El Mundo Tal y Como Es

Esperando El Ya  •  Sermon  •  Submitted
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¿Qué significa que Jesús es Dios con nosotros? ¿Cómo debe ese significado dirigir mi vida?

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Ahora que estamos en la segunda semana de Adviento, no hay duda de que han notado el comercialismo que conlleva la temporada navideña. De hecho, ¡los artículos navideños han estado en las tiendas antes de Halloween! Y luego, tenemos las estaciones de música navideña las 24 horas del día, los 7 días de la semana, que tocan desde el 1 de noviembre. Eso es muy temprano, y parece que cada año es más temprano. Me hace preguntarme por qué.
Además del dinero, tal vez a la cultura que nos rodea le gustaría que creamos que nuestra vida habitual está algo «en suspenso» mientras transmitimos alegría y noticias de gran gozo a la gente. Y estoy seguro que a los anunciantes les gustaría que creamos que el momento más feliz del mundo es durante la Navidad. Nos pone de humor para comprar cosas, ¿no es cierto?
Pero para algunas personas, ese no es el caso. Hay angustia, pena, quebrantamiento y quizás recuerdos del pasado. En realidad, la vida normal continúa. Los momentos difíciles de la vida no se detienen con una canción de Navidad o con una terapia de compras. Tal vez usted o alguien que conozca haya experimentado una pérdida este año y esté enfrentando tiempos difíciles esta temporada.
Por supuesto, como cristianos, tenemos una razón para gozarnos en Navidad. ¡Entendemos y anticipamos lo que sabemos que es verdad: el nacimiento de nuestro Señor y Salvador! Pero todavía existe la posibilidad de un sentimiento de conflicto dentro de nuestro corazón, ya que la vida no siempre sale como planeamos o deseamos.
Mientras exploramos el Evangelio de Mateo, nos encontraremos con una historia que es todo lo contrario a una imagen de Navidad «glamorosa». Mateo habla de una historia que está más de acuerdo con la realidad. De hecho, la historia que cuenta parece que viene directamente de los titulares de nuestros tiempos.
Al igual que cualquier buena historia que pueda aparecer en la portada (o en las noticias de primera plana en términos de hoy), la historia del nacimiento de Jesús en Mateo es de escándalo; Incluso tiene un villano.
A medida que exploramos el comienzo de la historia de Mateo hoy, veremos algunos personajes y escenarios importantes que impactan la historia de Adviento tal como la conocemos. Pero lo más importante es que veremos cuán presente está Jesús, nuestro Emanuel, aquí y ahora, en todas las circunstancias de nuestra vida.
Matthew 1:18–2:12 NTV
18 Este es el relato de cómo nació Jesús el Mesías. Su madre, María, estaba comprometida para casarse con José, pero antes de que la boda se realizara, mientras todavía era virgen, quedó embarazada mediante el poder del Espíritu Santo. 19 José, su prometido, era un hombre bueno y no quiso avergonzarla en público; por lo tanto, decidió romper el compromiso en privado. 20 Mientras consideraba esa posibilidad, un ángel del Señor se le apareció en un sueño. «José, hijo de David —le dijo el ángel—, no tengas miedo de recibir a María por esposa, porque el niño que lleva dentro de ella fue concebido por el Espíritu Santo. 21 Y tendrá un hijo y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados». 22 Todo eso sucedió para que se cumpliera el mensaje del Señor a través de su profeta: 23 «¡Miren! ¡La virgen concebirá un niño! Dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel, que significa “Dios está con nosotros”». 24 Cuando José despertó, hizo como el ángel del Señor le había ordenado y recibió a María por esposa, 25 pero no tuvo relaciones sexuales con ella hasta que nació su hijo; y José le puso por nombre Jesús. 1 Jesús nació en Belén de Judea durante el reinado de Herodes. Por ese tiempo, algunos sabios de países del oriente llegaron a Jerusalén y preguntaron: 2 «¿Dónde está el rey de los judíos que acaba de nacer? Vimos su estrella mientras salía y hemos venido a adorarlo». 3 Cuando el rey Herodes oyó eso, se perturbó profundamente igual que todos en Jerusalén. 4 Mandó llamar a los principales sacerdotes y maestros de la ley religiosa y les preguntó: —¿Dónde se supone que nacerá el Mesías? 5 —En Belén de Judea —le dijeron— porque eso es lo que escribió el profeta: 6 “Y tú, Belén, en la tierra de Judá, no eres la menor entre las ciudades reinantes de Judá, porque de ti saldrá un gobernante que será el pastor de mi pueblo Israel”. 7 Luego Herodes convocó a los sabios a una reunión privada y, por medio de ellos, se enteró del momento en el que había aparecido la estrella por primera vez. 8 Entonces les dijo: «Vayan a Belén y busquen al niño con esmero. Cuando lo encuentren, vuelvan y díganme dónde está para que yo también vaya y lo adore». 9 Después de esa reunión, los sabios siguieron su camino, y la estrella que habían visto en el oriente los guió hasta Belén. Iba delante de ellos y se detuvo sobre el lugar donde estaba el niño. 10 Cuando vieron la estrella, ¡se llenaron de alegría! 11 Entraron en la casa y vieron al niño con su madre, María, y se inclinaron y lo adoraron. Luego abrieron sus cofres de tesoro y le dieron regalos de oro, incienso y mirra. 12 Cuando llegó el momento de irse, volvieron a su tierra por otro camino, ya que Dios les advirtió en un sueño que no regresaran a Herodes.
