorifique a Dios.
Entonces, si vamos a glorificar a Dios con nuestra conducta, ¿cómo deberíamos vivir en este mundo? ¿Qué debería ver el mundo incrédulo en el pueblo de Dios? En primer lugar, el mundo incrédulo deberiía ver que somos amados por Dios.

Muéstrale al mundo que eres amado por Dios (v. 11a)

El mundo de hoy necesita desesperadamente el amor de Dios. El amor del mundo se está volviendo cada vez más frío, por lo que necesitan ver la realidad y el efecto del amor de Dios en la vida de los creyentes.
Note que Pedro comienza su exhortación con un término de cariño. Él llama a estos cristianos "Amados". Este término es significativo porque se basa en la palabra griega para el amor divino de Dios (ágape). Entonces, lo que Pedro está diciendo es que cada creyente es amado por Dios. El amor de Dios es una realidad en la vida del creyente, lo que debería ser evidente en nuestro comportamiento.
Entonces, ¿cómo es evidente el amor de Dios en los creyentes? ¿Cómo verá el mundo que somos amados por Dios?
El mundo verá que somos amados por Dios por la forma en que amamos a Dios. El mundo necesita saber y ver que amas a Dios con todo lo que eres; con todo tu corazón, alma, fuerza y ​​mente (Mateo 22:37). Amamos a Dios porque Él nos amó primero (1 Juan 4:19). El amor que experimentamos de Dios nos obliga a amarlo a Él a cambio. Y nuestro amor por Dios es evidente cuando vivimos para Él y para Su Hijo Jesucristo. Así verá el mundo que Dios nos ama.
El mundo verá que Dios nos ama por la forma en que amamos a nuestro prójimo. El mundo necesita ver que amas a tu prójimo. ¿Quién es nuestro sprójimo? Personas. Incrédulos. Gente de nuestra comunidad; de nuestro vecindario; de nuestros trabajos; del supermercado; de la escuela; cada persona que nos rodea. Entonces, Jesús nos llama a amar a nuestro prójimo con el amor de Dios. Debemos amarlos como nos amamos a nosotros mismos (Mateo 22:39). Así verá el mundo que Dios nos ama.
El mundo verá que Dios nos ama por la forma en que nos amamos unos a otros. El mundo necesita ver que nos amamos. Uno de los grandes mandamientos del NT es el de amarnos los unos a otros. Si recuerdan en 1:22, 23 Pedro nos manda a amarnos constantemente los unos a otros con un corazón puro. También dijo que nuestra obediencia a la verdad producirá un amor fraternal sincero los unos por los otros, ya que hemos nacido de nuevo mediante la palabra de Dios que vive y permanece. Nos amamos los unos a otros porque conocemos a Dios y porque hemos nacido de él. Esto es lo que el mundo necesita ver de nosotros. Que somos amados por Dios y que nos amamos los unos a otros. Así verá el mundo que Dios nos ama.
Pedro dice, "Amados", Dios los ama mucho. Somos testigos del amor de Dios. El amor de Dios es real y obra en nuestras vidas, ¡así que demostremos al mundo que Dios nos ama!

Muéstrale al mundo que no eres de este mundo (v. 11b)

El mundo necesita ver que somos un pueblo diferente al mundo. Por eso Pedro dice, “Amados, les ruego como a extrajeros y pregrinos...
Pedro continúa recordándole al cristiano de nuestro estatus en este mundo. Esta es la tercera vez que nos llama "extranjeros y peregrinos" (1.1; 1.17). La idea es que no pertenecemos a este mundo. No somos de este mundo. Somos forasteros en tierra extranjera; somos residentes temporales en este mundo; vamos de pasada; este mundo no es nuestro hogar. Entonces, Pedro nos ruega a vivir como ciudadanos del cielo en un mundo incrédulo y pagano.
Filipenses 3:20-21
20 Porque nuestra ciudadanía está en los cielos, de donde también ansiosamente esperamos a un Salvador, el Señor Jesucristo, 21 el cual transformará el cuerpo de nuestro estado de humillación en conformidad al cuerpo de Su gloria, por el ejercicio del poder que tiene aun para sujetar todas las cosas a Él mismo.
Hebreos 11:9-10
Por la fe habitó como extranjero en la tierra de la promesa como en tierra extraña, viviendo en tiendas como Isaac y Jacob, coherederos de la misma promesa, 10 porque esperaba la ciudad que tiene cimientos, cuyo arquitecto y constructor es Dios.
Hebreos 13:14
14 Porque no tenemos aquí una ciudad permanente, sino que buscamos la que está por venir.
Como cristianos tenemos una naturaleza diferente, una identidad diferente y una ciudadanía diferente. Vivimos como Dios nos manda a vivir, y no como el mundo quiere. Nuestro carácter y valores reflejan el carácter y los valores de Dios. Vivimos y operamos bajo la autoridad y la verdad de Dios.
No eres del mundo, así que no actúes como el mundo. No vivas como si pertenecieras a este mundo. Demostremos al mundo que no somos de este mundo. Somos extranjeros y peregrinos.
Y la forma en que mostramos al mundo que no somos de este mundo es absteniéndonos de los deseos pecaminosos de la carne. Pedro dice ...