Primero, echemos un vistazo a José. Este tipo al que se le llama un «hombre bueno» (Mateo 1:19), pasa por una experiencia bastante traumática en su vida cuando recibe el anuncio de que su prometida, María, va a tener un bebé que no es biológicamente suyo. Me imagino que escucha esta noticia con sorpresa y tiene que decidir qué es lo que tiene que hacer ahora.
Esta noticia fue realmente un gran problema para una pareja piadosa como María y José que estaban comprometidos para casarse. La noticia de la infidelidad habría sido extremadamente humillante y podría ser peligrosa para María, ya que las mujeres eran asesinadas por este tipo de traición.
Si hubiera noticias sensacionalistas en la Palestina del primer siglo, esta historia de José y María habría sido una historia sobre la que valía la pena leer, en especial en este pequeño pueblo llamado Belén. ¡Nada más y nada menos que un chisme que valía la pena difundir!
Cuando consideramos nuestro mundo como es hoy, entendemos que los justos (como José) a veces sufren en realidad. No hay nada acerca de nuestra relación y compromiso con Dios que nos hace inmunes a las pruebas, el dolor y la desilusión en nuestra vida. No importa cuánto lo intentemos, estamos propensos a las injusticias y la opresión en nuestro tiempo.
Pero echen un vistazo al versículo 20.
Matthew 1:20 NTV
20 Mientras consideraba esa posibilidad, un ángel del Señor se le apareció en un sueño. «José, hijo de David —le dijo el ángel—, no tengas miedo de recibir a María por esposa, porque el niño que lleva dentro de ella fue concebido por el Espíritu Santo.
El ángel dice: «No temas». El ángel no dice simplemente: «buenas noticias», o «las cosas serán mejores», o «es la época más maravillosa del año». Admite que hay un desafío por delante y tal vez algo de temor; pero parece que el ángel está llamando a José a resistir permitirse que este trauma le cree un temor que podría cambiar radicalmente el curso de su vida y de tantas otras.
Cuando Mateo nos recuerda la realidad de un mundo quebrantado, también experimentamos esa sensación de esperar el ya por la promesa que el ángel comparte con José.
Matthew 1:21 NTV
21 Y tendrá un hijo y lo llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».
El versículo 21 dice: «Dará a luz un hijo, y le pondrás por nombre Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados».
Matthew 1:23 NTV
23 «¡Miren! ¡La virgen concebirá un niño! Dará a luz un hijo, y lo llamarán Emanuel, que significa “Dios está con nosotros”».
Y en el versículo 23: «y lo llamarán Emanuel» (que significa «Dios con nosotros»).
En griego, Emanuel se traduce: Im - «con», Anu - «nosotros», El - «Dios» [עמנואל]. En particular para el judío, ¡esta era una noticia muy esperada!
Matthew 1:22 NTV
22 Todo eso sucedió para que se cumpliera el mensaje del Señor a través de su profeta:
El versículo 22 dice: «Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había dicho por medio del profeta».
El ángel le está dando una opción a José. Puede tomar la palabra del ángel como verdad y hacer lo difícil (que sería preservar la vida de María y poner su propia reputación en juego si permanece con ella), o puede salvar su propia reputación y divorciarse de ella en secreto.
Por supuesto, sabemos que José elige quedarse con María y criar a Jesús juntos. Pero piensen en lo compleja que en realidad es la decisión de José. En su cultura, pudo haber estado tentado a inclinarse hacia lo que la sociedad esperaría de él, y eso sería castigar a María por su infidelidad. Pero José toma el camino difícil y escucha el mensaje del ángel a pesar de que fue más difícil de hacer.
¿Qué significa eso para nosotros esta segunda semana de Adviento 2020? Bueno, creo que en nuestra vida tenemos muchas oportunidades para elegir a quién seguiremos: ¿Seguimos a la cultura del mundo que nos rodea? ¿O a Jesucristo? ¿Cómo respondemos cuando pasamos situaciones difíciles? ¿Tomamos el camino fácil que la cultura nos haría tomar? ¿Mantenemos nuestra confianza en la sabiduría de Dios en nuestra vida?
Continuemos en nuestra historia de Mateo 2. Hasta ahora esta es una buena historia; pero toda buena historia necesita un villano, alguien que proporcione tensión y movimiento para mantener a la audiencia interesada. En Mateo, esa persona malvada es el rey Herodes, que está en marcado contraste con José, que es obediente y confía en el plan de Dios. Herodes quiere dirigir su propio destino.