Abstenganse de los deseos pecaminosos de la carne (v. 11c)

11 Amados, les ruego como a extranjeros y peregrinos, que se abstengan de las pasiones carnales que combaten contra el alma.
Pedro nos ha recordado de dos duras realidades: el mundo y la carne. Puede que no pertenezcamos a este mundo, pero aún vivimos en él y experimentamos las luchas del mundo y de la vida. Constantemente estamos en una batalla con el mundo y con la carne.
Todo cristiano lucha con la carne. Todos luchamos con nuestra naturaleza pecaminosa. Y todos tenemos deseos pecaminosos. Nuestra carne es débil y está sujeta a la tentación. Y nuestra carne constantemente produce pasiones contrarias a Dios. ¿Y cuáles son estos deseos pecaminosos de la carne con los que luchamos? Vemos un buen resumen de estos deseos pecaminosos en Gálatas 5: 19-21.
19 Ahora bien, las obras de la carne son evidentes, las cuales son: inmoralidad, impureza, sensualidad, 20 idolatría, hechicería, enemistades, pleitos, celos, enojos, rivalidades, disensiones, herejías, 21 envidias, borracheras, orgías y cosas semejantes, contra las cuales les advierto, como ya se lo he dicho antes, que los que practican tales cosas no heredarán el reino de Dios.
1 Juan 2:15-17
1No amen al mundo ni las cosas que están en el mundo. Si alguien ama al mundo, el amor del Padre no está en él. 16 Porque todo lo que hay en el mundo, la pasión de la carne, la pasión de los ojos, y la arrogancia de la vida[a], no proviene del Padre, sino del mundo. 17 El mundo pasa, y también sus pasiones, pero el que hace la voluntad de Dios permanece para siempre.
Entonces, Pedro nos está diciendo que nos abstengamos de estas cosas; mantente alejado; alejate de estos deseos pecaminosos de la carne. Y Pedro nos dice por qué debemos abstenernos de estos malos deseos. ¿Por qué? Porque "combaten contra el alma; hacen guerra contra el alma". Estos deseos pecaminosos están librando una guerra contra tu persona interior; contra ti. En otras palabras, los deseos pecaminosos están en guerra con tu alma con el propósito de destruirte. El pecado destruirá tu alma y tu vida.
La buena noticia es que podemos abstenernos de los deseos pecaminosos de la carne. Y especialmente con la ayuda de Dios. De hecho, el apóstol Pablo dijo en Gálatas 5:16 dice: "anden por el Espíritu, y no cumplirán el deseo de la carne." El Espíritu de Dios nos da poder para vencer los deseos de la carne. Y cuando andemos por el Espíritu, seremos capaces de mostrarle al mundo incrédulo que Dios es real en nuestra vida; que somos verdaderamente Su pueblo; que no pertenecemos a este mundo. Esto es lo que el mundo necesita ver de nosotros, una conducta que pueda llevarlos a Dios.
Y es por eso que Pedro nos dice que ...

Mantengamos vidas irreprochables ante el mundo incrédulo (v.12)

12 Mantengan entre los gentiles una conducta irreprochable, a fin de que en aquello que les calumnian como malhechores, ellos, por razón de las buenas obras de ustedes, al considerarlas, glorifiquen a Dios en el día de la visitación.
Pedro nos recuerda que el mundo incrédulo nos está mirando. El mundo está observando a cada seguidor de Cristo y observando todo lo que hace. El mundo necesita ver que nuestra conducta es honorable, recta, pura, hermosa, decente, excelente, recta y noble.
Pedro dice “mantengan entre los gentiles (incrédulos; paganos las naciones) una conducta irreprochable”. Significa una vida sin culpa, que no puede ser culpada de ningún pecado o maldad. El mundo observa a un creyente genuino para ver si realmente vive lo que profesa. Por lo tanto, debemos vivir una vida honesta, una vida que sea justamente lo que profesamos: santo, justo y puro. Tenga en cuenta dos razones por las que:
Los incrédulos hablan mal de los creyentes. Algunos siempre hablarán mal de los creyentes genuinos. Si una persona realmente vive para Cristo, su vida just0a y abnegada convence a los que aman al mundo y sus placeres y posesiones. Por lo tanto, hablan, bromean, se burlan, ridiculizan, abusan y persiguen al creyente cuando pueden.
El punto es este: el creyente nunca debe echarle leña al fuego. Nunca debe darle al mundo la oportunidad de acusarlo y humillarlo con justicia. El creyente debe abstenerse de los deseos carnales: debe vivir una vida honesta, hacer exactamente lo que proclama y profesa.
Los incrédulos deben tener la oportunidad de ser salvos. Si vivimos vidas deshonestas y carnales, vamos en contra de todo lo que proclamamos y defendemos, entonces los incrédulos sabrán que somos hipócritas. No se sentirán atraídos por Cristo. Por tanto, debemos vivir para Cristo y hacer buenas obras. Cuando los incrédulos vean nuestra vida justa y nuestras buenas obras, experimentarán el día de la visitación de Dios y glorificarán a Dios. El día de la visitación significa dos cosas:
⇒ el día en que Dios visita al hombre para llevarlo al arrepentimiento y la salvación
⇒ el día en que Dios visitará la tierra para el juicio final
El día de la visitación es el día de la inspección y la salvación de Dios, el día en que salva a un hombre. También es el día en que regresa a la tierra como Salvador y Señor. La idea es que los incrédulos serán ganados para Cristo por nuestras vidas honestas y glorificarán a Dios en el gran día en que Él visitará la tierra.
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