Esta parte de la historia también tiene paralelo con uno de los villanos del Antiguo Testamento: el faraón. Los lectores de Mateo sabrían de faraón por generaciones anteriores a ellos. Ambos hombres eran gobernantes tiranos que manejaban sus reinos con mano dura y vivían con la paranoia de que su poder con el tiempo sería usurpado.
De hecho, el rey Herodes estaba tan paranoico de perder su poder, que incluso vio a sus propios hijos como una amenaza, hasta el punto de ejecutarlos.
Entonces, ¿cómo comparamos las fuerzas temibles y amenazantes en esos días con la sociedad actual y el mundo sombrío que nos rodea?
Por supuesto, no vivimos en un país donde temamos por nuestra vida debido a un faraón o un Herodes que son conocidos enemigos del pueblo de Dios. Pero sí vivimos en una cultura que puede distraernos de ver a Dios y darnos cuenta de que Jesús está en medio de todo con su gracia y amor. Quizás nos ayudaría pensarlo de esta manera.
En medio de este mundo y todas sus distracciones y problemas, Mateo nos invita a recordar que Emanuel ha venido. Él ya está aquí y está dispuesto a venir a nuestro lado, restaurarnos y traernos plenitud de vida.
Ahora, consideren juntar la fidelidad de José y el egoísmo de Herodes. Lo que obtienen es una imagen realista de las situaciones que ocurren en la vida. Esta podría ser una imagen de nuestra situación actual en este mundo. Junto con la promesa del trabajo constante de Dios en nosotros, descubrimos una base firme para vivir una vida sin temor, en especial cuando nos encontramos con tiempos amenazantes o problemáticos en nuestra vida. Emanuel. Dios con nosotros.
Al igual que la vida de José, nuestra vida puede estar llena de altibajos, triunfos y tragedias, sin previo aviso. No hay previsibilidad para nuestra vida, pero nosotros, como humanos, por lo regular anhelamos lo que nos espera. ¡Es como celebrar la Navidad a partir del 31 de octubre! A veces incluso tratamos de vivir en los «buenos viejos tiempos», mientras evitamos la realidad de lo que sucede a nuestro alrededor.
En realidad, todo lo que tenemos seguro es el aquí y el ahora. Creo que la historia de José nos enseña a no temer por el mañana o pensar en el pasado, sino concentrarnos en lo que tenemos en este momento. Recuerden, Emanuel, Dios con nosotros, en todo momento.
En este mundo tal y como es, tenemos una hermosa narrativa de un nacimiento para recordarnos que no importa por lo que estemos pasando, Dios está en ella y él está con nosotros.
El teólogo metodista Adam Clarke lo expresó de esta manera: «¿En qué sentido, entonces, es Cristo, DIOS CON NOSOTROS? A Jesús se le llama Emanuel, o Dios con nosotros, en su encarnación; Dios con nosotros, por la influencia de su Espíritu Santo, en el sacramento sagrado, en la predicación de su palabra, en la oración privada; y Dios con nosotros, a través de cada acción de nuestra vida que comenzamos, continuamos y terminamos en su nombre. Él es Dios con nosotros para consolarnos, informarnos, protegernos y defendernos, en todo momento de tentación y prueba, en la hora de la muerte, en el día del juicio; y Dios con nosotros y en nosotros, y nosotros con y en él, por toda la eternidad».
Un pensamiento importante más al concluir hoy. Los nombres «Emanuel» y «Jesús» nos dirigen a una gran verdad sobre la vida cristiana. Como su nombre lo indica, el propósito mismo de que Jesús viniera a la tierra era salvarnos de nuestros pecados. Pero ser salvo no es algo que solo sucede en el momento en que aceptamos a Jesús en nuestra vida. Vivir como personas salvadas es vivir a diario como seguidores de Jesús.
El nombre Emanuel habla del propósito de ser salvo. Se trata de que vivimos en una relación personal con Dios. El verdadero significado y propósito de la salvación no es nada si no vivimos día a día, experimentando a Emanuel, Dios con nosotros.
¿Qué en cuanto a nosotros hoy? ¿Vivimos como si Dios está con nosotros? ¿Piensen en lo que habría pasado si José no hubiera confiado en la proclamación del ángel y no hubiera entendido que Dios estaba y continuaría estando con él? ¡Y ni siquiera nos adentramos en el resto de la historia cuando José y María tuvieron que huir a Egipto para mantener a salvo a su familia! Pero, Emanuel, Dios estaba con ellos.
Emanuel, Dios está con nosotros. Hoy oro para que al mirar juntos una parte de esta porción, Dios te haya recordado gentilmente que él está contigo. Él está en medio de nuestra vida en cada momento.
Oro para que todos lleguemos a conocer en realidad el gozo que viene de confiar en Dios en medio de todos los altibajos de la vida, un momento a la vez. Emanuel, Dios con nosotros.
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